El contrato (parte I)

La extraña aparición de un cuerpo en el río y sus confusas primeras pistas comenzarían a sucumbir nuevamente en las mentes de la policía de Homicidios y una fiscala. En el primer paso que daban para aclarar el trasfondo se sumaría otro detalle que cambiaría la perspectiva de los peritos.

Por Óscar Lovera, periodista.

Aguas arriba, en el margen izquierdo del río Paraguay, muy cerca del Peñón que une al barrio limpeño con la chaqueña ciudad de Villa Hayes, ahí flotó y era algo desmesurado para un pez muerto, la corriente no lo inmutaba, y lo condujo a su segunda hipótesis: un cadáver. Era frecuente encontrarlos. Muy pocas veces se sorprendían, los pescadores conocían el desenlace porque las estadísticas del verano se dispararon. Y aunque el invierno estaba presente, los ahogados no cesaban. La correntada los arrastraba hasta ese sector, donde las aguas eran más tranquilas, donde la pesca se imponía a diario.

Esa mañana del 15 de julio del 2011 estaba imperturbable, hasta ese instante. El cielo abierto, el clima fresco. Viento suave, solo el paso del agua –tenue– con sigilo melodioso rodeaba la fauna que quedó inerte por el hallazgo.

Hilario Ibarra llevaba dos décadas viviendo de lo que las aguas le permitían. La pesca fue su fuente de manutención por años y un cazador de infortunios por efecto colateral, como en este caso.

Su experiencia le indicaba que varaba por ese margen –al menos– una semana. El resto lo hizo la Prefectura Naval, Hilario los llamó anunciando otro “pique grande”. Pronto el olivo de la máquina acuática cortó la racha de semblante pacífico en ese paraje. Pero aún quedaba resto para sorprenderse.

PESO MUERTO

Veintinueve kilos de piedra, como peso neto fuera del pesaje del cadáver. No fueron suficientes para mantener el cuerpo en el fondo del río, no evitó que el camalote lo arrastre hasta la orilla, al lugar donde Hilario usualmente pescaba. Como parte de su ritual místico murmuró que el destino lo pone para rescatar a los extraviados, aquellos que al agua se niega a olvidar.

Estaba irreconocible, no pudieron encontrar nada entre sus pertenencias. La descomposición natural hizo lo suyo, dejando a la ciencia y policía el complejo trabajo de encontrar su identidad, por sobre todo precisar qué provocó su muerte, una venganza latente o una deuda impaga a empresarios del hampa.

En dos cuartos de hora, los agentes de Policía estaban con sus balizas destellando presencia en la playa, solo aguardaban por el fiscal para comenzar con la primera examinación. Para ese entonces, el instinto obligaba a descartar un accidental ahogamiento; a este hombre lo asesinaron, reconocieron.
Más sorprendidos estaban los policías, más que el propio pescador. En las últimas semanas no recibieron reportes de personas desaparecidas, ¿quién era este hombre, qué hizo para terminar ahí?

Su identidad les provocaba intriga. Atado de manos y pies, vestía una remera de mangas largas, de color rojo, y unos jeans azules. Al azar juzgaron su edad, 30 años aproximadamente.

SOSPECHAS SIN SALIDA

Acostumbrados a las denuncias por abigeato en la zona, los agentes encontraban un atisbo de sospechas en la clandestina industria frigorífica, aquella que robaba ganado vacuno, lo faenaba y ubicaba en todas las carnicerías del departamento Central, en todas las que podían. Quizás, el cadáver correspondía a alguien que no quedó bien en esa organización de facinerosos; su fin fue varar en el río junto a las piedras en cuya acción estéril lo quisieron desaparecer. Eso sí, constituía una indiscutible marca de venganza.

El cuerpo ocupó un día completo sobre la fría camilla de acero, en la morgue judicial en la ciudad de Asunción. El ciclo de descomposición fue recio y preciso, complicando identificarlo por sus rasgos faciales. La putrefacción de los cuerpos se establece en cuatro etapas; éste atravesaba la segunda: “hinchado”, eso agregaba la complejidad para descubrir su identidad.

El agua aceleró el proceso y los gases como el dióxido de carbono, metano o ácido sulfúrico, que encuentran salida en los orificios naturales, generan el fuerte hedor, desgarran la piel y suman complicaciones para saber quién es.

Pero aquella segunda etapa no destruía todos los rastros, la huella dactilar fue el camino para obtener su filiación. Tardaría por el vetusto proceso policial, pero llegaría. Al día siguiente del hallazgo el reporte cruzaría la oficina de la fiscala Rosa Heinroth.

–Lorenzo Ramón Reyes Florentín, un joven de 29 años comerciante y estudiante de contabilidad– leyó en voz alta la investigadora. Habían dado el primer paso para saber de quién se trataba. Lo siguiente era cerrar el círculo de investigación en él. Pareja sentimental, familia cercana, lejana, amigos, socios comerciales, laborales. Todo lo que establezca una relación de proximidad era blanco de las sospechas, todos podían ser los asesinos en ese momento.
–Él no tenía enemigos, doctora –dijeron los padres de Lorenzo a la fiscala que fue a entregarles las pertenencias del joven, lo que recuperaron entre las prendas que vestía.

Lo velaban en la casa donde creció, en la ciudad de Ybycuí, a 124 kilómetros de la capital. Entre el pesar, los saludos de los vecinos y la familia, los progenitores revelaron una herida abierta, una creencia que sostenían sin dudar. A Lorenzo lo condujo a la muerte su pareja, esa idea no podían cambiarla de sus cabezas.

ELLA SABE MÁS

La desavenencia era palpable en medio de la tristeza. El cambio de ánimo fue notable y transversal, apenas Jorgelina Prieto Ferreira cruzó el portón metálico de la casa. Ella fue la esposa de Lorenzo, madre de su hija, y por mucho tiempo trabajó en España para mejorar sus finanzas. En el 2004 le ofrecieron el puesto de doméstica en una vivienda en las afueras de Madrid, y desde ahí hasta el momento en que se enteró de la traición, trabajó duro para juntar cada euro. Ella quería una vida mejor a cambio del sufrido desarraigo.

Regresó luego de unos años, cuando notó que el dinero remesado a su esposo se disolvió en noches de fiesta, tragos, compras superficiales. Eso anticipó su separación, ello fue palpable con simplemente medir las discusiones periódicas que mantuvo con Lorenzo desde que aterrizó en Paraguay.

Fue a partir de ahí que los padres de aquel hombre se aferraron a la duda, la misma que conducía a Jorgelina.

La primera sospecha nacía por la relación que convulsionaba irascible en la pareja y, la segunda, por la certeza que les provocó la obstructiva tardanza en la denuncia por la desaparición de Lorenzo. Nueve días pasaron para que ella reporte sobre él. Fue hasta una estación de policías en la ciudad de Villa Elisa, y en los detalles que entregó en su relato, mencionó que su esposo tenía dos semanas sin llegar a la casa.

Esa noche que llegó Jorgelina para despedir los restos de su pareja, la discusión se mantuvo fuerte. Le recriminaban su reacción, sus peleas y su poca preocupación por los días en que llevó él fuera de la casa, sin comunicarse o notificar dónde estaba. Su respuesta fue enérgica, lo negó ante todos, se sintió atacada y nombró a una mujer como sospechosa –Víctoria, ella fue la que amenazó de muerte a Lorenzo. Con ella mantuvo una relación cuando yo estaba en España, a ella deberían buscar…–, sentenció furiosa Jorgelina y renunció a quedarse más tiempo en la casa.
FALTABA ALGO MÁS

–¿Día largo doctora? –Preguntó el asistente de la fiscala Heinroth. A ella la vio ingresar con el rostro apesadumbrado después de una noche complicada. Las acusaciones de la familia de Lorenzo y los dichos de su esposa no la permitieron cerrar una idea, más bien le sumaron confusas teorías. Necesitaba entender quién podría buscar la muerte de un hombre que a simple vista parecía normal pero su fallecimiento tenía un mensaje mafioso, y lo peor es que aún no descubrió todo. Aún no contaba con el reporte de la autopsia revelando la causa de la muerte y la forma en que sujetaron las piedras a su cuerpo.

Continuará…

Conductora se salva de milagro tras volcar su vehículo por fallo en los frenos

Una conductora logró salvar su vida tras volcar su vehículo en la Ruta PY05, debido a una falla en el sistema de frenos. Afortunadamente, el accidente solo provocó daños materiales.

Una joven de 25 años resultó ilesa luego de volcar su vehículo en la mañana del lunes, 13 de enero, en la Ruta PY05, en la ciudad de Concepción.

El incidente ocurrió alrededor de las 8:00 horas, específicamente en el kilómetro 206 ½, cuando María Leticia Aquino González perdió el control de su Toyota Corolla Runx, color azul, matrícula HDE915.

Según el informe policial de la Comisaría 1ª de Itacurubí, el accidente fue reportado a través de una llamada anónima. Al llegar al sitio, el personal de la patrullera constató que el vehículo estaba volcado en el costado norte de la vía, con evidentes daños materiales.

En el lugar también se encontró Matías Sebastián Mieres Villasanti, de 22 años, pareja de la conductora, quien informó que María Leticia había sido asistida previamente por bomberos voluntarios y trasladada al hospital regional.

La conductora explicó a las autoridades que estaba viajando en dirección Este-Oeste cuando sufrió un fallo en el sistema de frenos, lo que provocó que perdiera el control del automóvil y terminara volcando.

A pesar de lo aparatoso del accidente, la joven no presentó lesiones de gravedad y, tras una evaluación médica, fue dada de alta.

Inician obras sobre Eusebio Ayala desde el mediodía

Por los próximos tres días, la Avenida Eusebio Ayala estará cerrada al tránsito vehicular en un tramo, a partir de hoy martes a las 12:00.

La Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Asunción comunicó el comienzo de los trabajos de mejoramiento vial en el carril de salida de la Avda. Eusebio Ayala en su intersección con la calle Lapacho.

Las obras serán solamente sobre media calzada, por lo tanto, los conductores podrán utilizar la opuesta como vía de salida.

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Los trabajos inician al mediodía de este 14 de enero e inicialmente se extienden por tres días, según las autoridades.

Los agentes de la Policía Municipal de Tránsito estarán en el lugar para guiar a los automovilistas y advertirles metros antes sobre las obras.

EN DESARROLLO.

Hambre Cero se extiende a todo el país, pero su éxito depende de las condiciones

A partir de febrero, el programa Hambre Cero llegará a todo el país, garantizando alimentación escolar para todos los niños. Sin embargo, su éxito dependerá del cumplimiento de las condiciones esenciales, como la infraestructura adecuada, la logística eficiente y el cumplimiento de los estándares de calidad en la entrega de los alimentos.

El 30 de diciembre de 2024, en una reunión clave con el Ministro de Desarrollo Social, Tadeo Rojas, el gremio de alimentación escolar del Paraguay (GAEPY) reafirmó su compromiso con el programa Hambre Cero.

Al respecto, Carlos Carlson, presidente del (GAEPY), indicó que durante el encuentro destacaron el programa, además de manifestar las inquietudes. “Este es un programa emblemático”, expresó Carlson en entrevista con Gen/Nación Media, destacando la importancia de la iniciativa.

En ese contexto, indicó que a partir del 24 febrero, el 100% de los estudiantes del país recibirán su alimentación escolar. Sin embargo, el desafío es enorme y el tiempo apremia. A medida que se acercan los días para el inicio del ciclo escolar, las licitaciones de las gobernaciones ya están en su etapa final.

Acotó que de las 12 gobernaciones que iniciaron el proceso de licitación, 10 ya hicieron las aperturas las ofertas, y se espera que en breve se definan las adjudicaciones para que las empresas proveedoras puedan comenzar con los suministros.

“Se hará la planificación y la ejecución del contrato, capacitación de cocineras, compra de insumos. Estamos en la etapa final de adjudicación y firma de contrato”, señaló.

El control y la supervisión

Sobre ese punto, Carlson señala la relevancia de los controles concurrentes en este proceso, una novedad en comparación con años anteriores, unificando los criterios de control sobre Hambre Cero de parte del MEC, la Contraloría o cualquier ente regulador.

“Las auditorías concurrentes son un paso diferencial”, comentó, refiriéndose a la participación activa de la Contraloría General de la República y otras entidades reguladoras en el seguimiento del programa. A pesar de la existencia de estos controles, Carlson destacó que es necesario aclarar las responsabilidades de cada parte.

“El control para nosotros es la entrega efectiva de los alimentos: el plato servido a los niños, garantizando su calidad y que llegue a tiempo. Lo que compete a las empresas proveedoras es asegurar que los almuerzos, postres y ensaladas estén disponibles y cumplan con los estándares requeridos”, afirmó.

Las condiciones de infraestructura, sin embargo, recaen en otras entidades, como las autoridades locales, según explicó, que deben garantizar que las escuelas estén aptas para recibir e distribuir la comida.

“Solicitamos una mesa técnica para que cada entidad se haga cargo de lo que le corresponde, porque hay instituciones que todavía no cuentan con agua potable, energía eléctrica. Hicimos un comunicado al respecto”.

Desafíos logísticos y falta de infraestructuras en escuelas y colegios

Otro punto es la variabilidad de las condiciones en las que se encuentran las escuelas del país. En algunas zonas, no cuentan con comedores y cocinas adecuados, mientras que en otros lugares la situación es más complicada, lo que implica desafíos logísticos y de infraestructura.

“Estamos trabajando para que las condiciones mejoren. El Ministerio está invirtiendo en la construcción de comedores, y en algunos casos, las municipalidades también están asumiendo una parte importante de esa inversión”, explicó Carlson.

El gremio también está trabajando en conjunto con el Ministerio para abordar las limitaciones de infraestructura, que incluyen la falta de espacios adecuados para preparar los alimentos.

“En algunos lugares, la falta de comedores apropiados nos obliga a adaptarnos. Sin embargo, tenemos una estructura formada para poder hacer frente a estos desafíos”, asegura el presidente del gremio.

El impacto de los precios de los productos clave

La variabilidad de los precios de los productos clave, como la carne y la leche, es otro de los aspectos que el gremio tuvo que abordar.

El entrevistado mencionó que establecieron contacto con la Cámara Láctea y los representantes del sector cárnico para negociar precios adecuados.

“Sabemos que el costo real de los productos aumentaron, y eso afecta directamente a las empresas proveedoras, pero estamos trabajando en conjunto con los industriales para encontrar soluciones que permitan mantener la viabilidad del programa”, aseguró.

Además, señala que este año el programa experimentó un aumento significativo en la cantidad de platos a servir: de 200.000 platos diarios en años anteriores, este año se prevé un total cercano al millón de platos, lo que requiere una organización y planificación meticulosa.

Con la fecha límite para el inicio de clases a la vuelta de la esquina, las empresas proveedoras se encuentran en un proceso contrarreloj. Actualmente, el gremio está contratando personal, incluyendo unas 30.000 madres de familia que se incorporarán al programa de forma directa.

Carlson destacó la importancia de este reclutamiento, ya que la mano de obra local es clave para la ejecución exitosa del programa en todo el territorio nacional.