Las lunas heladas de Júpiter, nuevo horizonte para la búsqueda de vida extraterrestre

Esquema de la conjunción de Júpiter y Saturno con sus lunas. / Federación de Asociaciones Astronómicas de España

Debajo de su banquisa se mueven enormes océanos de agua líquida, terrenos propicios para la emergencia de vida. La exploración de las lunas heladas de Júpiter, el objetivo de la misión JUICE, abre un nuevo capítulo en la búsqueda de otros mundos habitables.

Estos entornos están tan alejados del Sol que los astrónomos los habían excluido hace mucho tiempo de la zona considerada habitable del sistema solar, que “hasta hace poco terminaba en Marte”, explica a la AFP la astrofísica Athéna Coustenis, una de las responsables científicas de la sonda europea.

Pero los descubrimientos aportados por las sondas Galileo (1995) alrededor de Júpiter y Cassini (2004) alrededor de Saturno ampliaron el campo de investigación.

Esta no se centra en estos planetas gigantes y gaseosos, no propicios para la vida, sino en sus lunas heladas: Europa y Ganimedes en Júpiter y Encélado y Titán para Saturno.

Hacia allí partirá el jueves la misión JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer, Explorador de las Lunas Heladas de Júpiter) de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se centrará especialmente en Ganimedes, mientras que la próxima misión de la NASA, Europa Clipper, tendrá el foco en Europa.

El principal atractivo de estos satélites del mayor planeta del sistema de solar son los océanos de agua líquida que esconden bajo su superficie congelada, un ambiente propicio para la vida.

“Es la primera vez que vamos a explorar hábitats más allá de la línea de hielo, allí donde el agua líquida ya no puede existir en superficie”, explicaba Nicolas Altobelli, responsable de JUICE para la ESA en enero desde la sede de Airbus, que concibió la sonda.

La sonda debe llegar en 2034 a la órbita de Ganimedes, el mayor satélite del sistema solar y también el único que dispone de su propio campo magnético para protegerlo de las radiaciones.

 

– Océano gigantesco –

 

Todas estas características sugieren un entorno estable, otra condición para la emergencia de la vida y su mantenimiento.

“No se trata de que aparezca vida, sino de que se mantenga”, afirma Athéna Coustenis, investigadora en el laboratorio LESIA del Observatorio de París.

A diferencia de las misiones a Marte, que rastrean restos de una vida hoy desaparecida, la exploración de las lunas heladas  busca ambientes todavía habitables, lo que no ocurre en el planeta rojo.

La habitabilidad requiere también de una fuente de energía. Pero en las temperaturas heladas del entorno de Júpiter, esta no procede del Sol sino de la gravedad que el enorme planeta ejerce en sus satélites, con “efectos de mareas” parecidos a los que ocurren en la Tierra con su luna.

Este fenómeno permite “disipar el calor en el interior de las lunas y mantener el agua en estado líquido”, explica Francis Rocard, planetólogo del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).

El océano de Ganimedes es “gigantesco”, describe Carole Larigauderie, jefe de proyecto de JUICE en el CNES. Encajado entre dos espesas capas de hielo, puede tener varias decenas de kilómetros de profundidad.

“En la Tierra, hemos llegado a encontrar formas de vida al fondo de los abismos”, apunta.

En efecto, algunos ecosistemas terrícolas son capaces de mantenerse sin luz y son un hervidero de microorganismos como bacterias y arqueas.

 

– Misiones complementarias –

 

Dicho ecosistema necesita de nutrimientos para mantenerse.

“La pregunta es saber si el océano de Ganimedes los contiene”, afirma Coustenis.

Sería necesario, por ejemplo, que el océano pueda absorber componentes depositados en su superficie para disolverlos después en el agua, desarrolla la astrofísica.

Los instrumentos de JUICE inspeccionarán este océano por todos los costados para evaluar su profundidad, su distancia de la superficie y, esperan, también la composición.

La sonda orbitará alrededor de ocho meses alrededor del satélite y podrá acercarse hasta a 200 km de altura, cobijado de las radiaciones.

Sin esta magnetosfera, su hermana Europa es menos hospitalaria para una aeronave espacial. La sonda estadounidense Europa Clipper, que llegará a su destino a la par que JUICE, solo podrá sobrevolarla.

Sin embargo, los datos recogidos por las dos misiones serán complementarios, señalan los científicos.

Si se demuestra que Ganimedes cumple todos los requisitos para albergar vida, “el siguiente paso lógico” sería enviar un módulo de aterrizaje, apuntó Cyril Cavel, responsable científico de Airbus.

“Esto forma parte del sueño”, aunque todavía no del proyecto en este momento, agregó.

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La NASA lanza una misión al asteroide ‘Dios del Caos’, que se aproxima a la Tierra

Imagen ilustrativa.

El Apophis pasará excepcionalmente cerca en el 2029.

La sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA pasó por la Tierra a finales de septiembreentregó unas muestras de rocas y polvo recogidas del asteroide Bennu. De inmediato, y sin apagar sus motores, se embarcó en una misión adicional: estudiar el Apophis, un asteroide que se espera pase muy cerca de nuestro planeta en el 2029.

En este contexto, la NASA anunció el pasado viernes que la sonda ha sido rebautizada oficialmente como ‘OSIRIS-APEX’, acrónimo en inglés de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador Apophis. Además, Dani Mendoza DellaGiustina, quien fuera investigadora principal adjunta de la OSIRIS-REx, también estará al mando de esta nueva misión extendida.

El asteroide 99942 o Apophis, que debe su nombre al dios egipcio considerado la encarnación del caos, no chocará contra la Tierra, pero sí estará excepcionalmente cerca, a unos 32.000 kilómetros, el 13 de abril de 2029.

Esta distancia lo pone más cerca a nuestro planeta que algunos satélites y se prevé que eso no solo provoque cambios en su órbita, sino terremotos y deslizamientos en su superficie. “OSIRIS-APEX estudiará Apophis inmediatamente después de tal paso, permitiéndonos ver cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto.

Asimismo, está dentro de los planes que, para el 2 de abril de 2029, las cámaras de la sonda comiencen a tomar imágenes del asteroide a medida que se acerque. Luego del encuentro cercano con la Tierra, operará en sus proximidades durante los 18 meses siguientes. En ese lapso llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, con el uso de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros, y un altímetro láser para mapear su superficie y analizar la composición química.

Si bien la entonces OSIRIS-REx recolectó agua y altas cantidades de carbono de Bennu, se estima que las muestras recogidas de Apophis sean bastante diferentes, ricas en silicato y níquel-hierro, materiales de los que están principalmente compuestos estos asteroides rocosos, denominados ‘tipo S’.

De acuerdo con la NASA, da la casualidad de que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos conocidos también son de ese tipo. “Lo que el equipo aprenda sobre Apophis puede ofrecer información a la investigación de defensa planetaria, una de las principales prioridades de la NASA”, asegura la agencia.

Por otro lado, según explica Mendoza DellaGiustina, Apophis ayudará a los científicos a aprender más sobre cómo se forman los sistemas solares y los planetas. “Sabemos que las fuerzas de marea y la acumulación de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de planetas. Podrían informar cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a planetas en toda regla”, explicó.

Se estima que asteroides del tamaño de este ‘Dios del Caos’, de unos 340 metros de diámetro, solo se acercan tanto a la Tierra una vez cada 7.500 años. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.

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Fotos| Revelan terrible descubrimiento de una momia que murió en el parto

Momia egipcia de una adolescente que murió durante el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto.

Los autores de un estudio revisaron a una momia egipcia, de una adolescente que murió durante el parto, después de más de un siglo, y le realizaron una tomografía computarizada del cuerpo, que reveló la presencia de un segundo feto en la cavidad torácica de la mujer, lo que indicaba que estaba embarazada de gemelos, según un artículo publicado en International Journal of Osteoarchaeology.

La cabeza del primer bebé quedó atrapada en el canal del parto, lo que provocó la muerte tanto de los bebés como de la madre, informó IFL Science.

El estudio descubrió que, al morir, la joven fue momificada junto con el niño, cuyos restos fueron colocados entre las piernas de la madre, a excepción de la cabeza, cuyos huesos quedaron dentro de la pelvis. Es decir, el niño fue decapitado durante el parto. 

La muerte del bebé y su madre probablemente ocurrieron debido al llamado parto de nalgas, donde el bebé sale con los pies primero, lo que hace el proceso mucho más complicado y peligroso.

Los investigadores suponen que con el tiempo el cuerpo de la fallecida se descompuso y el feto se desplazó desde el útero hasta la cavidad torácica.

La momia examinada pertenecía a una mujer de entre 14 y 17 años. Sus restos fueron encontrados en 1908 durante las excavaciones de la necrópolis de El Bagawat.

La joven pesaba entre 45 y 55 kilogramos. Los científicos estiman que la mujer tenía entre 34 y 40 semanas de embarazo cuando comenzó el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto (desde el 664 a.C., hasta 332 a.C.), reza la anotación del estudio.

“Este examen de la madre y sus hijos al nacer reconfirma cuán peligrosos eran el embarazo, el parto y el alumbramiento, especialmente durante este período”, indicó el estudio. “El parto en el antiguo Egipto se consideraba un evento religioso, no médico”, explicaron los científicos.

“La mayor parte de la documentación descubierta describe hechizos y encantamientos recitados para proteger a la madre y al bebé durante y después del nacimiento“, sostuvieron los investigadores, al indicar que un hechizo alude a que el nacimiento de gemelos se veía de forma negativa.

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Descubren nueva evidencia de que una luna de Saturno podría albergar vida

Foto: NASA.

"Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas", señalan los científicos.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP, por sus siglas en inglés) de la NASA informó este jueves que un grupo de investigadores había confirmado la presencia de nuevas moléculas orgánicas en una columna gigante de hielo y vapor que brota de la superficie de Encélado, una de las 146 lunas de Saturno, lo que indica que este cuerpo celeste podría albergar vida.

Las imágenes obtenidas en la década de 1980 por la sonda espacial Voyager demostraron que Encélado, que tiene alrededor de 500 kilómetros de ancho, cuenta con una superficie blanca y brillante, por lo que se le considera el cuerpo celeste más reflectante del sistema solar. De acuerdo con la NASA, debido a que este pequeño satélite natural refleja mucha luz solar, la temperatura de su superficie es extremadamente fría, alcanzando los -201 °C.

En 2005, el orbitador Cassini identificó partículas de agua helada y gas que brotaban desde la superficie de la luna a una velocidad de 400 metros por segundo. Los científicos explicaron que las continuas erupciones de agua terminaron por generar un enorme halo de fino polvo de hielo alrededor de Encélado, donde una parte de este material formó uno de los anillos de Saturno.

Asimismo, detallaron que estos estallidos provenían de grietas en la corteza de la luna, que son relativamente cálidas. A partir de los datos obtenidos del Cassini, se pudo conocer que debajo de la superficie helada de Encélado hay un océano líquido que alimenta los brotes de agua.

Detectando fuentes químicas adicionales

En 2017 se identificaron moléculas orgánicas en una de las columnas de hielo y vapor. Al respecto, los especialistas sugirieron que la combinación de dióxido de carbono, metano, amoníaco, hidrógeno y agua podrían conducir a la metanogénesis, un proceso metabólico que conlleva la producción de metano y que fue fundamental para la formación de vida en la Tierra.

En un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy, se reportó la existencia de “fuentes químicas de energía adicionales, mucho más potentes y diversas que la producción de metano”.

Los especialistas indicaron que los nuevos compuestos orgánicos detectados son cianuro de hidrógeno, acetileno, propileno y etano. Con su presencia se demuestra que “existen muchas vías químicas para sustentar potencialmente vida en el océano subterráneo de Encélado”, describieron en la publicación.

“Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas”, sostuvo el científico de la universidad de Harvard que trabajó en el proyecto Jonah Peter.

Encélado no solo parece cumplir los requisitos básicos para ser habitable, sino que ahora también tenemos una idea de cómo podrían formarse allí las biomoléculas complejas y qué reacciones químicas podrían estar involucradas”, concluyó.

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