El club que vive de la cachaca

Un club que vive para el fútbol pero que depende de la música y la fiesta, sueña con volver a la Primera de nuestro fútbol. Un breve repaso por la historia del Club Colegiales.

“Si seguís rechazando así la pelota, Zacarías te va a llevar a Colegiales” era una frase en guaraní que se hizo popular en los torneos de fútbol barriales de los alrededores del club Colegiales, en Cuatro Mojones, cuando algún jugador “reventaba” el balón para alejar del área o de alguna jugada que podría significar un peligro de gol para el arco defendido.

La peculiar expresión hacía referencia a Juan Desiderio Zacarías, quien dirigió durante 20 años al club Colegiales y quien es además, por lejos, fue el técnico paraguayo con el récord de permanencia en dicho cargo. Ningún otro DT se acerca ni cerca de estos números. Zacarías tomó el timón rojo en 1979 y dirigió al equipo hasta el 2001.

En dos décadas, Zacarías le había dado un estilo a Colegiales, sobre todo en lo referente al aspecto defensivo. Tal vez, una consigna que resume esta técnica puede ser la que utiliza un conocido periodista argentino de la Cadena Fox y que hoy es muy recurrente: “Saque si quiere ganar”.

UNA HISTORIA FAMILIAR

Colegiales es un club que nació como una iniciativa familiar. Se fundó el 6 de enero de 1977 y en principio, tenía el nombre de “El Colegio”, igual al de una librería, que era el emprendimiento de los hermanos Juan, Emilio, Marciano, Lorenzo, Atilio y Roberto Zacarías en ese tiempo (y que sigue vigente). Sin embargo, años después, se cambió el nombre por el definitivo “Colegiales” y se instaló como institución en la zona de Cuatro Mojones, en Lambaré, en la frontera con Villa Elisa.

Además del estadio “Luciano Zacarías” y las piscinas, también en Cuatro Mojones se habilitó el tinglado que con el paso de los años se convirtió en toda una institución del baile. El club habilitó un combo que al final resultó explosivo para los intereses deportivos de la propia institución; fútbol más baile, cerveza y mucha cumbia, sería un cóctel muy irresistible para varios de sus jugadores, que muchas veces tenían más ganas de levantar los manos en la pista de baile que intentar una gambeta en la cancha.

“Sí, pero nosotros ya sabemos todas sus mañas (de los jugadores). Cuando vemos que hay personas con quepis o que se ponen una capucha y no entran luego a la pista, sino que recorren nomás por los costados, ya sabemos que son nuestros jugadores” explica el presidente de la entidad Javier Zacarías, hijo de Emilio Zacarías, uno de los fundadores del club.

El pasado 6 de junio, el “Tinglado de Colegiales” celebró su 40º aniversario. Hubo fiesta, música y delirio. Son cuatro décadas de fiestas que representan un ingreso importante para el sostenimiento económico del club. “Quién más, quien menos vino alguna vez al Colegiales a bailar” sostiene Javier Zacarías.

En la memoria colectiva de la gente queda aquella frase –que no obstante se escucha hasta estos tiempos en las radios locales– de“El rey del picnic” acompañado del famoso grito de colegiales, en la voz del maestro “Nene” Fariña.

Como todo lugar que reúne música, bebidas alcohólicas y mucha gente, el descontrol siempre aparece como una posibilidad. En ese sentido, el tinglado de Colegiales no escapa a los problemas de la violencia. Sin embargo, en la comisaría local, los reportes no pasan de situaciones por peleas o algunos disturbios mínimos.

Charly y su pantalón

Si bien Colegiales se caracteriza por la música de estilos cumbia y cachaca, en 1987 se gestó algo histórico para el mundo musical paraguayo. En noviembre de dicho año, el ídolo de rock sudamericano Charly García tenía que presentarse en Asunción para su primer concierto en Paraguay.

Las crónicas periodísticas de la época –facilitadas por el colega Orlando Salerno– rememoran que Jerónimo Segovia, presidente de la “Comisión de Moralidad” de la Junta Municipal de Asunción, solicitó oficialmente que se suspenda el concierto, marcado entonces para el 20 de noviembre. A esta solicitud se le sumó la prohibición de un juez local de que menores de edad accedan al recital.

Ante esta situación, se determina finalmente que el concierto se realice fuera de Asunción y fue así que el 25 de noviembre de 1987, Charly García canta por primera vez en Paraguay en el Luciano Zacarías. “El estadio de Colegiales se llenó de público y de aplausos” se lee en la edición del día siguiente del periódico “El diario”, que publica una reseña sobre el concierto con fotos y un destaque de página completa.

“El 99,9 % de nuestros ingresos provienen de nuestros domingos de picnics. La cachaca es lo que nos mantiene como club de fútbol” dice Javier Zacarías. Alega que esta situación obedece, entre otros factores, al poco apoyo que se recibe en la categoría en la que están ahora (Primera B, antiguo Primera C) y que el objetivo es llegar a la Intermedia, para pelear por auspiciantes y más publicidad.

La realidad de un club que milita en la categoría de la Primera B es muy diferente a los clubes de élite. Los ingresos son exiguos y los dirigentes deben buscar financiamiento de donde sea para poder sobrellevar los gastos. El torneo es largo y desgastante –actualmente participan 18 equipos– para cualquier entidad. Hay que tener resto económico para aguantar y pelear por el sueño de ascender a la categoría Intermedia.

Javier Zacarías explica en números: “Si querés mantener la categoría y estar ahí a mitad de tabla, el gasto es de unos G. 400 millones al año (unos 33,3 millones al mes). Si querés pelear para subir, el gasto se duplica. Como mínimo, tenés que poner unos G. 700 millones al año (G. 58 millones al mes). Nosotros llegamos a la final en el 2017 y tuvimos un gasto de G. 900 millones. Y es gasto, porque no subimos y esa plata no se recupera” dice el dirigente.

CAMPEONATO Y DECLIVE

La historia de Colegiales habla de un club que supo mantenerse durante años en la categoría Principal, entre los años 80, 90 y principio del 2000. Incluso se coronó campeón del torneo República en 1990 y llegó a la final del campeonato Apertura en 1999.

Quizás el momento más importante de la historia colegial, como club deportivo, se dio en 1995, cuando llegó a la semifinales de la extinta Copa Conmebol. Además, llegó a jugar la Copa Libertadores en dos ocasiones, en 1991 y 2000. Sin embargo, esta buena racha se cortó abruptamente. Apenas un año después de jugar su última Libertadores, en el 2001 descendió a la Intermedia.

Este descenso marcó la debacle. Dos años después, en el 2003, Colegiales descendió a la Primera B y si bien logró recuperarse, desde entonces no logra llegar a la Intermedia y mantenerse definitivamente en la categoría semiprofesional.

EL RENACER

“El club está renaciendo” dice su presidente. “La idea de este año es llegar lo más lejos posible en el campeonato actual”.

Entre los jugadores más destacados de la cantera colegial, se puede mencionar un caso reciente; Juan Escobar Chena, el nuevo jugador del Cruz Azul de México, se inició en Colegiales. Desde la Escuela de fútbol hasta llegar a la Primera, para luego ser transferido al Sportivo Luqueño. Un par de temporadas en Luque le valieron a Escobar llamar la atención de Cerro Porteño, que se hizo de sus servicios para el 2018 y desde entonces no paró.

“Muchos acá en el club no se enteraron de que Chena se llamaba Juan Escobar. Porque acá, para nosotros, siempre fue ‘Chena’ nomás luego. Él pues es Juan Escobar Chena y no sé por qué se lo conocía por su segundo nombre. Muchos cuando lo vieron recién jugar en Luque se enteraron de su nombre y primer apellido”, recuerda Zacarías con alegría.

Además de Escobar, otros grandes jugadores que surgieron de las canchas de arena roja de la escuelita de fútbol del Colegiales fueron Delio Toledo, Gabino Román, entre otros. Delio llegó a ser figura de la selección nacional y se mantuvo varias temporadas en el fútbol europeo, incluso.

En los 90, por la potencia de los bafles se podía escuchar la música de Colegiales que inundaba todo el barrio. Cuando llegaba la medianoche, el anuncio de cada domingo: “Próximamente Bronco en Colegiales…”, decía el locutor.

Juan Escobar Chena, el nuevo jugador del Cruz Azul de México, se inició en Colegiales.

En aquellos tiempos, era un sueño casi lejano tener a este grupo mexicano en Paraguay. Según dicen, este anuncio no era otra cosa que una señal de que el encargado de la fiesta ya estaba un poco pasado de copas.

Sin embargo, en el 2013, aquel sueño se hizo realidad con la presencia de Guadalupe Esparza y su Bronco en Colegiales.

Y en eso anda este club de fútbol: en noches, cumbias y cachacas.

El sueño ahora es volver a Primera.

Alerta sobre explosiva mezcla: un cóctel muy riesgoso para la salud

La mezcla de bebidas alcohólicas con energizantes, muy popular entre los jóvenes, puede ser muy peligrosa, ya que aumenta el riesgo de intoxicación, comportamientos arriesgados y efectos negativos en la salud.

La combinación de alcohol con energizantes se convirtió en una tendencia entre los jóvenes, debido en parte a la percepción de que los energizantes pueden contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una sensación de estar más alerta y en control. Esto, reforzado por la publicidad y el marketing.

En la búsqueda de experiencias intensas y emocionantes, los jóvenes creen que este cóctel permite disfrutar de la fiesta por más tiempo sin experimentar la fatiga asociada al consumo de alcohol. Sin embargo, muchos desconocen los peligros que hay detrás de esta riesgosa práctica.

Los estimulantes de la cafeína en los energizantes pueden enmascarar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una falsa sensación de sobriedad. Esto puede resultar en un consumo excesivo de alcohol y un mayor riesgo de intoxicación. Además, la combinación de alcohol y cafeína puede aumentar el riesgo de comportamientos arriesgados o impulsivos.

La doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, reconoció que la combinación de bebidas alcohólicas con energizantes es una mezcla explosiva. Esto, a raíz de que las personas pierden la noción de los síntomas depresivos que el alcohol normalmente ocasiona en el organismo. Se trata de un “cóctel riesgoso para la salud”.

La experta resaltó que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y las bebidas energizantes, por el contrario, son estimulantes. Por ello es que, las bebidas energizantes enmascaran los síntomas depresores del alcohol y hacen que las personas consuman de una manera engañosa.

Dentro de los componentes que poseen los energizantes sobresalen la cafeína, vitaminas, guaraná y son varias sustancias que se van mezclando para brindar esa característica particular de dar energía al organismo, según detalló a la radio 650 AM.

“Debemos estar preparados para afrontar las complicaciones que pueden darse por esa mezcla. Se desaconseja el consumo de estos productos en personas que están con problemas cardíacos, que sufren de hipertensión, las embarazadas, los diabéticos y los menores de 16 años. Los adolescentes están en una etapa de reconocimiento de los límites que tienen, entonces esos límites fácilmente se van de un extremo a otro, es por eso que desaconsejamos el consumo de esta mezcla”, subrayó.

Por su parte, el médico pediatra Robert Núñez había mencionado que los energizantes son la segunda sustancia más consumida por la franja etaria de entre 13 y 17 años, después del alcohol. Mayormente, los adolescentes consumen por curiosidad, y tres de cada cuatro menores de edad hacen la peligrosa mezcla de ambas sustancias.

Si bien es importante resaltar que esta mezcla no está prohibida (consumo del alcohol solo en mayores de edad), se deben conocer cuáles son los efectos nocivos de la misma en el organismo, de modo a evitar alguna complicación y desgracia que lamentar.

Estrella Roja: el socialismo marciano de Bogdánov

Podemos decir que Aleksándr Bogdánov fue un adelantado a su tiempo. En 1908 publicó Estrella Roja, una entretenida novela de ciencia ficción de inspirada naturaleza marxista, con la que se adelantó casi una década a las traumáticas revoluciones de febrero y octubre de 1917; que desembocaron en la llegada del Partido Bolchevique al poder en Rusia, el fin de 300 años de gobierno de los Románov y el posterior nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

Alexander Alexandrovich Bogdánov (1873-1928) fue un revolucionario comunista bielorruso de múltiples talentos: escritor, médico, economista, científico y filósofo, también se formó en psiquiatría. Fundador del Partido Bolchevique, y de influencia significativa en el desarrollo de la teoría marxista en Rusia, ostentó una reconocida militancia política y el estrecho contacto que tuvo con Vladimir Lenin, al tiempo de evidenciar su relación con los más radicales movimientos obreros.

Pese a sus grandes aportes filosóficos, científicos y a las letras, Bogdánov no tuvo la misma repercusión en Occidente que la que sí vieron los monstruos de la literatura rusa como León Tolstói y/o Fiódor Dostoyevski, a razón -principalmente- de las escasas traducciones de sus novelas y otros escritos.

Pero hablemos de Estrella Roja, su principal y más conocido trabajo.

MARCIANOS COMUNISTAS

Estrella Roja aborda una serie de cuestiones políticas que reflejan los debates de la convulsa época en que fue escrita. El libro abraza al socialismo como ideal utópico, la lucha de clases y la revolución como temas de fondo, y una crítica al capitalismo y al papel del individuo en la sociedad socialista.

Precursora de la ciencia-ficción soviética, Estrella Roja se erige como una suerte de ventana por dónde observar el idealismo de la entonces incipiente era de las revoluciones industriales en la lúgubre Rusia de los zares que, tras la eclosión de las revueltas incitadas por los soviets, dio lugar a la redefinición de las clases sociales, lo que concibió una nueva relación con los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la literatura.

El libro conjuga dos rasgos fundamentales y necesarios para la literatura de su época y de nuestros días: la imaginación y la utopía, porque además de fungir de testimonio político de su autor, también es considerada por los críticos como una de las primeras novelas sobre exploración espacial.

Bogdánov plasmó su visión de un futuro basado en la concepción de la igualdad social.

La trama se desarrolla en un futuro distante donde la humanidad pegó el salto tecnológico y emprendió la colonización de Marte. La historia sigue el viaje del ingeniero Leonid, quien llega al ‘planeta rojo’ y se sumerge en la sociedad marciana, que difiere significativamente de la que continúa en la Tierra.

La civilización humana en Marte alcanzó un estadio sin división de clases, donde todos sus miembros contribuyen según su capacidad, y reciben según necesiten; un sistema de características propias como ser, la economía planificada, el unipartidismo y la férrea dirección de las relaciones interplanetarias, lo que en la actualidad podemos interpretar como socialismo en la más exorbitante fase.

De forma intrínseca, Bogdánov reflexiona sobre la naturaleza de los humanos y el progreso social, y expone la forma -idealista- en que el socialismo puede transformar las relaciones y crear un mundo sin abusos de las clases dominantes, a priori más justo y equitativo, sin la odiosa brecha económica.

A través de Leonid, el lector atestigua una civilización humana harta de innovaciones con repercusión en el transporte, la generación y suministro de energía (ya trata, por ejemplo, la idea de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables) y las comunicaciones, y con una medicina tan avanzada que las enfermedades graves son de extrema rareza y la longevidad moneda corriente, con novedosos procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico.

Estrella Roja gozó de popularidad luego de plasmarse la Revolución Rusa y con la llegada de las generaciones soviéticas que vivieron los insistentes intentos de la URSS por desarrollarse como potencia mundial (la afamada carrera armamentista y espacial).

A Bogdánov se le reconoce explotar ideas hasta exageradas para su contexto, de ahí su importancia para la literatura universal. Estrella Roja permeó en menor o mayor medida en grandes novelas posteriores como Marte Rojo (1992) de Kim Stanley Robinson, Los Desposeídos (1974) de Ursula K. Le Guin, el Hombre de Marte (1946) de Stanislaw Lem y hasta hay quien asegura que el mismísimo Isaac Asimov se vio influenciado para la serie de la Fundación (1961-1993).

TRÁGICO FINAL

Después de la revolución, Bogdánov se centró en el trabajo en biología y medicina. En 1926 encabezó el primer instituto en el mundo de transfusión de sangre, lo que terminó en su trágico y evitable final.

Bogdánov falleció el 7 de abril de 1928 a raíz de una infección que contrajo tras un fallido experimento médico con transfusiones de sangre (dicen que recibió volúmenes de diferentes jóvenes en un intento de dar pie a su teoría del ‘colectivismo fisiológico’), lo que generó interés y debate a lo largo del tiempo (terminó como ejemplo en las grandes universidades).

Aunque su obra literaria y científica sigue siendo relevante, aquel experimento final y su resultado fatal marcaron su legado.

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Bolardos en San Lorenzo: protección para ciclistas, dolor de cabeza para automovilistas

San Lorenzo fue escenario de llamativos percances automovilísticos semanas atrás, específicamente en la avenida Victorio Curiel, donde los protagonistas no fueron precisamente los conductores, sino unos bloques de cemento conocidos como “bolardos”, colocados para dividir la bicisenda, pero ¿para qué realmente sirven?

Imprudencia, falta de atención y alta velocidad, los factores que, sobre esta avenida situada en Capilla del Monte causaron los reiterados accidentes donde los bolardos provocaron graves daños materiales.

Los bolardos se encuadran dentro del mobiliario urbano, y son los elementos que sirven para realizar delimitaciones de espacios, ya sean fijos o temporales. Muy útiles para limitar el acceso de vehículos y que los conductores sepan cuando se están aproximando a algo con lo cual, si colisionan, podrían generar accidentes.

Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.

La Arq. Evelyn Madelaire de la Municipalidad de San Lorenzo explicó que estos delineadores tubulares, bolardos, fueron instalados en esa avenida para lograr una mayor seguridad vial, a fin de que los conductores puedan captar los obstáculos que tienen para circular, en este caso, una bicisenda.

“Los bolardos por definición son elementos que cumplen dos objetivos, en primer lugar, segregar, es decir, dividir lo que es el tránsito vehicular de la bicisenda. Y en segunda instancia, proteger, dar seguridad a los usuarios en mayor situación de vulnerabilidad, en este caso, el ciclista”, expresó durante una entrevista en el canal GEN/Nación Media.

Bolardos de cemento. Foto: Nación MediaBolardos de cemento. Foto: Nación Media

Vittorio Curiel es una avenida urbana que pasa por una zona residencial y una mixta, no es una autopista. La arquitecta indicó que, en ese trayecto, los vehículos circulaban a 80 km/h e incluso más, cuando deberían ir a 40km/h. Ante esto, se colocaron los bolardos.

Sin embargo, la alta velocidad todavía juega una mala pasada a los conductores que circulan por esa zona.

Apenas días después de que se colocaran estas barreras de cemento, dos automóviles atropellaron y destruyeron, no solo sus vehículos, sino también los bolardos hechos de hormigón. Uno circulaba a alta velocidad, el otro intentó adelantarse.

Cabe recordar que, la avenida Vittorio Curiel no es precisamente un trayecto en el que se pueda circular en doble fila, por lo que, insisten en respetar los límites de velocidad permitidos.

Sobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación MediaSobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación Media

¿Cumple o no cumple su función?, estamos viendo que sí cumple su función. Lamentablemente, para ciertos automovilistas, con perjuicio material. Cumple la función de proteger, nosotros no inventamos, no son precisamente necesarios para hacer funcionar una bicisenda, pero se usa”, finalizó Madelaire.

La Municipalidad de San Lorenzo está trabajando en un plan de educación y seguridad vial para que la ciudadanía pueda entender la funcionalidad de los bolardos. Así se buscará evitar que más conductores tengan que lamentar el perjuicio inmenso a sus rodados.