Borrar información errónea, un desafío de la inteligencia artificial
Brian Hood descubrió un día que ChatGPT le atribuía un pasado criminal, pero para resolver este error, este político australiano indagó en un problema que plantea también un desafío para los ingenieros: cómo enseñar a la Inteligencia Artificial (IA) a borrar información errónea.
Hood intentó una solución convencional y amenazó con demandar por difamación a OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT.
Pero entrenar a este tipo de robot es un proceso lento y costoso, por lo que este problema expone a la luz un desafío que será crucial en los próximos años, especialmente de cara a la reglamentación en la Unión Europea sobre protección de los datos personales.
Hood afirma que sus comunicaciones con OpenAI no fueron de gran ayuda, pero que sus quejas, que inundaron los medios, solucionaron el problema cuando la empresa actualizó la aplicación y el robot dejó de repetir estas afirmaciones falsas sobre sus antecedentes penales.
“Irónicamente, la gran cantidad de [información en] prensa sobre mi historia corrigió los registros”, relató a AFP Hood, que es alcalde de la ciudad de Hepburn, en Australia.
La empresa OpenAI no respondió a las peticiones de comentarios sobre este tema.
“La capacidad de eliminar datos de las bases de datos de entrenamiento es un tema crítico de cara al futuro”, señaló Lisa Given, de la Universidad RMIT de Melbourne, en Australia.
En el caso de los buscadores de internet, es posible borrar entradas, pero este proceso no es tan simple con los modelos basados en la IA.
En respuesta a este desafío, un grupo de científicos está estudiando un nuevo campo denominado el “desaprendizaje automático”, que trata de entrenar algoritmos para que “olviden” datos que sean problemáticos.
– “Una herramienta interesante” –
Un experto en este campo, Meghdad Kurmanji de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, explicó a AFP que este tema comenzó a cobrar relevancia en los últimos tres o cuatro años.
Entre quienes se apuntaron a este desafío está Google DeepMind, la división de IA del gigante californiano.
Los expertos de Google redactaron junto a Kurmanji un artículo publicado el mes pasado en el que proponen un algoritmo para depurar los datos seleccionados de las bases que componen los algoritmos en los que se basan ChatGPT y el chatbot Bard de Google.
Además, Google lanzó una competencia en junio para medir distintos métodos para “desaprender”, que hasta ahora atrajo a más de 1.000 participantes.
Kurmanji afirma que “desaprender” puede ser una “herramienta muy interesante” para que los motores de búsqueda administren las peticiones para eliminar contenido, por ejemplo, debido a asuntos relacionados con las leyes sobre la privacidad.
El experto afirmó además que el algoritmo también logró buenos resultados en pruebas de eliminación de material protegido por derechos de autor y en la corrección de sesgos.
– “No es la panacea” –
Lisa Given señaló que todavía hay mucho desconocimiento sobre cómo funcionan estos sistemas e incluso sobre cuáles son las bases de datos que sirven como entrenamiento para estas máquinas, por lo que encontrar una solución puede ser un proceso largo.
Michael Rovatsos, de la Universidad de Edimburgo, apuntó que quedan aristas técnicas por resolver, por ejemplo qué hacer si una compañía recibe una ola de peticiones para eliminar contenido.
Añadió que el desaprendizaje no resuelve temas más amplios que enfrenta la industria de la IA, como la forma en que la que se recopilan los datos, quién se beneficia de su uso o quién asume la responsabilidad si un algoritmo causa un daño.
“La solución técnica no es la panacea”, afirmó.
En un momento en que la investigación sobre este campo está en pañales y la regulación es casi inexistente, Hood, que es un ferviente defensor del la IA, pese a su experiencia, señaló que todavía estamos en una era de soluciones anticuadas.
“Cuando los chatbot generan basura, los usuarios simplemente necesitan revisar todo dos veces”, afirmó.
Un bebé recibe el primer tratamiento genético personalizado del mundo
Un bebé que padece una enfermedad rara e incurable se convirtió en el primer paciente del mundo en beneficiarse de una terapia genética personalizada, un logro esperanzador para otras patologías, anunció este jueves un equipo médico estadounidense.
KJ Muldoon, un bebé de cara regordeta y ojos azules de nueve meses, fue diagnosticado poco después de nacer con un trastorno metabólico muy raro y grave llamado “deficiencia de carbamil fosfato sintetasa” o CPS1.
Esta enfermedad es causada por mutaciones en un gen que codifica una enzima clave en la función hepática, e impide a los afectados eliminar ciertas sustancias tóxicas producidas por el metabolismo como el amoniaco generado cuando las proteínas se descomponen.
“Cuando buscas en Google qué es CPS1, ves que es la muerte o un trasplante de hígado”, dijo Nicole Muldoon, la madre del niño, en un video desde el Hospital infantil de Filadelfia, en el noreste de Estados Unidos, donde el bebé recibió tratamiento.
El equipo médico propuso probar algo nuevo: un tratamiento personalizado basado en el uso de tijeras moleculares (Crispr-Cas9), una tecnología revolucionaria galardonada con el Premio Nobel de Química en 2020 que permite editar el genoma.
“Nuestro hijo estaba enfermo. Teníamos que hacerle un trasplante de hígado o darle este medicamento que nunca se le ha administrado a nadie”, recuerda Kyle, padre del bebé.
A pesar de sus temores el matrimonio aceptó y al bebé se le administró el medicamento en febrero y posteriormente otras dos veces.
“El medicamento está diseñado exclusivamente para KJ, por lo que las variantes genéticas que tiene son específicas para él. Es medicina personalizada”, explica la doctora Rebecca Ahrens-Nicklas, especialista en genética pediátrica.
Una vez en el hígado, las tijeras microscópicas contenidas en la solución administrada penetran en el núcleo de las células y buscan modificar el gen en cuestión.
Una terapia con resultados prometedores, según el equipo médico, que publicó este jueves un estudio sobre el tema en el New England Journal of Medicine.
KJ ahora tolera una dieta más rica en proteínas y requiere menos medicación, pero se necesita un seguimiento a largo plazo “para evaluar la seguridad y la eficacia del tratamiento”, afirma la doctora.
Rebecca Ahrens-Nicklas espera que este logro permita al niño vivir “con muy poca o ninguna medicación” y que pueda ser de utilidad para otros.
“Esperamos que éste sea el primero de muchos en beneficiarse de una metodología que pueda adaptarse a las necesidades de cada paciente”, declaró.
Fuente: AFP
Nace por primera vez un bebé en Reino Unido tras un trasplante de útero
Una niña nació en Reino Unido después de que su madre se sometiera a un trasplante de útero, que recibió de su hermana mayor, anunció este martes un hospital de Londres, en el primer nacimiento de este tipo en el país.
La pequeña Amy nació el 27 de febrero en el hospital Reina Carlota y Chelsea de Londres, dos años después de que su madre, Grace Davidson, se sometiera a una cirugía de trasplante de útero. Ambas gozan de buena salud.
“Hemos recibido el mayor don que pudimos haber pedido”, declaró Davidson, de 36 años. La mujer dijo esperar que “hacia adelante eso se convierta en una realidad y brinda una opción adicional para mujeres que de otra forma no podrían tener su propio hijo”.
“La habitación estaba llena de gente que nos ha ayudado en este viaje para poder tener a Amy”, declaró el padre, Angus Davidson, a la agencia noticiosa Press Association.
Grace Davidson sufre una enfermedad rara llamada síndrome Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser y nació sin un útero funcional, explicó el hospital en un comunicado.
Se convirtió en la primer mujer del país en recibir un trasplante de útero, el cual fue donado por su hermana Amy Purdie, de 42 años, quien tiene dos hijas de 10 y seis años.
El trasplante fue efectuado en febrero de 2023 en el Centro de Trasplantes de Oxford.
El profesor Richard Smith, un consultor de cirugía ginecológica que dirige el programa británico de donantes vivos, comentó que el nacimiento de Amy fue “la culminación de más de 25 años de investigación”.
Más de 100 trasplantes de útero se han realizado en el mundo desde 2013, cuando se efectuaron los primeros en Suecia. Y cerca de 50 bebés nacieron gracias a esta cirugía hasta ahora y gozan de buena salud.
Fuente: AFP
El curioso trastorno de los que no tienen una voz interior en su mente
¿Se puede vivir sin esa voz interior que nos ayuda a organizar las ideas? Algunas personas sufren anendofasia, un trastorno recientemente identificado por la ciencia que permite entender mejor cómo pensamos.
“No tengo una voz en mi cabeza” explica Mel May, una australiana de 30 años que vive en Nueva York y que descubrió que era una excepción después de leer un artículo sobre el tema.
Esta videasta tuvo que que enfrentarse a la incredulidad de sus familiares hasta que los psicólogos confirmaron su trastorno.
Es una de las pocas personas cuyo pensamiento no va acompañado por un monólogo interior.
El fenómeno era conocido pero no fue hasta el año pasado que un grupo de investigadores propusieron en la revista Psychological Science darle un nombre: anendofasia.
Este trastorno arroja luz sobre cómo formulamos nuestros pensamientos, algo particularmente difícil de estudiar porque no lo puede explicar un observador externo.
“La gente no se da cuenta de las características de su experiencia interior”, dice a la AFP el profesor de psicología Russell Hurlburt de la Universidad de Nevada.
Hurlburt ha realizado varios estudios sobre los procesos del pensamiento, centrándose entre otros en el caso de Mel May.
Uno de los experimentos consistía en pedir a los sujetos que leyeran “La Metamorfosis” de Franz Kafka.
Luego les interrumpían de manera abrupta y aleatoria y les pedían describir lo que pasaba por su cabeza.
En algunos casos, explicaban no tener las palabras del texto en sus cabezas sino solo imágenes, “su propio video” de la historia, según el profesor Hurlburt.
- “No estoy vacía” -
Aunque el caso de Mel May es excepcional por su total ausencia de voz interior, los investigadores subrayan que el monólogo interior no siempre está presente.
Hurlburt estima que solo entre el 20 y el 25% de las veces pensamos en forma de monólogo interior, aunque admite que serían necesarios más estudios para confirmar esa cifra.
Cuando pensamos hay otros procesos en marcha, como las imágenes visuales, las emociones o el llamado pensamiento no simbólico.
El estudio de la anendofasia ha puesto en entredicho algunas certezas. La investigadora francesa Hélène Loevenbruck, una especialista del monólogo interior, admite haber cambiado de opinión.
“Hasta hace poco, pensaba que todos teníamos una voz interior”, dice a la AFP.
Las investigaciones de Loevenbruck apuntan a que este tipo de monólogo mental sirve de “simulación interna” y es esencial para poder luego traducir los pensamientos en palabras.
Sin embargo es difícil evaluar las consecuencias concretas de la ausencia de una voz interior o de otros fenómenos, como la afantasia, la ausencia de imágenes mentales.
Según Daniel Gregory, un filósofo especializado en esta cuestión de la Universidad de Barcelona, la voz interior nos hace “vulnerables a los patrones de pensamiento negativos, a los pensamientos obsesivos”.
Pero también se puede utilizar “para animarse, para enviarse mensajes positivos a uno mismo”, apunta.
Mel May sabe que no tener voz interior tiene “pros y contras” y reconoce que le cuesta evocar recuerdos del pasado.
Pero sí está segura de una cosa: “No estoy vacía por dentro: sé y siento cosas”.
Fuente: AFP