El color azul tiene muchos significados, dependiendo del contexto, del ámbito y hasta de su tonalidad. Es asociado a la profundidad, a la estabilidad, a lo sagrado, al poder y a la inmortalidad. La lista de términos sigue, pero lo llamativo es que generalmente no es vinculado al amor.

El amor es simbolizado con un corazón rojo desde tiempos inmemorables así como el famoso “rojo pasión”. ¿Por qué? ¿Dónde está escrito que el amor tiene un color y que el mismo es rojo? ¿Quién, cuándo, dónde y cómo lo decretó? ¿Por qué el amor no puede ser de otros colores?, como el azul.

Quizás porque desde mediados del siglo XX es asociado al género masculino y como en las sociedades conservadoras el amor entre hombres es rechazado, “de ninguna manera” puede ser considerado.

Sin embargo a pesar de las etiquetas, segmentaciones y prejuicios, hoy sabemos que el amor es tan intenso como diverso y esa diversidad puede ser representada con vehemencia en todos los colores y formas posibles.

Con una fuerza creativa, innovadora imponente y estimulante, la obra teatral “Azul” llegó a escena para de calar hondo en los sentidos de los y las asistentes.

La trama presenta la relación sentimental y de noviazgo de Aldo y Beto, enfriada tras seis años en pareja. La sorpresiva llegada de César, un viejo amigo de Aldo altera la “tranquilidad” de la pareja y los cimientos en los que se sostiene su convivencia.

Escrita y protagonizada por Mario González Martí, Diro Romero y Diego Mongelós, Azul toma la libertad sexual, deliciosa y placentera, como tema de fondo, enmarcada en ciertos tabúes dentro de la mayoría de las relaciones sentimentales.

La puesta se arriesga desde el vamos. Si bien la historia es sencilla, sus condimentos la enriquecen. Una narrativa dinámica y sin duda alguna, su recurso más llamativo: el agregado audiovisual.

Implementando la cámara en movimiento con planos detalles y primeros planos, el espectáculo se adentra en la intimidad, escarba en ella y la vuelve suya, siendo su regla a seguir durante toda la obra.

Este aspecto es muy interesante ya que permite una visualización mucho más amplia de las expresiones de los actores y a la vez una mayor empatía (o no) con los personajes, un nivel de acercamiento inusual ante las obras convencionales.

Siguiendo esta línea se destaca también el uso de planos desenfocados en ciertos momentos, los cuales brindan “otra” información sobre una determinada acción en escena, desarrollando un contenido cinematográfico sin perder la teatralidad.

De esta forma se encuentra un buen equilibrio entre lo audiovisual y lo teatral, desmitificando la eterna rivalidad entre ambos lenguajes.

Un factor a mejorar es el sonido. En varios momentos el diálogo se pierde por la falta de nitidez al no ser una sala correctamente acondicionada para el audio.

Otro detalle a subsanar tanto por la producción e independiente y por el Galpón del Pasaje Molas, son los asientos. Al ser un lugar plano y no una sala de teatro con escenario, resulta incómodo apreciar la obra, al perder gran parte del contenido de la cintura a los pies y entre las cabezas del público. La colocación de graderías podría ser una solución directa para el espacio.

En lo que respecta a las actuaciones, el trío protagónico entrega interpretaciones acorde a la puesta.

Mario González Martí es Beto, centrado, responsable y un tanto “cerrado” de mente, resistiéndose a explorar otras posibilidades del sexo.

‘Beto’ atraviesa por transformaciones conductuales y emocionales bien marcadas gracias a la construcción de González Martí, conocido por su búsqueda interna y externa en cada proyecto, como en “Supermercado” y “SED” (Sindicato de los Eternos Desplazados).

César es encarnado por Diro Romero, “la manzana de la discordia” que desencadena el conflicto. Es la tentación viva que libera pasiones y las verdades ocultas en la relación de su amigo.

Diro logró el cometido de hacerse desear. Su trabajo sobresale en la corporalidad, aparte de su trabajada figura. Transmite la distensión que caracteriza a su personaje, sin embargo falta conocer un poco más acerca del interior de César y su mundo detrás, el que lo hizo libre y desinhibido.

Diego Mongelós es ‘Aldo’, dedicado a su trabajo, seguro de sí mismo y de mentalidad abierta. También pasa por una transición en la historia y representa la madurez con sus luces y sombras, al igual que el placer como la clave contra la monotonía y el tedio.

Diego ofrece momentos introspectivos de Aldo, especialmente en contra escena generando una atmósfera de intimidad orgánica, que más allá del espacio físico nos lleva a su cabeza y a su corazón, los cuales quedan al desnudo y llegan a una “colisión” bajo la ducha. Este momento resalta por su composición y belleza simbólica.

La dirección del brasileño Ricardo Alves Jr. vuelve a cautivar, tras la exitosa “Cine Splendid” en el 2018 (compartida con el paraguayo Pablo Lamar), también con Romero y Mongelós en su elenco, marcando un estilo fresco y contemporáneo en el que los detalles, los silencios y el misterio tienen mucho protagonismo. Bajo su mirada también se hace mención especial a la producción de Patricia Sánchez y Chamaca Productora, dejando un espectáculo transgresor.

Hablar del amor y el sexo entre homosexuales y las relaciones abiertas es todavía tabú en Paraguay, y es necesario que se sigan abordando para despejar prejuicios, para educar y advertir porque una relación “libre” o “abierta” es también un juego vidrioso y peligroso si no hay suficiente conciencia y madurez.

Por otro lado, el miedo a aceptar el fin de una relación amorosa y comprender que “hay vida después de la vida” siguen siendo causales de conflictos internos y emocionales, por lo que ser directos y hablar con el corazón además de importante es necesario.

“Allí, viviendo al límite, en un mar de desdicha, navegan estas cinco mujeres desgraciadas. El sufrimiento ha sido el signo de sus vidas, sin posibilidades de evitar lo que por ventura les correspondió. Y aquí están las cinco, frente al público, un jurado que deberá tener en cuenta solo aquello que ellas confiesen, y las sensaciones que les causen sus historias para decidir inocente o culpable”, se lee en la sinopsis de la obra.

Sobre las tablas se podrá vivir la historia de cinco historias de mujeres que debieron enfrentar la fatalidad, soportar agresiones y sufrir pérdidas importantes.

Las protagonistas trasladarán a los jueces a escenarios inusuales para algunos, no tanto para otros. “El reconocerse en ellos es uno de los riesgos que se deberá correr si se pretende escuchar su doloroso canto de urutaú”, revelaron.

Las historias de diferentes mujeres son narradas a través de las interpretaciones de Patricia Reyna, Olga Vallejos, Gaby Cañete, Dai Acosta y Eli Marín, dirigidas por Silvio Rodas, Pablo Ardissone, Juan Carlos Cañete, Ronald Von Knobloch y Luis Troche.

En boletería de la Sala La Correa se podrán adquirir las entradas a G. 80.000. Para más información, se puede contactar al (0991) 322213.

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La obra teatral tendrá hoy una única función en el teatro del CCPA (José Berges c/ Estados Unidos) y presentará en escena cuadros inspirados en los mitos guaraníes. Se trata de una combinación de teatro, danza y también de poesía.

“En lo más profundo del bosque se despliega una trama de misterio y secretos ancestrales. Un mundo oculto entre sombras y susurros, donde la verdad y el engaño se entrelazan en un baile siniestro”, se lee en la sinopsis de esta obra producida por el grupo emergente “ARPYO”.

La obra presentará en escena a Laura Belotto, Jessi Narváez, María Ferreira, José Ferreira, Yani Díaz, Pamela Amarilla, Nathali Peláez, Cece Gómez, Fátima Larrea y Betha Rojas.

Andrés Arredondo ya estuvo al frente de varias obras como “Las cosas por su nombre”, “Tres sombreros y una boda” y “Recuerdo latente”.

Las entradas anticipadas cuestan G. 60.000 y se pueden solicitar al (0985) 362-240. En puerta tendrán un costo de G. 80.000.

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“El curso está diseñado para artistas que buscan perfeccionar sus habilidades y explorar nuevos horizontes en la actuación desde el teatro y la actuación ante cámaras. Nuestro programa se destaca por su flexibilidad y personalización según sus intereses y metas profesionales, ya que podrás tomar clases con ambas maestras o escoger solo una y enfocarte en teatro o cámara”, se explicó desde la institución.

Con el curso se apuesta por el dominio actoral y expansión de las capacidades artísticas. Algunos de los requisitos para participar son: disponibilidad completa los sábados, haber terminado la escuela, se considerará un 70% del TIA y un 30% de otras escuelas y profesionales, los cupos son limitados y los postulantes pasarán por una entrevista el sábado 20 de abril de 10:30 a 15:30 hs.

Más información

Para los interesados en el curso, comunicarse al @tiamanegliaschembori. Este curso se impartirá en de mayo a octubre. Y será en el Galpón Pasaje Molas y Teatro Schemboriano. Hay que mencionar que plazas son limitadas, por lo que se debe inscribir con tiempo, para asegurar un cupo.

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