La necesidad de un plan

A un mes de la asunción del nuevo gobierno todavía no hemos escuchado desglosar por lo menos una hoja de ruta bien marcada por parte del presidente electo Mario Abdo Benítez para lo que serán sus cinco años de gobierno.

Quizás la turbulencia política, la incertidumbre y la abierta arbitrariedad cometida por el senador Fernando Lugo, expresidente del Congreso, al impedir el juramento de Nicanor Duarte Frutos concentró la atención en definir estrategias políticas de connivencia futura antes que priorizar una agenda país.

El analista político, Horacio Galeano Perrone, declaró que el gobierno de Horacio Car­tes tenía un modelo de gestión, mientras que el Marito no. Esta lectura es el reflejo de lo que hoy se percibe. “Cuál es el modelo, cuál es la estrategia, eso no estamos viendo, esto es muy deli­cado. Marito tiene que tener mucho cuidado en el despe­gue, tiene que tener un equipo con buena noción política y no estar administrando conflic­tos de la interna política. La lógica del Gobierno es total­mente distinta a la lógica elec­toral”, declaró Galeano Perrone.

Es necesario que la ciudadanía ya perciba que el futuro presidente está listo para tomar el timón y conducirnos a buen puerto. El Paraguay necesita líderes sólidos que transmitan esa sensación de que saben lo quieren y sobre todo lo que se tiene que hacer para seguir por la senda del desarrollo.

El otro aspecto preocupante, y es lo que también señala Galeano Perrone, es que el futuro gobierno enfrentará un alto nivel de conflictividad social y económica para el que no está preparado, puesto que el nombramiento de su gabi­nete aún sigue siendo el del pago de favores políticos, no con base a una planificación y estrate­gia.

El analista puntualizó que el frente de una sociedad paraguaya con muchos conflictos, mal o bien, fue contenido en el actual gobierno porque el modelo gerencial de Horacio Cartes “rechaza todo tipo de diálogo, de consensos, pero resuelve los conflictos en otra forma. No tuvimos grandes proble­mas con campesinos o indíge­nas porque tenía un modelo”.

¿Cómo afrontará el presidente electo los conflictos que vendrán? Es el interrogante que surge ante la percepción de un liderazgo casi nulo o dubitativo, imperceptible para resolver los grandes conflictos en los momentos críticos, sin dejarse influenciar por las presiones mediáticas y oportunistas.

Ojalá que ese panorama que describe Galeano Perrone que se avizora, el de cierre de rutas, invasión de tierras, que saldrían el 16 de agosto de manera inmediata no perjudiquen la estabilidad económica de manera rápida y el presidente electo encuentro el camino para resolverlos en forma inmediata.

La base natural de sostén de un gobierno, sobre todo el que llegó con la fuerza de un partido tradicional y poderoso como la Asociación Nacional Republicana (ANR), está en la unidad de su clase dirigencial, por lo menos al inicio de una gestión. Esta unidad hoy está ausente, por ello, la duda y la incertidumbre se apodera de quienes observan y leen la realidad que se viene.

El nuevo presidente deberá moderar las relaciones con los demás poderes, especialmente con el Congreso Nacional, al menos en esta instancia, dijo Galeano Perrone. Se espera que el vicepresidente electo, Hugo Velázquez, pueda con­sensuar porque “es un zorro que conoce el manejo parla­mentario”. Solo que a esto se le suma la ambición manifiesta que tiene Velázquez de llegar a la primera magistratura y que antes del 15 de agosto ya suenan voces de planes del vicepresidente de construir su propio poder.

¿Cuál será el rol de Cartes en este escenario? También es otro de los grandes interrogantes. El impedimento de que jure Nicanor, por ello el premio “consuelo” del presidente electo de ponerlo al frente de una binacional, es la señal clara de quién en realidad estuvo detrás de impedir que Cartes jure como senador activo.

Cartes seguirá controlando gran parte del poder político. Con los legisladores, gobernadores, intendentes y dirigentes que seguirán respondiendo a su liderazgo.

El presidente electo presume que con la oposición podrá obtener gobernabilidad. La oposición ejercerá su rol, pendientes de catapultarse en base a los errores del gobierno entrante, para así posicionarse como opción en el 2023.

Mario Abdo todavía está a tiempo de mostrar a la ciudadanía que en realidad tiene un plan y que ese plan lo conoceremos en la brevedad.

¿Qué clase de médicos estamos lanzando al mercado?

El reciente escandaloso caso que involucra a la Universidad María Serrana, donde un grupo de estudiantes logró culminar sus carreras de Medicina de manera meteórica mediante certificados truchos, nos hace cuestionar el nivel de enseñanza de los futuros profesionales de un ámbito sumamente sensible como lo es la salud.  

Una noticia que no pasa desapercibida en estos días es la clausura de las dos carreras de Medicina de la Universidad Privada María Serrana, luego de que el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES) haya constatado irregularidades en la expedición de títulos. Esta situación se dio luego de pillarse que unos 11 alumnos de esa casa de estudios supuestamente falsificaron sus certificados de estudios para recibirse más rápido.

El proceso de intervención comenzó en junio de 2021 a partir de comunicaciones recibidas desde el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) sobre presuntas irregularidades en la emisión de títulos. Durante la intervención, el ente rector descubrió casos de estudiantes que habían falsificado firmas de certificados de estudios para poder recibirse de médicos y así recibir sus respectivos títulos universitarios. En este caso, acudían hasta la Universidad María Serrana con los certificados de estudios donde figuraba que habían seguido parte de la carrera en otro lugar, a fin de convalidar las materias, entonces se libraban de cursarlas en la institución.

Esto sin dudas ocasionará necesariamente a futuro una baja calidad a la hora de brindar atención a los pacientes. Es sumamente peligroso que estudiantes universitarios de la carrera de Medicina estén burlando los delineamientos de enseñanza con el simple fin de recibirse más rápido y es el doble de perjudicial que las instituciones educativas se presten, ya sea por falta de mecanismos de control o por complicidad, a este tipo de artimañas.

Todos somos conscientes del actual pésimo sistema sanitario paraguayo, con precarias infraestructuras, escaso plantel y con la falta de insumos y medicamentos. Si a todo lo anterior le sumamos malos profesionales, nos estamos yendo a pique.

Es urgente una depuración de las carreras de Medicina, las cuales abundan a tutiplén y escapan del control de los organismos correspondientes. Es imperioso poner mano dura a la cuestión para garantizar buenos profesionales de la medicina para el futuro, porque CON LA SALUD NO SE JUEGA.

 

Casi, casi, venden “La Patria”

No hay margen para la menor distracción. De no ser por alguien que alertó en las redes sociales lo que el Fondo Ganadero y no sabemos quiénes más estaban tramando, a las 11:00 horas de hoy, viernes, la “Estancia La Patria”, fundad por el coronel Rafael Franco a poco de finalizar la guerra del Chaco, hubiera dejado de ser de… la Patria, perdiéndose con ello todo el valor histórico y cultural que representa para el Paraguay y los paraguayos.

La información se propagó rápidamente, acompañada del aviso comercial que por ley está obligado a realizar el rematador, en este caso, Carlos Roberto Trabuco: “Superficie, 15.000 hectáreas. Sus linderos son la Estancia Toro Blanco, separada por la picada 108, del señor Tranquilo Favero y la Estancia La Patria, separada por la ruta Py09. Superficie explotada, 1.710 hectáreas. Monte, 13.290 hectáreas… en la zona existe un acuífero”, señala parte del anuncio.

En ninguna parte se señala que la propiedad es una fracción de “La Patria”; algo que la institución lo mantuvo en absoluto sigilo, muy en el “Fondo”, hasta las 22:30 horas de la víspera del remate, cuando informó que la operación quedaba “temporalmente suspendida”, al que siguió esta maña otro comunicado, aclarando que la suspensión es definitiva, “pese a la total transparencia y legalidad del proceso”, según su presidente Fredis Estigarribia Cardozo.

Una perfecta tomadura de pelo, o dos, porque nadie puede invocar transparencia cuando pretendió llevar a cabo un negocio (¿negociado?) de un bien público, en secreto, y porque si hubiera sido tan “transparente y legal” como afirma Estigarribia, no habría motivo alguno para dejarlo sin efecto.

No haremos conjeturas de lo que tenían entre manos. Los responsables del ente dicen que la enajenación de las 15.000 hectáreas fue dispuesta en el mes marzo, no nos consta, y si buscamos noticias de la época, lo único que encontraremos es que una comitiva oficial, encabezada por el presidente Mario Abdo Benítez, visitó el lugar en abril para evaluar su eventual uso como albergue, de acuerdo a la versión oficial.

Probablemente escucharemos que en el “caso La Patria”, como en otros, “todo se hizo de manera legal”, que “no puede haber ilícito porque el remate no se llevó a cabo” y otras cuestiones por el estilo, pero el intento de despojarle al Estado de un patrimonio histórico existió y debe ser investigado.

No hay derecho a tener que dormir con un ojo abierto, ni estar a expensas de que alguien renuncie o “filtre” datos para recién entonces enterarnos de cuestiones que son de carácter público y de sumo interés nacional.

¡Sanos y salvos!

Vivimos días oscuros, a nadie ya le cabe la menor duda. Una epidemia que se expande sin cesar, al igual que el desempleo y la pobreza, más escándalos de corrupción no resueltos, ya eran detonantes suficientes para desencadenar una crisis aguda, a los que ahora se incorporó otro factor que nunca nos abandonó pero que se hallaba en estado latente: La violencia.

Su reaparición se dio primero en el confuso episodio que protagonizaron efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta(FTC) y del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), en Yby Yaú, que arrojó como saldo la muerte de dos niñas de 11 años. Y este miércoles, apenas 7 días después, se hizo nuevamente presente con el secuestro del exvicepresidente de la República, Óscar Denis, y de un empleado a su cargo, Adelio Mendoza, ocurrido en la zona de Bella Vista norte (Amambay), que se le atribuye a la misma banda criminal.

Cualquier secuestro conmociona, como lo demostraron todos los casos anteriores, pero cuando se trata de una persona pública de vasta trayectoria política, como Denis, en un contexto de por sí “volátil”, como el actual, las cosas se tornan aún más complicadas y sus consecuencias difíciles de prever.

El gobierno reaccionó esta vez con más cautela, al menos hasta ahora. Su porta voz, el ministro del Interior Euclides Acevedo, anunció el “despliegue de fuerzas en la zona” con el fin de rescatar a los secuestrados. Pero algo más, también deslizó una caracterización de lo acontecido al señalar la connotación política que reviste el hecho, lo que genera mayor incertidumbre respecto al posible curso de los acontecimientos.

¿Por qué lo de la incertidumbre? Porque si bien esta se halla presente en actos similares que persiguen objetivos extorsivos, en estos casos se presume que al aceptar las demandas de los captores o acordar lo que fuere en esta materia, se pondría fin al cautiverio, pero si el móvil fuera político, como dice Euclides, el escenario que se abre es más incierto.

Siguiendo el hilo que dejó abierto el ministro, en gran medida compartido por periodistas, analistas y otros actores, las preguntas serían si la banda criminal quiere negociar algo, que desconocemos, o si es un acto de venganza, una “réplica” a lo sucedido en Yby Yaú, lo que disminuiría sensiblemente las posibilidades de que todo esto termine de manera favorable.

Nosotros, demás está decirlo, no lo sabemos y sería irresponsable avanzar en este terreno, hasta tanto surjan más informaciones al respecto, sea porque se pronuncien los secuestradores o por los datos que divulguen el Gobierno y los organismos de seguridad, que claramente fueron sorprendidos por este desgraciado acontecimiento, lo cual deberá ser motivo de análisis y necesarias rectificaciones posteriormente.

La prioridad ahora es bregar por la recuperación de Denis y Mendoza sanos y salvos. Ese es nuestro mayor deseo, por ellos, por sus seres queridos, que están pasando por una de las peores angustias que pueda sufrir cualquier ser humano, y también por el país, que de otro modo se hundiría en un remolino de disputas y confrontaciones del cual sería más difícil salir.