Inteligencia artificial: regulación, riesgos y desafíos de cara al futuro

Pese a tener un desarrollo prometedor y demostrar capacidad para resolver situaciones del día a día, la inteligencia artificial también plantea algunos dilemas para la humanidad, como los riesgos que existen de un probable mal uso o el sesgo en la información.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

El desarrollo de la inteligencia artificial tuvo un tremendo salto, luego del lanzamiento de ChatGPT, el chatbot conversacional basado en IA generativa que marcó un antes y un después en este campo.

Los alcances de esta herramienta creada por la empresa OpenAI permitieron darnos cuenta de las múltiples posibilidades que existen con la inteligencia artificial, llegando inclusive a demostrar destrezas superiores a las de un humano, en cuanto al procesamiento de datos.

Los expertos se muestran esperanzados en las oportunidades que traerá consigo el avance en esta área, aunque también alertan sobre los riesgos que podría acarrear la inteligencia artificial en caso de no ser regulada.

REGULACIÓN, UN DEBATE NECESARIO

Sam Altman, una de las mentes detrás de ChatGPT, es uno de los que lanzó esta propuesta sobre la regulación de la IA, consciente del potencial que posee y también de los peligros que podría representar en un futuro. El mismo abogó por la creación de un órgano regulador de la inteligencia artificial, equiparable al ente responsable de verificar los alcances de la energía atómica.

Altman lanzó este planteamiento, apoyado por 350 ejecutivos, investigadores e ingenieros expertos en esta tecnología, quienes firmaron una carta abierta en la que señalan que la inteligencia artificial supone un “riesgo de extinción” para la humanidad, al igual que catástrofes como una guerra nuclear o una pandemia.

Dicha afirmación fue realizada por este grupo de expertos, teniendo en cuenta el posible mal uso que se podría dar a cualquier sistema basado en la inteligencia artificial. “Mi peor miedo es que esta tecnología salga mal. Y si sale mal, puede salir muy mal”, afirmó en su momento Altman en una comparecencia ante el Congreso estadounidense.

DESINFORMACIÓN, USO INDEBIDO Y OTROS RIESGOS POTENCIALES

Ante esto, surge el dilema de cuáles son los riesgos que podría acarrear la inteligencia artificial. Para empezar este análisis, partamos de aquello que ya sabemos y hemos visto: la desinformación. Herramientas como ChatGPT o Bing Chat son propensas a mostrar “resultados inexactos” al hacer determinadas consultas, generando confusión en los usuarios o, en el peor de los casos, haciendo que crean en cosas que no son.

Durante las primeras semanas disponible al público, el chatbot de OpenAI fue acusado de mostrar informaciones imprecisas, erradas y hasta falsas, siendo tachado por algunos como difusor de “fake news”, lo cual, a su vez obligó a la compañía a hacer algunos ajustes para corregir este fallo.

Otro riesgo que podría traer consigo la inteligencia artificial es un uso indebido con fines militares o armamentistas. Son varios los que temen que determinados gobiernos desarrollen herramientas basadas en IA, capaces de “superar el límite” y, ya sea por omisión o algún error técnico, terminen provocando pérdidas de vidas humanas. Un ejemplo de ello sería una inteligencia artificial capaz de tener acceso a drones no tripulados y que, sin autorización humana, arroje una bomba en un punto con civiles inocentes.

El extremo al que (quizás) podría llegarse dentro de unos años es el desarrollo de la denominada “Inteligencia Artificial General (IAG)”, un tipo de IA que iguala a la inteligencia humana en todos los aspectos, siendo capaz de comprender, aprender, adaptarse y aplicar conocimientos en una amplia gama de tareas.

Para los conspiranoicos y amantes de la ciencia ficción, este tipo de sistemas podría llevar a la raza humana a una situación compleja al verse superada por la inteligencia artificial, simulando escenarios como los de “Terminator”, donde Skynet fue capaz de crear robots que dominaban al mundo y exterminaron a casi la totalidad de los humanos.

Pese a ser extrema y hasta inverosímil, esta idea tiene como sustento el incalculable alcance que podría tener en un futuro próximo la IA que, hasta ahora ha demostrado una sorprendente capacidad y que, continuamente va mejorando conforme pasan los años, puesto que, las empresas detrás de su desarrollo compiten entre sí, motivadas por llegar a nuevos límites.

La pérdida de privacidad y seguridad de los datos personales, la vigilancia y manipulación de las personas por parte de entidades que tienen acceso a la información de los usuarios y la pérdida de empleos o la precarización laboral por la automatización de tareas que pueden ser realizadas por la IA son otros de los riesgos que trae consigo esta tecnología.

QUÉ DESAFÍOS VIENEN DE CARA AL FUTURO

Además de la regulación, también existe la imperiosa necesidad de lograr un consenso entre los principales desarrolladores, lo cual abarca a OpenAI, Google, Meta, Anthropic y otras compañías que están impulsando diversos proyectos con la inteligencia artificial como protagonista. Dicho consenso debe apuntar a crear estrategias conjuntas para prevenir riesgos comunes.

Mucho se rumoreó sobre la llamativa “mochila azul” que acostumbra llevar Sam Altman a cualquier evento al que es invitado. Varios medios sostienen que dentro de la misma transporta una Macbook con un “botón de apagado” de la inteligencia artificial, capaz de dejar fuera de servicio a ChatGPT en caso de que pudiera “salirse de control”.

Sea o no cierto este rumor, no es descabellado pensar en algún mecanismo que permita resolver de manera rápida y efectiva cualquier eventual inconveniente relacionado a herramientas con inteligencia artificial, sobre todo aquellas cuyo alcance esté vinculado a sistemas gubernamentales o de defensa, bases de datos relevantes, servidores cuyo contenido sea sumamente sensible, etc.

Los principales referentes de este ámbito coinciden en un punto: la inteligencia artificial no debe pasar desapercibida y es necesario regular su desarrollo ya desde ahora, a fin de evitar que supere los límites de lo permitido y llegue a extremos que podrían traer consecuencias negativas a futuro.

Alerta sobre explosiva mezcla: un cóctel muy riesgoso para la salud

La mezcla de bebidas alcohólicas con energizantes, muy popular entre los jóvenes, puede ser muy peligrosa, ya que aumenta el riesgo de intoxicación, comportamientos arriesgados y efectos negativos en la salud.

La combinación de alcohol con energizantes se convirtió en una tendencia entre los jóvenes, debido en parte a la percepción de que los energizantes pueden contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una sensación de estar más alerta y en control. Esto, reforzado por la publicidad y el marketing.

En la búsqueda de experiencias intensas y emocionantes, los jóvenes creen que este cóctel permite disfrutar de la fiesta por más tiempo sin experimentar la fatiga asociada al consumo de alcohol. Sin embargo, muchos desconocen los peligros que hay detrás de esta riesgosa práctica.

Los estimulantes de la cafeína en los energizantes pueden enmascarar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una falsa sensación de sobriedad. Esto puede resultar en un consumo excesivo de alcohol y un mayor riesgo de intoxicación. Además, la combinación de alcohol y cafeína puede aumentar el riesgo de comportamientos arriesgados o impulsivos.

La doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, reconoció que la combinación de bebidas alcohólicas con energizantes es una mezcla explosiva. Esto, a raíz de que las personas pierden la noción de los síntomas depresivos que el alcohol normalmente ocasiona en el organismo. Se trata de un “cóctel riesgoso para la salud”.

La experta resaltó que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y las bebidas energizantes, por el contrario, son estimulantes. Por ello es que, las bebidas energizantes enmascaran los síntomas depresores del alcohol y hacen que las personas consuman de una manera engañosa.

Dentro de los componentes que poseen los energizantes sobresalen la cafeína, vitaminas, guaraná y son varias sustancias que se van mezclando para brindar esa característica particular de dar energía al organismo, según detalló a la radio 650 AM.

“Debemos estar preparados para afrontar las complicaciones que pueden darse por esa mezcla. Se desaconseja el consumo de estos productos en personas que están con problemas cardíacos, que sufren de hipertensión, las embarazadas, los diabéticos y los menores de 16 años. Los adolescentes están en una etapa de reconocimiento de los límites que tienen, entonces esos límites fácilmente se van de un extremo a otro, es por eso que desaconsejamos el consumo de esta mezcla”, subrayó.

Por su parte, el médico pediatra Robert Núñez había mencionado que los energizantes son la segunda sustancia más consumida por la franja etaria de entre 13 y 17 años, después del alcohol. Mayormente, los adolescentes consumen por curiosidad, y tres de cada cuatro menores de edad hacen la peligrosa mezcla de ambas sustancias.

Si bien es importante resaltar que esta mezcla no está prohibida (consumo del alcohol solo en mayores de edad), se deben conocer cuáles son los efectos nocivos de la misma en el organismo, de modo a evitar alguna complicación y desgracia que lamentar.

Estrella Roja: el socialismo marciano de Bogdánov

Podemos decir que Aleksándr Bogdánov fue un adelantado a su tiempo. En 1908 publicó Estrella Roja, una entretenida novela de ciencia ficción de inspirada naturaleza marxista, con la que se adelantó casi una década a las traumáticas revoluciones de febrero y octubre de 1917; que desembocaron en la llegada del Partido Bolchevique al poder en Rusia, el fin de 300 años de gobierno de los Románov y el posterior nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

Alexander Alexandrovich Bogdánov (1873-1928) fue un revolucionario comunista bielorruso de múltiples talentos: escritor, médico, economista, científico y filósofo, también se formó en psiquiatría. Fundador del Partido Bolchevique, y de influencia significativa en el desarrollo de la teoría marxista en Rusia, ostentó una reconocida militancia política y el estrecho contacto que tuvo con Vladimir Lenin, al tiempo de evidenciar su relación con los más radicales movimientos obreros.

Pese a sus grandes aportes filosóficos, científicos y a las letras, Bogdánov no tuvo la misma repercusión en Occidente que la que sí vieron los monstruos de la literatura rusa como León Tolstói y/o Fiódor Dostoyevski, a razón -principalmente- de las escasas traducciones de sus novelas y otros escritos.

Pero hablemos de Estrella Roja, su principal y más conocido trabajo.

MARCIANOS COMUNISTAS

Estrella Roja aborda una serie de cuestiones políticas que reflejan los debates de la convulsa época en que fue escrita. El libro abraza al socialismo como ideal utópico, la lucha de clases y la revolución como temas de fondo, y una crítica al capitalismo y al papel del individuo en la sociedad socialista.

Precursora de la ciencia-ficción soviética, Estrella Roja se erige como una suerte de ventana por dónde observar el idealismo de la entonces incipiente era de las revoluciones industriales en la lúgubre Rusia de los zares que, tras la eclosión de las revueltas incitadas por los soviets, dio lugar a la redefinición de las clases sociales, lo que concibió una nueva relación con los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la literatura.

El libro conjuga dos rasgos fundamentales y necesarios para la literatura de su época y de nuestros días: la imaginación y la utopía, porque además de fungir de testimonio político de su autor, también es considerada por los críticos como una de las primeras novelas sobre exploración espacial.

Bogdánov plasmó su visión de un futuro basado en la concepción de la igualdad social.

La trama se desarrolla en un futuro distante donde la humanidad pegó el salto tecnológico y emprendió la colonización de Marte. La historia sigue el viaje del ingeniero Leonid, quien llega al ‘planeta rojo’ y se sumerge en la sociedad marciana, que difiere significativamente de la que continúa en la Tierra.

La civilización humana en Marte alcanzó un estadio sin división de clases, donde todos sus miembros contribuyen según su capacidad, y reciben según necesiten; un sistema de características propias como ser, la economía planificada, el unipartidismo y la férrea dirección de las relaciones interplanetarias, lo que en la actualidad podemos interpretar como socialismo en la más exorbitante fase.

De forma intrínseca, Bogdánov reflexiona sobre la naturaleza de los humanos y el progreso social, y expone la forma -idealista- en que el socialismo puede transformar las relaciones y crear un mundo sin abusos de las clases dominantes, a priori más justo y equitativo, sin la odiosa brecha económica.

A través de Leonid, el lector atestigua una civilización humana harta de innovaciones con repercusión en el transporte, la generación y suministro de energía (ya trata, por ejemplo, la idea de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables) y las comunicaciones, y con una medicina tan avanzada que las enfermedades graves son de extrema rareza y la longevidad moneda corriente, con novedosos procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico.

Estrella Roja gozó de popularidad luego de plasmarse la Revolución Rusa y con la llegada de las generaciones soviéticas que vivieron los insistentes intentos de la URSS por desarrollarse como potencia mundial (la afamada carrera armamentista y espacial).

A Bogdánov se le reconoce explotar ideas hasta exageradas para su contexto, de ahí su importancia para la literatura universal. Estrella Roja permeó en menor o mayor medida en grandes novelas posteriores como Marte Rojo (1992) de Kim Stanley Robinson, Los Desposeídos (1974) de Ursula K. Le Guin, el Hombre de Marte (1946) de Stanislaw Lem y hasta hay quien asegura que el mismísimo Isaac Asimov se vio influenciado para la serie de la Fundación (1961-1993).

TRÁGICO FINAL

Después de la revolución, Bogdánov se centró en el trabajo en biología y medicina. En 1926 encabezó el primer instituto en el mundo de transfusión de sangre, lo que terminó en su trágico y evitable final.

Bogdánov falleció el 7 de abril de 1928 a raíz de una infección que contrajo tras un fallido experimento médico con transfusiones de sangre (dicen que recibió volúmenes de diferentes jóvenes en un intento de dar pie a su teoría del ‘colectivismo fisiológico’), lo que generó interés y debate a lo largo del tiempo (terminó como ejemplo en las grandes universidades).

Aunque su obra literaria y científica sigue siendo relevante, aquel experimento final y su resultado fatal marcaron su legado.

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Bolardos en San Lorenzo: protección para ciclistas, dolor de cabeza para automovilistas

San Lorenzo fue escenario de llamativos percances automovilísticos semanas atrás, específicamente en la avenida Victorio Curiel, donde los protagonistas no fueron precisamente los conductores, sino unos bloques de cemento conocidos como “bolardos”, colocados para dividir la bicisenda, pero ¿para qué realmente sirven?

Imprudencia, falta de atención y alta velocidad, los factores que, sobre esta avenida situada en Capilla del Monte causaron los reiterados accidentes donde los bolardos provocaron graves daños materiales.

Los bolardos se encuadran dentro del mobiliario urbano, y son los elementos que sirven para realizar delimitaciones de espacios, ya sean fijos o temporales. Muy útiles para limitar el acceso de vehículos y que los conductores sepan cuando se están aproximando a algo con lo cual, si colisionan, podrían generar accidentes.

Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.

La Arq. Evelyn Madelaire de la Municipalidad de San Lorenzo explicó que estos delineadores tubulares, bolardos, fueron instalados en esa avenida para lograr una mayor seguridad vial, a fin de que los conductores puedan captar los obstáculos que tienen para circular, en este caso, una bicisenda.

“Los bolardos por definición son elementos que cumplen dos objetivos, en primer lugar, segregar, es decir, dividir lo que es el tránsito vehicular de la bicisenda. Y en segunda instancia, proteger, dar seguridad a los usuarios en mayor situación de vulnerabilidad, en este caso, el ciclista”, expresó durante una entrevista en el canal GEN/Nación Media.

Bolardos de cemento. Foto: Nación MediaBolardos de cemento. Foto: Nación Media

Vittorio Curiel es una avenida urbana que pasa por una zona residencial y una mixta, no es una autopista. La arquitecta indicó que, en ese trayecto, los vehículos circulaban a 80 km/h e incluso más, cuando deberían ir a 40km/h. Ante esto, se colocaron los bolardos.

Sin embargo, la alta velocidad todavía juega una mala pasada a los conductores que circulan por esa zona.

Apenas días después de que se colocaran estas barreras de cemento, dos automóviles atropellaron y destruyeron, no solo sus vehículos, sino también los bolardos hechos de hormigón. Uno circulaba a alta velocidad, el otro intentó adelantarse.

Cabe recordar que, la avenida Vittorio Curiel no es precisamente un trayecto en el que se pueda circular en doble fila, por lo que, insisten en respetar los límites de velocidad permitidos.

Sobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación MediaSobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación Media

¿Cumple o no cumple su función?, estamos viendo que sí cumple su función. Lamentablemente, para ciertos automovilistas, con perjuicio material. Cumple la función de proteger, nosotros no inventamos, no son precisamente necesarios para hacer funcionar una bicisenda, pero se usa”, finalizó Madelaire.

La Municipalidad de San Lorenzo está trabajando en un plan de educación y seguridad vial para que la ciudadanía pueda entender la funcionalidad de los bolardos. Así se buscará evitar que más conductores tengan que lamentar el perjuicio inmenso a sus rodados.