Después de un mes de juicio oral, la fiscal Sandra Ledesma logró demostrar la culpabilidad de un efectivo del Departamento de Criminalística de la Policía Nacional, condenado a 30 años de pena privativa de libertad por feminicidio.

El hombre asesinó a su joven novia de 18 años, de un certero disparo en el pecho, utilizando su arma reglamentaria y tratando de hacer creer a los intervinientes, que se trató de un suicidio.

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Desde un primer momento, el uniformado cayó en contradicciones e incoherencias en su relato. Además, con las características de la herida y la posición del cadáver se pudo determinar que fue un crimen.

El disparo no fue producido a corta distancia, según la autopsia y las pruebas de nitrito practicadas a las manos de la víctima y la del acusado demostraron que el disparo lo realizó el hombre.

Según la investigación, el asesinato se habría cometido por celos y también, luego de un largo periodo de violencia psicológica sobre la víctima.

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Si bien en el lugar no se encontraba persona alguna, la comitiva, encabezada por el fiscal Manuel Rojas, detectó varios paquetes de Pasta Base de Cocaína, con un peso total de 2 kilos 580 gramos. Así también, moldes de plástico y una olla de aluminio con restos de la sustancia y otros elementos.

Los intervinientes manejan datos de quienes serían responsables del local y se realizarán las pesquisas para dar con ellos. Se presume que en la vivienda se realizaba el proceso de “cocina” o mezcla de la pasta base con otros elementos químicos, de manera a aumentar el volumen de la misma, y por ende, las posibles ganancias por la venta al menudeo.

La cantidad de estupefaciente incautada representan al menos 17.000 dosis de drogas que podrían estar circulando en diferentes puntos del Alto Paraná.

Un episodio anecdótico en esto último, es el referente al juego de luces que se exhibió en la zona del histórico Cabildo de Asunción. El guion de esa exhibición era simple: reproducir imágenes icónicos de aquella jornada independentista ejecutadas por los padres de la patria.

Y fue el diseño de la combinación de luces para reproducir el cañón revolucionario que emplazaron en la sede de la gobernación de Bernardo de Velasco, lo que desató críticas, memes y comentarios de ciudadanos, expresados en medios y redes sociales.

Y el motivo fue la forma fálica que dieron al cañón revolucionario, que más que esto, en realidad se parecía más a un pene que al arma utilizada para, antaño, rendir al poder español y ungir a los héroes de la patria al comando de nuestra República.

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¿Simple negligencia del diseñador? ¿Intencionalidad de un activista LGBTI metido en la confección del diseño? ¿Un machista recalcitrante con afán de simbolizar el poder del falo? La gama de opiniones e hipótesis fue tan variada, que dio pie a epresiones de todos los “colores”, que deja constancia, una vez más, de las complejas perspectivas que adquiere un hecho en apariencia irrelevante.

El Vicepresidente de la República y presidente en ejercicio, Pedro Alliana, este viernes oficializó la presentación del personal policial del Grupo Lince en la ciudad de Pilar.

Asistieron a dicha actividad el Director de Policía de Ñeembucú, Crio. Pablo Ortíz; el Jefe de la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas Lince, Crio. Gustavo Ruiz Díaz; además de otras importantes autoridades.

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En total son 30 agentes policiales y 10 motocicletas las que fueron asignadas para cumplir funciones en la capital del departamento de Ñeembucú.

Los “linces” tendrán a su cargo la custodia de los habitantes de Pilar, realizando continuos patrullajes en diversos puntos de la mencionada localidad.

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Asimismo, servirán como refuerzo para las diferentes comisarías que se encuentran operativas en esta zona del país, contribuyendo así en la misión de aumentar la seguridad ciudadana.

A este anuncio también se suma la habilitación del primer Colegio de Suboficiales del departamento de Ñeembucú, que ya cuenta con 130 aspirantes a integrar las fuerzas policiales.