Dos nuevos estudios alumbran pistas sobre el covid largo
Dos recientes estudios arrojan pistas sobre las causas del covid largo, un síndrome regido por mecanismos aún misteriosos: uno apunta al efecto conjunto de secuelas en diversos órganos, y el otro a un daño en las neuronas.
Fuente: AFP
Hay “pruebas concretas de que diferentes órganos sufren cambios” tras una hospitalización por covid, declaró en conferencia de prensa Christopher Brightling, coautor de un estudio publicado el viernes en la revista Lancet Respiratory Medicine.
El estudio se basa en resonancias practicadas a 259 pacientes que fueron hospitalizados por el nuevo coronavirus entre 2020 y 2021. Los resultados fueron comparados con los exámenes realizados a unas cincuenta personas que nunca se infectaron.
Cerca de un tercio de los pacientes covid presentaban “anomalías” en varios órganos -cerebro, pulmones, riñones y en menor medida el corazón y el hígado- meses después de recibir el alta.
Los investigadores observaron por ejemplo lesiones en la sustancia blanca del cerebro, un fenómeno que la literatura científica asocia a una ligera pérdida cognitiva.
Los autores del estudio y observadores independientes creen que estos resultados dan una explicación posible al covid largo, es decir, la persistencia de secuelas duraderas meses después de haberse infectado.
El covid largo carece aún de una definición consensuada, y las explicaciones hipotéticas son diversas, sin ser excluyentes entre ellas.
El estudio publicado el viernes deja pensar que el covid largo “no se explica por insuficiencias graves concentradas en un solo órgano”, sino que obedece más bien a “una interacción entre al menos dos anomalías” en diferentes órganos, apunta el neumólogo Matthew Baldwin, que no participó en el estudio, en el mismo número del Lancet Respiratory Medicine.
– La pista cerebral –
Otro estudio, publicado una semana antes en la revista eBiomedicine, abre la pista de un mecanismo concentrado en el cerebro.
Realizado por un equipo del Inserm, el instituto francés de salud e investigación médica, este estudio analiza unos 50 pacientes. Algunos de ellos sufrieron una bajada del nivel de testosterona, relacionada con una alteración de ciertas neuronas que regulan funciones reproductoras.
Los investigadores midieron luego las funciones cognitivas de esos pacientes, y constataron un peor rendimiento en aquellos que sufrieron dicho daño en las neuronas.
Estos resultados “sugieren que la infección puede causar la muerte de esas neuronas, y estar detrás de ciertos síntomas persistentes”, apunta el Inserm.
Fatiga, tos, falta de aire, fiebre intermitente, pérdida del gusto o el olfato, dificultad de concentración, depresión… los síntomas del covid largo son abundantes, que se manifiestan en general en los tres meses posteriores a la infección, y duran al menos dos meses.
Síntomas que no pueden atribuirse a otras patologías, y que tienen un impacto en la vida cotidiana.
El 90% de los pacientes aquejados de covid largo experimentan no obstante una lenta mejoría de los síntomas al cabo de dos años, mientras que los demás tienen una mejoría rápida o por el contrario una persistencia de los síntomas, según un estudio publicado en mayo por el epidemiólogo Viet-Thi Tran, de la universidad de París Cité, en base a 2.197 pacientes.
Llega a la Tierra la primera ola de plasma solar de una fuerte tormenta geomagnética
El fenómeno tiene lugar después de que se produjeran múltiples eyecciones de masa coronal del Sol. Se espera que produzca apagones de radio y auroras boreales.
Varias eyecciones de masa coronal del Sol (CME, por sus siglas en inglés) han enviado nubes de plasma solar hacia la Tierra y provocado una fuerte tormenta geomagnética que durará dos días, causando auroras boreales y posibles apagones en señales de radio y GPS, advierte el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC), de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
Este jueves, al menos tres de las CME que se registraron el domingo y el miércoles han llegado hasta la Tierra, por lo que se desarrollará una tormenta geomagnética de nivel G2, que este viernes 1 de diciembre aumentará hasta el nivel G3, siendo G5 el más fuerte de la escala de la NOAA. Tampoco se descarta que lleguen CME adicionales.
¿Qué esperar?
Una tormenta fuerte de clase G3 puede causar interrupciones intermitentes en la navegación por satélite y la navegación por radio. Así, este martes, tras una poderosa erupción solar de clase M, la SWPC registró un evento moderado de apagón de la radio de alta frecuencia. Según la NOAA, la degradación de la señal de radio podría afectar la parte oriental del océano Pacífico Sur mientras la llamarada estaba en progreso.
Es posible que en estos días se produzcan más llamaradas de clase M y se generen también llamaradas de clase X, las más potentes, que pueden producir tanta energía como 1.000 millones de bombas de hidrógeno, según la NASA.
Desde la NASA explican que “tales llamaradas y CME asociadas pueden crear tormentas de radiación duraderas que pueden dañar satélites, sistemas de comunicaciones e incluso tecnologías terrestres y redes eléctricas“.
Así, las llamaradas de clase X que se registraron en diciembre de 2006 desencadenaron una CME que interfirió con las señales GPS que se enviaban a los receptores terrestres. En el contexto de la situación actual, la NOAA ha publicado pronósticos del clima espacial para ayudar a los operadores de naves espaciales y proveedores de energía a preparar sus sistemas para posibles impactos.
Otro efecto de la fuerte tormenta solar que está azotando la Tierra estos días puede alegrar la vista, al crear auroras boreales en regiones donde en general no aparecen, mientras las partículas cargadas chocan contra la atmósfera terrestre. Las auroras boreales generalmente se observan alrededor de los polos del planeta, pero una fuerte tormenta solar puede hacer posible que aparezcan en latitudes más bajas.
Descubren cómo afecta al bebé lo que escucha durante el embarazo
Se demostró que los cerebros de los recién nacidos pueden recordar la lengua en la que se comunicaba su madre mientras estaban en el útero, lo que en últimas instancias los ayudaría a aprender hablar.
Un grupo de investigadores italianos concluyó que los bebés tienen cierta exposición al idioma hablado por su madre incluso antes de su nacimiento, tras observar cambios específicos en su actividad cerebral, informó el pasado jueves la Universidad de Padua (Italia).
Se tiene documentando que la adquisición del lenguaje empieza durante el embarazo, debido a que el feto comienza a escuchar los sonidos que se propagan en el útero materno entre las 24 y 28 semanas de gestación, aunque de manera distorsionada.
Por otro lado, se sabe también que los recién nacidos prefieren la voz de su madre sobre otras voces femeninas, además de que muestran preferencia por el idioma que hablaba su progenitora durante el embarazo. No obstante, se desconocían los procesos neuronales que permiten al cerebro en desarrollo aprender de la lengua escuchada prenatalmente.
“Nos preguntamos cómo cambia la actividad cerebral de los recién nacidos después de escuchar frases en su propia lengua o en otras lenguas y planteamos la hipótesis de que estos cambios son la base neuronal del aprendizaje de la lengua materna”, indicaron los científicos.
Los recién nacidos recuerdan el idioma de su madre
En un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, se reportaron las mediciones de la actividad neuronal, obtenidas mediante electroencefalograma, de 33 bebés que fueron sometidos en su gestación a estimulaciones del habla. Estos estímulos consistieron en grabaciones de oraciones en francés, su idioma materno, así como en español e inglés, lenguas desconocidas para ellos.
Los expertos descubrieron que los recién nacidos mostraban una alta actividad cerebral al momento de escuchar el francés, lo que no ocurrió con el español o el inglés. La profesora Judit Gervain explicó que la exposición a la lengua materna desencadena en el cerebro de los infantes complejos procesos cerebrales asociados con el aprendizaje de idiomas.
No obstante, destacó que estos procesos eran de menor intensidad cuando los recién nacidos escuchaban otra lengua, por lo que se llegó a la conclusión de que sus cerebros estarían estructurados para recordar y responder de forma diferente al idioma que escucharon antes de nacer. Esto los podría ayudar en sus primeras etapas de aprendizaje del habla.
Por último, los especialistas detallaron que, para futuras investigaciones, se deberá analizar si estos cambios neuronales ocurren solo en el lenguaje o también al escuchar música a la que estuvieron expuestos mientras estaban en el útero materno.
Obtienen las primeras fotos de una rarísima rata gigante que come cocos
La especie está al borde de la extinción debido a la tala de bosques en Vangunu, Islas Salomón, su hábitat natural.
Un equipo de biólogos australianos ha logrado fotografiar por primera vez en estado salvaje a la rata de Vangunu, un roedor gigante muy raro que mastica cocos y pertenece a una de las especies menos estudiadas del mundo, según un estudio publicado en la revista Ecology and Evolution.
The rat that broke the internet is back! Giant coconut-cracking rat (Uromys vika) survives at Zaira, Solomon Islands #RatThatBrokeTheInternet https://t.co/YKZUXU5vOi
— Tyrone Lavery🌴 (@TyroneLavery) November 20, 2023
Descrita recién en 2017 y conocida solo por su holotipo (un único espécimen), esta rata, que lleva el nombre científico ‘Uromys vika’, enfrenta un peligro crítico de extinción en rápido aumento, debido a la destrucción de su hábitat forestal en la única isla en la que se encuentra: Vangunu, Islas Salomón, según un comunicado de la Universidad de Melbourne, Australia.
Los habitantes de la zona contaban historias de enormes ratas que correteaban entre los árboles y que podían masticar los frutos del cocotero.
Sin embargo, la existencia de estos roedores fue un misterio hasta 2017, año en que un equipo de científicos del Museo Field de Chicago encontró un espécimen vivo durante una expedición y confirmó, mediante análisis de ADN, que pertenecía a una especie completamente nueva.
Scientists capture first-ever photos of giant coconut-cracking rats https://t.co/SeNjy9tYgX #Animalscience #Animals #Species #Endangered #UniversityofMelbourne
— VTB |『V』𝚃『B』Casts┋ (@V_TBot) November 22, 2023
Esos animales pueden pesar hasta un kilo y alcanzar los 45,7 centímetros de largo, es decir, tienen un tamaño tres o cuatro veces mayor al de una típica rata negra o marrón.
Antes la ‘Uromys vika’ solo podía representarse en dibujos, pues recientemente lograron fotografiarla por primera vez.
Las 95 imágenes obtenidas pertenecen a cuatro individuos diferentes encontrados en los bosques de Zaira, cuya tala podría suponer la extinción de la especie, sugieren los investigadores.