El sobrepeso no es un indicador de alto riesgo de muerte, según estudio

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Las personas cuyo índice de masa corporal revela sobrepeso -sin ser consideradas obesas- no se encuentran en alto riesgo de muerte, según un nuevo estudio publicado el miércoles que subraya las limitaciones del índice de masa corporal como métrica en la medicina.

Los resultados, publicados en la revista PLOS ONE, se conocen cuando las poblaciones de países ricos y pobres siguen aumentando de peso. En Estados Unidos, más del 70% de los adultos presentan sobrepeso u obesidad.

El índice de masa corporal, IMC, descrito por primera vez por un matemático belga en el siglo XIX, se calcula dividiendo el peso de una persona entre el cuadrado de su estatura.

Esta métrica es vista cada vez más como un instrumento limitado para medir la salud de las personas.

“Creo que lo que la gente debe sacar de esto es que, por sí solo, el IMC no es un gran indicador de salud”, dijo a la AFP el autor principal del estudio, Aayush Visaria, de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.

El experto señala que para una interpretación más completa deberían utilizarse métricas como la circunferencia de la cintura o hacer algún tipo de escaneo para visualizar la densidad de los huesos, la grasa corporal y la masa muscular.

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El exceso de grasa, sin embargo, sigue siendo un factor de alto riesgo para algunas condiciones incluyendo enfermedades del corazón, diabetes y accidentes vasculares.

“He visto pacientes con el mismo IMC, pero con enormes diferencias metabólicas e implicaciones para la salud. Por ello quería investigar más”, agregó el doctor Visaria.

Estudios anteriores sobre la relación entre el peso y la tasa de mortalidad llegaron a resultados inconsistentes o inciertos y se enfocaron principalmente en adultos blancos no hispanos.

En esta nueva investigación, Visaria y la coautora Soko Setoguchi se basaron en datos de la Encuesta de Salud Nacional de más de 550.000 estadounidenses adultos desde 1999 hasta 2018, así como en el Índice Nacional de Fallecimientos de 2019.

Los investigadores calcularon el IMC con base en los pesos y tallas reportados por los participantes y recogieron datos demográficos y factores como fumar o realizar actividad física, las condiciones de salud e incluso el acceso a servicios médicos.

Más de 75.000 personas que fueron incluidas en este estudio fallecieron durante el periodo de investigación.

Luego de ajustar otras variables, los resultados mostraron que las personas con un IMC entre 25 y 30, clasificadas como con sobrepeso, no tuvieron un riesgo de muerte mayor comparadas con los sujetos cuyo IMC estaba entre 22,5 y 24,9.

Sin embargo, el riesgo de muerte aumentó notablemente entre aquellos con un IMC inferior a 20, y en aquellos con un IMC mayor o igual a 30, catalogados como obesos.

– La obesidad acarrea un mayor riesgo de muerte –

Por ejemplo, una persona con obesidad en “tercer grado”, es decir con un IMC de 40 o superior, pero que nunca fumó o sin historial de enfermedades cardiovasculares o de cáncer no cutáneo, tenía más del doble de probabilidades de morir que otra persona equivalente con un IMC promedio.

La edad promedio de los participantes fue de 46 años, con igual participación por género y el 69% blancos no hispanos. De ellos, 35% tenía un IMC entre 25 y 30, y el 27,2% tenía un IMC mayor o igual a 30.

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“Es un amplio estudio con una buena muestra representativa”, dijo a la AFP George Savva, bioestadístico del instituto Quadram en Reino Unido.

“Hasta donde puedo ver los autores han hecho un buen trabajo al analizar la relación entre la mortalidad y el estado de peso inicial”.

Savva dijo que puede ser el caso de que enfermedades relacionadas con sobrepeso sean mejor manejadas ahora, por ejemplo, la presión alta y el colesterol alto.

“Podría esperarse que la relación entre el peso y la mortalidad cambien con el tiempo, lo que es potencialmente lo que está mostrando esto”, explicó el experto.

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¿Qué tan saludables son realmente los refrescos sin azúcar?

El consumo de gaseosas podría incide en el desarrollo de hígado graso. | Foto: Getty Images

Lo ideal es acudir con un especialista en salud, ya que cada organismo es diferente.

Las bebidas gaseosas son conocidas por contener un elevado nivel de azucares, lo que puede llegar a afectar considerablemente la salud en el organismo, debido a los ácidos y la cafeína que dificultan la absorción de hierro y calcio en los huesos, que en cierta manera combaten las enfermedades como anemia y osteoporosis.

No obstante, existen alternativas de estas bebidas que, de alguna manera, ‘prometen’ un bajo contenido de azucares bajo los nombre de light, de dieta o cero azúcar, pero, ¿realmente son saludables? Ante esto, la ciencia reveló la verdad sobre estas opciones.

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, citado por Enséñame de Ciencia, estos líquidos con gas, carbonatada o refresco, “son aquellas bebidas que contienen extractos de frutas o partes de plantas comestibles, agua potable, edulcorantes naturales y artificiales, dióxido de carbono disuelto, entre otros alimentos autorizados”.

Muchas empresas, creadoras de estos refrescos, lanzaron sus versiones “saludables” bajo la promesa de que causan menos daños al organismo gracias a la premisa de que no contienen azúcares añadidos, uno de los principales ingredientes que incrementaría el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes, cáncer, de endometrio, de ovarios, de mama y de próstata.

A su vez, cabe mencionar que el consumo excesivo de estas bebidas podría aumentar la probabilidad de tener un accidente cardiovascular.

Sin embargo, la ciencia ha dejado en evidencia que los refrescos que dicen no tener ningún tipo de azúcar, al igual “no tienen ningún aporte nutricional, no tienen proteínas, carbohidratos, fibras, grasas saludables, ni siquiera vitaminas”.

Una investigación publicada en un artículo de la revista JAMAL Internal Medicine, citado por el Enséñame de Ciencia, reveló que “tanto las personas que consumen bebidas con azúcar, como las que toman las versiones que prometen no tener azúcar, tienden a tener más riesgo de mortalidad de igual forma. Aunque, quienes optan por las versiones regulares suelen tener un 26 % más de probabilidad de sufrir una muerte prematura”.

Pese a ello, “aún se necesita más tiempo para llegar a una conclusión concreta acerca de los daños que pueden causar estos al organismo al largo plazo”, aunque la evidencia “respalda que algunas personas pueden ser sensibles a edulcorantes como el aspartame, sacarina, acesulfame o sucralosa, incluso, llegando a desarrollar diabetes tipo 2″.

 

 

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Ojo con el recalentado de fin de año: cómo conservar las comidas sin riesgos

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Los alimentos deben guardarse en la heladera para evitar la proliferación de bacterias. En qué casos es mejor no usar el microondas

Para volver a disfrutar y recalentar las delicias navideñas sin riesgos, es conveniente seguir ciertas recomendaciones de los expertos en seguridad alimentaria. La primera, es enfriar la comida excedente para prevenir la proliferación de bacterias y luego conservarla en la heladera o refrigerador.

Para refrigerar adecuadamente los alimentos, una técnica útil consiste es verter agua de la canilla por fuera de la olla o fuente que contiene la comida, o dejarla expuesta al aire libre durante aproximadamente media hora. Si se planea consumir en un lapso de 24 a 48 horas, los alimentos deben ser almacenados en la heladera; si se prevé un consumo tras un periodo más extenso, deberán trasladarse al freezer.

Cómo guardar los alimentos que sobran

Por regla general, los alimentos deben guardarse en la heladera justo después de que terminen de enfriarse. El almacenamiento de sobrantes de carne, vegetales y otros platos debe hacerse en contenedores herméticos. Los recipientes poco profundos favorecen una rápida y segura disminución de la temperatura.

La intoxicación alimentaria, también denominada “enfermedad transmitida por los alimentos” (ETA) es provocada por comer alimentos contaminados. Las causas más frecuentes de estas intoxicaciones son los organismos infecciosos —entre ellos, bacterias, virus y parásitos— o sus toxinas.

En ese sentido, uno de los principales desencadenantes de enfermedades transmitidas por alimentos es el enfriamiento incorrecto de los alimentos cocidos, señala la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

Dejar enfriar los alimentos antes de su almacenamiento sirve para evitar la formación de condensación en los recipientes que puede favorecer la proliferación de bacterias. Olivia Roszkowski, instructora chef de artes culinarias saludables en el Instituto de Educación Culinaria de Nueva York, señaló que guardar comidas calientes en el refrigerador puede alterar la temperatura interna de los ingredientes y afectar la calidad de los productos conservados.

Además, poner muchas cosas calientes en la heladera al mismo tiempo puede elevar la temperatura interior del refrigerador y no es bueno para que los alimentos se conserven de forma segura.

¿Cuándo empiezan a deteriorarse los alimentos?

“Por lo general, los productos que tienen alto contenido de proteínas, humedad o ácido son más propensos al cultivo de bacterias y tienen tendencia a echarse a perder más rápido”, explica Roszkowski.

El tiempo estimado para que los alimentos comiencen su proceso de deterioro es de dos horas fuera del refrigerador, ya que en solo 20 minutos la cantidad de bacterias que pueden generar infecciones comenzará a duplicarse. Según datos publicados por la FDA se debe mantener la heladera en temperaturas adecuadas, es decir a 4°C o menos.

¿Cuántas veces se puede recalentar la comida?

Los alimentos sobrantes se deben recalentar sólo una vez, ya que cada vez que se enfrían y se recalientan los gérmenes tienen una nueva oportunidad de multiplicarse, por lo que hacerlo más de una vez aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.

Lo ideal es calentar la comida (sobre las hornallas, al horno o microondas) hasta que esté bien caliente. Si se utiliza el microondas, se debe tener en cuenta que los platos no se calientan de manera uniforme, por lo que es conveniente sacar la comida a la mitad del tiempo de cocción y revolverla.

¿Se puede recalentar en el microondas?

En general, lo recomendable es volver a darle calor a los platos con la misma fuente de cocción original de la preparación, esto puede ser a la parrilla, sobre una olla en las hornallas o al horno.

Obviamente el microondas es una opción rápida y segura, pero puede alterar el sabor y textura de los alimentos.

La energía térmica del microondas actúa sobre las moléculas de agua de los alimentos, causando que estas se agiten y generen calor. Este fenómeno explica por qué algunos alimentos, como la pizza recalentada, pierden su textura crujiente en el microondas, señaló Margot Vigeant, profesora de ingeniería química en la Universidad de Bucknell en Pensilvania en declaraciones a CNN.

Esto ocurre porque el microondas no puede producir la llamada reacción de Maillard, el efecto dorado y caramelizado, asociado con la apariencia de alimentos cocidos a altas temperaturas, como el pollo asado o la baguette francesa.

¿Qué no se debe calentar en el microondas?

Algunos alimentos, como aquellos que contienen pan, como hamburguesas, sándwiches y platos ricos en carbohidratos, no deben ser calentados en el microondas, ya que el resultado no será tan sabroso como cuando se cocinaron por primera vez.

Existen mejores métodos para recalentar estos alimentos. Por ejemplo, la pasta se calienta mejor en agua hirviendo o en una sartén con su salsa, mientras que las pizzas conservan su textura crujiente cuando se recalientan en una sartén u horno. Las papas fritas pueden recuperar su sabor y textura crujiente si se fríen en una sartén con aceite.

El microondas tampoco es ideal para recalentar cortes de carne, ya que resultan más sabrosos cortados en rodajas finas y cocinados en una cacerola sobre las hornallas o en una fuente al horno con un poco de aceite.

Además de los platos ya preparados que pierden textura y sabor en el microondas, nunca se debe poner en este electrodoméstico recipientes de metal o madera, verduras crudas de hojas verdes, huevos con cáscara o cerezas.

 

La planta medicinal que eleva la producción de insulina y ayuda a controlar la diabetes

Una de las formas de consumir la albaca es en té, el cual se puede tomar unas tres veces al día. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La insulina es la hormona que ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre.

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el organismo descompone la mayor parte de los alimentos que come en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo, en un proceso completamente natural.

“El páncreas produce una hormona llamada insulina, que actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía”, precisa la citada fuente.

Sin embargo, cuando una persona padece de diabetes, el cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usar adecuadamente la que genera. Cuando no hay suficiente de esta hormona en el organismo o las células dejan de responder a la misma, el azúcar o glucosa se acumula en el torrente sanguíneo y, con el tiempo, esto puede causar problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones, precisa la citada fuente.

Cuando una persona no produce o su organismo no usa de manera adecuada la insulina, esto también aumenta el riesgo de tener sobrepeso, triglicéridos altos y presión arterial elevada. De igual forma, hay individuos que pueden desarrollar una afección cutánea conocida como acantosis nigricans, explica el portal Healthline. Esta aparece como parches oscuros y aterciopelados, por lo general, en la parte posterior del cuello, la ingle y las axilas.

La Asociación Americana de Diabetes estima que hasta el 50 % de las personas con resistencia a la insulina y prediabetes desarrollarán diabetes tipo 2 si no realizan cambios en su estilo de vida.

La clave para que el cuerpo utilice de manera adecuada la insulina y se evite el desarrollo de diabetes está en la alimentación y la práctica regular de ejercicio. De manera alterna, es posible recurrir a la ingesta de algunos productos naturales que ayudarían a que el páncreas segregue mayor cantidad evitando así el desarrollo de posibles enfermedades o directamente a bajar los niveles de glucosa.

Los beneficios de la albahaca

Uno de estos productos es la albahaca. Según el portal de bienestar y salud Tua Saúde, hay estudios científicos que indican que esta planta ayudaría a regular el azúcar en la sangre, debido a que estimula la secreción de insulina por parte del páncreas.

De igual forma, inhibe la producción de glucosa en el hígado e incrementa la producción de glucógeno, pudiendo ser una opción para ser incorporada en la dieta de las personas que sufren de diabetes y prediabetes.

Información del portal Hola Doctor indica que análisis científicos realizados con la especie de albahaca denominada Tulsi encontraron beneficios importantes. En las personas diabéticas y obesas que consumieron parte de la planta fresca, hojas en polvo, jugo o extractos de sus aceites, se observó una disminución de la glucemia (azúcar en sangre), mejores perfiles de lípidos (grasas) y una disminución de la presión arterial.

En otra investigación, se le suministraron semillas de Ocimum canum, o albhaca peluda, a diabéticos no dependientes de insulina y a un grupo insulino-dependiente. Quienes hicieron parte del estudio consumieron 30 gramos de semillas secas después de las comidas en dosis divididas, durante un mes y en ambos grupos los niveles de glucosa en la sangre bajaron en forma considerable, asegura la citada fuente.

Esto se debería a una mejora en el trabajo de la insulina, así como a la fibra que le aporta esta planta al organismo.

¿Cómo enfrentar la resistencia a la insulina y la prediabetes?

Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, la actividad física y perder peso ayudan a que el cuerpo responda mejor a la insulina y como consecuencia se controlen los niveles de azúcar en la sangre.

De igual manera, el consumo de alimentos más saludables es bueno para revertir la resistencia a la insulina y prevenir o retrasar la diabetes tipo 2 en personas con prediabetes.

Los músculos se vuelven más sensibles a la insulina después del ejercicio, y una persona puede revertir este padecimiento con un estilo de vida activo y saludable.

Si bien un diagnóstico de resistencia a la insulina o prediabetes podría causar alarma, hacer cambios apresurados en el estilo de vida y esperar resultados inmediatos no es una forma sostenible de proceder, según indican los especialistas.

Por ello, su recomendación es aumentar los niveles de actividad física gradualmente, bajar la ingesta de carbohidratos, y asegurarse de seguir por este camino semana tras semana. Así las cosas, lo ideal para mejorar la condición y el trabajo de la insulina es realizar cambios lentos y sostenibles.

Otras bondades de la albahaca para la salud

Información del portal Tua Saúde indica que esta planta es rica en ácido ursólico, un compuesto con actividad antioxidante y antiinflamatoria que protege y mejora las funciones del hígado, favoreciendo los procesos digestivos.

De igual forma, por poseer función antiespasmódica, la albahaca ayuda en la prevención de cólicos y dolores estomacales. Asimismo, esta hierba también tiene propiedades carminativas, combatiendo el exceso de gases que se puedan acumular en el intestino.

Esta hierba medicinal también refiere por ser un diurético natural, por lo que su ingesta regular contribuye a la disminución del exceso de líquido en el cuerpo, favoreciendo la pérdida de peso. “Esta planta también ayuda a controlar la ansiedad relacionada con el trastorno alimentario compulsivo, equilibrando el hambre y disminuyendo el consumo de alimentos calóricos”, asegura Tua Saúde.

Una bondad más que se le atribuye es que posee buenas cantidades de geraniol y linalool, dos sustancias presentes en el aceite esencial que actúan en el sistema nervioso central, por lo que tiene la capacidad de brindar tranquilidad y mejorar los cuadros de depresión, ansiedad e insomnio.

Según el portal Cuerpo Mente, su aceite esencial también es reconocido por ser un buen relajante muscular y se aplica en áreas contracturadas y tensas, como cervicales, cuello, nuca o espalda. Se combina con aceite esencial de romero y aceite de almendras dulces y se aplica en masaje suave, dos veces al día y de esta forma se obtendrán mejores beneficios.

Por último, se dice que la albahaca mejora la circulación y la salud cardiovascular de diferentes maneras, pues reduce la hipertensión arterial y los niveles altos de colesterol, a la vez que favorece la eliminación de toxinas.

Las partes empleadas de la albahaca incluyen las hojas, los tallos y las semillas, como base de preparaciones como salsas, ensaladas y jugos. Otras formas de usarla es en tés, para condimentar alimentos, en aceite esencial o cataplasma.

Para preparar un té de esta hierba se colocan 10 hojas frescas o secas en una taza de agua hirviendo. Se tapa y se deja reposar de cinco a 10 minutos. Se cuela y se bebe hasta tres veces al día, concluye Tua saúde.

 

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