El escándalo Cambridge Analytica y cómo cambió la forma en que las redes sociales manejan nuestros datos
Hace unos años, el mundo de internet y las redes sociales se vio sacudido por el escándalo de Cambridge Analytica, un hecho que significó un antes y un después en la manera en que las grandes empresas tecnológicas como Facebook manejan nuestros datos.
Por Robert Bourgoing (@robertb_py)
Cambridge Analytica. Quizás ahora pase algo desapercibido y hasta sea desconocido por algunos, pero en su momento, este nombre estuvo en boca de todos por un escándalo de considerables proporciones.
Hay que retrotraernos al año 2018, cuando esta empresa de análisis de datos pasó a estar en el ojo de la tormenta tras descubrirse que había utilizado información personal de más de 87 millones de usuarios para presuntamente favorecer la campaña presidencial de Donald Trump.
LOS ANTECEDENTES
El periódico The Guardian se encargó de filtrar una serie de documentos confidenciales, a través de los cuales se pudo demostrar cómo Cambridge Analytica había fraguado un ingenioso plan para permitir a Trump ganarse a la opinión pública y con ello llegar a la Casa Blanca.
Los informes revelados por el medio británico -obtenidos gracias a un exempleado de la firma, de nombre Christopher Wylie- muestran que la consultora con sede en Londres fue capaz de recopilar datos de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento.
Dichos datos fueron obtenidos a través de la aplicación “This Is My Digital Life”. Su funcionamiento era muy simple: la plataforma exhibía una serie de preguntas para así elaborar perfiles psicológicos de usuarios de Facebook. De esta forma, obtuvo actualizaciones de estado, “me gusta” y mensajes privados.
Esa aplicación pedía permiso para acceder a los respectivos perfiles como así también a los contactos agregados en la red social, lo cual a su vez ayudó que la consultora acceda a información personal de millones de personas.
La persona detrás de esta idea fue Aleksandr Kogan, profesor de la Universidad de Cambridge, quien en el año 2013 había desarrollado un test de personalidad a través de una app de Facebook, la cual posteriormente fue replicada para una nueva campaña.
CÓMO USARON LOS DATOS
Los datos de los millones de usuarios afectados fueron recopilados con un solo fin: utilizarlos para favorecer la campaña electoral de Trump, influenciando a los potenciales votantes en su intención de sufragio.
Gracias a los perfiles psicológicos obtenidos por medio de Cambridge Analytica, se pudieron diseñar estrategias y propagandas electorales para los usuarios y así lograr persuadirlos en favor del magnate norteamericano, quien finalmente acabó ganando aquellas elecciones del 2016.
En este caso, se trata de mensajes específicamente diseñados para ciertas audiencias que apuntan a influir en su opinión y, con ello, en el voto final.
Dentro de esto se incluyeron no solo publicidades hechas “a medida” para los usuarios, sino también “fake news” que luego fueron replicadas a través de redes sociales, blogs y medios de comunicación.
EL CAMBIO EN EL MANEJO DE DATOS
Además de Facebook, principal involucrada en este escándalo, lo ocurrido con Cambridge Analytica también puso en el tapete a las demás empresas tecnológicas que manejaban datos de usuarios a nivel masivo.
WhatsApp e Instagram (ya para entonces propiedad de lo que ahora se conoce como Meta, cuyo CEO es Mark Zuckerberg), al igual que Twitter fueron los que resintieron en mayor medida el impacto de este incidente, siendo cuestionadas sobre cómo manejaban la información proveída por sus usuarios.
A raíz de ello, Facebook anunció una serie de reformas en sus políticas de privacidad y el manejo de datos de sus usuarios, brindándoles mayores facilidades para encontrar la información personal que posee la red social.
Fue así como se incluyó un nuevo apartado en la plataforma para poder “descargar” la información personal de cada usuario, lo cual rige para esta red social y también para sus “hermanos” WhatsApp e Instagram.
Esta herramienta permite que cada usuario sea capaz de revisar sus interacciones pasadas (incluidos los “me gusta”, comentarios y publicaciones), así como también las fotografías y videos subidos, pudiendo seleccionar un período específico si así lo desea.
Así también, se simplificaron varios menús de acceso con el propósito de que las personas identifiquen más fácilmente para qué sirve cada función, priorizando el aspecto de la privacidad y seguridad.
REGLAMENTO EUROPEO
La medida adoptada por Facebook como resultado del escándalo se dio poco antes de la entrada en vigencia del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), una normativa aprobada por la Unión Europa que tiene como objetivo principal salvaguardar los datos de los usuarios.
Esta normativa -cuya vigencia luego trascendió el territorio europeo y se extendió al resto del mundo- obliga a las empresas digitales que manejan datos personales a cumplir con una serie de disposiciones, entre ellas informar sobre cualquier tipo de violación o uso indebido de datos.
Entre esperanzas, desafíos y un legado por seguir: lo que le depara a León XIV
La reciente elección del cardenal norteamericano Robert Prevost como el papa León XIV representa una nueva oportunidad para la Iglesia Católica, en el afán de seguir con las reformas impulsadas por el fallecido papa Francisco y, además, superar aquellos desafíos que aún hoy siguen siendo delicados para cualquier pontífice.
Por Robert Bourgoing (@robertb_py)
El humo blanco visto esta semana en la chimenea del Vaticano marcó el inicio de una nueva era para la iglesia fundada por Jesucristo: la elección de otro papa (el número 267, para ser exactos).
León XIV, el nombre elegido por el agustino Robert Prevost para asumir su pontificado, desde ahora en más tendrá la complicada tarea de marcar la hoja de ruta de la Iglesia Católica para los próximos años.
Este sacerdote —estadounidense de nacimiento, y peruano por adopción— asume en reemplazo del fallecido Francisco, papa que dejó impregnada una singular marca pastoral más cercana a los desfavorecidos y marginados de la sociedad, postura que le valió cierto rechazo en algunos sectores más conservadores.
La pregunta que muchos se hicieron, incluso antes de la confirmación de Prevost como nuevo pontífice es, ¿seguirá la misma línea de Bergoglio o tomará un rumbo distinto, adoptando una posición alejada de lo que el papa argentino implantó en los últimos años?
Sin duda alguna, León XIV deberá afrontar grandes desafíos a partir de este momento, iniciando por el seno de la misma Iglesia y, más específicamente, con quienes hasta hace unas horas compartía la mesa en el cónclave. Es bien sabida la diferencia de criterios que tuvo el papa Francisco con algunos cardenales del ala conservadora, entre ellos Raymond Burke (compatriota de Prevost), el guineano Robert Sarah o el alemán Gerhard Ludwig Müller.
Una vez superadas estas discrepancias internas (que podrían lograrse o no, conforme a la apertura que exista entre ambas partes), el nuevo papa también deberá tomar una decisión —si es que aún no lo hizo— respecto al rumbo que tomará su pontificado en cuanto al trabajo de la Iglesia en el mundo.
Para muchos expertos y entendidos en el ámbito eclesiástico, su nombre es un anticipo de lo que podría verse en el papado de León XIV. Su predecesor directo en la nomenclatura, León XIII, tuvo una gran relevancia en la historia al ser quien dio los primeros pasos para elaborar la llamada “Doctrina Social de la Iglesia”.
A través de su encíclica Rerum Novarum (1891), el papa León XIII expresó su interés por aspectos esenciales como la defensa de los trabajadores, el derecho a la propiedad privada, la importancia de la familia y la religión en la sociedad, así como aquellos ideales de justicia social.
Teniendo en cuenta esta elección por parte de Prevost, es de suponer que su papado trazará una línea en concordancia con la de su antecesor Francisco, caracterizada por la cercanía a los pobres y necesitados, así como para diversos colectivos o conglomerados sociales que requieren de una atención por parte de las autoridades de cada nación.
Independientemente a las posiciones ideológicas o políticas, otra prueba que tendrá León XIV durante los próximos años guarda relación con las personas divorciadas y los homosexuales, que también buscan un espacio y, sobre todo, una oportunidad de acercamiento a Dios a través de la Iglesia Católica, que siempre mantuvo una posición distante sobre estos temas.
No quedará exento a los múltiples debates en el seno católico el tema de la pederastía y los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, vidrioso asunto que hasta hoy sigue generando controversia y críticas contra la Iglesia y sus principales responsables, incluyendo al Papa de turno. Muchos consideran que este fue uno de los motivos por los que Benedicto XVI tomó la drástica decisión de dimitir, sumado a su avanzada edad.
Asimismo, la cuestión del celibato sacerdotal eventualmente será puesta una vez más en el tapete, al igual que en los tiempos de pontífice argentino, tanto por el dilema mencionado en el párrafo anterior como también por la posición existente en algunas esferas de permitir a los presbíteros contraer matrimonio, tal y como ocurría hasta antes del siglo XI.
El ecumenismo con otras confesiones cristianas, al igual que el acercamiento amistoso a otras religiones mayoritarias, podría ser otro aspecto que representará un desafío para Prevost, más aún en la época actual caracterizada por la secularización y, en paralelo, el cada vez mayor auge de las sectas protestantes en el mundo.
Los antecedentes permitir conjeturar que Latinoamérica será un punto focal durante el papado de León XIV, recordando su cercanía con esta región donde vivió gran parte de su vida sacerdotal, asentándose en Perú durante más de una década en la que ocupó diversos cargos. No en vano su primer discurso incluyó un saludo en español a lo que él llamó como “su querida diócesis de Chiclayo”.
Una frase que algunos católicos usamos con cierta frecuencia es “La Iglesia es santa y pecadora”: santa, porque Jesús es el centro de todo; y pecadora, porque los que la conformamos somos seres humanos propensos al pecado. Bajo esta premisa, León XIV tendrá la ardua tarea de convertir a la Iglesia Católica en una institución cada vez más santa y menos pecadora, velando por acercar a Dios a todos los pueblos sin distinción alguna y, como lo dijo en su discurso inicial frente a los miles de peregrinos que lo esperaban ansiosos en la plaza de San Pedro, “construir puentes”.
La historia del “Cañón Cristiano” paraguayo: el ‘trofeo de guerra’ que duerme en Brasil
La Guerra de la Triple Alianza todavía tiene sus vestigios, en algunos casos muy presentes. En el museo de Río de Janeiro “duerme” uno de los emblemas paraguayos de aquella contienda. Se trata del famoso “cañón cristiano”.
Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)
Construido en Ybycuí con toneladas de bronce, proveniente incluso de algunas campanas de iglesias paraguayas, el “cañón cristiano” representó un símbolo de fortaleza para Paraguay durante la Guerra de la Triple Alianza.
Al respecto, el historiador Fabián Chamorro, en reiteradas entrevistas y textos publicados, recordó que el 25 de marzo 1867, la ciudadanía asuncena recibió con vítores al Cañón Cristiano. Asimismo, indicó que la imponente arma poseía “980 arrobas de peso [11.000 kilogramos] y 150 de calibre”.
El pueblo, esperanzado en su poder de fuego, lo arrastró “a pulso”, comentó el historiador. “Las campanas hicieron vibrar su majestuoso sonido en medio de la algazara de los ingenieros y operarios que salieron a darle la bienvenida”, refiere parte de su relato.
Una de las fechas importantes relacionadas al cañón cristiano es el 22 de septiembre de 1866, específicamente en la batalla de Curupayty, donde los historiadores señalan que fue utilizado con gran éxito para repeler el avance de las tropas enemigas.
Cabe mencionar que dicha batalla fue la única en la que Paraguay salió victorioso en la Guerra contra la Triple Alianza, donde, a pesar de la inferioridad numérica de las tropas, una gran estrategia sirvió para hacer frente a los ejércitos brasileños, argentinos y uruguayos en el departamento de Ñeembucú.
Sin embargo, en 1868 el cañón fue tomado como “trofeo de guerra” por parte de las tropas brasileñas, que, al término de la contienda, lo llevaron hasta su país. Desde ese entonces, “El Cañón Cristiano” se encuentra reposando en el Museo de Río de Janeiro.
A criterio del historiador Chamorro, fueron pocos los esfuerzos de los sucesivos gobiernos en tratar de recuperar este elemento tan importante para nuestra historia. Por parte de Brasil, se realizaron promesas vanas de devolución, pero nada que pueda representar una verdadera intención de hacer “justicia” hacia nuestro país.
Una de las últimas posturas al respecto del Cañón Cristiano, fue la emitida por el actual presidente del Congreso Nacional, Basilio “Bachi” Núñez, quien pidió en una de sus alocuciones la devolución en medio del debate de las acusaciones de racismo por parte del club Palmeiras hacia el club Cerro Porteño.
En manos de Brasil todavía se encuentran otros elementos que pertenecen al Paraguay de aquella época de guerra. En contrapartida, Argentina sí devolvió a nuestro país todas aquellas reliquias. Fue durante el gobierno del presidente Juan Domingo Perón y el de Alfredo Stroessner por Paraguay.
Sobre el “saqueo” a Paraguay por las tropas aliadas, el historiador Jorge Rubiani calificó como una “Guerra de rapiña” y que incluso estaba estipulado en el tratado firmado por los tres países. “Lo que más me duele es que ningún gobierno insistió por lo menos en un pedido de disculpas por todo lo llevado”, lamentó.
La periodista que hizo historia en el Vaticano: Paloma, la elegida de Francisco
Primera mujer en ser viceportavoz de la Oficina de Prensa del Vaticano, la periodista española Paloma García Ovejero recuerda con emoción su servicio al papa Francisco, su amor por Paraguay y la fe profunda que marcó aquellos años únicos.
“Todavía no sé cómo sucedió”, confiesa Paloma García Ovejero al recordar sus días en Roma. Porque, en ese entonces, ella era (sigue siendo) una periodista —una más entre tantos corresponsales— y fue elegida para hacer historia: ser la primera mujer en ocupar el cargo de viceportavoz de la Oficina de Prensa del Vaticano, junto a Francisco.
En una emotiva entrevista con el programa Residentas, del canal GEN, García Ovejero abrió su corazón para contar cómo fue vivir de cerca la fe y la humanidad de un Sumo Pontífice que rompió moldes, que creyó en ella cuando ni ella misma se imaginaba lo que iba a depararle su destino profesional.
Un llamado inesperado
Paloma no buscaba más que contar las noticias de Roma para su audiencia en España. Pero un día, su teléfono sonó: “El papa quiere pedirte algo”. Sin saber qué era, dijo que sí. Luego se enteró: sería su voz ante el mundo, junto a un colega de la televisión norteamericana. Dos portavoces, hombre y mujer, reflejando el deseo del papa de una Iglesia más inclusiva.
“Desde ese momento, fue una montaña rusa: apasionante, dificilísima, agotadora y, al mismo tiempo, feliz”, recuerda. “Di todo lo que tenía: mi piel, mi tiempo, mi vida personal. No me arrepiento ni un segundo”.
El Paraguay en el corazón del papa... y en el suyo
La periodista recuerda también la relación del papa Francisco con Paraguay. “Él tenía un modelo de mujer al que había que mirar: la mujer paraguaya”, destaca, evocando la emoción del Pontífice en su visita a la Virgen de Caacupé y en los encuentros con los pobladores del Bañado Norte en 2015.
Entre sonrisas, contó cómo al encontrarse con paraguayos, el papa no podía evitar hablar de la chipa. “Le gustaba de verdad, no era solo por cortesía”, revela. “Y yo también comí mucha chipa gracias a eso”, añade entre risas.
Más allá de los gestos simpáticos, García Ovejero destaca cómo era Francisco: un hombre profundamente libre, capaz de reírse de sí mismo, y de encontrar un punto de encuentro con figuras como Donald Trump, con Vladimir Putin o con una sencilla madre de familia.
“El papa jamás miró a nadie desde arriba hacia abajo, si acaso desde abajo hacia arriba. No estoy hablando de un angelito. No estoy hablando para nada de un hombre blando, pero sí de un hombre valiente y libre que nunca dudó en pedir perdón o en rectificar y cambiar de parecer si descubría que se había equivocado. El secreto era su tiempo frente al Santísimo. No tomaba decisiones siguiendo estrategias políticas o consultando a asesores. Rezaba y preguntaba: ‘¿Qué quieres de mí, Señor?’”, relata. “Y actuaba con valentía, sin miedo ni siquiera a la muerte”, acota.
Cuando llegó el Domingo de Pascua, Paloma sintió que el papa sabía que era su despedida. “Dio las últimas gotas de su vida para esa bendición Urbi et Orbi. Ya estaba muy, muy, muy cerquita del cielo”.
Mujeres en el corazón de su misión
Desde su abuela Rosa hasta amigas como la monja Geneviève Jeanningros y la periodista Alicia Barrios, las mujeres siempre ocuparon un lugar especial en la vida de Francisco. “Le gustaban las mujeres, porque las consideraba auténticas, prácticas, las que saben organizar. Y quería tenerlas cerca, también en el Vaticano”, contó Paloma.
Ella misma, con su pasión, su fe y su entrega, fue parte de esa revolución silenciosa.
Una vida marcada por el servicio
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, con estudios de posgrado en la UNED y la Universidad de Nueva York, Paloma forjó una sólida carrera en la radio antes de ser llamada al Vaticano.
Hoy, al mirar atrás, Paloma sonríe con la certeza de que, en esos años difíciles y hermosos, no hizo otra cosa que vivir su vocación: comunicar la alegría del Evangelio al mundo. “El gran honor de mi vida fue servir a la Iglesia y al papa Francisco”, dice.