El arte además de bello y sublime, es una gran herramienta de expresión, capaz de desnudar sentimientos y realidades.

En galerías, eventos privados, ferias y fiestas urbanas del Centro Histórico de Asunción es cada vez más frecuente encontrar retratos de la ciudad o fragmentos del día a día en las calles con mucho color sobre lienzos. Es el arte de Guillermo Sanabria, artista plástico que se consolida como referente de una nueva camada de exponentes del arte y derechos humanos.

En conversación con HOY, el joven comenta que le gustó el arte desde prácticamente toda la vida, ya que de muy pequeño sintió atracción por las artes plásticas, pero recién hace 6 años se dedica a ella al 100 %.

En el proceso de búsqueda de un trabajo, la necesidad lo impulsó hacer algo “pero eso nunca pasó, nunca volví a conseguir laburo y seguí dibujando y pintando”, asevera.

Muy solicitado por las firmas y eventos de gran envergadura, su trabajo ya es prácticamente una marca registrada.

“Me gustan mucho las manchas y las líneas, usar colores bien intensos y luego intervenir eso, convertirlas en imágenes figurativas, estoy siempre en una constante evolución e investigación de medios y formas, siempre transmutando pero tratando de mantener siempre el estilo”.

Sobre la esencia de su obras, indica que parten del camino trazado en su propia vida: “Mis obras son muy personales, hablan mucho de mí, de mis vivencias, como las casas coloniales pero inspiradas en los lugares donde yo vivo y crecí”.

ARTE Y POLÍTICA

Y es precisamente esa mirada hogareña y personal la que lo llevó a ser un promotor de los valores y los derechos humanos, razón por la cual su rostro también es reconocido en las iniciativas en beneficio a causas sociales.

“Mi lado de activista es más humano y ciudadano, el arte me funciona para denunciar y expresar lo que pienso, entonces es como que sin querer me involucro en ese grito o marcha por una causa. Es parte de mi vida y soy feliz si una o dos personas se ponen a dudar en lo que creían después de ver una de mis obras o leer un post mío (en redes)”.

En ese sentido, en una época de vaivenes políticos donde la corrupción, las falsas promesas, y las injusticias están a la orden del día, ¿cuál es la situación del arte como elemento de denuncia social? Según Guille, la nueva generación de artistas y comunicadores está empezando a moverse.

“Hay chicos que no tienen idea de lo que es una dictadura y se nota un cambio de conciencia. Aunque me parece muy tibio todo aún, hay más visibilidad gracias a las protestas. Se suele escuchar que uno o dos nomás ‘hacen quilombo’, pero hacen y el mensaje llega a algunas personas y les hace pensar. Otros son los protagonistas ahora”, sostiene el pintor.

A pesar de los muchos intentos y acciones de artistas, las autoridades siguen dejando de lado a la comunidad artística, y Guille considera que se debe a una falta de voluntad política. “El dinero en este país sobra, demasiado, y hay gente preparada y con talento que quiere hacer cosas, pero la corrupción impide el crecimiento por lo que no hay un escenario propicio para desarrollar proyectos”.

Guille aboga por el trabajo conjunto entre artistas, pues solo juntos lograrán que se concreten los objetivos, como la reciente promulgación de la Ley de Fomento al Audiovisual.

En ese sentido articipó recientemente de la iniciativa comunitaria “Llamando las murallas”, desarrollado por un colectivo de artistas, liderado por la Norteamericana Amber Hansen, el cual culminó con la producción de un mural comunitario hecho en el ex Hospital de Clínicas de Sajonia.

“El proceso, el trabajo previo, las reuniones con personas de la comunidad, la convocatoria abierta a artistas y voluntarios que aportaron y dieron su tiempo y talento en este proyecto, toda esa sinergia provocó en mi un enorme aprendizaje que pretendo seguir incrementándolo con proyectos similares. La mejor manera de aprender es aprendiendo con y del otro”, puntualiza.

“ABRIR LA MENTE” PARA PROGRESAR

El arte es libertad e integración, valores que condicen con la naturaleza del ser humano y que cada vez más son objetos de debates en todos partes del mundo, principalmente en Paraguay, un país mayoritariamente conservador; por lo tanto la represión a los derechos fundamentales es una constante.

Uno de ellos, el amor y la unión entre personas del mismo sexo, señalada por la sociedad como una amenaza al ‘diseño original de la familia heterosexual’. Sanabria opina que las etiquetas por sexo y género fueron creadas por los conseravadores para dividir a los seres humanos.

“Vivimos en una sociedad demasiado diversa y no creo en cuestiones de género y de identidades sexuales, para mí es una invención para separarnos nada más. La polarización lo único que hace es perdernos en el camino y empeorar la situación como sociedad”.

Sin embargo, Guille resalta que no todos los progresistas entienden el concepto de igualdad y direccionan la lucha, provocando confusión y el rechazo de la ciudadanía. Sobre el punto comparte su experiencia en la anterior manifestación en contra de la violencia hacia las mujeres en la que se sintió ‘desubicado’ ya que a través de gestos y cánticos repudiaban la presencia de hombres.

“Hay grupos de mujeres con objetivos ambiguos que no entienden el verdadero concepto del feminismo y entran en una guerra de egos. Ser feminista es ir igual uno al lado del otro y discutir a la par. ¿Por qué no dejar que el otro género acompañe una lucha tan importante? El hombre tiene mucho que ver en una lucha de desigualdad”.

Sobre lo que faltaría para llegar al esperado progreso en nuestro país, remarca: “Faltan aclarar los objetivos y entender que la comunidad LGBTI no es minoría. Es una cuestión de conciencia, abrir más la mente y entender que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos”.

“SER FIEL A UNO MISMO”

Guille Sanabria prepara una exposición individual el sábado 15 y domingo 16 de septiembre, donde se podrá apreciar y adquirir obras inéditas. Las mismas incluyen obras encaminadas a la investigación y representación pictórica de arquitectura del territorio nacional, enfatizando en el paisaje urbano actual y sus múltiples influencias de épocas remotas de la historia.

Así también las plantean hallar el límite entre lo abstracto y figurativo. Una línea más emocional donde entre líneas y manchas converge algún que otro texto que cierre (o no) el diálogo con el espectador.

Las personas podrán realizar visitas programadas en horarios a convenir directamente con él a su número particular 0961453890.

Por otro lado, se encuentra trabajando en la publicación de un libro de ilustraciones inéditas con poemas inspirados en sus vivencias, un proyecto en el que asegura va lento pero seguro por lo que aún no cuenta con fecha de lanzamiento.

Finalmente brinda un mensaje a sus colegas y jóvenes que se inician en e mundo del arte. “Hay mucha responsabilidad detrás de ser artista porque creo que uno tiene que aportar algo positivo a la comunidad. Confíen en su talento y sean fieles a sí mismos, a lo que les gusta, a su arte y a lo que quieren decir”.

La puesta relata las vicisitudes de una familia de clase media de Asunción ocasionadas por la novedad del momento: una heladera.

Esta familia reside en un pequeño chalet en un barrio de Asunción en la década de los 60. Marcos, el único proveedor del hogar, se sacrifica para dar a sus hijos una educación privada a pesar de su salario.

Lala, madre y ama de casa, se esfuerza por mantener las apariencias ante una sociedad que juzga a las personas por sus posesiones materiales. Su obsesión por adquirir la última novedad, una heladera, desencadena todos los conflictos familiares.

La obra, “más actual que nunca”, describe una sociedad en la que las personas se endeudan más allá de sus posibilidades para buscar una felicidad efímera y resalta la importancia de la unidad familiar.

La dirección general es de Gerardo Báez, y el elenco lo conforma la sección Beta del primer año del TIA. En él se encuentran la conductora de radio y Tv, Micaela Chamorro y la panelista del programa televisivo ‘Noche de Furia’, Yulieth Muller y la cantante, Daniflor.

Las entradas anticipadas tienen un costo de 45.000 guaraníes, mientras que en boletería se podrán adquirir por 50.000 guaraníes. Pueden adquirirse en secretaría del TIA.

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La nueva adaptación, una película musical, es la segunda versión en pantalla grande del libro de Alice Walker, tras la película de 1985 dirigida por Steven Spielberg, en la que la superestrella de la televisión estadounidense hizo su debut cinematográfico.

“El color púrpura” evoca las pruebas, el sufrimiento y, sobre todo, las agresiones sexuales que enfrentaron muchas mujeres negras en el sur de Estados Unidos a principios del siglo XX.

Ese libro “me fue beneficioso desde la primera vez que lo leí, porque no sabía que existían palabras para contar lo que me había sucedido“, dijo el jueves, Oprah Winfrey durante una proyección en Los Ángeles.

“Fui violada cuando tenía 14 años y tuve un hijo, que luego murió, y no tenía palabras para explicarlo“, explicó la presentadora, hoy considerada una de las mujeres más exitosas del mundo.

“El color púrpura” cuenta la historia de Celie, una joven negra de la zona rural del estado de Georgia, en el sur de Estados Unidos, que es violada por su padre y obligada a abandonar a dos niños.

Luego, Celie se ve obligada a casarse con un marido abusivo, pero encuentra fuerza en sus interacciones con otras mujeres que enfrentan sus propios traumas.

Oprah Winfrey relató cómo, al enterarse en la década de 1980 de que Steven Spielberg iba a dirigir la adaptación cinematográfica del libro, literalmente se arrodilló y oró “todas las noches por la oportunidad de estar en la película”.

Su papel de Sofía le valió una nominación al Oscar. La película “cambió mi vida”, dijo a la audiencia en Los Ángeles el jueves.

La nueva adaptación, producida por Blitz Bazawule en forma de musical, adopta un tono más ligero que la primera, y es a menudo alegre y optimista.

Steven Spielberg y Oprah Winfrey se encuentran entre los productores de la película de los estudios Warner Bros que se estrenará en los cines de Estados Unidos el día de Navidad, y el 24 de enero en Europa.

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El jueves último se llevó a cabo la edición 2023 de los Grammys Latinos por primera vez en Sevilla, España. En ella, el maestro Sergio Cuquejo, obtuvo un Latin Grammy, por su trabajo en “Lo que vemos”, de Marcos Vidal, el cual obtuvo el premio en la terna “Mejor Álbum Cristiano”.

En el álbum, Sergio Cuquejo participó como ingeniero de sonido, compositor y director de orquesta, razón por la cual el mismo traerá consigo un gramófono a nuestro país.

El paraguayo junto con Vidal lograron imponerse a “Hazme Caminar”, de Jesús Israel, “El vallenato se hizo en el cielo”, de Gilberto Daza & Luis Rodríguez; y “Vida”, de Alex Campo y Fuego & Poder; y “El Cielo aún espera”, de Jesús Adrián Romero.

Cabe resaltar que la banda paraguaya, Tierra Adentro, también estuvo nominada a los Grammys Latinos en la categoría “Mejor Álbum Folclórico”, por su trabajo en “Ayvu”. Cuquejo también formó parte de esta producción.

Este es es el segundo gramófono para Paraguay, luego de que Berta Rojas triunfara en el 2022 por su disco “Legado”, como “Mejor Álbum de Música Clásica”.

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