“Birthday Blues” o Depresión de cumpleaños: por qué las ganas de llorar en un día feliz

Los cumpleaños son para muchos, motivo de celebración y sinónimo de alegría, asado con la familia y amigos. Sin embargo, hay a quienes el cumplir años les causa tristeza, nostalgia y hasta depresión.

Llega el cumpleaños, ese día que familiares y amigos celebran con nosotros porque es cuando llegamos a este mundo. Cumplir un año más de vida significa para muchos un gran triunfo, pero para otros no.

¿Qué pasó con la ilusión y las ansias que teníamos desde niños?, incluso, a más de uno le pasó que la noche anterior no durmió por la emoción y la ansiedad de recibir regalos, muestras de afectos y ser el centro de atención. Pareciera que, a medida que pasa el tiempo y cumplimos años, eso simplemente se esfuma, desaparece.

Al respecto, el Dr. Robert Núñez, director del Policlínico Municipal de Asunción, relató que, semana atrás, preguntó a un adolescente qué quería hacer por su cumpleaños, pero grande fue su sorpresa cuando le respondió “absolutamente nada y tampoco quiero que me canten”.

Quedé en shock, sobre todo cuando siempre hemos celebrado su día en grande, con decoración al milímetro, juegos y demás. Esto me pareció a la misma reacción que presenta cuando se acerca Navidad, no quiere nada y se vuelve apático”, expresó el pediatra.

Pero, ese comportamiento tiene una definición – señaló el especialista –  y se denomina “Birthday Blues” o “Depresión de Cumpleaños“. Tal vez muchos no estén familiarizados con el concepto, por lo que, el doctor detalló sobre qué se trata.

El Birthday Blues (o la depresión por cumpleaños) afecta a muchas personas. Se trata de un estado de ánimo negativo y un conjunto de síntomas que se presentan durante los días previos y posteriores al cumpleaños. Así, la persona puede sentirse apática, triste y desganada, pero también ansiosa e inquieta.

“Si experimentás esta situación puede que te hayas sentido solo y extraño. ¿Por qué te causa tal infelicidad un día que debería sentirse feliz y agradable? Lo cierto es que no estás solo. Hay muchas personas que también sufren“, explicó.

Esto viene acompañado de una serie de síntomas previos al cumpleaños de la persona y son los siguientes:

*Estado de ánimo negativo, deprimido o ansioso. Estas desagradables sensaciones no desaparecen y es probable que se experimente unas ganas súbitas de llorar sin motivo aparente.

“Puedes sentirte cansado y apático, sin motivación y, por supuesto, sin ganas de planificar ni celebrar tu día”.

Quizás la persona se sienta más introspectiva y reflexiva, y prefiera aislarse. El contacto social puede no ser de su agrado en estos días.

Pueden aparecer alteraciones del apetito y del sueño (insomnio, despertares frecuentes o sueño excesivo).

Probablemente en este periodo de tiempo los pensamientos en la cabeza no paran.

Puedes tener pensamientos intrusivos desagradables sobre ti mismo o sobre tu vida. También es común que aparezcan malestares físicos como dolores musculares o de cabeza.

Sobre ese punto, El Dr. Ernesto Lira de la Rosa, PhD , psicólogo clínico autorizado y miembro del grupo asesor de medios de la Hope for Depression Research Foundation, mencionó que el manual de diagnóstico (DSM-5) de Estados Unidos no reconoce la depresión de cumpleaños como un trastorno de salud mental.

Sin embargo, señala que esto no significa que las personas no experimenten depresión o tristeza durante un cumpleaños.

Cómo afrontar la depresión por cumpleaños

Existen diferentes tratamientos y mecanismos de afrontamiento para elegir, que pueden ayudar a curar esa tristeza que se experimenta en la fecha feliz y así aliviar cualquier sentimiento negativo.

Para aliviar y comprender mejor de dónde vienen esos sentimientos negativos, psicólogos elaboraron una serie de estrategias:

Practica la conciencia y la autocompasión

Es importante tomar conciencia de su experiencia y ser amable consigo mismo durante el proceso.

La recomendación es volverse hacia adentro para hacer un inventario de los sentimientos, pensamientos y dónde mantiene la tensión en el cuerpo para comprender mejor por lo que puede estar pasando.

“Si aumentamos nuestra conciencia sobre nuestros sentimientos, podemos abordarlos con compasión. Podemos calmarnos y recordarnos que somos seres humanos y que, cuando sentimos una variedad de emociones, está bien”.

Habla de tu experiencia con una persona de confianza

Expresar los sentimientos a un amigo o familiar es lo recomendable en situaciones así. De cualquier manera, ser abierto y vulnerable acerca de cómo se sienta con alguien que está dispuesto a dejarle espacio para que se desahogue, puede brindarle alivio.

Celebrar como te sientas cómodo/a

Algunos pueden sentirse culpables cuando sus seres queridos o amigos quieren celebrar a lo grande. Si ese es el caso, lo mejor que se puede hacer es expresar los sentimientos, deseos y necesidades con respecto a su cumpleaños y no hacer nada que los haga sentir peor o culpables.

Prepara tu cumpleaños con actividades saludables

Otros pueden beneficiarse al reconocer que pueden experimentar tristeza durante un cumpleaños e implementar algunas cosas para ayudar a aliviar o disminuir la intensidad de la tristeza.

Ir a terapia

Si desea encontrar las causas fundamentales de su tristeza en su cumpleaños, practique una autorreflexión más profunda con la ayuda de un terapeuta.

“Si el Birthday Blues te afecta de forma importante, es fundamental que seas flexible y compasivo contigo mismo. Recuerda que no tienes obligación de sentirte feliz porque sea tu cumpleaños, no tienes por qué festejar ni hacer nada que no desees. Es totalmente lícito dedicarte este día a vos, a cuidarte, a estar a solas y a reflexionar con tranquilidad”, aconsejó el doctor Núñez.

 

Donar sangre y motivar a otros: las “MUSAS” que inspiran a salvar vidas

La donación de sangre es, sin duda alguna, uno de los gestos más nobles y altruistas para salvar vidas. Bajo esta premisa nació “MUSAS”, un grupo de mujeres voluntarias que busca inspirar a otras personas a extender el brazo y a seguir el mismo ejemplo.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Donar sangre y, al mismo tiempo, motivar a otros a hacerlo. Esta es la idea que fue germinando hasta dar vida a “Mujeres Unidas en el Servicio y Acción Solidaria (MUSAS)”, una organización sin fines de lucro que cumplió 11 años de existencia.

Se trata de un grupo de mujeres que, tal y como lo cuenta una de sus integrantes, Cynthia Liseras, pasaron de ser donantes frecuentes a convertirse en promotoras de la donación voluntaria de sangre.

Todo inició años atrás cuando varias amigas se hicieron eco de un pedido desesperado de sangre para una persona que se encontraba internada y requería muchos volúmenes. En aquella oportunidad, se sensibilizaron con la causa y decidieron organizarse entre todas para hacer la donación voluntaria de forma conjunta.

Las mismas optaron por no detenerse allí y continuar con esta clase de iniciativas, dando el siguiente paso: llegar a la acción solidaria. “Entendimos que solo si nos organizábamos y nos instruíamos, podríamos hacer algo más trascendente”, señaló Liseras a HOY.

A partir de allí, MUSAS fue creciendo hasta llegar a lo que es hoy día, con más de 100 personas forman parte del grupo como voluntarios y donantes a la par, cada uno de los cuales tiene el compromiso de llevar a alguien más cada vez que organizan una colecta de sangre, a modo de ir extendiendo el alcance de la ayuda. “Al inicio éramos solo nosotras y luego se sumaron los esposos, hijos, familiares, amigos y vecinos”, mencionó.

Recientemente llevaron a cabo la colecta número 23, demostrando con ello que siguen con la misma convicción y entrega que cuando empezaron el proyecto hace unos años. A diferencia de aquel entonces, hoy son muchas más las voluntarias que extienden su mano solidaria para ayudar y -a la vez- sus brazos para donar sangre.

La pandemia de COVID-19, donde las restricciones y el distanciamiento social limitaron las interacciones, no fue motivo para frenar el ímpetu de estas mujeres solidarias, quienes continuaron con su noble labor haciendo de nexo con los donantes que tenían registrados en su base de datos.

MUSAS logró firmar un convenio con el Programa Nacional de sangre del Ministerio de Salud, a fin de realizar las colectas bajo la modalidad “extra muro” en las residencias particulares de las voluntarias. Como parte de este acuerdo, trabajan de cerca con el Centro Nacional de Servicios de Sangre (Censsa), que envía a sus profesionales para poder realizar la extracción, el procesamiento y la distribución de los volúmenes de sangre donados.

Anualmente, organizan dos colectas de sangre, aunque dependiendo de la necesidad pueden llegar a tres, inclusive. Además de Asunción y el Área Metropolitana, también promueven este tipo de iniciativas en otros puntos del interior del país, así como en empresas, instituciones educativas, clubes, hospitales, entre otros.

MUSAS también representa a Paraguay ante el Grupo Cooperativo IberoLatinoamericano de Medicina Transfucional (GCIAMT) como promotoras de la donación voluntaria de sangre, por lo que su noble labor trasciende fronteras hasta llegar a otros rincones.

Las voluntarias de MUSAS se organizan en equipos de trabajo durante las colectas de sangre y preparan una cálida acogida a los donantes, ofreciéndoles refrigerios, un lugar cómodo para descansar y prepararse, así como otros complementos adicionales que permiten hacer más agradable el acto de la donación.

Un punto clave es la fidelización de los donantes de sangre, afirma, lo cual implica el compromiso permanente de los que se acercan a donar la primera vez para seguir haciéndolo a futuro. Con ello, la premisa de salvar vidas va afianzándose e inspirando a nuevas “musas” para seguir el mismo ejemplo.

Donar es nuestro aporte a la sociedad para demostrar que unidas se puede lograr y que salvar vidas es un privilegio de la gente sana”, sentenció Liseras.

La inundación en Brasil, una imagen que duele y recuerda a históricas crecidas en Paraguay

El sur de Brasil atraviesa uno de los peores momentos de su historia, con una inundación sin precedentes, dejando cientos de fallecidos y desaparecidos. Imágenes muy parecidas también se vieron en Paraguay años atrás, sin llegar al mismo tenor del vecino país, pero también con pérdidas humanas y efectos devastadores.

Por Juan Riveros (@JuacitoRiveros)

Postales estremecedoras fueron vistas en los últimos días acerca de lo que sucede en varias ciudades de Río Grande do Sul, Brasil, donde miles de familias fueron desplazadas por una histórica inundación, la más grande en la era moderna. Además de las personas y animales fallecidos, hay todavía cientos de desaparecidos, que probablemente se encuentren ya sin vida.

La consecuencia principal de esta histórica inundación es la cantidad de lluvia que cayó en pocos días en dicha región, ocasionando el desborde del río Guaíba. Varias ciudades fueron totalmente rebasadas por el paso del agua.

¿Es posible un escenario similar en otras zonas e incluso nuestro país? Los expertos indican que es poco probable que Paraguay tenga una situación de la magnitud de Brasil. Sin embargo, todavía es reciente la memoria sobre lo sucedido en la ciudad de Limpio semanas atrás, donde barrios enteros quedaron bajo agua.

Las intensas lluvias registradas a finales de abril y el taponamiento del arroyo Damián, fueron la “mezcla perfecta” para que los barrios de la zona queden inundados. Caminos intransitables, familias desplazadas y problemas en el tránsito, fueron las postales dejadas por este hecho reciente.

En departamentos del sur del país, como Ñeembucú, Itapúa, Misiones y otros, también son frecuentes las inundaciones. Sin embargo, existen antecedentes históricos registrados en Paraguay con la problemática de la suba del agua y sus respectivas consecuencias.

Respecto a los datos históricos, la Dirección de Planificación y Evaluación de Documentación Histórica del Ministerio de Salud expone que grandes crecidas azotaron desde siempre al territorio nacional. Recién en la década del 70, las inundaciones se relacionaron a El Niño, fenómeno de calentamiento de las aguas del Océano Pacífico que provoca inundaciones cíclicas, cada 8 a 10 años, afectando principalmente las cuencas de los ríos Paraguay y Paraná, específicamente en las localidades de Bahía Negra, Concepción, Asunción, Alberdi, Pilar y Encarnación.

Como primer antecedente, se tiene registro de lo ocurrido entre los años 1547 y 1774, cuando los indios revelaron que las “inundaciones solían durar 4 meses y que eran seguidas de gran corrupción del aire por los muchos peces que las aguas dejaban en seco al retirarse y que hacía pudrir muy pronto la gran actividad del sol.”(sic).

Los registros dan cuenta también de inundaciones relacionadas al río Paraná en los años 1612, 1748, 1812, aunque sin datos suficientes como para reconstruir los valores de alturas y caudales.

Históricas inundaciones en Paraguay. Foto: Gentileza.Históricas inundaciones en Paraguay. Foto: Gentileza.

El informe presenta además una “extraordinaria crecida del río Paraguay, tan grande que poco faltó para que las aguas cubrieran por completo la cima de la roca llamada El Peñón, que se halla en el medio del río, un poco más arriba de la Villa Occidental (Villa Hayes). Este evento fue registrado por un juez de Paz de Limpio, quien tuvo la buena idea de señalar el punto culminante de la creciente con letras grabadas en la roca, con estos términos: “Creciente de 1833″.

Durante los años 1838, 1894 y 1905 también se dieron históricas inundaciones, esta última es conocida como “La crecida del siglo”. Este año se registró la mayor crecida en el mes de junio y alcanzó 8,80 m, según registros obrantes en la Estación Hidrométrica del Río Paraguay, en el Puerto de Asunción.

Las inundaciones estacionales de las riberas obligan residentes desplazados a buscar refugio temporal hasta que las aguas recuperen su nivel normal.

Años posteriores como 1909, 1914, 1940, 1953 y 1954, Asunción fue la víctima constante de las inundaciones, donde la zona mayormente afectada era la hoy conocida como “Chacarita”. Incluso los registros dan cuenta de que las estructuras del gobierno se veían en peligro ante el incesante paso del agua.

En 1966 en la ciudad de Pilar, el río volvió a castigar sin piedad a la población de Ñeembucú, superando los niveles críticos y dejando a miles de desplazados.

En cuanto a las inundaciones urbanas, en la década del 70 se dieron con mayor intensificación, donde nuevamente Asunción fue la más afectada en cuanto al nivel del agua y la cantidad de pobladores desplazados, sumados a los daños materiales.

En el norte del país, es recordada la inundación en Concepción y parte del Chaco en 1982, debido al exceso de agua en el Pantanal y a las lluvias anormalmente altas de febrero y marzo de ese año. Este eventó marcó el verdadero inicio de las lluvias del fenómeno de El Niño, que también se extendió a otras partes del país. Nuevamente la situación llegó a Pilar en 1983, que quedó bajo agua el 24 de marzo, considerándose como la peor inundación que se haya registrado en dicho lugar.

En la década del 90 e inicios del 2000, las mismas ciudades mencionadas eran las más afectadas. En el 2012, el Chaco paraguayo sufrió la peor de las inundaciones en toda su historia. Las constantes e intensas lluvias del mes de febrero y marzo, y el suelo árido y nada permeable ocasionaron que gran parte de la Región Occiental, desde Chaco’i hasta Mariscal Estigarribia y un poco más cerca de la frontera con Bolivia, el agua se acumulara.

A partir del 2015, se vieron graves inundaciones, sin llegar al nivel de “históricas” en ciudades como Pilar, Ayolas, Villa Florida, Encarnación, Asunción y localidades del Chaco. Estas situaciones fueron obligando a las autoridades a gestionar mecanismos de prevención, mejorando la infraestructura a través de muros de contención y franjas costeras.

Etiquetas:

Duelo vs. Divorcio: cómo sobrellevar la ruptura y el torbellino emocional después del ‘adiós’

Una separación o un divorcio puede ser una de las experiencias más estresantes y dolorosas de la vida. Independientemente al motivo, o si era algo deseado o no, la ruptura de una relación puede poner el mundo de cabeza y desencadenar todo tipo de emociones difíciles e inquietantes.

Un divorcio o una separación es una situación difícil para la pareja que toma la decisión de terminar, más cuando ya estuvieron tantos años juntos y con hijos de por medio. En ese momento, enfrentan un proceso donde ambos tienen un mundo interno de torbellino emocional, una mezcla de rabia, frustración, odio, ansiedad y mucha incertidumbre sobre el futuro.

Sin embargo, hay ocasiones en las que, para algunos, el terminar una relación es lo mejor que pudieron hacer, incluso, es consensuado. En este caso el proceso de separación tiene otra forma de presentarse y es menos doloroso, ya que como hay divorcios que pueden generar tumultos, están los que generan una liberación.

“Es importante tener en cuenta también los motivos de un divorcio. No es lo mismo un divorcio por incompatibilidad de caracteres, que, por ejemplo, por infidelidad, o si hubo violencia y malos tratos. De este modo, según sea la causa de la ruptura, será el grado de estrés emocional que se viva”, explicó la psicóloga Paola Zapata en diálogo con HOY/Nación Media.

En ese contexto, la profesional indicó que se puede presentar en estos casos también como un duelo, ya que es el final de una etapa y es sinónimo de cambios y el principio de una nueva etapa. “El duelo es una reacción natural ante una pérdida y la separación o el divorcio de una relación amorosa involucra múltiples pérdidas”, apuntó.

En ese concepto, la profesional sostuvo que, permitirse sentir el dolor del duelo puede generar miedo, debido a que puede que las emociones sean demasiado intensas como para soportarlas, además del temor de quedar atrapado en un lugar oscuro para siempre. No obstante, resaltó la entrevistada, el duelo es esencial para el proceso de recuperación.

“El dolor del duelo es precisamente lo que ayuda a una persona dejar atrás la antigua relación y seguir adelante. Y por muy fuerte que sea el dolor, no durará para siempre”, afirmó.

Etapas del duelo

La primera etapa del duelo es la negación

Estar desganado y deprimido por una separación es normal, ya que esto hace sentir a la persona un poco frustrada por el tiempo invertido y por los planes que con esa persona no se pudieron cumplir. El o la afectada intentará negociar con la pareja para no llegar al divorcio.

La segunda etapa es el enojo

En esta fase la persona se siente con mucha rabia y enojo, es donde sobreanaliza sus errores, como también los de la pareja, incluso, se puede perder el control y, en algunas ocasiones, buscar venganza por el dolor causado.

Negociación

Después del enojo y la rabia, aparecerá la necesidad de negociar y poder restaurar el matrimonio para que este no llegue a su fin. Podrían aparecer promesas de cambios, solicitud de una nueva oportunidad, buscarán alternativas de convencer a la pareja que no es buena idea el separarse.

Tristeza

Nadie se compromete o se casa pensando que se va divorciar y esto genera una mezcla de resignación con dolor, es una etapa donde se corre el riesgo de entrar en una depresión.

Aceptación

Luego del torbellino emocional que lleva todo este doloroso proceso de separación, llega la calma gradualmente y con ella, la aceptación de asimilar la realidad. Esto ayuda a tener una nueva percepción de la situación actual.

Superación

Esta es sin duda la etapa más esperada y la más difícil de llegar, pero llega. Es donde somos conscientes de nuestra nueva realidad, esto no significa que ya no se sienta dolor, sino que ya se habrá pasado página y esa relación ya quedó en el pasado definitivamente.

“Aprendemos a vivir con ella (ruptura) sin que afecte negativamente nuestra vida”, destacó la psicóloga.

Indicadores de duelo y su experiencia

El duelo también se presenta de manera física, emocional y mental.

-Físicos: Ataques de pánico, fatiga, apatía, sequedad en la boca, debilidad, llanto, insomnio.

-Emocionales: Culpa, ansiedad, desamparo, enfado, tristeza, dolor, depresión, rabia, angustia.

-Cognitivos: Autoreproche, inseguridad, indiferencia ante la vida, confusión, desilusión.

Cómo sobrellevar una separación o divorcio

Relacionarse con amigos y familiares de confianza: Las personas que han pasado por separaciones o divorcios dolorosos pueden ser especialmente valiosas.

Pasar tiempo con personas que le apoyan, valoran y dan energía: cuando piense a quién acudir, elija sabiamente. Lo importante es rodearse de personas positivas y que realmente lo escuchen.

Buscar ayuda externa si la necesita. Si acudir a familiares y amigos no da resultado, se debe considerar ir a un psicólogo que le ayude a comprender sus emociones.

El divorcio es un evento muy estresante que cambia la vida de cualquier persona. Mientras se atraviesa esta experiencia emocional difícil, además de afrontar grandes cambios en su vida, es más importante que nunca, cuidarse a uno mismo. “La tensión y el malestar de una separación importante pueden dejarle psicológica y físicamente vulnerable”, detalló Zapata.

Finalmente, la profesional aconsejó que toda persona que esté atravesando una ruptura amorosa, se dé un tiempo de descansar y reflexionar, minimizando otras fuentes de estrés, reducir la carga de trabajo y no abrirse rápidamente a una nueva relación. Además de evitar consumir alcohol, drogas o comidas para sobrellevar la situación.

Aprender a cuidarse puede ser una de las lecciones más valiosas que se aprenden tras una separación. A medida que va sintiendo las emociones de su pérdida y empieza a aprender de su experiencia, puede decidirse a cuidarse mejor y tomar decisiones positivas en el futuro”, puntualizó.