Premio Nobel de Física a los especialistas en mecánica cuántica Alain Aspect, John F. Clauser y Anton Zeilinger

Los científicos han sido elegido por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo por sus "experimentos con fotones entrelazados, establecer la violación de las desigualdades de Bell y ser pioneros en la ciencia de la información cuántica".

La Academia de Ciencias Sueca ha concedido este martes el Premio Nobel de Física a los tres especialistas en mecánica cuántica Alain Aspect, John F. Clauser y Anton Zeilinger.

Los galardonados han sido elegido por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo por sus “experimentos con fotones entrelazados, establecer la violación de las desigualdades de Bell y ser pioneros en la ciencia de la información cuántica”.

Alain Aspect, John Clauser y Anton Zeilinger han realizado experimentos innovadores utilizando estados cuánticos entrelazados, en los que dos partículas se comportan como una sola unidad incluso cuando están separadas. Sus resultados han despejado el camino para nuevas tecnologías basadas en información cuántica”, señala el comunicado oficial.

Zeilinger investigó los estados cuánticos entrelazados y, junto a su grupo de investigación, logró demostrar “un fenómeno llamado teletransportación cuántica, que hace posible mover un estado cuántico de una partícula a otra a distancia”.

A su vez, Clauser, construyó un aparato que emitía dos fotones entrelazados a la vez hacia un filtro que probaba su polarización. “El resultado fue una clara violación de una desigualdad de Bell”, precisó la academia.

Mientras tanto, Aspect encontró una nueva forma de “excitar los átomos para que emitieran fotones entrelazados a una velocidad mayor”.

¿Quiénes son?

Alain Aspect es un físico experimental francés de 75 años. Actualmente ejerce de profesor en la Universidad París-Saclay y en la Escuela Politécnica de París.

John F. Clauser es un físico teórico y experimental estadounidense de 79 años. Fundador de la compañía J.F. Clauser & Assoc, a día de hoy también se desempeña como físico investigador.

Anton Zeilinger es un físico teórico y experimental austriaco de 77 años que trabaja de profesor en la Universidad de Viena.

Descubrimiento de un ‘fallo cósmico’ en la gravedad desafía la mayor teoría de Einstein

Las inconsistencias detectadas en la teoría de la relatividad general a distancias cósmicas podrían ser resultado de un 'fallo cósmico' en la gravedad.

Investigadores canadienses revelaron que la teoría más importante de Albert Einstein todavía presenta inconsistencias al momento de calcular el efecto de la gravedad a grandes distancias, lo que podría cambiar la compresión del comportamiento de las fuerzas gravitacionales del universo, informó la Universidad de Waterloo, en Ontario.

El físico alemán Albert Einstein propuso en 1915 la teoría de la relatividad general, en la que explicó cómo funciona la gravedad en escalas medianas y grandes. Este modelo también precisa que la gravedad influye no solo en las tres dimensiones espaciales, sino también en el tiempo.

El científico Robin Wen señala que la teoría de la relatividad ha permitido entender algunos de los fenómenos del universo, desde la dinámica del Big Bang hasta la complejidad de los agujeros negros.

Un ‘fallo cósmico’ en la relatividad

Sin embargo, Wen afirma que surgen algunas discrepancias con las “predicciones de la relatividad general” cuando se intenta comprender la gravedad a grandes escalas de cúmulos de galaxias y más allá de estos objetos astronómicos. “Es casi como si la gravedad misma dejara de coincidir perfectamente con la teoría de Einstein”, indica.

Un estudio recientemente publicado en Journal of Cosmology and Astroparticle Physics sugiere que estas inconsistencias podrían ser el resultado de un ‘fallo cósmico’ en la gravedad por el que este fenómeno podría volverse ligeramente débil a distancias de miles de millones de años luz.

Los especialistas ajustaron la teoría de la relatividad a diferentes escalas, en un intento por encontrar una solución a las inconsistencias de algunas mediciones cosmológicas sin llegar a afectar los usos existentes de la misma. Esto se logró mediante la modificación y ampliación de las fórmulas matemáticas de Einstein.

“La modificación es muy simple: asumimos que la constante universal de gravitación es diferente en escalas cosmológicas, en comparación con escalas más pequeñas (como las del sistema solar o la galáctica)”, asevera el profesor Niayesh Afshordi, que explica que esta modificación se denominó “fallo cósmico”.

La existencia de esta discrepancia podría confirmarse en próximos estudios de galaxias a través del telescopio espacial Euclid y el observatorio Simons. Estos dispositivos deberían proporcionar mediciones del fallo cuatro veces más precisas de lo que es posible con los dispositivos actuales.

La tormenta geomagnética “extrema” del fin de semana fue la más poderosa en 21 años

Fuertes perturbaciones como esta pueden provocar emergencias generalizadas en la infraestructura terrestre, principalmente en las redes eléctricas, que van desde problemas para el control de voltajes hasta el “colapso total”.

La tormenta geomagnética responsable de las auroras boreales que iluminaron este fin de semana el cielo en varios puntos del planeta ha sido la más poderosa registrada en más de 20 años.

La perturbación fue considerada inicialmente como “severa” o G4, la segunda categoría más alta dentro de la clasificación de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Esta alerta, emitida el pasado jueves por el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la NOAA, fue la primera de ese tipo desde 2005.

Sin embargo, la tormenta superó las expectativas iniciales y alcanzó brevemente el grado más alto de la escala (G5), bajo el estatus de “extrema”, al menos dos veces entre el viernes y el sábado. La última vez que la Tierra había experimentado condiciones similares fue en octubre de 2003.

Estas tormentas geomagnéticas son producidas por eyecciones de masa coronal del Sol (CME), cuyos filamentos electromagnéticos pueden dirigirse hacia la Tierra en forma de nubes de plasma y alterar el campo magnético del planeta. En el caso concreto del fenómeno registrado recientemente, que se prolongó hasta las primeras horas de este lunes, las partículas solares cargadas penetraron profundamente en la atmósfera, lo que desencadenó auroras boreales en latitudes mucho más alejadas de lo normal de las regiones polares, afirma el portal LiveScience.

De acuerdo con la SWPC, las tormentas extremas (G5) pueden provocar problemas generalizados en la infraestructura terrestre, principalmente en las redes eléctricas, con incidencias que van desde el control de voltajes hasta el “colapso total” con apagones. Asimismo, podrían presentarse inconvenientes en las operaciones espaciales y dificultades con los satélites. No obstante, en este caso solo se registraron “impactos menores” en las redes, con interrupciones temporales en los servicios de comunicaciones GPS y otros servicios satelitales.

Este fenómeno, considerado como raro, suele suceder durante el pico de actividad del Sol, conocido como ‘máximo solar’, dentro de su ciclo de 11 años. Si bien los científicos no han logrado determinar exactamente cuándo comienza la fase de más actividad, al parecer el astro ya entró en ella. Se había pronosticado que llegaría en algún momento del próximo año y que sería débil, en comparación con los anteriores, pero a medida que avanzaba el actual ciclo solar, el número 25, quedó claro que el máximo llegaría antes, y que sería más poderoso de lo esperado.

Se prevé que el ‘máximo solar’ se prolongará hasta octubre próximo, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como las CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.



Revelan la conexión entre obesidad y cáncer

El estudio analizó durante cuatro décadas los datos sobre el peso y estilo de vida de 4,1 millones de adultos.

Un reciente estudio reveló que la obesidad podría estar causando cuatro de cada 10 casos de entre más de 30 tipos de cáncer, recoge el diario Daily Mail al citar los resultados de la investigación, dirigida por la Universidad de Lund, en Suecia, que será presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad, evento que tendrá lugar en Venecia del 12 al 15 de mayo.

El estudio, que durante 40 años llevó a los científicos a analizar datos sobre el peso y el estilo de vida de 4,1 millones de adultos, reveló que el papel de la obesidad en la aparición de distintas formas de cáncer es aún mayor de lo que se creía anteriormente.

Resultados del estudio

Durante las cuatro décadas se detectaron 332.500 casos de cáncer entre los participantes, de los cuales 40 % parecía tener una relación con el exceso de peso. Los investigadores examinaron 122 tipos y subtipos de cáncer y lograron identificar una relación con la obesidad en 32 de ellos, lo que supone un aumento de más del doble en comparación con los 13 tipos que habían sido comprobados en 2016 por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer.

El estudio también encontró que por cada incremento de cinco puntos en el índice de masa corporal (IMC), aumentan las probabilidades de padecer varios tipos de cáncer comunes, como el de mama, intestino, útero y riñón, en promedios de 24 % para los hombres y 12 % en las mujeres.

Este mismo aumento en el IMC se relacionó con otros 19 tipos de cáncer, como el de intestino delgado, el melanoma y los tumores gástricos, así como los de cabeza, cuello, vulva y pene, elevando el riesgo en 17 % para los hombres y 13 % para las mujeres.

Los científicos creen que la obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer debido a mecanismos biológicos como la inflamación crónica, alteraciones en el metabolismo y cambios en los niveles hormonales. La doctora Ming Sun, una de las coautoras del estudio, advirtió que es esencial “la aplicación de medidas de salud pública que permitan y promuevan un estilo de vida saludable, para hacer frente a la epidemia de la obesidad”.