¿La viruela del mono es ahora una enfermedad de transmisión sexual?

Foto Iustrativa. REUTERS/Dado Ruvic

El virus se puede detectar en saliva y semen de los pacientes, según un estudio en España. Qué opinan los expertos con respecto a la infección que hasta ahora afectó más a hombres que tienen relaciones con otros hombres.

Desde fines de abril en adelante ya se han reportado 18,894 casos de viruela símica y el mundo hoy enfrenta otra emergencia de salud pública de importancia internacional, al igual que el COVID-19. La mayoría de los pacientes afectados son hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, aunque también se han reportado algunos casos en mujeres, y niños.

Aunque se investigan las causas de este brote que afecta a personas de más de 70 países, hoy surge la pregunta:

¿El mundo se encuentra ante una nueva infección de transmisión sexual como el VIH o la sífilis?

Durante la jornada de hoy se supo que por primera vez fallecieron dos personas en lugares que aún no detectaban muertos. Se trata de Brasil y España El Ministerio de Sanidad de España reportó este viernes el primer fallecido por viruela del mono en ese país y confirmó que había 4.298 casos de personas infectadas en su territorio, según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave),

Brasil, en tanto, informó hoy también su primera muerte relacionada con la viruela del mono, según un comunicado del Ministerio de Salud que confirma el fallecimiento de un hombre de 41 años que padecía cáncer y tenía el sistema inmunológico debilitado.

La viruela del mono recibió ese nombre en 1958 cuando se detectó en varios simios de laboratorio en Dinamarca. En 1970 se detectó el virus en seres humanos. Se la considera como una enfermedad vírica zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de los animales a los humanos. También puede transmitirse de humano a humano. Se sabe que la enfermedad se transmite por contacto directo con las lesiones de un paciente infectado o por superficies contaminadas por las mismas, pero aún se sabe poco sobre la posible presencia de virus en otras muestras biológicas, como saliva, orina o semen.

En España, se realizó un estudio que fue publicado en la revista Eurosurveillance, y contribuye a un mejor conocimiento sobre cómo se transmite esta enfermedad emergente. El ADN viral se puede detectar con frecuencia en diferentes muestras clínicas de pacientes infectados por la viruela del mono, incluyendo saliva y semen, según el trabajo liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”.

La mayoría de los afectados hasta ahora son hombres. Sin embargo, la enfermedad se ha propagado a muchos otros países y existe la preocupación de que se extienda a grupos poblacionales vulnerables, como pacientes inmunocomprometidos o población infantil.

En este estudio, el equipo liderado por Mikel Martínez, investigador de ISGlobal, y José Luis Blanco, del Hospital Clínic de Barcelona, investigó la presencia de material genético del virus en diferentes muestras biológicas, recogidas en diferentes momentos, de 12 pacientes con infección confirmada por viruela del mono. En el momento del diagnóstico, se detectó una alta carga de ADN viral en las lesiones cutáneas de todos los pacientes.

Además, se detectó ADN en la saliva de todos los pacientes, algunos de ellos con altas cargas virales. Solo un estudio previo había testado la saliva, en un solo paciente. También se detectó ADN viral en el 92% de muestras rectales, el 83% de muestras nasofaríngeas, el 78% de muestras de semen, el 75% de muestras de orina y el 67% de muestras fecales.

“Un par de estudios previos ya habían mostrado presencia ocasional de ADN viral en algunas muestras y en algunos pacientes, pero en este estudio mostramos la presencia frecuente de ADN viral en varios fluidos biológicos, particularmente en saliva, durante la fase aguda de la enfermedad, y hasta 16 días después del inicio de los síntomas en un paciente,” explicó Aida Peiró, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

Las y los autores señalan que la presencia de ADN viral no equivale necesariamente a la presencia de virus infeccioso, y que el próximo paso será tratar de aislar virus infeccioso a partir de dichas muestras. Sin embargo, la alta carga viral detectada en saliva o semen sugiere que dichos fluidos tienen potencial infeccioso, añaden. “Los resultados de nuestro estudio contribuyen a un mejor conocimiento sobre los mecanismos y la dinámica de la transmisión del virus, así como el posible papel de la transmisión por vía sexual,” afirmó Martínez.

Consultado por Infobae, el doctor Gustavo Lopardo, vicepresidente de la Asociación Panamericana de Infectología y coordinador docente de FUNCEI en Buenos Aires, explicó: ”La viruela símica es una enfermedad que se trasmite por contacto muy estrecho, y que se está comportando actualmente como una infección de transmisión sexual. La mayoría de las personas que han sido diagnosticadas son hombres que tienen relaciones con otros hombres”.

El experto Lopardo aclaró: “Se puede detectar el virus en el semen, pero muy probablemente la transmisión de esté dando por el contacto de piel con lesiones de la persona con la infección. Estamos observando que la mayoría de las lesiones se están produciendo en la región genital de las personas afectadas. Es una gran diferencia con los casos que se han notificado en África. Otra diferencia es que la mayoría de los pacientes tienen cuadros leves”.

En tanto, el coordinador del grupo de trabajo de viruela símica de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Javier Membrillo, afirmó que, desde la parte clínica, “una cosa es que es que se encuentre una prueba positiva en semen, y otra cosa es que ese virus se transmita. De hecho, salvando las distancias, recuerda el caso de las personas con PCR positiva en COVID-19 pero que no contagian. Que la viruela del mono sea una enfermedad de transmisión sexual, demostrado fehacientemente no está. Lo parece, y todos lo pensamos, pero necesitaríamos cultivar el virus en semen para demostrar que es transmisible. No se ha hecho hasta el momento”.

QUÉ DICE LA OMS

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de la viruela símica suelen ser fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones o lesiones en la piel. La erupción suele comenzar en el primer o tercer día de la aparición de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de un líquido claro o amarillento, y luego forman una costra, se secan y se caen.

El número de lesiones varía, desde unas pocas hasta varios miles. La erupción suele aparecer en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También pueden aparecer en la boca, los genitales y los ojos.

En la mayoría de los casos, los síntomas de la viruela del mono desaparecen por sí solos en unas pocas semanas, pero, en entre el tres y el seis por ciento de los casos registrados en países donde es endémica, puede dar lugar a complicaciones médicas e incluso a la muerte. Los recién nacidos, los niños y las personas con deficiencias del sistema inmunitario pueden correr el riesgo de padecer síntomas más graves y morir a causa de la enfermedad.

El virus se transmite a través del contacto físico con alguien que tiene síntomas. Las erupciones, los fluidos corporales (como los fluidos, el pus o la sangre de las lesiones cutáneas) y las costras son especialmente infecciosos. Las úlceras, lesiones o llagas también pueden ser infecciosas, ya que el virus puede propagarse a través de la saliva. El contacto con objetos que han estado en contacto con la persona infectada -como ropa, ropa de cama, toallas- o con objetos como utensilios para comer también puede representar una fuente de infección.

Las personas que tienen la enfermedad pueden contagiar mientras tienen síntomas (normalmente en las primeras dos a cuatro semanas). “No está claro si las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad”, según la OMS. Hoy, cualquier persona que entre en contacto físico con alguien con síntomas o con un animal infectado, corre un mayor riesgo de contagio. Quienes conviven con personas infectadas tienen un alto riesgo de contagio. El personal sanitario, por la propia naturaleza de su trabajo, corre también el riesgo de exponerse. Puede reducir el riesgo de contagio limitando el contacto con personas que sospechan que tienen la enfermedad o que son casos confirmados.

Leé también


 

La NASA lanza una misión al asteroide ‘Dios del Caos’, que se aproxima a la Tierra

Imagen ilustrativa.

El Apophis pasará excepcionalmente cerca en el 2029.

La sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA pasó por la Tierra a finales de septiembreentregó unas muestras de rocas y polvo recogidas del asteroide Bennu. De inmediato, y sin apagar sus motores, se embarcó en una misión adicional: estudiar el Apophis, un asteroide que se espera pase muy cerca de nuestro planeta en el 2029.

En este contexto, la NASA anunció el pasado viernes que la sonda ha sido rebautizada oficialmente como ‘OSIRIS-APEX’, acrónimo en inglés de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador Apophis. Además, Dani Mendoza DellaGiustina, quien fuera investigadora principal adjunta de la OSIRIS-REx, también estará al mando de esta nueva misión extendida.

El asteroide 99942 o Apophis, que debe su nombre al dios egipcio considerado la encarnación del caos, no chocará contra la Tierra, pero sí estará excepcionalmente cerca, a unos 32.000 kilómetros, el 13 de abril de 2029.

Esta distancia lo pone más cerca a nuestro planeta que algunos satélites y se prevé que eso no solo provoque cambios en su órbita, sino terremotos y deslizamientos en su superficie. “OSIRIS-APEX estudiará Apophis inmediatamente después de tal paso, permitiéndonos ver cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto.

Asimismo, está dentro de los planes que, para el 2 de abril de 2029, las cámaras de la sonda comiencen a tomar imágenes del asteroide a medida que se acerque. Luego del encuentro cercano con la Tierra, operará en sus proximidades durante los 18 meses siguientes. En ese lapso llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, con el uso de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros, y un altímetro láser para mapear su superficie y analizar la composición química.

Si bien la entonces OSIRIS-REx recolectó agua y altas cantidades de carbono de Bennu, se estima que las muestras recogidas de Apophis sean bastante diferentes, ricas en silicato y níquel-hierro, materiales de los que están principalmente compuestos estos asteroides rocosos, denominados ‘tipo S’.

De acuerdo con la NASA, da la casualidad de que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos conocidos también son de ese tipo. “Lo que el equipo aprenda sobre Apophis puede ofrecer información a la investigación de defensa planetaria, una de las principales prioridades de la NASA”, asegura la agencia.

Por otro lado, según explica Mendoza DellaGiustina, Apophis ayudará a los científicos a aprender más sobre cómo se forman los sistemas solares y los planetas. “Sabemos que las fuerzas de marea y la acumulación de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de planetas. Podrían informar cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a planetas en toda regla”, explicó.

Se estima que asteroides del tamaño de este ‘Dios del Caos’, de unos 340 metros de diámetro, solo se acercan tanto a la Tierra una vez cada 7.500 años. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.

Leé también


 

Fotos| Revelan terrible descubrimiento de una momia que murió en el parto

Momia egipcia de una adolescente que murió durante el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto.

Los autores de un estudio revisaron a una momia egipcia, de una adolescente que murió durante el parto, después de más de un siglo, y le realizaron una tomografía computarizada del cuerpo, que reveló la presencia de un segundo feto en la cavidad torácica de la mujer, lo que indicaba que estaba embarazada de gemelos, según un artículo publicado en International Journal of Osteoarchaeology.

La cabeza del primer bebé quedó atrapada en el canal del parto, lo que provocó la muerte tanto de los bebés como de la madre, informó IFL Science.

El estudio descubrió que, al morir, la joven fue momificada junto con el niño, cuyos restos fueron colocados entre las piernas de la madre, a excepción de la cabeza, cuyos huesos quedaron dentro de la pelvis. Es decir, el niño fue decapitado durante el parto. 

La muerte del bebé y su madre probablemente ocurrieron debido al llamado parto de nalgas, donde el bebé sale con los pies primero, lo que hace el proceso mucho más complicado y peligroso.

Los investigadores suponen que con el tiempo el cuerpo de la fallecida se descompuso y el feto se desplazó desde el útero hasta la cavidad torácica.

La momia examinada pertenecía a una mujer de entre 14 y 17 años. Sus restos fueron encontrados en 1908 durante las excavaciones de la necrópolis de El Bagawat.

La joven pesaba entre 45 y 55 kilogramos. Los científicos estiman que la mujer tenía entre 34 y 40 semanas de embarazo cuando comenzó el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto (desde el 664 a.C., hasta 332 a.C.), reza la anotación del estudio.

“Este examen de la madre y sus hijos al nacer reconfirma cuán peligrosos eran el embarazo, el parto y el alumbramiento, especialmente durante este período”, indicó el estudio. “El parto en el antiguo Egipto se consideraba un evento religioso, no médico”, explicaron los científicos.

“La mayor parte de la documentación descubierta describe hechizos y encantamientos recitados para proteger a la madre y al bebé durante y después del nacimiento“, sostuvieron los investigadores, al indicar que un hechizo alude a que el nacimiento de gemelos se veía de forma negativa.

Leé también


 

Descubren nueva evidencia de que una luna de Saturno podría albergar vida

Foto: NASA.

"Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas", señalan los científicos.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP, por sus siglas en inglés) de la NASA informó este jueves que un grupo de investigadores había confirmado la presencia de nuevas moléculas orgánicas en una columna gigante de hielo y vapor que brota de la superficie de Encélado, una de las 146 lunas de Saturno, lo que indica que este cuerpo celeste podría albergar vida.

Las imágenes obtenidas en la década de 1980 por la sonda espacial Voyager demostraron que Encélado, que tiene alrededor de 500 kilómetros de ancho, cuenta con una superficie blanca y brillante, por lo que se le considera el cuerpo celeste más reflectante del sistema solar. De acuerdo con la NASA, debido a que este pequeño satélite natural refleja mucha luz solar, la temperatura de su superficie es extremadamente fría, alcanzando los -201 °C.

En 2005, el orbitador Cassini identificó partículas de agua helada y gas que brotaban desde la superficie de la luna a una velocidad de 400 metros por segundo. Los científicos explicaron que las continuas erupciones de agua terminaron por generar un enorme halo de fino polvo de hielo alrededor de Encélado, donde una parte de este material formó uno de los anillos de Saturno.

Asimismo, detallaron que estos estallidos provenían de grietas en la corteza de la luna, que son relativamente cálidas. A partir de los datos obtenidos del Cassini, se pudo conocer que debajo de la superficie helada de Encélado hay un océano líquido que alimenta los brotes de agua.

Detectando fuentes químicas adicionales

En 2017 se identificaron moléculas orgánicas en una de las columnas de hielo y vapor. Al respecto, los especialistas sugirieron que la combinación de dióxido de carbono, metano, amoníaco, hidrógeno y agua podrían conducir a la metanogénesis, un proceso metabólico que conlleva la producción de metano y que fue fundamental para la formación de vida en la Tierra.

En un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy, se reportó la existencia de “fuentes químicas de energía adicionales, mucho más potentes y diversas que la producción de metano”.

Los especialistas indicaron que los nuevos compuestos orgánicos detectados son cianuro de hidrógeno, acetileno, propileno y etano. Con su presencia se demuestra que “existen muchas vías químicas para sustentar potencialmente vida en el océano subterráneo de Encélado”, describieron en la publicación.

“Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas”, sostuvo el científico de la universidad de Harvard que trabajó en el proyecto Jonah Peter.

Encélado no solo parece cumplir los requisitos básicos para ser habitable, sino que ahora también tenemos una idea de cómo podrían formarse allí las biomoléculas complejas y qué reacciones químicas podrían estar involucradas”, concluyó.

Leé también