La macabra historia de venganza de Cruhy Arroyo Folle
"Voy a matar al viejo que me falló", esa fue la frase con la que se despidió de sus compañeros de celda Cruhy Arroyo Folle en febrero de 2001 cuando dejó la cárcel de Tacumbú. Meses después cumplió su promesa, pero no solo mató al que lo traicionó, sino que también a toda la familia.
Esta es la terrible historia en la que los hermanos Arroyo Folle mataron a seis miembros de una familia en San Lorenzo el 6 de abril de 2001. Pero todo se comenzó a tejer unos años antes cuando Cruhy vivía en la ciudad de Guarambaré y conoció a una mujer con la que se fue a vivir a San Lorenzo. Le alquilaban una pieza a Nicolás Almirón, un hombre de 70 años, quien vivía en el mismo predio con su familia.
Arroyo Folle, siempre estuvo ligado al submundo de la delincuencia, era miembro de una banda de robacoches, fue detenido por la policía y pasó unos años preso. Su concubina mientras tanto seguía viviendo en la casa de Almirón, hasta que en el 2000 hubo un allanamiento en el lugar. Los antidrogas encontraron marihuana, pero Nicolás Almirón negó que la droga sea suya y acusó a la mujer de ser la dueña de la carga.
La misma fue a parar a la cárcel del Buen Pastor, esta historia llegó hasta Cruhy, quien dijo que al salir de prisión se iba a cobrar la venganza contra el “viejo”, así se refería a Almirón. Los compañeros de celda de Arroyo Folle escucharon muchas veces la historia, pero nunca pensaron que se iba a concretar.
Pero llegó el día en que abandonó la cárcel y volvió a Guarambaré a vivir con su hermano un menor de 16 años de nombre Julio César, a quien también le comentó lo que ocurrió en San Lorenzo y poco a poco le fue convenciendo para que sea su cómplice en la venganza.
El 6 de abril los hermanos Arroyo Folle, finalmente decidieron ir hasta la casa de Nicolás Almirón, para cobrar la falta que tuvo con la mujer de Cruhy. Llegaron en horas de la madrugada a la vivienda ubicada en Azara y Ruta Mariscal Estigarribia, entraron sin problemas y fueron hasta la pieza del dueño de casa a quien sorprendieron dormido, con su concubina Herminia Cáceres Esquivel, de 33 años, pero en la casa esa madrugada también estaban Marilú Almirón, de 12 años y Lorenza Almirón, de 14 años, hijas de Nicolás. También dormían en el sitio Melania Colmán, de 30 años, su hijo Gustavo Ortiz, de 12 años, hermana y sobrino de Herminia.
Sin testigos
Los hermanos redujeron todos, lo que iban a hacer con Nicolás estaba más que claro, pero pensaron un rato que pasaría de los testigos, hasta que Cruhy dijo que esa noche no tenía que quedar nadie vivo.
Fue así que primero torturaron a Nicolás Almirón, con una pala le rompieron la cabeza y lo dejaron inconsciente. Después los Arroyo Folle violaron a las cuatro mujeres, también las golpearon salvajemente hasta dejarlas a todas inconscientes. Fue entonces que comenzaron a cavar una gran fosa en el patio de la casa debajo de un tupido árbol de mango.
En ese hoyo arrojaron a los seis miembros de la familia y los enterraron. Después del hallazgo, la autopsia demostró que las víctimas murieron asfixiadas, fueron enterradas vivas.
Luego de materializar el sangriento episodio los hermanos se llevaron varios objetos personales de las víctimas y la camioneta de Nicolás Almirón. Pasaron los días y nadie más vio a la familia Almirón, los vecinos sospecharon algo raro y llamaron a la policía.
Recién el 9 de abril la policía encontró los cuerpos en la fosa y la noticia tomó estado público. No había pistas del o de los asesinos, menos todavía se conocía el móvil del crimen.
Sin embargo la primera y trascendental pista provino de una celda de la cárcel de Tacumbú. Los compañeros de encierro de Cruhy comentaron que Arroyo Folle siempre hablaba que al salir de la cárcel iba a ir a buscar a Nicolás Almirón “el viejo”, quien vivía en el centro de San Lorenzo. Ese dato hizo que la policía ubique a Cruhy y se allanó su casa en Guarambaré, donde encontraron la camioneta de Almirón y varios objetos robados a las víctimas.
Inmediatamente se consiguió la orden judicial para detener a Cruhy y a Julio César Arroyo Folle. Ambos fueron sometidos a interrogatorios y sin muchas vueltas el más frío de los hermanos, Cruhy, contó detalladamente lo ocurrido y el por qué.
La saña que tuvieron los hermanos con la familia y cómo los mataron era la noticia en todos los medios de comunicación. El juicio fue breve, se tenían todos las piezas del macabro rompecabezas y Cruhy Arroyo Folle fue condenado a 25 años de cárcel, mientras que su hermano por ser menor fue condenado a ocho años de encierro.
Actualmente Cruhy tiene 48 años y sigue preso en la cárcel de Tacumbú y cumplirá su condena en abril de 2026. Su hermano cumplió los ocho años de encierro y recobró su libertad, pero nunca más se supo de él.
Más que una fecha: por qué el 1 de diciembre importa para todos
Cada 1 de diciembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Sida, una fecha que busca visibilizar la lucha contra el VIH, apoyar a las personas que viven con este virus y honrar la memoria de quienes fallecieron a causa de enfermedades relacionadas. Este día, establecido en 1988, es una oportunidad clave para reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que persisten.
El Sida se reconoció por primera vez en 1981 como entidad clínica, pero, según estudios retrospectivos, parecen haberse presentado casos aislados durante la década del 70 en diversas zonas del mundo.
En las últimas décadas, los esfuerzos globales permitieron importantes progresos, como las terapias antirretrovirales que permiten una vida larga y saludable a las personas que viven con el virus, además de la prevención con el uso del preservativo y la profilaxis preexposición (PrEP), que reducen significativamente las tasas de infección en algunas regiones.
A pesar de los avances, el VIH sigue siendo una realidad preocupante: más de 38 millones de personas viven con VIH en el mundo, y 1,5 millones adquirieron el virus solo en 2022, según datos de ONUSIDA.
En el 2022 Paraguay registró 1519 nuevos diagnósticos de VIH, de los cuales, 327 son dentro de la población joven y adolescentes, de 15 a 24 años. Según la estadística, 4 personas por día son diagnosticadas con VIH en el país, de las cuales 2 de cada 4 pertenecen a la franja entre 15 a 34 años, esto representa el 57.07% de las personas diagnosticadas. La mayoría reside en el departamento Central y Capital, seguidos por las zonas fronterizas como Alto Paraná e Itapúa.
TRANSMISIÓN
Existen tres vías de transmisión del VIH: la vía sexual sin protección (que es la más frecuente), el contacto sanguíneo directo o parenteral, y la vía vertical de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia sin intervención.
Respecto a la primera vía de transmisión, hoy en día se cuenta con varias apps de citas que permiten concretar encuentros casuales. Dentro de estos encuentros se deben usar preservativos, atendiendo a que, desconocer los riesgos de tener relaciones casuales sin condón es exponerse al VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
El Observatorio de VIH Paraguay insta al uso de preservativos masculinos o femeninos durante las relaciones sexuales, la realización de pruebas de VIH y de otras infecciones de transmisión sexual, la circuncisión quirúrgica masculina voluntaria, el uso de los servicios de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables, lo antirretrovíricos (ARV), como profilaxis anterior a la exposición por vía oral y productos de acción prolongada; los anillos vaginales de dapivirina y el cabotegravir inyectable de acción prolongada.
ATENCIÓN EN SALUD
Actualmente el Ministerio de Salud Pública cuenta con ocho servicios que brindan Atención Integral (SAI) a personas que viven con VIH en los cuales se realiza diagnóstico, atención médica, psicológica, seguimiento clínico y laboratorial, entrega de antirretrovirales, antibióticos e insumos. Los mismos se encuentran distribuidos en ocho regiones sanitarias:
Capital: Instituto de Medicina Tropical
Itapúa: Hospital Regional de Encarnación
Alto Paraná: Hospital Regional de Ciudad del Este
Central: Hospital Nacional de Itauguá
Caaguazú: Hospital Regional de Coronel Oviedo
Amambay: Hospital Regional de Pedro Juan Caballero
Guaira: Hospital Regional de Villarrica
Concepción: Hospital Regional de Concepción
En cuanto a la transmisión maternoinfantil, además de los SAI existen otros 56 centros como los Hospitales distritales, maternoinfantiles, donde se aplica el flujograma de atención a las mujeres embarazadas, ARV para la prevención de la transmisión maternoinfantil, tratamiento de otras infecciones de transmisión sexual, seguimiento del recién nacido y suministro de leche de fórmula hasta los 6 meses
El PRONASIDA, desde su departamento de logística se encarga de la distribución de ARV, antibióticos, reactivos e insumos, tanto para el diagnóstico, tratamiento del VIH y otras ITS y profilaxis de las Infecciones Oportunistas en todo el territorio Nacional, que son solicitados en base al requerimiento anual a la Dirección de Insumos Estratégicos, Dirección dependiente del MSP Y BS.
ESTIGMA
A pesar de los avances científicos y médicos en el tratamiento del VIH, el estigma y la discriminación hacia las personas que viven con el virus siguen siendo una de las mayores barreras que limitan el acceso a la atención médica y a la inclusión social. Estas actitudes negativas no solo afectan emocional y psicológicamente a quienes viven con VIH, sino que también limitan su acceso a servicios de salud, educación, empleo y apoyo social.
Aunque hoy se sabe que el VIH no discrimina por género, orientación sexual, edad o estatus socioeconómico, estos estigmas persisten, reforzados por la falta de educación y sensibilidad en torno al tema.
El impacto de la discriminación puede ser devastador. Muchas personas que viven con VIH enfrentan rechazo social, aislamiento y problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
El miedo al juicio social también lleva a que muchas personas eviten realizarse la prueba del VIH, lo que retrasa el diagnóstico y el inicio del tratamiento. Esto no solo afecta su calidad de vida, sino que también contribuye a la propagación del virus. Las personas que vive con VIH, si reciben un tratamiento adecuado, pueden llevar vidas plenas y saludables.
El dinosaurio con “potencial evolutivo” humanoide
Hace unos 66 millones de años tuvo lugar el evento de extinción que marcó el fin del periodo Cretácico y el inicio del Paleógeno, y que desembocó, entre otras, en la desaparición de aproximadamente el 75 % de las especies de la Tierra, incluidos casi todos los dinosaurios no voladores.
Por Gonzalo Cáceres - periodista
La ciencia moderna atribuye el cataclismo a un colosal asteroide que impactó de lleno en la actual península de Yucatán. A pesar del tamaño relativamente modesto en comparación con la Tierra, la colisión formó un cráter de 180 kilómetros de diámetro y 20 kilómetros de profundidad y fue tan poderosa que liberó energía equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima.
La explosión produjo una onda expansiva que desencadenó incendios masivos, tsunamis gigantescos y lanzó grandes cantidades de polvo y otros materiales a la atmósfera, bloqueando la luz solar por años, dando lugar a una suerte de invierno nuclear, lo que redujo drásticamente las temperaturas y cambió la fotosíntesis en plantas y fitoplancton (base de la cadena alimentaria).
Esta situación perjudicó directamente a los pequeños mamíferos, principal fuente de alimento de los dinosaurios más grandes. Así, una cosa llevó a la otra y los -alguna vez- dueños del planeta sucumbieron ante su suerte.
En la actualidad, se especula que este evento masivo resultó crucial para la aparición y posterior evolución de los primeros primates (pudieron diversificarse y ocupar los nichos ecológicos que dejaron vacíos los dinosaurios), que, a lo largo de millones de años, fueron dando paso a las especies que formarían parte de la evolución humana. La evidencia fósil indica que el último ancestro común entre humanos y chimpancés vivió hace unos 6 o 7 millones de años. El resto es historia conocida.
Pero, y siempre hay un pero, ¿qué hubiese pasado si aquel asteroide no hubiese llegado? ¿La humanidad podría haber tenido la oportunidad de evolucionar? ¿Qué sería de los dinosaurios?
DINOSAUROIDE
Este último escenario fue objeto de estudio para el paleontólogo canadiense Dale Russell. En 1982, propuso la ‘hipótesis del dinosauroide’, formulada mientras se encontraba al servicio del Museo Nacional de Ciencias Naturales en Ottawa.
Esta línea básicamente indica que, si los dinosaurios no se hubieran extinguido, algunas especies podrían haber dado el salto hacia formas mucho más complejas, incluso de naturaleza humanoide. Específicamente, Russell se centró en la proyección del Troodon; un dinosaurio pequeño, bípedo y carnívoro y con un cociente de encefalización (relación entre el tamaño del cerebro y el cuerpo) más alto que el promedio de otros de su especie.
Es decir, Russell sugirió que, con suficiente tiempo evolutivo (entiéndase un rango de miles de millones de años), el cerebro del Troodon podría haber ganado tamaño, progresivamente, hasta alcanzar niveles de capacidad cognitiva comparables al de los primates, dando pie a una cadena evolutiva similar y/o comparable al de los sapiens.
Los supuestos de Russell también se basan en que el Troodon, gracias a su postura bípeda y extremidades delanteras funcionales, ya hacía gala de un ‘punto de partida’ anatómico que podría haber facilitado una mayor manipulación de herramientas (o desarrollo cultural). En este punto, el científico se apoyó en la selección natural de Darwin, ya que, a su entender, en un mundo dominado por dinosaurios, el azar podría haber favorecido al desarrollo de una especie por sobre otras, haciéndola más inteligente y adaptable.
EL DISEÑO
En colaboración con un artista, Russell imaginó un modelo físico del dinosauroide: un ser de postura erecta, manos tridáctilas con pulgares oponibles, un cráneo grande y ojos orientados hacia adelante (visión binocular avanzada), pareciendo un cruce entre reptil y humano, todo un escándalo para la sociedad científica de su época.
Si bien hubo un sector inclinado a siquiera analizar la posibilidad, el dinosauroide encontró su principal obstáculo en la teleología del progreso; es decir, la idea de que la evolución ostenta un “propósito” o tiende a ir en dirección a la inteligencia humanoide (la evolución no es lineal ni persigue metas). Otros, simplemente, argumentaron que no hay evidencia de que la inteligencia avanzada sea inevitable, incluso en especies con características anatómicas “prometedoras”.
Aunque sirvió para estimular el debate, la teoría moderna asume que la evolución no produce inevitablemente una forma humanoide y/o inteligente. Entonces, la comunidad científica no considera la hipótesis del dinosauroide, ni sus conceptos, como un modelo evolutivo, sino más bien la tachó de pura especulación sin apoyo empírico directo, centrando la cuestión sobre la contingencia en la evolución y las formas en que podrían desarrollarse los organismos inteligentes en otros contextos (por ejemplo, extraterrestres).
En la actualidad, los expertos manifiestan que los dinosaurios -de no haber sucumbido en el ‘evento límite’- simplemente podrían haber seguido caminos evolutivos completamente diferentes, dando lugar a una variedad de formas adaptadas a sus entornos (como serpientes, tortugas, cocodrilos y arañas, entre otros), y no precisamente a una especie inteligente.
¿Es la inteligencia avanzada una anomalía evolutiva o una tendencia repetible bajo ciertas presiones selectivas? Esa es la cuestión.
Ley afrodescendiente, un hecho histórico para la diversidad cultural en Paraguay
La cultura afrodescendiente forma parte fundamental de la identidad nacional, sin embargo, sigue siendo invisibilizada y excluida de la narración histórica del país. La Ley N° 6940 aparece para transformar esa condición. Una amplia comunidad afroparaguaya espera que la nueva legislación sea el puntapié para el reconocimiento por el que tantos años lucha.
Por Silvia Aguilar - @aguilar_silvii
El Poder Ejecutivo reglamentó la Ley 6.940/22, que establece medidas de prevención y sanción contra toda forma de discriminación hacia las personas afrodescendientes.
La firma de la reglamentación marca un antes y un después en las comunidades afrodescendientes de nuestro país, las cuales han peleado por años para honrar a sus antepasados y educar a la sociedad sobre su historia y cultura.
Una de las comunidades afrodescendientes más emblemáticas es la de Kamba Kua, de Fernando de la Mora, caracterizada por sus tradicionales bailes y sus festivales cada 6 de enero en honor a San Baltazar.
César Steven Chávez, vicepresidente de la Asociación Grupo Tradicional San Baltazar, habló con la redacción de HOY/Nación Media y destacó el valor de la historia afroparaguaya, la cual será reivindicada con la nueva Ley a través de la educación y la conciencia.
-¿Cuáles son las principales reivindicaciones del sector afrodescendiente y cómo la nueva ley va a abordarlas?
Creemos que esta ley conjuga varias reivindicaciones que hace tiempo venimos sosteniendo y principalmente lo que hace es establecer mecanismos y procedimientos para la prevención de actos de racismo y de discriminación hacia las personas afrodescendientes.
Y no solo eso, también tiene como finalidad reconocer, valorar y dignificar a la población afrodescendiente paraguaya y personas afrodescendientes que habitan dentro del territorio nacional. O sea, darle esa visibilización en cuanto al aporte histórico y cultural brindado por parte de la comunidad afro.
-La identidad afrodescendiente, ¿de qué manera fue discriminada dentro de la sociedad?
Principalmente existe una discriminación con los que niegan nuestra existencia. Existe una invisibilización de nuestra vida, de nuestro aporte y de nuestra identidad misma.
Somos vistos como extranjeros, ajenos a la identidad paraguaya. Y lo que hace esta ley es brindar herramientas para que nuestro sector diga “soy paraguayo, pero tengo raíz afrodescendiente. Soy de identidad afroparaguaya”.
-¿Cómo se podría promover el reconocimiento y valoración de la cultura afrodescendiente, con la ley implementada?
La ley, en su artículo 5°, contempla la elaboración del Plan Nacional de Promoción, Fomento y Protección de los Derechos Humanos y que tendrá como objetivo la participación plena de las personas afrodescendientes en las diversas instancias públicas que involucran sus derechos y con los derechos consagrados constitucionalmente. Como, por ejemplo, establecer e incorporar el legado de los afrodescendientes en la historia del país.
Y en este sentido, aquí se da algo demasiado importante, la historia. Que nuestro legado y aporte sea reivindicado como un relato nacional. Esto ayudará a que se investiguen las raíces afroparaguayas.
Y también en el artículo 6° se plantea que el MEC incorpore en su currículo educativo la cuestión afrodescendiente, en cuanto a su historia, participación y aporte en la conformación de la sociedad paraguaya.
-¿Cuál es el camino para incorporar la historia y la cultura afrodescendiente en la educación?
Como bien lo plantea el artículo 6°, a través de incorporar los datos que se tengan en el currículo educativo. Esto instruirá a que las instituciones educativas de todos los niveles tengan que formarse sobre la cuestión afroparaguaya y, a la vez, instará a la investigación que es algo que muy poco se realiza en Paraguay, sobre la historia y el aporte del afroparaguayo. Entonces, es eso lo que queremos desarrollar, la formación e investigación sobre la temática afrodescendiente.
-¿Qué viene después de la implementación de esta ley?
Esta Ley es histórica, pero somos conscientes de que tenemos que seguir trabajando en lograr una mejor calidad de vida de nuestras comunidades afro que, en muchos casos, se encuentran en la pobreza y pobreza extrema. A través de esta Ley se podrá obtener un número estimado de personas afrodescendientes que existen en Paraguay, por ejemplo. Y esto dará pie a que podamos generar programas y políticas afirmativas hacia el sector.
Para Chávez y otros miles de afrodescendientes en el país, la ley 6.940 les dará la oportunidad de incluir en la narración de la historia de nuestro país su legado de la esclavitud, que por muchos años tuvo un impacto profundo y duradero en la sociedad.