Dr. Payasonrisa: llevando alegría y alivio a los hospitales, con la risa como terapia

La Fundación Dr. Payasonrisa trabaja desde hace más de 10 años transmitiendo alegría y esperanza a cientos de pacientes que se encuentran internados en los hospitales, utilizando la risa como terapia para dar alivio a quienes atraviesan por un difícil momento.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Muchos recordamos al entrañable Robin Williams en aquella película del 98, en la que le tocó encarnar al doctor Hunter Doherty “Patch” Adams, un médico estadounidense que se hizo famoso por su innovadora filosofía para tratar a los pacientes a través del humor y la compasión.

Esta idea de humanizar la atención y dar un alivio a aquellos que sufren de alguna dolencia o enfermedad a través de la risa, un remedio infalible (como se titula una sección de la eterna Revista Selecciones), nos hace saber que, además de los tradicionales tratamientos médicos, existe una alternativa más para tratar de ayudar a los pacientes.

Esta es la misma premisa que tienen en la Fundación Dr. Payasonrisa, una iniciativa que nació fruto de una gran idea y mucho entusiasmo hace ya 12 años y que hasta hoy día sigue trabajando de cerca en diferentes hospitales de nuestro país, llevando alegría a cientos de personas.

Los “doctores” de la Fundación Dr. Payasonrisa recorren diferentes hospitales. Foto: Facebook.

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Una de sus principales promotoras es la actriz Tamara Djundi. La misma cuenta a HOY que desde hace 19 años viene trabajando como “Payasa de Hospital”, siendo el 2003 el año en el que empezó a experimentar el denominado clown hospitalario. Desde noviembre del 2011, decidió crear la labor del Payaso Hospital en Paraguay con el nombre de “Dr. Payasonrisa”.

En ese momento, el desafío principal fue el de convocar y formar a personas que desearan ser voluntarias y generar una red de voluntarios profesionales, entrenados para intervenir en los hospitales, hogares y comunidades. Fue así como iniciaron con 3 personas que se mostraron decididas a expandir el voluntariado y a que la terapia llegue a diferentes puntos del país.

Durante todos estos años, la iniciativa fue creciendo hasta pasar a convertirse en Fundación Dr. Payasonrisa en abril del 2019, lo cual les permitió ampliar sus posibilidades y también gestionar de manera más adecuada las ayudas y donaciones. En este tiempo, capacitaron a más de 680 voluntarios, abarcando cuatro ciudades del país, y también llegaron a sembrar una semilla en el municipio de Amambai, Brasil.

La finalidad principal es llevar alegría y esperanza a los pacientes y sus familias. Foto: Facebook.

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Al igual como lo hacía el célebre Patch Adams, los voluntarios de Fundación Payasonrisa han creado una metodología que combina la risa como terapia, así como el humor, la fantasía, el arte dentro de la salud, el contacto directo desde el cuidado y atención con amor, y la práctica de la salud espiritual en el medio hospitalario.

Nuestro foco principal es generar bienestar emocional en las personas enfermas y en su entorno. Que se sientan fuertes para afrontar un proceso médico, que la recuperación la afronten de manera positiva, donde sigan pensando en sus sueños. No los llamamos pacientes, sino personas favoritas”, afirma Djundi.

En ese sentido, explica que el abordaje no es solo al paciente, sino que también incluye al medio que es su familia y al equipo de salud, involucrando a todas aquellas personas que lo rodean. La terapia es integradora, activando la risa como herramienta fundamental para la aceptación positiva de su internación y recuperación emocional y espiritual.

Ya casi despidiendo este 2022 con Sonrisas🤡🇵🇾🖐Gracias por acompañarnos en cada misión del cielo este año 💚💙💜💙💚💜💙💚💙🔆🔆🔆🔆✅️Fuiste parte de nuestros grandes desafios, alegrias, cada visita y familia nos ánimo a seguir por más revolución de amor🤡🥰🇵🇾Por un 2023 de Salud + amor + empatia + sonrisas y de muchas bendiciones para todas las Familias Paraguayas👨‍👩‍👦🇵🇾🤩🌟🎈💚💌#Salud2022 #Quesevenga2023 🔆🤡🌟🌟🌟

Publicado por Fundación Dr. Payasonrisa Paraguay en Viernes, 30 de diciembre de 2022

Una de las actividades más importantes que desarrollan en el año es la visita a hospitales en las vísperas de Navidad y Año Nuevo, siendo el momento propicio para que los voluntarios lleven esperanza y alegría a los pacientes internados y a sus familiares. Durante todos estos años -cuenta Djundi-, la experiencia ha sido de lo más maravillosa, pues han visto reflejado el resultado de esta gran labor que dejó marcas imborrables en varias personas.

Una de ellas es Stefania, una paciente de Hemato-Oncología del Hospital de Clínicas a quien le habían diagnosticado leucemia. La misma recibió varias visitas de los voluntarios de Payasonrisa, quienes sigiuieron de cerca su caso y la acompañaron en este duro proceso. Después de seguir un tratamiento de quimioterapia, esta joven logró recuperarse y, para sorpresa de todos, anunció haber tomado la decisión de seguir la carrera de Medicina para convertirse en médica oncológica, buscando con ello ayudar a otras personas que están en esa condición así como lo hicieron con ella.

Uno de sus principales anhelos es algún día contar con una propia sede para instalar el Centro Dr. Payasonrisa Paraguay, un espacio para poder realizar capacitaciones permanentes a los “doctores” de la fundación, así como talleres de humanización para el personal de salud, actividades artísticas para fortelecer el autoestima, trabajos de contención para los familiares y personas que pasan por largas estancias en el hospital, entre otros aspectos.

Mientras este proyecto se concreta, la Fundación Dr. Payasonrisa seguirá trabajando de manera incansable para llevar alegría y esperanza a cientos de pacientes que buscan un alivio durante su estadía en el hospital.

Donar sangre y motivar a otros: las “MUSAS” que inspiran a salvar vidas

La donación de sangre es, sin duda alguna, uno de los gestos más nobles y altruistas para salvar vidas. Bajo esta premisa nació “MUSAS”, un grupo de mujeres voluntarias que busca inspirar a otras personas a extender el brazo y a seguir el mismo ejemplo.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Donar sangre y, al mismo tiempo, motivar a otros a hacerlo. Esta es la idea que fue germinando hasta dar vida a “Mujeres Unidas en el Servicio y Acción Solidaria (MUSAS)”, una organización sin fines de lucro que cumplió 11 años de existencia.

Se trata de un grupo de mujeres que, tal y como lo cuenta una de sus integrantes, Cynthia Liseras, pasaron de ser donantes frecuentes a convertirse en promotoras de la donación voluntaria de sangre.

Todo inició años atrás cuando varias amigas se hicieron eco de un pedido desesperado de sangre para una persona que se encontraba internada y requería muchos volúmenes. En aquella oportunidad, se sensibilizaron con la causa y decidieron organizarse entre todas para hacer la donación voluntaria de forma conjunta.

Las mismas optaron por no detenerse allí y continuar con esta clase de iniciativas, dando el siguiente paso: llegar a la acción solidaria. “Entendimos que solo si nos organizábamos y nos instruíamos, podríamos hacer algo más trascendente”, señaló Liseras a HOY.

A partir de allí, MUSAS fue creciendo hasta llegar a lo que es hoy día, con más de 100 personas forman parte del grupo como voluntarios y donantes a la par, cada uno de los cuales tiene el compromiso de llevar a alguien más cada vez que organizan una colecta de sangre, a modo de ir extendiendo el alcance de la ayuda. “Al inicio éramos solo nosotras y luego se sumaron los esposos, hijos, familiares, amigos y vecinos”, mencionó.

Recientemente llevaron a cabo la colecta número 23, demostrando con ello que siguen con la misma convicción y entrega que cuando empezaron el proyecto hace unos años. A diferencia de aquel entonces, hoy son muchas más las voluntarias que extienden su mano solidaria para ayudar y -a la vez- sus brazos para donar sangre.

La pandemia de COVID-19, donde las restricciones y el distanciamiento social limitaron las interacciones, no fue motivo para frenar el ímpetu de estas mujeres solidarias, quienes continuaron con su noble labor haciendo de nexo con los donantes que tenían registrados en su base de datos.

MUSAS logró firmar un convenio con el Programa Nacional de sangre del Ministerio de Salud, a fin de realizar las colectas bajo la modalidad “extra muro” en las residencias particulares de las voluntarias. Como parte de este acuerdo, trabajan de cerca con el Centro Nacional de Servicios de Sangre (Censsa), que envía a sus profesionales para poder realizar la extracción, el procesamiento y la distribución de los volúmenes de sangre donados.

Anualmente, organizan dos colectas de sangre, aunque dependiendo de la necesidad pueden llegar a tres, inclusive. Además de Asunción y el Área Metropolitana, también promueven este tipo de iniciativas en otros puntos del interior del país, así como en empresas, instituciones educativas, clubes, hospitales, entre otros.

MUSAS también representa a Paraguay ante el Grupo Cooperativo IberoLatinoamericano de Medicina Transfucional (GCIAMT) como promotoras de la donación voluntaria de sangre, por lo que su noble labor trasciende fronteras hasta llegar a otros rincones.

Las voluntarias de MUSAS se organizan en equipos de trabajo durante las colectas de sangre y preparan una cálida acogida a los donantes, ofreciéndoles refrigerios, un lugar cómodo para descansar y prepararse, así como otros complementos adicionales que permiten hacer más agradable el acto de la donación.

Un punto clave es la fidelización de los donantes de sangre, afirma, lo cual implica el compromiso permanente de los que se acercan a donar la primera vez para seguir haciéndolo a futuro. Con ello, la premisa de salvar vidas va afianzándose e inspirando a nuevas “musas” para seguir el mismo ejemplo.

Donar es nuestro aporte a la sociedad para demostrar que unidas se puede lograr y que salvar vidas es un privilegio de la gente sana”, sentenció Liseras.

La inundación en Brasil, una imagen que duele y recuerda a históricas crecidas en Paraguay

El sur de Brasil atraviesa uno de los peores momentos de su historia, con una inundación sin precedentes, dejando cientos de fallecidos y desaparecidos. Imágenes muy parecidas también se vieron en Paraguay años atrás, sin llegar al mismo tenor del vecino país, pero también con pérdidas humanas y efectos devastadores.

Por Juan Riveros (@JuacitoRiveros)

Postales estremecedoras fueron vistas en los últimos días acerca de lo que sucede en varias ciudades de Río Grande do Sul, Brasil, donde miles de familias fueron desplazadas por una histórica inundación, la más grande en la era moderna. Además de las personas y animales fallecidos, hay todavía cientos de desaparecidos, que probablemente se encuentren ya sin vida.

La consecuencia principal de esta histórica inundación es la cantidad de lluvia que cayó en pocos días en dicha región, ocasionando el desborde del río Guaíba. Varias ciudades fueron totalmente rebasadas por el paso del agua.

¿Es posible un escenario similar en otras zonas e incluso nuestro país? Los expertos indican que es poco probable que Paraguay tenga una situación de la magnitud de Brasil. Sin embargo, todavía es reciente la memoria sobre lo sucedido en la ciudad de Limpio semanas atrás, donde barrios enteros quedaron bajo agua.

Las intensas lluvias registradas a finales de abril y el taponamiento del arroyo Damián, fueron la “mezcla perfecta” para que los barrios de la zona queden inundados. Caminos intransitables, familias desplazadas y problemas en el tránsito, fueron las postales dejadas por este hecho reciente.

En departamentos del sur del país, como Ñeembucú, Itapúa, Misiones y otros, también son frecuentes las inundaciones. Sin embargo, existen antecedentes históricos registrados en Paraguay con la problemática de la suba del agua y sus respectivas consecuencias.

Respecto a los datos históricos, la Dirección de Planificación y Evaluación de Documentación Histórica del Ministerio de Salud expone que grandes crecidas azotaron desde siempre al territorio nacional. Recién en la década del 70, las inundaciones se relacionaron a El Niño, fenómeno de calentamiento de las aguas del Océano Pacífico que provoca inundaciones cíclicas, cada 8 a 10 años, afectando principalmente las cuencas de los ríos Paraguay y Paraná, específicamente en las localidades de Bahía Negra, Concepción, Asunción, Alberdi, Pilar y Encarnación.

Como primer antecedente, se tiene registro de lo ocurrido entre los años 1547 y 1774, cuando los indios revelaron que las “inundaciones solían durar 4 meses y que eran seguidas de gran corrupción del aire por los muchos peces que las aguas dejaban en seco al retirarse y que hacía pudrir muy pronto la gran actividad del sol.”(sic).

Los registros dan cuenta también de inundaciones relacionadas al río Paraná en los años 1612, 1748, 1812, aunque sin datos suficientes como para reconstruir los valores de alturas y caudales.

Históricas inundaciones en Paraguay. Foto: Gentileza.Históricas inundaciones en Paraguay. Foto: Gentileza.

El informe presenta además una “extraordinaria crecida del río Paraguay, tan grande que poco faltó para que las aguas cubrieran por completo la cima de la roca llamada El Peñón, que se halla en el medio del río, un poco más arriba de la Villa Occidental (Villa Hayes). Este evento fue registrado por un juez de Paz de Limpio, quien tuvo la buena idea de señalar el punto culminante de la creciente con letras grabadas en la roca, con estos términos: “Creciente de 1833″.

Durante los años 1838, 1894 y 1905 también se dieron históricas inundaciones, esta última es conocida como “La crecida del siglo”. Este año se registró la mayor crecida en el mes de junio y alcanzó 8,80 m, según registros obrantes en la Estación Hidrométrica del Río Paraguay, en el Puerto de Asunción.

Las inundaciones estacionales de las riberas obligan residentes desplazados a buscar refugio temporal hasta que las aguas recuperen su nivel normal.

Años posteriores como 1909, 1914, 1940, 1953 y 1954, Asunción fue la víctima constante de las inundaciones, donde la zona mayormente afectada era la hoy conocida como “Chacarita”. Incluso los registros dan cuenta de que las estructuras del gobierno se veían en peligro ante el incesante paso del agua.

En 1966 en la ciudad de Pilar, el río volvió a castigar sin piedad a la población de Ñeembucú, superando los niveles críticos y dejando a miles de desplazados.

En cuanto a las inundaciones urbanas, en la década del 70 se dieron con mayor intensificación, donde nuevamente Asunción fue la más afectada en cuanto al nivel del agua y la cantidad de pobladores desplazados, sumados a los daños materiales.

En el norte del país, es recordada la inundación en Concepción y parte del Chaco en 1982, debido al exceso de agua en el Pantanal y a las lluvias anormalmente altas de febrero y marzo de ese año. Este eventó marcó el verdadero inicio de las lluvias del fenómeno de El Niño, que también se extendió a otras partes del país. Nuevamente la situación llegó a Pilar en 1983, que quedó bajo agua el 24 de marzo, considerándose como la peor inundación que se haya registrado en dicho lugar.

En la década del 90 e inicios del 2000, las mismas ciudades mencionadas eran las más afectadas. En el 2012, el Chaco paraguayo sufrió la peor de las inundaciones en toda su historia. Las constantes e intensas lluvias del mes de febrero y marzo, y el suelo árido y nada permeable ocasionaron que gran parte de la Región Occiental, desde Chaco’i hasta Mariscal Estigarribia y un poco más cerca de la frontera con Bolivia, el agua se acumulara.

A partir del 2015, se vieron graves inundaciones, sin llegar al nivel de “históricas” en ciudades como Pilar, Ayolas, Villa Florida, Encarnación, Asunción y localidades del Chaco. Estas situaciones fueron obligando a las autoridades a gestionar mecanismos de prevención, mejorando la infraestructura a través de muros de contención y franjas costeras.

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Duelo vs. Divorcio: cómo sobrellevar la ruptura y el torbellino emocional después del ‘adiós’

Una separación o un divorcio puede ser una de las experiencias más estresantes y dolorosas de la vida. Independientemente al motivo, o si era algo deseado o no, la ruptura de una relación puede poner el mundo de cabeza y desencadenar todo tipo de emociones difíciles e inquietantes.

Un divorcio o una separación es una situación difícil para la pareja que toma la decisión de terminar, más cuando ya estuvieron tantos años juntos y con hijos de por medio. En ese momento, enfrentan un proceso donde ambos tienen un mundo interno de torbellino emocional, una mezcla de rabia, frustración, odio, ansiedad y mucha incertidumbre sobre el futuro.

Sin embargo, hay ocasiones en las que, para algunos, el terminar una relación es lo mejor que pudieron hacer, incluso, es consensuado. En este caso el proceso de separación tiene otra forma de presentarse y es menos doloroso, ya que como hay divorcios que pueden generar tumultos, están los que generan una liberación.

“Es importante tener en cuenta también los motivos de un divorcio. No es lo mismo un divorcio por incompatibilidad de caracteres, que, por ejemplo, por infidelidad, o si hubo violencia y malos tratos. De este modo, según sea la causa de la ruptura, será el grado de estrés emocional que se viva”, explicó la psicóloga Paola Zapata en diálogo con HOY/Nación Media.

En ese contexto, la profesional indicó que se puede presentar en estos casos también como un duelo, ya que es el final de una etapa y es sinónimo de cambios y el principio de una nueva etapa. “El duelo es una reacción natural ante una pérdida y la separación o el divorcio de una relación amorosa involucra múltiples pérdidas”, apuntó.

En ese concepto, la profesional sostuvo que, permitirse sentir el dolor del duelo puede generar miedo, debido a que puede que las emociones sean demasiado intensas como para soportarlas, además del temor de quedar atrapado en un lugar oscuro para siempre. No obstante, resaltó la entrevistada, el duelo es esencial para el proceso de recuperación.

“El dolor del duelo es precisamente lo que ayuda a una persona dejar atrás la antigua relación y seguir adelante. Y por muy fuerte que sea el dolor, no durará para siempre”, afirmó.

Etapas del duelo

La primera etapa del duelo es la negación

Estar desganado y deprimido por una separación es normal, ya que esto hace sentir a la persona un poco frustrada por el tiempo invertido y por los planes que con esa persona no se pudieron cumplir. El o la afectada intentará negociar con la pareja para no llegar al divorcio.

La segunda etapa es el enojo

En esta fase la persona se siente con mucha rabia y enojo, es donde sobreanaliza sus errores, como también los de la pareja, incluso, se puede perder el control y, en algunas ocasiones, buscar venganza por el dolor causado.

Negociación

Después del enojo y la rabia, aparecerá la necesidad de negociar y poder restaurar el matrimonio para que este no llegue a su fin. Podrían aparecer promesas de cambios, solicitud de una nueva oportunidad, buscarán alternativas de convencer a la pareja que no es buena idea el separarse.

Tristeza

Nadie se compromete o se casa pensando que se va divorciar y esto genera una mezcla de resignación con dolor, es una etapa donde se corre el riesgo de entrar en una depresión.

Aceptación

Luego del torbellino emocional que lleva todo este doloroso proceso de separación, llega la calma gradualmente y con ella, la aceptación de asimilar la realidad. Esto ayuda a tener una nueva percepción de la situación actual.

Superación

Esta es sin duda la etapa más esperada y la más difícil de llegar, pero llega. Es donde somos conscientes de nuestra nueva realidad, esto no significa que ya no se sienta dolor, sino que ya se habrá pasado página y esa relación ya quedó en el pasado definitivamente.

“Aprendemos a vivir con ella (ruptura) sin que afecte negativamente nuestra vida”, destacó la psicóloga.

Indicadores de duelo y su experiencia

El duelo también se presenta de manera física, emocional y mental.

-Físicos: Ataques de pánico, fatiga, apatía, sequedad en la boca, debilidad, llanto, insomnio.

-Emocionales: Culpa, ansiedad, desamparo, enfado, tristeza, dolor, depresión, rabia, angustia.

-Cognitivos: Autoreproche, inseguridad, indiferencia ante la vida, confusión, desilusión.

Cómo sobrellevar una separación o divorcio

Relacionarse con amigos y familiares de confianza: Las personas que han pasado por separaciones o divorcios dolorosos pueden ser especialmente valiosas.

Pasar tiempo con personas que le apoyan, valoran y dan energía: cuando piense a quién acudir, elija sabiamente. Lo importante es rodearse de personas positivas y que realmente lo escuchen.

Buscar ayuda externa si la necesita. Si acudir a familiares y amigos no da resultado, se debe considerar ir a un psicólogo que le ayude a comprender sus emociones.

El divorcio es un evento muy estresante que cambia la vida de cualquier persona. Mientras se atraviesa esta experiencia emocional difícil, además de afrontar grandes cambios en su vida, es más importante que nunca, cuidarse a uno mismo. “La tensión y el malestar de una separación importante pueden dejarle psicológica y físicamente vulnerable”, detalló Zapata.

Finalmente, la profesional aconsejó que toda persona que esté atravesando una ruptura amorosa, se dé un tiempo de descansar y reflexionar, minimizando otras fuentes de estrés, reducir la carga de trabajo y no abrirse rápidamente a una nueva relación. Además de evitar consumir alcohol, drogas o comidas para sobrellevar la situación.

Aprender a cuidarse puede ser una de las lecciones más valiosas que se aprenden tras una separación. A medida que va sintiendo las emociones de su pérdida y empieza a aprender de su experiencia, puede decidirse a cuidarse mejor y tomar decisiones positivas en el futuro”, puntualizó.