• Por Aldo Benítez, aldo.benitez@gruponacion.com.py
• Fotos: Pánfilo Leguizamón

“Le cuesta un poco ahora. Por eso es que se retira, porque cuando hacemos los operativos tenemos que alzarle y esas cosas, entonces es justo y necesario que tenga su merecido descanso y que se dedique a lo que tanto le gusta a los perros, que es jugar” dice el Sargento 1ro. Cristian Paiva, el guía de Ala, la perra que se retiró con honores como agente de la Senad en su lucha contra el tráfico de drogas.

Ala llegó a la Unidad K – 9 o Departamento de Guías y Canes detectores de Drogas de la Senad en el 2010 directamente desde los Estados Unidos, como una donación realizada por la embajada estadounidense en nuestro país. Desde entonces, Ala se ha convertido en una de las grandes detectoras de todo tipo de drogas y en una pieza fundamental dentro del trabajo que hace esta unidad como sistema de apoyo en los operativos antidrogas de la Senad.

Ala es la cara peluda y más eficaz que tiene el Estado paraguayo en la lucha contra los narcos.

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En 1990, tras un año de la caída de la dictadura estronista, nació la Senad, casi como un riñón de lo que era la Dirección Nacional Antinarcóticos, ente que en ese entonces dependía del Ministerio del Interior. Paraguay, que a mediados y finales de los 80 ya se mostraba como un terreno fértil para la ruta del narcotráfico a nivel regional, encontró en los años 90 la instalación de grupos que empezaron a operar en todo el territorio para tomar las rutas fronterizas. La situación ameritaba controles más estrictos por parte del Estado, con todas las ayudas posibles.

Viendo esa necesidad de tener controles más complejos fue que se dio origen, en 1991, a la utilización de canes entrenados para detectar drogas. Así fue que llegó la primera remesa de razas de perros desde Inglaterra para que sean utilizados en operativos antinarcóticos. Así lo recuerda Dante Medina, subjefe de la unidad y agente con más de 20 años de trabajo en la Senad.

Ya en aquella época, las unidades caninas de países europeos estaban en la vanguardia con estos trabajos de detección de drogas. Países latinoamericanos como Guatemala y Colombia, o incluso de nuestra región como Bolivia o Brasil, empezaron con tiempo y hoy tienen importantes infraestructura destinada solamente a sus unidades caninas, por la importancia que tiene el trabajo que hacen estos canes.

El caso de “Sombra” en Colombia es un ejemplo. “Sombra” es un pastor alemán que tiene 7 años y que trabaja para el departamento antidrogas de la Policía colombiana. En los últimos años, “Sombra” detectó unos 2.000 kilos de cocaína escondidos en maletas, vehículos, cajas, etc, que grupos narcos querían transportar por distintos aeropuertos colombianos. Por “Sombra”, los narcos colombianos pusieron un precio; 7.000 dólares a quien acabe con su vida, por los millonarios perjuicios ocasionados con sus detecciones. El perro tiene custodia y es vigilado las 24 horas, según informaron los jefes policiales colombianos al medio colombiailustrada.com.

La Unidad Canina de la Senad tiene su puesto ubicado en el predio del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi. Allí están los 15 agentes que trabajan con los perros bajo las órdenes de Pánfilo Cañete, jefe de la unidad e instructor de canes antinarcóticos y que lleva años también trabajando en este menester.

En el 2018, los perros que trabajan en el Silvio Pettirossi lograron detectar un total de 97,300 kilogramos de cocaína, que estaban saliendo y entrando al país por diferentes vías, ya sea en maletas, cajones, cajas, vía courier, entre otros. En los procedimientos de apoyo a intervenciones, estos canes detectaron 135 kilos de marihuana que estaban en diferentes escondites, según datos de la propia unidad.

“Si no le querés a los animales o especialmente a los perros, es imposible este trabajo. Esto te tiene que gustar. Tenés que quererle al perro y darle respeto” dice Cañete.

Actualmente la unidad tiene 11 perros en actividad tras el retiro de Ala, además de tres que están en proceso de adiestramiento. Los canes trabajan por lo general 6 horas al día y se van turnando para hacer la cobertura diaria del aeropuerto Silvio Pettirossi, donde por lo general van 3 perros para hacer los controles de maletas.

También los operativos incluyen trabajos en los aeropuertos del interior del país, pero eso requiere de otras logísticas. Se deja a dos o tres perros para operativos que se tengan que realizar de manera imprevista, pero generalmente, todo está planificado.

Para Cañete, un problema que está en crecimiento en todo el país es el consumo de drogas en las ciudades. Habla de la llegada del microtráfico a todos los niveles de la sociedad. “Estamos trabajando en eso, haciendo que los perros vayan y hagan detecciones en diferentes barrios, zonas cerca de colegios, es realmente preocupante porque siempre encontramos droga” expone el agente Cañete.

Todos los canes tienen su guía-instructor. “Es necesario que se genere esa confianza entre el agente humano y el perro. Para nosotros, ellos son nuestros compañeros y dependemos de ellos a la hora de los operativos, de hacer las intervenciones, así que es necesario que el perro esté con su guía en confianza” expone Víctor Acuña Thomen, adiestrador y agente de la Senad que trabaja en la unidad hace nueve años.

Acuña Thomen explica los procesos y desmonta aquella versión -convertida ya casi en leyenda urbana a estas alturas- de que a estos perros se les hace adictos para que detecten las drogas. “No, eso no es así. Los perros de por sí tienen un alto sentido del olfato, lo que nosotros hacemos en el adiestramiento es que puedan detectar los tipos de olores. Eso es un entrenamiento” expone Acuña Thomen.

Agrega además que lo único que buscan los perros cuando huelen o detectan la droga, es su recompensa, que de acuerdo al sistema que utilizamos, es un juguete. Lo que los canes esperan como recompensa es jugar, asegura el agente.

En la mayoría de los casos, los canes al detectar una droga oculta, se sienta y le mira al agente, casi como indicando el lugar en donde está escondida la mercancía.

Dice Acuña Thomen que si bien depende de la raza del perro, lo cierto es que por lo general lo más importante es la parte del adiestramiento, para que todo pueda funcionar y recalca el hecho de la confianza entre el can y el guía.

Al igual que prácticamente todos los instructores de este departamento, Acuña Thomen también hizo su especialización sobre adiestramiento en unidades caninas del exterior, en donde adquirió los conocimientos para llevar adelante los entrenamientos para los perros en la Senad.

Dentro de lo que es este departamento, los perros aprenden a detectar todo tipo de drogas (cocaína, marihuana, heroína y anfetaminas), explosivos y hasta armas. Todo depende de lo que apunte el adiestramiento, dice Acuña Thomen.

Todos los perros que tiene la Senad actualmente fueron donados. Muchos llegaron gracias a la Embajada de los Estados Unidos, que además llevó a varios de los agentes humanos para hacer capacitaciones en adiestramiento de canes. De hecho, varios de estos perros que están en la unidad llegaron con sus guías de diferentes capacitaciones. Tal es el caso de Rocky, un labrador negro que llegó en el 2018 de Perú y que actualmente está en actividad.

Una cuestión especial es la de los nombres. Entre los agentes caninos se puede encontrar por ejemplo a Bono, un labrador que hace dos años está en la unidad y que está lejos de cantar como el líder de la banda británica U2, pero hace lo que puede con sus aullidos.

Zoja, a su vez, es una perra de la raza pastor checo que está hace cinco años en actividad y su alimentación no tiene nada que ver con el grano parecido a su nombre. Por ahí también está Tito, un pastor alemán sable que tiene la misma antigüedad y que está esperando su turno para ir a olfatear maletas.

Pero el mejor de todos, sin dudas, es Messi. Un pastor belga malinois que llegó desde los Estados Unidos en el 2014. Dicen que su juguete preferido es una pelota.

La Senad tiene la siguiente estructura: Los agentes especiales (los investigadores, que se encargan de hacer las pesquisas, hacer inteligencia, etc) y la fuerzas especiales, que son los encargados de hacer las operaciones en campo. Estos últimos también son conocidos como fuerza de choque.

La Unidad Canina se ubica en este segundo brazo, es decir, el de las fuerzas especiales. “Nosotros colaboramos en las operaciones una vez que el sector a ser intervenido esté asegurado, para poder ingresar con nuestros perros y que ellos hagan el trabajo” explica Acuña Thomen.

“El trabajo que hacen estos canes es absolutamente indispensable para los operativos” dice Dante Medina, el subjefe del Departamento.

Un sueño que tienen en la unidad es llegar a tener el propio criadero de perros, pero es una cuestión difícil, ya que en la actualidad la Senad carece de los recursos y en el local no hay la infraestructura necesaria. Debido a esto, todos los perros que tiene la Senad son donados.

El ministro de la Senad, Arnaldo Giuzzio, adelantó en estos últimos días que pedirá un aumento de presupuesto para la institución que se destinará en la contratación de más agentes humanos y caninos. “El perro es el mejor amigo del hombre y el peor enemigo del narcotráfico” dice el ministro.

Son varios los canes que ya han pasado a retiro en la Senad y todos dejan un gran recuerdo entre los uniformados. Adam Acosta es un agente que trabajó con Arco, un pastor holandés, durante doce años. “Para mí fue mi compañero de trabajo” expone Acosta.

Arco, al igual que Ala, ya pasó a retiro. Acosta hoy es instructor/guía de Akira, una perra de la raza labrador que llegó hace dos años como donación de la policía chilena. Akira fue entrenada por Acosta con comando en idioma ruso. Prácticamente es la única, ya que el resto de estos canes tienen su adiestramiento con comando en inglés. Acosta le dice “sentarse” en ruso y Akira se sienta fija la mirada en su instructor guía, hasta que recibe el cariño de Acosta, quien le acaricia la cabeza.

Ala, a su vez, se inquieta ante las cámaras. Luce su medalla de honor al mérito, además de su pechera en la que resalta su nombre y su placa de agente de la Senad. Posa para la foto. Cualquiera diría que lo hace con orgullo, mientras da lenguetazos.

En la Senad, desde hoy el recuerdo de Ala es el de una de las perras más juguetonas y que dio muchas satisfacciones en las operaciones para encontrar droga.

Cristian Paiva, su guía y amigo, asegura que se la lleva a su casa, para que siga disfrutando de los juegos buscando una pelotita, pero ya no en operaciones sino en su patio.

Para que disfrute de su jubilación perruna.

La intersección de las calles Juan Leopardi y Lomas Valentinas, en el límite entre Fernando de la Mora y San Lorenzo, este domingo fue beneficiada con un trabajo de bacheo, aunque en este caso no estuvo detrás ninguna gestión municipal o del MOPC.

En realidad, fue un grupo de jóvenes el que decidió organizarse para tapar el enorme bache que se había formado en este cruce y que ya venía ocasionando problemas a más de un automovilista que transitaba por la zona.

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Estos voluntarios forman parte de la organización “Bacheando Py”, cuyo objetivo principal es el de impulsar acciones por cuenta propia para resolver un problema que, en la práctica, debería estar en manos de las municipalidades.

Según explicó uno de los voluntarios al canal C9N, decidieron utilizar pavimento asfáltico en frío para poder rellenar el cráter sobre Leopardi, teniendo en cuenta su impermeabilidad y rápido secado, lo cual permite volver a habilitar el tránsito en poco tiempo.

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Para cumplir con esta loable misión, estos jóvenes destinaron sus propios recursos para adquirir los materiales e insumos requeridos, así como para alquilar la máquina compactadora que facilitó el trabajo.

Los miembros de “Bacheando Py” cuestionan la inacción de las autoridades municipales, principalmente de los mismos intendentes que “se pasan la pelota” en vez de resolver un problema como este, el cual con el paso del tiempo va agravándose aún más y genera inconvenientes en el tránsito.

Nelly Delgado Von Lepel, cónsul de Paraguay en Porto Alegre, comentó al canal C9N que se encuentran trabajando de cerca con las autoridades para recibir reportes actualizados sobre la situación en Río Grande do Sul, azotado por las inundaciones.

Conforme al último informe de este domingo, unos 333 municipios del estado brasileño se encuentran afectados, con más de 710.000 damnificados y 100 desaparecidos, además de 75 personas fallecidas.

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Delgado confirmó que, hasta el momento, asciende a 50 el número de familias paraguayas que se vieron afectadas por este desastre natural sin precedentes. “Ahora están sin nada, lo perdieron todo, salieron de sus casas con la ropa que tenían”.

Por ahora, no se tienen noticias sobre compatriotas que estén internados en hospitales o que hayan fallecido, precisó durante la entrevista, aunque siguen recabando información de forma continua para reportar cualquier novedad.

La funcionaria diplomática señaló que ya lograron hacer las gestiones necesarias con el Ministerio de Relaciones Exteriores, a fin de brindar una asistencia a los connacionales damnificados lo más pronto posible y ver cuáles son sus necesidades.

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“Es muy triste todo lo que está pasando”, afirmó Delgado, quien expresó su preocupación por la cantidad de personas que quedaron damnificadas en dicha región del vecino país, sin mencionar el enorme perjuicio a nivel de infraestructura.

La mayoría de los hospitales de Río Grande do Sul sufrió los embates del avance del agua, por lo que muchos de ellos brindan una atención parcial. A esto se le suma la falta de agua potable y energía eléctrica, hecho que agrava aún más el desolador escenario por el que atraviesa el sur del Brasil.

En la madrugada de este domingo se registró un arrollamiento con derivación fatal a la altura del Km 47 de la Ruta PY01, en jurisdicción de la Compañía Zayas de Yaguarón.

El hecho tuvo como víctima a un agente de la Policía Nacional. Se trata del Suboficial Inspector Teodocio Miguel Ortiz López, 38 años de edad.

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El uniformado se encontraba realizando un trabajo preventivo sobre la ruta y, cuando se disponía a efectuar la verificación de una motocicleta, fue arrollado por un tractocamión de la marca Scania, al mando de Juan Esteban Aquino Gómez, de 66 años.

La víctima quedó gravemente herida y fue asistida por bomberos voluntarios, siendo trasladado primeramente hasta el Centro de Salud de Yaguarón y luego al Hospital Nacional de Itauguá, donde ya llegó sin signos de vida.

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Tanto el camión de gran porte como el conductor responsable del accidente fueron demorados en la sede de la Comisaría 15ª de Yaguarón.

Desde el Comando Institucional de la Policía Nacional expresaron su profundo pesar a raíz del fallecimiento del suboficial Teodocio Ortiz, manifestando públicamente sus condolencias a sus familiares y allegados.