¿Por qué al soñar que nos caemos por un precipicio, todos nos despertamos?

En sueños, un precipicio representa un peligro, un riesgo inmediato. Caerse, por otra parte, a nivel onírico representa el miedo que sentimos por no poder alcanzar las metas y objetivos que nos proponemos.

«¿Por qué sucede? Existen dos posibles opciones:

La primera, que como sabemos que algo malo nos va a pasar si nos caemos al suelo, se activa un mecanismo de defensa. Pero hay otra posibilidad: como tu cerebro no ha experimentado jamás lo que significa estrellarse desde una altura tan alta, no puede soñar sobre algo que no conoce», explicó Francisco Javier Segarra, psicólogo clínico y miembro del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).

De esta forma, nuestro cerebro sueña sobre cosas que tiene, de alguna manera, advertidas, y no puede imaginarse cosas que no conoce. Los sueños no son aleatorios, «prácticamente siempre tienen que ver con experiencias relacionadas con nuestro día a día, ya sean positivas o negativas». Además, podría decirse que soñar nos provoca múltiples beneficios en nuestra vigilia —a no ser qué padezcamos algún tipo de trastorno de pesadillas—. Pero ¿cuáles son y por qué?

La explicación neurológica

Muchas veces, quienes han soñado con este tipo de escenarios lo han sentido de una manera muy realista, al punto de despertarse con la sensación de estar cayendo. De acuerdo a diferentes expertos, esto es algo muy recurrente y tiene una explicación científica, aunque es necesario aclarar que el significado simbólico se diferencia del fisiológico.

Según los estudios en este campo, los sueños en los que se percibe una caída o en los que se experimentan ciertos rasgos de esto durante los primeros minutos del ciclo del sueño tienen orígenes biológicos. Esto se debe a que el cerebro crea un impulso automático mediante el cual desea despertar al cuerpo ya que percibe que la persona no se encuentra en control consciente y desea recuperar la autonomía.

En qué momento de la noche soñamos

Antes de hablar de las características que pueden tener nuestros sueños, es importante encuadrarlos dentro de las fases que pueden darse en este. «Cuando una persona se duerme, entra en un estado fisiológico de relativa falta de conciencia, por decirlo así, de inactividad de la musculatura voluntaria. Durante este proceso de desconexión nuestro organismo no se para, sino que pasan muchas cosas», afirma Segarra.

«Básicamente diferenciamos el sueño REM y el no REM. En este último, sobre todo el sueño profundo no REM, tenemos una característica muy importante: segregamos la mayor parte de hormona de crecimiento y esto nos sirve para regenerarnos a nivel muscular y físico», asegura el experto.

En cambio, durante el sueño REM es donde se producen los sueños: «Parece ser que nuestro cerebro hace una especie de limpieza y va filtrando las informaciones que son necesarias de las que no lo son, las que nos interesan de las que no y se producen como una especie de trabajo para, de alguna manera, mantener nuestro equilibrio emocional cuando estamos despiertos. Se consolida nuestra memoria y de alguna manera, se hace como un especie de ‘reset’ emocional».

Según palabras de Segarra, parece ser que este trabajo de organización de la información se produce sobre todo cuando estamos soñando.

«De forma que los sueños, en el fondo, son una generación de historias que normalmente sí que son un poco inconexas, donde se mezclan las cosas que nos van pasando durante el día con el contenido emocional que tienen estas. De alguna manera, sirven para que nuestro organismo pueda funcionar mejor al día siguiente», amplía Segarra.

¿De qué depende que una persona se acuerde más o menos de los sueños?

El doctor Rafael Pelayo, que forma parte de la Clínica de Medicina del Sueño de Stanford —una de las más conocidas del mundo—, opina en su libro Cómo dormir (Diana, 2023) que «si los sucesos fantásticos de nuestros sueños ocurrieran en la vida real, serían difíciles de olvidar. Y, sin embargo, siempre nos cuesta acordarnos de lo que soñamos».

Para conseguir recordar un sueño hay que rememorarlo durante la vigilia. Concretamente, tan pronto como una persona se despierte. Sin embargo, si esto sucede en medio del sueño en fase REM, hay un 80 % de posibilidades de que recuerde lo que estaba soñando.

«Incluso las personas que afirman no soñar casi nunca, recuerdan sus sueños si las despiertas en este punto», amplía Pelayo. Si bien es posible que los sueños no estén hechos para ser recordados:

«El sueño REM únicamente ocupa una o dos horas de nuestro tiempo total de sueño nocturno. El hecho de que sea tan difícil recordarlos podría darnos una pista de su posible función en el proceso de consolidación de la memoria».

Segarra concuerda con Pelayo y considera que existe una explicación lógica a que nos acordemos más o menos de ellos:

«Siempre dependerá del momento en el que nos despertemos. Cuando estamos durmiendo, la única memoria que nos funciona es a muy corto plazo. Teniendo en cuenta que la fase REM de sueño aparece más o menos cada media hora durante la noche, el hecho que de nos acordemos de lo que soñemos puede ser porque nos despertamos justo en mitad del último sueño o porque tengamos muchos despertares: voy recordando fragmentos de sueños porque me voy despertando».

El papel de los sueños: fortalecen nuestra memoria

Pelayo confirma que, aunque hoy en día, todavía no se puede determinar con exactitud si el hecho de soñar es una consecuencia aleatoria de alguna función neurológica o si tiene algún propósito, «algunos científicos creen que forma parte de un procesamiento de las emociones y la memoria que se da durante el sueño». En este sentido, él concuerda en que no existe duda de que cuando soñamos, revivimos recuerdos del pasado:

«Seguramente estos se activan o se cuelan en la actividad cerebral que experimentamos en forma de sueños. Este planteamiento, sugerido por el doctor Robert Stickgold de Harvard (entre otros), se basa en que, cuando soñamos, en realidad lo que ocurre es que nuestro cerebro reactiva y modifica los recuerdos y emociones vividos anteriormente». Lo que explicaría por qué en los sueños mezclamos recuerdos nuevos y antiguos.

Las investigaciones en el ámbito del sueño también sugieren que las funciones de la memoria se reflejan en el contenido de los sueños. «Se ha observado, tanto en humanos como en roedores, que los patrones de actividad neuronal registrados cuando se aprende una tarea nueva en el estado de vigilia se reactivan durante el sueño siguiente», indica Pelayo.

«Además, los estudios de tomografías por emisión de positrones en humanos han demostrado que las regiones cerebrales que se activan al aprender una tarea nueva se reactivan selectivamente en la noche de sueño subyacente», añade. Así, todas estas investigaciones refuerzan la teoría de que el sueño desempeña un papel muy importante en el proceso de consolidación de la memoria.

Los sueños potencian nuestra creatividad

Los sueños también potencian la creatividad. «La neurociencia está empezando a comprender los mecanismos biológicos que permiten que el cerebro tenga pensamientos creativos, y el punto álgido de muchos de estos mecanismos ocurre cuando estamos dormidos y soñamos», asegura el médico de Stanford.

¿Por qué?, ¿no es durante la vigilia, cuando más estímulos recibimos?

Efectivamente, pero según el especialista, mientras estamos refugiados en el sueño y especialmente mientras soñamos, nuestro cerebro toma toda la información que hemos estado sopesando durante la vigilia y examina otras partes del cerebro en busca de conexiones, creando así una combinación de nuevas ideas. «Gracias a esta mezcla de actividad neuronal durante el sueño REM, aparecen nuevas ideas en nuestra conciencia», añade.

Pueden ayudar a gestionar un problema y experiencias traumáticas

La fisióloga Ángeles Bonmatí asegura que durante un tiempo se pensó que los sueños eran un subproducto de la actividad cerebral durante la fase REM, «pero hoy se sabe que tienen una función en sí mismos. Por ejemplo, si una persona sueña con la resolución de un problema, parece que lo va a resolver durante la vigilia con una mayor creatividad y eficiencia».

Por si esto fuese poco, Bonmatí añade que los sueños también son relevantes «a la hora de superar experiencias traumáticas, sobrellevar la pérdida de un ser querido, reponerse de un duelo, etcétera. Parece que la gente que sueña sobre eso se recupera mejor que aquella que no lo hace». Todos estos hallazgos hacen pensar que los sueños tienen un función en sí misma relacionada con el bienestar de una persona.

Indicadores de estrés: los sueños recurrentes provienen de pensamientos recurrentes

«En el fondo, el contenido del sueño va más o menos relacionado con nuestro estado anímico diurno. Es decir, si pasamos por una época de más estrés o preocupación porque tenemos problemas personales o en el trabajo, tenemos muchas más probabilidades de que por la noche, cuando entremos en sueño REM, nuestro cerebro tenga sueños, por así decirlo, ansiosos. Probablemente, muy relacionados con la temática que nos ocupa», explica Segarra.

Cuando un sueño se convierte en recurrente o corresponde a un mismo patrón durante un tiempo, esto también puede ser indicativo de que algo en nuestra vida nos está provocando estrés o ansiedad.

«Digamos que el cerebro entra en un modo en el que, de algún modo, ensaya diferentes situaciones que parece que nos podrían preparar para actuar de la forma más adaptada posible a la situación en la vida real. Casi todo el mundo ha tenido un momento de su vida en el que ha tenido estos sueños recurrentes. No tienen mayor importancia a no ser que tengan un contenido desagradable y, por lo tanto, pase a ser un trastorno de pesadillas recurrentes. Pero el hecho de tener un período en el que se sueña lo mismo de forma periódica no tiene mayor relevancia. Solo se relaciona con períodos de estrés, emocional o laboral, etcétera», señala Bonmatí.

Tengo pesadillas, ¿debo preocuparme?

Tener pesadillas de forma ocasional no tiene ningún significado patológico especial, todos las hemos vivido alguna vez. El problema viene cuando estas perduran en el tiempo. «Cuando se dan de forma sistemática hablamos de un trastorno por pesadillas. A veces está asociado a un trastorno por estrés postraumático, pero sí es verdad que hay personas que no tienen un cuadro de ansiedad o depresivo aparentemente importante y estas aparecen sin una razón clara», confiesa Segarra.

El psicólogo clínico comenta que se trata de un tema desconocido, a pesar de ser relativamente frecuente en la población. «Además, no existe un tratamiento específico a nivel farmacológico porque tampoco conocemos muy bien cuál es la causa», subraya.

«El hecho de tener muchas pesadillas también pueden ser un síntoma con alguna dolencia física. Por ejemplo, las relacionadas con ahogarse o ser enterrado vivo podrían indicar una apnea obstructiva del sueño, ya que se dificulta la respiración», comenta Pelayo. La buena noticia es que al tratarse este problema, las pesadillas también desaparecen.

Sí, es posible reconducir nuestros sueños

El doctor de Stanford remarca que el primer paso para deshacerse de las pesadillas es eliminar cualquier factor externo que pueda alterar el sueño: «Si los ronquidos, los ruidos exteriores o cualquier otra molestia te despiertan mientras estabas en un sueño, es mucho más probable que lo recuerdes. Acostarse con el estómago demasiado lleno o tener acidez también puede provocar pesadillas. Por eso, algunas personas las asocian a ciertos alimentos. Si se sufren pesadillas de forma recurrente, especialmente al inicio de la noche, no comas nada dos horas antes de irte a la cama».

Aunque tal como se apuntaba anteriormente no existen fármacos para abordar un trastorno por pesadillas, sí se han desarrollado técnicas a nivel psicológico y conductual que intentan de alguna manera reconducir estos malos sueños. Una de las terapias con más fundamentos y sobre las que existen estudios que confirman su eficacia es la terapia por ensayo de imagen. «Están diseñadas para justamente reconducir o ‘entrenar’ al cerebro, para que cuando aparezcan estas, el mismo cerebro las pueda reconducir a sueños no tan desagradables», expresa Segarra.

Estudio relaciona el vapeo frecuente con el deterioro cognitivo en adolescentes

Un estudio sugiere que el vapeo frecuente expone a quienes lo practican a niveles altos de cadmio, plomo y uranio.

Los adolescentes que vapean con frecuencia presentan más uranio y plomo en la orina que los fumadores ocasionales, según un estudio basado en los datos de una encuesta realizada con adolescentes de entre 13 y 17 años que incluye a 200 que solo fuman cigarrillos electrónicos.

El estudio recuerda que, tal y como han demostrado investigaciones previas, la exposición a ciertos metales de los aerosoles y los líquidos de los cigarrillos electrónicos es especialmente perjudicial durante el desarrollo. Está probado que la exposición a estas sustancias está relacionada con el deterioro cognitivo, los trastornos de comportamiento, las complicaciones respiratorias, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Aunque se trata de un estudio observacional -por lo que no pueden extraerse conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos-, los investigadores aseguran que los resultados prueban que urge aplicar normativas y medidas de prevención específicas para adolescentes.

En este estudio, publicado este martes en la revista Tobacco Control, los investigadores querían averiguar si los niveles de metales potencialmente tóxicos podían estar asociados a la frecuencia de vapeo y si el sabor influye.

Para eso, se basaron en las respuestas del Estudio de la Juventud PATH, uno de los estudios de salud a nivel nacional más importantes de EEUU- realizado entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019- que contó con 1607 adolescentes de entre 13 y 17 años, doscientos de ellos fumadores exclusivos de cigarrillos electrónicos.

Se analizaron muestras de orina para detectar la presencia de cadmio, plomo y uranio, y la frecuencia de consumo se clasificó en ocasional (1-5 días al mes), intermitente (6-19 días) y frecuente (más de 20 días). Los sabores se agruparon en cuatro categorías mutuamente excluyentes: mentol o menta; fruta; dulce, como chocolate o postres; y otros, como tabaco, clavo o especias, y bebidas alcohólicas o no alcohólicas.

De los 200 consumidores exclusivos (63 % mujeres), 65 declararon un consumo ocasional, 45 intermitente y 81 frecuente; faltaba información sobre la frecuencia de consumo de 9 de ellos.

El número medio de caladas recientes al día aumentó con la frecuencia de consumo: ocasional (0,9 caladas), intermitente (7,9 caladas), frecuente (27). En los 30 días anteriores, 1 de cada 3 consumidores (33%) declaró haber consumido sabores mentolados; la mitad (50%), sabores afrutados; algo más del 15%, sabores dulces; y el 2%, otros sabores.

Más plomo y uranio en vapeadores frecuentes

El análisis de las muestras de orina mostró que los niveles de plomo eran un 40 % más altos entre los fumadores intermitentes y un 30 % más altos entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

Los niveles de uranio en la orina también eran el doble entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

Al comparar entre sabores, el estudio mostró niveles de uranio un 90% más elevados entre los vapeadores que preferían sabores dulces a los que optaban por mentol/menta.

No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los niveles urinarios de cadmio entre la frecuencia de vapeo o los tipos de sabor.

Al ser un estudio observacional, no pudieron extraer conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos y la frecuencia o los sabores del vapeo. Además, los niveles de metales tóxicos en los vapeadores variarán según la marca y el tipo de vaporizador utilizado, puntualiza el estudio.

Pero el estudio avisa sobre un dato especialmente preocupante: el aumento de los niveles de uranio en la categoría de sabores dulces.

“El sabor dulce de los cigarrillos electrónicos puede suprimir los efectos nocivos de la nicotina y potenciar sus efectos reforzadores, lo que da lugar a una mayor reactividad cerebral”, advierten.

AstraZeneca admite que su vacuna COVID puede tener efecto secundario raro y potencialmente letal

Se trata de una dolencia que hace que las personas tengan coágulos en los vasos sanguíneos de diferentes partes del cuerpo y presenten un recuento bajo de plaquetas.

La farmacéutica AstraZeneca admitió que su vacuna contra el coronavirus puede provocar un inusual efecto secundario relacionado con una irregularidad en la coagulación de la sangre, informó este domingo The Telegraph, citando un documento judicial.

Se trata del síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS, por sus siglas en ingles), que ocasiona que las personas presenten coágulos en los vasos sanguíneos del cerebro u otras partes del cuerpo, junto con un recuento bajo de plaquetas. Esta mortal afección también es conocida como ‘trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por vacunas’ (VITT, por sus siglas en inglés).

El TTS se observó en algunas personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford para hacer frente al covid-19. En el Reino Unido, la Unión Europea y los países escandinavos se reportaron extraños casos de trombosis del seno venoso cerebral, así como trombocitopenia, en pacientes a los que se les administró esa vacuna.

Reconociendo el extraño efecto secundario

En un documento judicial, que fue presentado el pasado mes de febrero ante el Tribunal Superior de Justicia de Londres, AstraZeneca reconoció que su vacuna “puede, en casos muy raros, causar TTS”. Sin embargo, dijo que desconocía el mecanismo biológico que causa el síndrome.

De acuerdo con The Telegraph, el reconocimiento del efecto secundario se produce cuando la compañía británica enfrenta una serie de demandas por lesiones y muertes vinculadas con la aplicación de su vacuna. Hasta el momento se han presentado 51 libelos contra AstraZeneca, en los que las víctimas o sus familiares piden indemnizaciones de hasta 126 millones de dólares.

Jamie Scott, uno de los demandantes, argumentó que sufrió una lesión cerebral permanente como resultado de un coágulo en la sangre, luego de recibir la vacuna en abril de 2021. En mayo del año pasado, los abogados de Scott recibieron una carta de AstraZeneca en la que el laboratorio negaba que “el TTS sea causado por la vacuna a nivel genérico”. A su vez, la parte acusadora aseveró que la vacuna de la farmacéutica británica es “defectuosa” y que su eficacia ha sido “muy exagerada”.

Apoyo a las víctimas de la vacuna

AstraZeneca afirmó en un comunicado, citado por New York Post, que apoya a cualquier persona que haya resultado afectada por su vacuna, aunque defendió su eficacia. También alegó que las complicaciones secundarias causadas por la aplicación de la vacuna son inusuales. Actualmente, el medicamento en cuestión ya no se aplica en Reino Unido ni en Australia.

Se estima que las probabilidades de que una persona desarrolle TTS después de recibir la vacuna de AstraZeneca es de una entre 50.000. Por otro lado, la Universidad de Oxford argumentó que la vacuna salvó a cerca de seis millones de personas durante la pandemia.

Hallan espeluznantes ‘arañas’ en la superficie de Marte

La imagen fue captada por una nave espacial en órbita.

Una serie de elementos oscuros y enjutos creados en su totalidad por procesos no biológicos, que parece una plétora de espeluznantes arañas, ha sido detectada en la superficie de Marte, según se observa en una imagen captada por una nave espacial en órbita compartida este viernes por la Agencia Espacial Europea.

La fotografía muestra la denominada ‘ciudad inca’ de Marte, una extraña formación llamada así porque se asemeja a ruinas antiguas vista desde arriba.

De acuerdo con el portal especializado en ciencia ScienceAlert, los mencionados elementos se forman como consecuencia de los cambios estacionales que tienen lugar en el planeta rojo, así como por los fríos inviernos seguidos del calentamiento primaveral.

Con el inicio de la primavera, las temperaturas suben y el hielo normal se derrite, pero el hielo seco no y, en su lugar, se sublima y se convierte directamente en gas.

Cuando esto ocurre con el hielo que se encuentra en el fondo del depósito, la presión aumenta hasta que se produce una miniexplosión y la superficie de Marte estalla como un hervor. Entonces, aparecen grietas en el hielo y el material polvoriento más oscuro de debajo de la superficie es arrastrado y rociado hacia arriba con el gas que escapa en enormes géiseres, creando así manchas oscuras que pueden medir hasta un kilómetro de diámetro.