Austriacos instalarán planta de metanol verde con inversión de USD 75 millones
Los empresarios austriacos están interesados en realizar una fuente inversión para la instalación de una planta de metanol verde en el país que, en principio, sería un piloto con una inversión de USD 75 millones y con una proyección de inversión de USD 500 millones, con miras a la exportación al mercado europeo.
El ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, junto al viceministro de Rediex, Rodrigo Maluff, recibieron a un grupo de inversionistas austriacos interesados en instalar en Paraguay una planta de metanol verde. Según los visitantes, el país tiene todos los elementos como materia prima para la obtención de este tipo de combustible basado en fuentes de energías renovables.
Al respecto, el titular de REDIEX, Rodrigo Maluff, indicó que la visita de los representantes de Parafuel, una empresa paraguaya con una sociedad establecida en Austria, que desde hace seis meses se encuentra de manera activa estructurando un proyecto de producción de metanol en Paraguay a partir de energías verdes y renovables.
Sostuvo que, la iniciativa es ambiciosa, pero arranca con una planta que busca producir 1.500.000 litros de metanol. “El metanol es producto sintético con la combinación de un producto hoy por hoy está en boga, el hidrógeno como herramienta para la generación de combustibles alternativos a los fósiles, y mezcla así hidrógeno con una molécula de CO2 capturada del medioambiente, buscando de esta manera también ser circular”, explicó.
Agregó que, se trata de un tipo de combustible utilizado hoy día por las aerolíneas, si bien en un porcentaje ínfimo, tendiente al crecimiento cada año. El Viceministro refirió que la idea es que se instale una planta modelo en menos de 12 meses y que tienen la intención de situarse en el departamento de Concepción, pero que se sigue conversando sobre la zona con mejor proyección.
“Está previsto en 3 fases, con la primera en una planta piloto y una inversión de USD 75 millones, la segunda parte ya con un consumo que pase de 3 megas a 40 megas y una inversión de USD 250 millones estando lista en el 2029 y la tercera a partir del 2029 donde irían a 90 megas de consumo invirtiendo ya USD 500 millones”, apuntó.
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Filipinas podría habilitar carne paraguaya en supermercados
El mercado filipino podría convertirse en un nuevo destino para la carne paraguaya, según informó Randy Ross, presidente de la Cámara Paraguaya de Carnes.
En las últimas semanas, un equipo de auditores filipinos visitó el país para inspeccionar el proceso productivo, y recientemente se realizó una reunión de cierre con resultados favorables.
“Salimos bien de la auditoría, pero aún estamos a la espera del informe final. Esperamos que a fines de julio tengamos una respuesta definitiva”, afirmó Ross en entrevista con la radio 650 AM.
Actualmente, Paraguay mantiene una sólida presencia en el mercado internacional de carne, con Chile como principal destino. “Casi el 50 % de nuestra carne va a Chile, es un mercado muy importante para el país”, destacó el presidente de la Cámara.
Además, Ross mencionó que las condiciones de infraestructura en el Chaco, donde las recientes lluvias afectaron el estado de los caminos, están mejorando paulatinamente, lo que favorece el transporte y la logística en la región productiva.
Tras 40 años, caña paraguaya vuelve a exportarse a Argentina
La emblemática caña paraguaya, la marca Aristócrata, regresa al mercado argentino luego de 40 años, según anunció José Ocampos, titular de CAPASA. El producto ya se encuentra disponible en la cadena de supermercados más importante de la provincia de Corrientes.
En entrevista con el canal GEN, José Ocampos destacó que el proceso para lograr esta exportación fue largo y complejo, ya que implicó sortear numerosos trámites burocráticos tanto en Paraguay como en Argentina. Subrayó que, a diferencia de situaciones anteriores en las que la caña ingresaba de manera informal, esta vez la comercialización es completamente legal y oficial, lo que marca un hito histórico para el sector.
El titular de CAPASA recordó que la última vez que la caña paraguaya fue exportada a Argentina fue durante el gobierno de Alfredo Stroessner. A partir de la transición democrática, la industria atravesó un período crítico que afectó la exportación. Sin embargo, tras un arduo trabajo de gestión, la caña Aristócrata vuelve a posicionarse en el mercado vecino.
El siguiente paso para CAPASA es llegar a Buenos Aires y otros puntos clave del país, además de avanzar en negociaciones para exportar a Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea. Según Ocampos, este logro refleja que con esfuerzo es posible superar obstáculos históricos y abrir mercados internacionales para productos tradicionales paraguayos.
Ocampos defendió el carácter estatal de CAPASA, al resaltar que la empresa no depende de los impuestos de los paraguayos, sino de sus propias ventas. Además, resaltó el impacto social que genera al sostener el empleo artesanal en la producción de caña dulce convertida en miel negra, un proceso cultural y económico que preserva prácticas tradicionales en el país.
En cuanto a las críticas por el manejo político de la empresa, Ocampos respondió que, desde que asumió en 2023, trabaja para rescatar a CAPASA de una situación crítica sin recurrir a fondos estatales. También aclaró que la empresa no trabaja directamente con cañeros del distrito de Mauricio José Troche, sino con productores especializados en miel negra, esenciales para mantener la identidad de la caña paraguaya.
Inflación y política monetaria: señales cruzadas en un contexto volátil
El economista Wildo González elaboró un análisis de la inflación y de la política monetaria. La exposición de las cifras interanuales y la de abril y otros datos los explica en esta columna.
En abril, la inflación mensual fue de 0,36% m/m, por debajo de lo proyectado por el mercado (0,5% m/m) y reflejando una reversión más rápida de lo esperado en los componentes más volátiles del índice, como frutas y verduras. La inflación subyacente (IPCSAE) mostró un incremento de 0,30% m/m, similar al mes anterior, sugiriendo una moderación en la dinámica inflacionaria, a pesar de la depreciación del tipo de cambio nominal.
La inflación interanual se ubicó en 3,97%, sin representar aún una amenaza significativa, aunque la inflación SAE se mantiene en 4,5% anual, más de un punto porcentual por encima del nuevo objetivo del BCP (3,5%). Esta situación plantea un desafío para la conducción de la política monetaria: sostener una trayectoria de convergencia a la meta sin comprometer la estabilidad financiera ni la recuperación económica.
En un entorno internacional marcado por la guerra comercial y condiciones financieras más restrictivas, el BCP ha optado por no modificar la tasa de política monetaria, pero sí implícitamente endurecer las condiciones monetarias mediante el aumento en los rendimientos de corto plazo en el mercado de Letras de Regulación Monetaria (LRM). Esto anticipa un ajuste en las tasas locales en guaraníes y una mayor prima por riesgo de tipo de cambio.
1. Inflación por debajo de expectativas de mercado
La inflación mensual en abril fue de 0,36% m/m, por debajo de lo anticipado por las expectativas del mercado, que preveían un incremento de 0,5% m/m. La Encuesta de Expectativas de Variables Económicas (EVE) sugería implícitamente que los componentes más volátiles del índice no revertirían tan rápidamente, luego de haber impulsado en marzo un fuerte aumento de 1,17% m/m en la inflación total (EVE: 0,4% m/m).
Por su parte, la inflación core, medida por el IPCSAE (que excluye alimentos, combustibles y tarifas), aumentó 0,30% m/m, un ritmo similar al observado el mes anterior. Este comportamiento refleja cierta moderación en la dinámica de los precios subyacentes, sugiriendo que los shocks recientes —en particular, la marcada depreciación del tipo de cambio nominal (PYG/USD)— aún no se han trasladado plenamente a los precios al consumidor. Y es importante destacar que, el posible impacto del incremento en los precios externos, resultado de la guerra de tarifas, tendrá rezagos en impactar a nuestra economía.
Sin embargo, es importante destacar que la evolución del IPCSAE sigue siendo coherente con un cierre de la inflación core en torno al 4% anual hacia diciembre, lo que indica que aún no se ha producido un ajuste pleno hacia la nueva meta de inflación del Banco Central, fijada en 3,5%.
- Implicancias en las tasas de corto plazo: entre la estabilidad y el riesgo, señales mixtas para la política monetaria
La inflación interanual se ubicó en 3,97%, lo que refleja un escenario en el que la inflación no representa actualmente un problema grave. Sin embargo, esto no implica la ausencia de riesgos. En particular, la inflación subyacente (SAE) se encuentra en 4,5% anual, lo que evidencia que, aunque los shocks internos y externos no se han trasladado completamente a los precios, sus efectos acumulativos han llevado a que la inflación SAE se sitúe más de un punto porcentual por encima del nuevo rango meta del Banco Central (3,5%). Alcanzar este nuevo objetivo tomará tiempo y, probablemente, implicará ciertos costos en términos de actividad económica o empleo.
Este escenario local, donde la inflación aún no es un problema evidente, pero se encuentra por encima de la nueva meta, y donde los impactos de diversos shocks comienzan a hacerse visibles, plantea un desafío importante para el Banco Central. ¿Por qué?, esto por el balance de riesgos delicado: por un lado, el entorno interno exige mantener cierto grado de restricción monetaria para alinear gradualmente la inflación subyacente con la nueva meta; por otro lado, el contexto internacional está marcado por una elevada incertidumbre.
Respecto al escenario internacional, se observa un riesgo creciente de mayor inflación importada, como resultado del aumento en los precios de bienes afectados por la reciente guerra comercial, que aún no tiene un desenlace claro. Esta incertidumbre arancelaria, además, repercute en los mercados financieros globales, generando condiciones más restrictivas de financiamiento. En este contexto, en muchas economías emergentes, la expectativa de reacción de los bancos centrales es de una reducción de la tasa de política monetaria como respuesta a la desaceleración económica global y condiciones financieras más restrictivas.
Así, el Banco Central del Paraguay (BCP) se enfrenta a un dilema: mientras que uno de los shocks justificaría un aumento de la tasa de política monetaria (TPM), el otro sugeriría una reducción. El balance neto de estos choques es incierto. Sin embargo, al observar los resultados recientes de las subastas de Letras de Regulación Monetaria (LRM), se percibe que el BCP ha optado por no mover la TPM, pero sí endurecer las condiciones monetarias a través de un aumento en los rendimientos de corto plazo en el mercado de LRM.
Las implicancias de esta estrategia para las condiciones financieras locales son claras: las tasas de interés en guaraníes tenderán a reflejar un mayor costo del financiamiento, incorporando una prima por plazo más elevada y expectativas de una mayor depreciación del tipo de cambio nominal (PYG/USD).
Conclusión
Si bien la inflación actual no representa un motivo de alarma inmediata —con una variación interanual que se mantiene por debajo del 4%—, los riesgos acumulativos derivados de shocks tanto internos como externos continúan latentes. La persistencia de una inflación core elevada, sumado a un entorno internacional complejo marcado por presiones de inflación importada y mayor volatilidad financiera, exige una conducción de la política monetaria cuidadosa y adaptativa.
En este contexto, la respuesta del Banco Central del Paraguay ha sido coherente con una visión de mediano plazo. El BCP ha optado por no modificar la tasa de política monetaria (TPM), lo que preserva la señal principal hacia el mercado y evita una interpretación prematura de un giro en el ciclo monetario. Sin embargo, ha reforzado su postura restrictiva a través de instrumentos de mercado, elevando los rendimientos de las Letras de Regulación Monetaria (LRM), particularmente en el tramo corto de la curva. Esta estrategia permite ajustar las condiciones de liquidez sin comprometer la flexibilidad futura de la política.
En resumen, el desafío estará en reevaluar constantemente la postura monetaria ante cualquier cambio en el contexto externo —especialmente en relación con la evolución de la guerra comercial y sus efectos sobre los precios internacionales— así como ante señales locales de un posible desanclaje de expectativas o traspaso de los aumentos del tipo de cambio más pronunciado a la inflación.