Crisis en Venezuela: cinco escenarios posibles para salir del conflicto

Venezuela enfrenta una dura crisis política y existen cinco escenarios posibles para poder solucionar el conflicto. En las últimas movilizaciones dos personas fueron asesinadas.

Según publica Daniel Pardo de BBC Mundo, la oposición y el gobierno de Venezuela parecen haber llegado a un empate técnico: ninguno logra derrotar al otro.

Ambos tienen grandes fortalezas que no están dispuestos a perder y ambos tienen debilidades que no quieren exponer.

A esa conclusión llegaron varios observadores de la realidad de ese país tras los sucesos de esta semana, que incluyen nada menos que la escapada del líder opositor Leopoldo López del arresto domiciliario y nuevas protestas y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

“Ninguna de las partes tiene la capacidad de vencer a la otra”, le dice a BBC Mundo Jennifer McCoy, latinoamericanista de la universidad estatal de Georgia, en Estados Unidos.

“El gobierno controla las armas y tiene aliados internacionales importantes, pero carece de apoyo popular; la oposición tiene un respaldo internacional más amplio y una población harta, pero no ha podido persuadir grandes deserciones ni movilizar protestas masivas sostenidas”, añade.

Desde que el 23 de enero Juan Guaidó fue reconocido por medio centenar de países como el presidente encargado de Venezuela, las fuerzas políticas de ese país, con el apoyo de diferentes actores internacionales, entraron en un juego de presiones.

Un juego lleno de simbolismos —conciertos en la frontera, disputa por la ayuda humanitaria y masivas y constantes protestas— que en la práctica no parece haber cambiado nada: Nicolás Maduro sigue en el poder, la mayormente opositora Asamblea Nacional sigue sin poder legislar y, en general, los actores políticos continúan sin reconocer al otro como tal.

Mientras tanto, la dramática crisis económica del país está intacta, hay apagones nacionales durante días y la hemorragia de emigrantes a países vecinos parece convertirse en una crisis de refugiados.

¿Cómo hacer para destrabar esto? ¿Qué mecanismos ofrece la política para que en Venezuela haya un ejercicio del poder que al menos permita solucionar la inflación y el hambre?

1. Negociación

Para los expertos, en Venezuela va a tener que haber una negociación tarde o temprano.

Vaticinan un proceso lento y complejo de diálogo que cuente con un mediador imparcial, como ocurrió en Centroamérica con al famoso Grupo Contadora, y que parta del hecho de que ambas partes están dispuestas —genuinamente— a dirimir, sacrificar y conceder.

Es decir: sacrificar fortalezas y admitir debilidades.

Los intentos de diálogo en el caso venezolano, en 2014 y 2017, se vieron frustrados, en general, porque el chavismo llegó a las pláticas sin nada que ganar:tenía todo el poder del Estado y amplio reconocimiento internacional.

Pero en los últimos meses, y sobre todo después de esta semana, ese escenario cambió: quedó claro que hay quiebres importantes en el chavismo, decenas de funcionarios del gobierno están sancionados por Estados Unidos y la Unión Europea y Maduro no es reconocido como legítimo presidente por grandes potencias o socios comerciales clave para el país.

Y las sanciones de Washington agravan la crisis económica.

La oposición desconfía del chavismo, en parte porque, según ellos, “destruyeron la democracia” y se sintieron burlados en los intentos de diálogo anteriores.

En una negociación se pueden tratar aspectos muy de fondo —como unas elecciones libres y con veeduría internacional, o renovación de los poderes judiciales y electorales, o liberación de políticos presos— como también temas más puntales y urgentes —resolver el problema eléctrico.

Pero más allá de los detalles, los expertos coinciden en que ambas partes deben partir de una premisa innegable: el otro es un actor político con el que me tengo que entender para evitar la violencia.

“Tiene que haber un reparto de poder negociado entre las dos partes”, asegura Dimitris Pantoulas, politólogo griego con base en Caracas.

“Luego, deberían buscarse unas elecciones generales en las que compitan todos con muchas garantías (políticas y judiciales) para el después”.

2. Una implosión del chavismo

El quiebre en el cuerpo de inteligencia que permitió la fuga de López confirmó que tanto en el chavismo como en las Fuerzas Armadas hay disidencias importantes.

Además, durante los últimos meses varios prominentes chavistas —exministros, exfiscales, exmilitares— han desertado y manifestado su intención de crear un chavismo sin Maduro.

“Una solución negociada no incluye necesariamente a Maduro: actores importantes de su entorno podrían dejarlo a favor de un gobierno de transición que represente los intereses de todos, reforme las instituciones y plantee unas elecciones”, asegura McCoy.

Pero una implosión del chavismo también podría dar con un escenario violento, sobre todo si se mantiene el estancamiento político.

Los llamados colectivos, por ejemplo, son grupos armados chavistas de civiles que también sufren la crisis económica y ya han manifestado descontento con Maduro.

Pero son, sobre todo, contrarios a la oposición, a la que ven como una derecha extrema apoyada por Estados Unidos que combatirá su fuerza y privilegios.

3. Implosión de la oposición

Como ocurrió durante las protestas de 2014 y 2017, algunos creen que la oposición se puede volver a dividir y perder el impulso.

“Pueden poner preso a Guaidó, que no haya reacción ni del pueblo ni internacional y Maduro se reestablece con todos los problemas que sabemos y un sistema autoritario total”, dice Pantoulas.

Si la oposición política está llena de divisiones, ni hablar de la oposición social que está en las calles, donde la delincuencia y la crisis económica marcan los intereses de la gente.

En un país donde conseguir un arma es relativamente fácil, existe la posibilidad de que factores opositores se organicen en una suerte de guerrilla urbana que para el ojo de Maduro —y Cuba y Rusia— sean foco de lucha financiado por Estados Unidos.

En conclusión: la implosión del chavismo o de la oposición puede dar con un gobierno de transición, pero también con un escenario anárquico similar al de Libia o Siria.

3. Golpe de Estado

Venezuela tiene una larga historia de golpes de Estado que mantiene abierta esa posibilidad cada vez que hay un desarrollo político en este país.

El último, en 2002, sacó del poder a Hugo Chávez por 48 horas y no solo dividió al país, sino que empoderó y radicalizó al chavismo y le acercó a Fidel Castro.

Los llamados de la oposición a las Fuerzas Armadas para unirse a su causa han ido creciendo en los últimos años, hasta que Guaidó, este año, lo convirtió en una de sus principales estrategias. Lo repitió este mismo martes, rodeado de una decena de militares.

Es difícil saber cuántos o qué militares están dispuestos a rebelarse a Maduro, pero Guaidó asegura que son “muchos” y varios especialistas en Fuerzas Armadas venezolanos reportan un descontento generalizado.

Ahora bien: la disposición a rebelarse no necesariamente implica apoyo a la oposición.

Vladimir Padrino, el jefe de las Fuerzas Armadas, se ha mostrado leal al presidente.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana se declara “esencialmente antiimperialista” hace casi una década y muchos de sus miembros desconfían de una oposición aliada con Washington.

En este escenario, además, no se puede olvidar el poder de los colectivos, originalmente creados para “defender a la revolución”.

Un golpe de Estado puede acabar con la parálisis política, pero no garantiza paz ni soluciones a la crisis general del país, dicen los observadores.

5. Intervención internacional (real o hipotética)

No son pocos los observadores que creen que la única forma de destrabar el escenario político en Venezuela es acabar con el chavismo a través de una intervención militar internacional.

Citan, por ejemplo, el caso de Panamá en 1989, cuando el Operativo Causa Justa, gestado desde el Pentágono, derrocó al gobierno militar de Manuel Noriega y se considera el inicio del proceso democrático que continúa.

Los críticos de esta postura, sin embargo, dicen que Venezuela es un país más complejo, donde hay unas Fuerzas Armadas más grandes, colectivos armados en todo el territorio y un apoyo político de grandes potencias como China y Rusia al gobierno.

Con los desarrollos de los últimos meses Venezuela se convirtió en un escenario de lucha entre grandes potencias que dificulta y, sobre todo, relativiza el éxito de cualquier tipo de intervención.

El gobierno de Donald Trump insiste en que “todas las opciones están sobre la mesa” y algunos creen que mantener abierta la posibilidad de una intervención, más allá de que la haga o no, puede ayudarle en la campaña por la reelección en 2020.

Cualquier intervención, en todo caso, debe ser aprobada por las Naciones Unidas, donde China y Rusia tienen poder de veto.

También puede ser aprobada en otros escenarios, como la Organización de los Estados Americanos, donde el debate sobre su conveniencia puede prolongarse por meses sin que en realidad ocurra ni haya soluciones.

En dicho caso, dentro de Venezuela se mantendría lo que muchos llaman el “empate catastrófico”.

El papa Francisco da el saque inicial a la primera Jornada Mundial de los Niños

El papa Francisco protagonizó el sábado en Roma el saque inicial de un partido de fútbol disputado entre dos equipos de jóvenes jugadores en el marco de la primera Jornada Mundial de los Niños.

Fuente: AFP

De pie delante de su silla, el pontífice, gran amante del fútbol, le dio un puntapié al balón que dio inicio al partido que disputaron durante cinco minutos los dos equipos, en los que se mezclaban niños y antiguas glorias de la liga italiana, como el portero Gigi Buffon, entre otros.

A su llegada al Estadio Olímpico de Roma, el papa Francisco fue recibido con entusiasmo por decenas de miles de niños acompañados por sus familias y procedentes de todos los continentes.

Se leyeron varios mensajes de niños, como el de Victor, un palestino de nueve años, que asegura que “solo queremos jugar, estudiar y vivir libres como tantos otros niños en el mundo”.

Francisco respondió a las preguntas de varios niños, a la vez que repartía caramelos a su alrededor.

Esta Jornada Mundial de los Niños finalizará el domingo con una misa en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, presidida por el pontífice.

Apuñala en el cuello a su hermana durante transmisión en directo

Hasta el momento se desconocen los detalles sobre el móvil del ataque.

Un joven de Argelia apuñaló a su hermana, a la que dejó clavado un cuchillo en el cuello, mientras hacia una transmisión en vivo en Instagram* el jueves, informa el canal local Ennahar.

La mujer apuñalada tiene 40 años y vive en la ciudad de Laghouat, en el norte del país. Según medios locales, la hija de la víctima habría estado presente en el momento de la agresión a su madre, que quedó tirada en el suelo y cubierta de sangre.

La mujer fue hospitalizada, el personal médico le prestó inmediatamente los primeros auxilios necesarios y la trasladó al quirófano. Ahora está en la unidad de cuidados intensivos. Hasta el momento se desconocen los detalles sobre el móvil del ataque.

Fiscalía de Colombia acusa a expresidente Uribe de soborno y fraude

La Fiscalía de Colombia acusó este viernes al exmandatario Álvaro Uribe (2002-2010) de soborno a testigos y fraude, en el primer juicio penal contra un expresidente en la historia del país.

por Juan Sebastian SERRANO, AFP

Uribe es señalado de “ofrecer dinero en efectivo u otras utilidades a seleccionados testigos de hechos delictivos para que faltaran a la verdad”, en un caso que lo vincula con grupos paramilitares, según un escrito presentado por el fiscal, Gilberto Villarreal, quien levantó cargos por soborno, soborno a testigos y fraude.

En la reanudación de una audiencia virtual que inició la semana pasada, el exmandatario insistió en su inocencia y solicitó que el caso fuera anulado.

“No tomé nunca incitativa de buscar testigos. Pretendí defender mi reputación”, argumentó Uribe, quien se expone a una pena de entre seis y 12 años.

La jueza Sandra Heredia rechazó este pedido y reconoció como posibles víctimas a un senador, a la exesposa de un paramilitar que relacionó al exgobernante con estos grupos armados y a dos exfiscales.

- “Impacto en el alma” -

Considerado uno de los políticos más influyentes en Colombia, Uribe dijo sentir “un impacto en el alma” por ser el primer expresidente en tener que defenderse ante la justicia.

También alegó ser víctima de un complot urdido por jueces y “opositores” que usaron “interceptaciones (telefónicas) ilegales” para obtener pruebas en su contra.

A sus 71 años, responde por una denuncia que inicialmente lanzó él, pero que luego se volvió en su contra.

En 2012, Uribe, entonces senador, presentó una denuncia contra el congresista de izquierda Iván Cepeda, al que acusó de buscar testimonios falsos para vincularlo con los paramilitares que libraron una guerra feroz contra las guerrillas de izquierda entre los años 1990 y comienzos de 2000.

Pero la Corte Suprema no solo se abstuvo de enjuiciar a Cepeda, sino que en 2018 comenzó a investigar al expresidente por sospechas de que fue Uribe quien en realidad trató de manipular testigos.

Uribe presuntamente trató de enlodar a Cepeda con la acusación de que había contactado a exparamilitares presos para que lo relacionaran con estos escuadrones de ultraderecha responsables por cientos de masacres.

En agosto de 2020 los altos magistrados ordenaron el arresto domiciliario del exmandatario, argumentando que en libertad podría entorpecer la investigación.

Luego Uribe renunció al Senado y su expediente pasó a un tribunal ordinario, que levantó la orden de reclusión y reinició todo el proceso.

- Montajes -

El exfiscal general (2012-2016) Eduardo Montealegre y su segundo Jorge Perdomo también habrían sido objeto de un montaje concebido por Uribe, según la tesis de la fiscalía.

A través del abogado Diego Cadena, el exmandatario habría ofrecido beneficios a paramilitares presos para que denunciaran a los entonces fiscales por supuestamente ofrecerles beneficios por testificar contra Uribe.

La siguiente audiencia del juicio fue convocada para el 10 de julio.

Durante su mandato, Uribe gozó de una inmensa popularidad por la política de mano dura con la que su gobierno debilitó las guerrillas.

Sin embargo, su imagen se ha visto afectada por múltiples escándalos y procesos judiciales en los últimos años.

En noviembre de 2023, el exmandatario testificó ante la fiscalía en una investigación preliminar por su supuesto conocimiento anticipado de una masacre y el asesinato de un defensor de derechos humanos, a raíz del testimonio del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso.

También fue denunciado ante un tribunal argentino por su presunta responsabilidad en más de 6.000 ejecuciones y desapariciones forzadas de civiles cometidas entre 2002 y 2008, durante su gobierno, un caso conocido como “falsos positivos”. La justicia de ese país aun no se ha pronunciado sobre el caso.