“Canguro en Casa”, una alternativa confiable para delegar el cuidado de los niños

Cuando surge algún acontecimiento y se dificulta conseguir una persona para cuidar a los niños en casa, Canguro en Casa se convierte en una interesante alternativa que permite contratar a cuidadoras debidamente capacitadas para dicha tarea.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Es sábado, hay invitación para asistir a un casamiento y ningún familiar está disponible para encargarse de los niños. O bien, llega la cena de fin de año del trabajo y los hijos no tienen con quién quedarse durante la noche.

Son situaciones con las que muchos padres deben lidiar cada tanto, siendo un asunto de vital importancia el cuidado de los niños y, principalmente, la elección de la persona que quedará bajo su resguardo durante las horas de ausencia.

Para este tipo de dilemas, existe una alternativa: Canguro en Casa. Se trata de una empresa dedicada al servicio de cuidado de niños a domicilio a través de cuidadoras, llamadas “canguros”, que son contratadas conforme a las necesidades del cliente.

Belén Saldívar, directora de Canguro en Casa, en entrevista con HOY cuenta que la idea nació cerca de 10 años atrás luego de que junto con otras dos amigas con quienes empezaba el proceso de la maternidad se hayan percatado que no existía un servicio que ofrezca cuidadoras.

Belén Saldívar, directora de Canguro en Casa.

Ante el vacío existente en este rubro, decidieron organizarse y empezar este emprendimiento que permite a los padres contratar mujeres de confianza como cuidadoras, las cuales se encuentran debidamente capacitadas para desempeñar esta labor.

A la fecha, existen más de 250 “canguros” que se encuentran trabajando para la organización. Las mismas recibieron capacitación mediante un curso de cuidado infantil inicial y fueron sometidas a un test denominado “Cuida”, implementado en países como Estados Unidos y Canadá y que sirve para validar las habilidades de cuidado de padres adoptantes.

Eso nos ayuda a conocerlas mucho y también a que ellas mismas se conozcan para identificar los tipos de servicio a los que quieren apuntar“, afirmó Saldívar. Sobre el punto, explicó que existen distintos perfiles de “canguros” conforme a cada necesidad, pues están las que se enfocan netamente en el cuidado de niños pequeños y también las que realizan un acompañamiento más integral, brindado servicios adicionales de chofer, apoyo escolar, etc.

Canguro en Casa ofrece dos tipos de servicios: el de contrato regular para cuidadoras que trabajan de manera fija con las familias y los contratos ocasionales para situaciones concretas donde los padres deban delegar la tarea de cuidado a terceras personas, como eventos, actividades, viajes, etc. A la par, también ofrecen los servicios de “enfermera canguro” y de búsqueda y selección de perfiles para familias.

En cuanto al sistema de trabajo, Saldívar explicó que brindan una gran oportunidad para mujeres de diferentes edades, ya que brindan flexibilidad y pago justo acorde a la tarea desempeñada, en un ambiente seguro y con buenas condiciones laborales. “Si sos estudiante, estás en proceso de tesis, querés trabajar solo medio tiempo o fines de semana o si tenés solo las mañanas libres, Canguro en Casa es una excelente oportunidad“, agregó.

En el año 2022, Canguro en Casa se presentó a una convocatoria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para ampliar los servicios de cuidado, logrando una mención de honor del organismo multilateral luego de dicha postulación.

Otro aspecto destacado es que lograron obtener la habilitación del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) para crear el primer Instituto Técnico Superior para profesionalizar el cuidado de niños en Paraguay, lo cual es posible a través del Instituto Santa Catalina (ISC).

Con esta tecnicatura, las niñeras y cuidadoras tendrán una formación profesional para dedicarse a esta importante y delicada tarea, bajo el aval de profesionales que las acompañarán en todo el proceso de especialización, destacó Saldívar.

Reunión con la ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo.

Recientemente, la organización recibió la invitación de parte de la ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo, quien les hizo la propuesta para trabajar con ellos en Ciudad Mujer con el objetivo de desarrollar cursos de capacitación dirigidos a mujeres que buscan desempeñarse en esta actividad.

Nuestro lema es que ‘no improvisamos’, por eso decimos también que las familias no pueden improvisar la contratación de la persona para el cuidado de sus hijos. Ahí es donde entramos nosotros a profesionalizar el servicio, ayudar a conocer a las cuidadoras, ver sus referencias y capacitarlas”, sostuvo la directora de Canguro en Casa.

Para contactar con Canguro en Casa, uno puede contactar al número 0985 336 846 o buscarlos en redes sociales como @canguroencasapy.

Dos caminos para entender la sociedad capitalista moderna

La humanidad vivió una suerte de torbellino a lo largo del siglo XIX y principios del XX. La Revolución Industrial, la eclosión del capitalismo, el crecimiento acelerado de las ciudades y el avance de la ciencia -a costas de la religión-, jugaron su parte en la formación de un mundo con diferente dinámica y formas de ver y entender la vida.

Por Gonzalo Cáceres - periodista

De esta surgieron hombres y mujeres que intentaron darle cara a aquellos agitados tiempos, quienes, casi por norma, tienden a aparecer juntos en los manuales de sociología y filosofía contemporánea, aunque sus formas son tan distintas como profundas. Karl Marx es el referente teórico del conflicto de clases y del materialismo histórico. Por su lado, Max Weber se erige como el analista del sentido subjetivo y de la racionalización moderna. Estos grandes pensadores se propusieron interpretar la dinámica de la sociedad capitalista, pero lo hicieron desde perspectivas casi contrapuestas.

La lucha de clases

Karl Marx (1818-1883) fue un intelectual alemán cuyo espectro de estudio abarca economía, filosofía, historia y política. Nació en una acomodada familia de origen judío, se formó en filosofía y fue influenciado por la inspiración de Hegel, aunque no tardó en desarrollar su propia visión del devenir histórico.

Marx tiene su punto de partida en el denominado materialismo histórico; teoría que sostiene que las condiciones materiales de existencia (la forma en que los seres humanos producen lo necesario para vivir) determinan las estructuras sociales, políticas e incluso las ideas. Decía que “no es la conciencia la que determina el ser social, sino al revés: el ser social determina la conciencia”.

Cree que la economía es la base sobre la que se levantan todas las demás estructuras. Religión, política, derecho y cultura son, en su visión, “superestructuras” que reflejan los intereses de la clase dominante.

Desde esta perspectiva, Marx analiza la historia como un proceso de transformación basado en el conflicto entre las distintas clases sociales. Cada modo de producción (esclavismo, feudalismo, capitalismo) lleva en su interior contradicciones que desembocan en su propia destrucción. En el capitalismo, la contradicción principal se da entre dos clases: la burguesía, que posee los medios de producción (fábricas, tierras, capital) y el proletariado, que solo tiene su fuerza de trabajo (que vende a cambio de un salario).

Marx sostiene que esta relación es explotadora: el capitalista se apropia de la plusvalía (el valor que el trabajador produce por encima de lo que se le paga), lo que eventualmente desemboca en crisis económicas, desempleo, precarización de los trabajadores y concentración de la riqueza.

El objetivo final del autor de El Capital no es solo interpretar el mundo, sino transformarlo. La emancipación del proletariado implicaría una revolución que dé lugar a una sociedad sin clases, donde los medios de producción sean comunes y el trabajo se organice en función de las necesidades sociales, no del lucro.

Weber: el mundo desencantado

El también alemán Max Weber (1864-1920) nació algunas décadas después que Marx. Fue profesor, jurista, economista y sociólogo. Aunque conocía a fondo la obra de Marx y la respetaba, propuso un enfoque radicalmente distinto.

Weber parte de una idea central: la acción social sólo puede entenderse teniendo en cuenta el sentido que los individuos le otorgan. En lugar de enfocarse en grandes estructuras que oprimen -o determinan a las personas (como hacía Marx)-, Weber se interesa por cómo las personas comprenden el mundo (y actúan en consecuencia), lo que se conocería como el método de “verstehen (comprensión)”.

A diferencia de Marx, Weber no cree que exista un único factor común en los fenómenos sociales (como la economía). En su visión, la realidad social es multicausal y compleja: economía, religión, derecho, política y cultura interactúan constantemente.

Uno de sus aportes más importantes está en su análisis del surgimiento del capitalismo moderno. En su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Weber muestra que ciertas creencias religiosas (particularmente del calvinismo) favorecieron el desarrollo de una mentalidad racional, disciplinada y orientada al trabajo productivo.

Si bien no era un defensor del capitalismo, a Weber le preocupaba más el proceso de racionalización de la vida moderna (la creciente importancia de la eficiencia, el control, la burocracia y las reglas impersonales). En ese contexto, hablaba de una “jaula de hierro”: un mundo donde las personas quedan “atrapadas en sistemas que no comprenden ni controlan (la libertad individual se ve sofocada por un aparato racional que, paradójicamente, es irracional en términos humanos)”.

Weber insistió en que las ideas, las creencias y las motivaciones tienen un peso real en la transformación histórica (o todo se reduce a la lucha económica).

En sintonía y en desacuerdo

Tanto Marx como Weber ven en el capitalismo moderno una forma de organización social que tiene consecuencias negativas para el individuo. Marx lo considera explotador y alienante; Weber, una fuente de deshumanización y pérdida de sentido, porque se ha roto con formas anteriores de vida y creado nuevas lógicas sociales.

Marx asocia el capitalismo con la industrialización y la propiedad privada; mientras que Weber lo hace, pero con la racionalización y el desencantamiento del mundo.

Cada uno, a su manera, rechazó la especulación vacía y proponía herramientas metodológicas para analizar lo real.Según Marx, el cambio definitivo vendrá a través de la revolución y el derrocamiento del sistema capitalista. Weber, por el contrario, no propone ninguna vía de transformación radical. Su proyecto es más modesto, aunque no menos valioso: entender el mundo, incluso cuando no ofrece respuestas satisfactorias.

Dos modos distintos de pensar la sociedad

Lejos de oponerse de forma simplista, sus ideas pueden leerse en tensión creativa. Uno estructural y revolucionario; otro interpretativo y desencantado. Uno propone el cambio como liberación de una opresión histórica; el otro advierte sobre los peligros de una modernidad que avanza “sin alma”.

Marx nos alerta sobre las injusticias materiales y la necesidad de transformación estructural. Weber nos invita a mirar la complejidad de los fenómenos humanos y a no perder de vista el sentido en medio de la racionalización.

Ambos, desde su lugar, siguen siendo imprescindibles para comprender las dinámicas del poder, la desigualdad, la cultura y el sentido en las sociedades contemporáneas. En un mundo que cambia vertiginosamente, las preguntas que ellos se hacían siguen abiertas. Tal vez no podamos responderlas por completo, pero al menos podemos formularlas mejor gracias a ellos.

Un gran paso contra el VIH: en Paraguay se celebra el avance, pero preocupan las cifras

Desde Estados Unidos esta semana llegó una gran noticia en cuanto al avance en salud. Un medicamento inyectable contra el VIH fue aprobado para ser utilizado en humanos. Para nuestro país representa una gran oportunidad de evitar un mayor número de infecciones, ya que actualmente se tienen cifras que encienden las alarmas de los encargados de salud.

Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)

Desde hace décadas, incluso en Paraguay, existen medicamentos para prevenir la transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sin embargo, se requiere la ingesta de píldoras diarias.

Esta semana el mundo se vio sorprendido ante el anuncio de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), sobre la aprobación del primer medicamento inyectable, bajo la marca Yeztugo por el laboratorio farmacéutico Gilead, consistente en dos inyecciones anuales.

La reacción en nuestro país no se hizo esperar. Desde el Programa Nacional de Control de VIH/SIDA/ITS (Pronasida) celebran el avance histórico, que también representa una oportunidad para toda la población paraguaya.

“No es una vacuna, pero tiene una eficacia del 100% para prevenir nuevas infecciones. Es un medicamento antiviral que se aplica de forma subcutánea dos veces al año”, explicó a Universo 970 AM de Nación Media, la doctora Elena Candia, directora general del Pronasida.

Asimismo, la jefa médica aclaró que el inyectable está dirigido a personas libres de infección, pero con riesgo inminente. “Uno de los principales requisitos es que la persona tenga una prueba de VIH negativa y luego se hace una evaluación de riesgo. Existen conductas que suponen un mayor riesgo de infección”, indicó.

Sobre la situación en Paraguay, Candia señaló que la epidemia está concentrada en ciertas poblaciones, como el caso de los hombres que tienen sexo con hombres y los trabajadores del sexo en general, además de aquellas que mantienen relaciones sexuales sin protección con varias personas.

Asimismo, la doctora sostuvo que el VIH es una de las áreas en donde más avances hubo en materia de prevención y tratamiento. “Hoy una persona con VIH es considerada una persona con una condición crónica, pero que puede llevar una vida absolutamente normal en el caso de que siga todos los tratamientos”, explicó.

Al respecto, resaltó que la expectativa de vida actual de una persona con VIH es la misma que la de otra persona sin la infección.

Por otro lado, adelantó que se encuentra en curso otra investigación sobre la aplicación intramuscular de forma anual y así facilitar cada vez más a las personas el acceso a la prevención de la infección.

Delicias de Juju: los sabores del Líbano que conquistaron Asunción

Joumana Rahal no es chef. Nunca pisó una escuela gastronómica ni soñó con abrir un restaurante. Pero tiene algo más poderoso: un corazón lleno de recuerdos, una memoria repleta de aromas y una cocina que late con cada plato que prepara.

Así nació Delicias de Juju, una marca que lleva ocho años acercando al paladar paraguayo lo mejor de la comida casera libanesa, con ingredientes auténticos, recetas familiares y el alma cálida de su creadora.

Su historia comienza muy lejos de Asunción, en el Líbano. “Yo nací y crecí allá”, recuerda, en un ambiente donde la cocina era el centro de todo. A los 17 años dejó su país natal y se mudó a Brasil, tras casarse con un brasileño de raíces libanesas. Pero fue en Paraguay donde encontró su verdadero hogar. “Hace casi 33 años estoy acá. Me encanta la nación. La gente es tan buena, tan amable. Nunca sentí que cambié de país”, confiesa emocionada en una entrevista en el programa Residentas, del canal GEN.

En 2017, animada por amigas y familiares, se lanzó a compartir lo que mejor sabía hacer: cocinar como su mamá, su abuela, sus primas. “No tengo estudios en gastronomía, todo lo aprendí mirando”, relata. Cocina como le enseñaron en casa, con esa paciencia y amor de las mujeres de su vida. Así, con el aroma del zaatar, el comino y el siete especias, comenzó a nacer una pequeña revolución de sabores.

La cocina como un puente entre culturas

En cada bandeja de sfiha y en cada bocado de kibbeh, hay una historia que contar. Cuando cocina, siempre tiene una sonrisa porque cada plato posee un recuerdo. Es como volver a su infancia. Ella no trabaja sola: la acompaña un equipo de mujeres que conoce bien sus secretos. “Ellas ya saben cómo me gusta que salga todo”, afirma con orgullo.

Una de las claves de su autenticidad es el uso de ingredientes importados directamente desde el Líbano. “Antes era muy difícil conseguirlos. Ahora llegan los productos”, explica. De hecho, su papá y sus suegros producen aceite de oliva en su país y se lo envían especialmente para sus preparaciones. “Es 100 % puro, con un sabor que no se consigue en ningún otro lugar”.

Un menú lleno de tradición… y también de tendencia

Aunque Juju confiesa que no tiene un plato favorito -“me gustan todos, depende del clima y con qué se acompañe”-, las sfihas y los dulces libaneses tienen un lugar especial. Crujientes, dorados, con frutos secos y mucha miel, cada uno de ellos es un pedacito del Líbano en la mesa paraguaya.

Pero Juju también se permite innovar. Uno de sus últimos éxitos fue recrear el viral “Chocolate de Dubai”, una receta que surgió de una pastelera egipcia-inglesa embarazada que tenía antojos, y que recorrió el mundo en redes sociales. “Lo hicimos en septiembre del año pasado. Lleva crema de pistacho, chocolate, y un relleno crocante tipo canapé. Cuando lo mostramos, fue una sensación”.

Hecho con amor, entregado con el corazón

Delicias de Juju funciona exclusivamente por pedidos, a través de su página web y WhatsApp. La atención es personalizada, y cada bandeja que sale de su cocina lleva el sello de su pasión. “Yo quedo feliz cuando mis clientes me escriben y me dicen que sintieron el cariño con el que cocino. Eso es lo que más me llena”, asegura.

Juju no solo alimenta el cuerpo: alimenta también el alma. En su cocina se mezclan culturas, se cruzan generaciones y se conservan tradiciones. Y todo, con una simple premisa: cocinar con el corazón.

Para pedidos, comunicarse al (0982) 473-385 o encontrarlos en redes como @delicias_dejuju.