Científicos recolectan el soplo de las ballenas para medir el estrés provocado por el turismo

A una decena de millas de la costa norte de Islandia, un grupo de científicos está recolectando el soplo de las ballenas para evaluar su nivel de estrés cuando pasan los barcos turísticos de observación, un sector que está creciendo rápidamente en torno a la isla subártica.

Desde su pequeño velero, un dron despega: tras seis horas de espera, los investigadores de Whale Wise, una organización de conservación marina, avistan por fin una ballena jorobada.

Fijadas al armazón del avión, dos placas de Petri, un recipiente cilíndrico transparente, recogerán las gotas de agua expulsadas por el cetáceo.

En esencia, la toma de la muestra es breve, el tiempo de una respiración, ya que los drones, aunque perturban menos a las ballenas que los barcos, también pueden alterar su comportamiento.

El dron vuela sobre el animal con cuidado, atraviesa el chorro de agua que expulsa al respirar y logra su maniobra. De regreso al barco, entrega la valiosa muestra a los científicos.

Envueltas en parafina y congeladas, las muestras se enviarán a un laboratorio para su análisis.

El objetivo de esta operación inédita es evaluar el nivel de estrés de las ballenas a través de sus hormonas, en un momento en el que cada vez más turistas acuden a admirarlas.

Para ello toman una muestra antes y después del paso del buque turístico, para luego compararlas y determinar el estrés de los cetáceos.

En Islandia, más de 360.000 personas intentaron en 2019 vislumbrar las ballenas que cruzan las aguas plateadas del Atlántico Norte, el triple que hace diez años.

Un tercio de los visitantes zarpan del puerto de Husavik y se dirigen a las frías aguas de la bahía de Skjalfandi.

– Perturbación corta –

Estudios anteriores, basados en observaciones de comportamiento, concluyeron que esta actividad turística provocaba una perturbación menor en las ballenas.

El más reciente, en 2011, puso de manifiesto el impacto de estas excursiones en las ballenas minke – conocidas comúnmente como rorcuales – en la bahía de Faxafloi, a poca distancia al sur de la capital, Reikiavik.

“Constatamos que se turbaba a los rorcuales cuando comían, pero duraba poco”, señaló una de las autoras del estudio, Marianne Rasmussen, que dirige el Centro de Investigación de la Universidad de Islandia en Husavik. “No había un impacto sobre (su) estado físico general”.

El método que utilizó Whale Wise este verano ha sido empleado en otros lugares por los biólogos, pero es la primera vez que los científicos lo utilizan en Islandia.

“Examinar hormonas como el cortisol, vinculada al estrés, nos permite determinar los niveles de estrés fisiológico de las ballenas”, explica el cofundador de la organización, Tom Grove, un estudiante de doctorado de 26 años de la Universidad de Edimburgo.

Desde 2018, se han recogido 59 muestras. Aunque sólo se necesitarían 50 para que el análisis fuera pertinente, Grove espera recolectar alrededor de 100 en total.

Whale Wise trabajó este verano con una asociación medioambiental francesa, Unu Mondo Expedition, que estuvo en Islandia durante un mes para una expedición sobre el cambio climático.

“Las ballenas son importantes para nosotros, para vivir, porque forman parte del ecosistema de nuestro planeta”, señala Sophie Simonin, de 29 años, cofundadora de la asociación.

“También absorben mucho CO2”, añade la activista medioambiental.

Según un estudio de diciembre de 2019 del Fondo Monetario Internacional (FMI), las ballenas grandes absorben una media de 33 toneladas de dióxido de carbono.

Aunque son una atracción turística, en Islandia también se caza las ballenas.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la caza comercial de ballenas en 1986, pero Islandia, que se opuso a la moratoria, la retomó en 2003.

Sólo la caza de ballenas azules, prohibida por la comisión, está también prohibida en Islandia.

Sin embargo, a pesar de las cuotas establecidas hasta 2023 no se arponeó ningún mamífero en 2021, por tercer año consecutivo.

Lo que hay que saber sobre el nuevo virus que causa inquietud en China

Las informaciones de que los casos de un virus parecido a la gripe llamado HMPV aumentan en China han generado preocupación, pero los expertos descartan una situación comparable a los inicios del covid-19 hace cinco años.

- Similar a la gripe -

Las siglas HMPV responden a “metapneumovirus humano” y causa generalmente una infección leve en el tracto respiratorio superior.

Se propaga por el contacto personal o cuando alguien toca una superficie contaminada.

Sus síntomas habituales son tos, fiebre y obstrucción nasal, similares a los de muchos tipos de resfriado y gripe.

Colectivos vulnerables como niños de poca edad, ancianos y personas con inmunodeficiencias pueden padecer síntomas más graves.

Los consejos de salud pública para el HMPV son similares a los de la fiebre, afirma John Tregoning, profesor de inmunología de vacunas en el Imperial College de Londres.

“Protegerse estando en lugares bien ventilados, cubrirse la boca cuando se tose y limpiar las manos, todo ayuda”, explica. La gente infectada debería “reposar, tomar fluidos e intentar no contagiarlo a otros”, agrega.

- No es como el covid -

El coronavirus que causa el covid-19 era desconocido cuando se empezó a propagar entre humanos a finales de 2019.

Esto implica que la población nunca había estado expuesto a él y, por lo tanto, no había desarrollado inmunidad, aumentando el riesgo de enfermedad severa.

En cambio, el HMPV ha estado circulando durante décadas y la población mundial ya dispone de cierta protección contra él.

“Es parte del cóctel de los virus de invierno a los que estamos expuestos”, asegura Tregoning.

Paul Hunter, profesor de medicina en la Universidad de East Anglia británica, indica que “casi cada niño tendrá al menos una infección de HMPV cuando haya cumplido cinco años”.

Muchas personas atrapan el virus varias veces a lo largo de su vida, insiste.

- ¿Qué ha dicho China? -

La autoridad de control de enfermedades organizó una rueda de prensa justo antes del nuevo año para explicar “sus progresos y logros”.

Entre otras medidas, el Centro Nacional de Control y Prevención de Enfermedades anunció que estaba “poniendo a prueba la monitorización activa de una pneumonia de origen desconocido”.

En esa comparecencia, el alto funcionario de este órgano Kan Biao también ofreció un resumen del estado de las distintas enfermedades infecciosas en el país.

Según él, los virus de la gripe muestran una tendencia al alza, al igual que los virus sincitales respiratorios en niños de 0 a 4 años y los HMPV en edades de 14 años y menos, mientras que los rinovirus van a la baja.

Pero reiteró que “la magnitud y la intensidad de la propagación de enfermedades infecciosas respiratorias era menor a la del año pasado”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó el viernes que era “seguro viajar a China”.

- “Rango normal” -

Por las redes sociales chinas han circulado imágenes de pacientes con mascarillas abarrotando las salas de emergencia de hospitales. Sin embargo, no son escenas inusuales en invierno en este país.

La preocupación se expandió globalmente y mucha gente recordó la supuesta falta de transparencia durante los inicios de la pandemia del covid-19.

A finales de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclamó a China compartir más datos sobre los orígenes del virus, asegurando que era “un imperativo moral y científico”.

Pero el martes, la OMS quiso aplacar los temores sobre el HMPV.

“Los niveles de infecciones respiratorias reportados por China están en un rango normal, es lo que esperaríamos ver para la temporada de invierno”, dijo su portavoz Margaret Harris.

Fuente: AFP

¿Qué es la “luna negra”? El fenómeno tendrá lugar la próxima semana

La noche del lunes 30 de diciembre, ocurrirá un fenómeno lunar conocido como “luna negra”, cuando la Luna se encuentre en su fase nueva y no sea visible desde la Tierra. Este evento será una excelente oportunidad para la observación de otros cuerpos celestes, debido a la ausencia de luz lunar.

La noche del lunes 30 de diciembre al martes se producirá un fenómeno lunar único conocido como la “luna negra”, según informó el portal EarthSky.

¿Qué es una luna negra?

El término “luna negra” hace referencia a una fase especial de la luna nueva, cuando el lado iluminado de la Luna está orientado hacia el Sol y su lado oscuro queda de cara a la Tierra, lo que la hace invisible desde nuestro planeta.

Según EarthSky, existen dos definiciones comunes para este fenómeno. La primera se refiere a la segunda luna nueva ocurrida en un mismo mes del calendario, que es la versión más común y ocurre cada 29 días, según el portal Time and Date.

La segunda definición describe una luna nueva adicional en una estación del año, lo que resulta en una luna negra estacional.

Este tipo de luna negra es más raro y se da una vez cada 33 meses, cuando una estación tiene cuatro lunas nuevas en lugar de tres. La próxima luna negra estacional ocurrirá el 23 de agosto de 2025.

¿Cuándo ocurrirá el fenómeno?

El Observatorio Naval de EE.UU. informó que la segunda luna nueva de diciembre comenzará a las 22:27 GMT del lunes. Durante esta fase, la Luna no será visible desde la Tierra.

No obstante, esta fase oscura es una excelente oportunidad para los astrónomos aficionados, ya que la falta de luz lunar facilitará la observación de objetos más tenues en el cielo, como planetas y estrellas. A los pocos días, se podrá ver una delgada luna creciente en el cielo occidental, al caer la noche.

La luna es más vieja de lo que se creía, según estudio

Según un estudio de astrónomos que utiliza la mecánica celeste para confirmar que el satélite de la Tierra nació muy poco después de la formación del sistema solar, la luna es más vieja de lo que se creía,


Casi nadie disputa ya las circunstancias de su nacimiento: la colisión de la Tierra, entonces apenas formada, con otro protoplaneta, impacto que arrojó al espacio restos que se aglomeraron para formar la Luna.

Sin embargo, su edad sigue siendo objeto de debate.

Normalmente se calcula a partir de las rocas que se cristalizaron cuando, al enfriarse el océano de magma original, se formó la corteza lunar. Estas rocas han sido datadas en 4.350 millones de años.

La Luna “parecería haberse formado muy tarde, 200 millones de años después del inicio del sistema solar”, hace 4.560 millones de años, observa Alessandro Morbidelli, profesor del Colegio de Francia y coautor del estudio publicado en Nature.

“Demasiado tarde”, objeta este especialista en la formación y evolución de sistemas planetarios.

Este retraso es problemático por dos razones: primero, no encaja bien con los modelos de formación planetaria; y segundo, contradice la presencia de cristales de circón –los más resistentes– datados en más de 4.500 millones de años.

Una discusión sobre este tema el año pasado entre los otros dos autores del estudio, Thorsten Kleine del Instituto Max Planck y Francis Nimmo de la Universidad de California en Santa Cruz, produjo una “idea muy simple”... al menos en teoría.

“La Luna experimentó una segunda fusión provocada por la Tierra”, explica Morbidelli.

En este escenario, la Luna se formó aproximadamente 55 millones de años después del inicio del sistema solar, y no 200. Poco después, adquirió su primera corteza en el transcurso de unos pocos millones de años.

- “Un poco alocada” -

Posteriormente, fruto de la mecánica celeste, la Luna comenzó a distanciarse gradualmente de su “madre”, la Tierra. En este proceso, pasó de una órbita alineada con el ecuador terrestre a otra alineada con la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Durante esta transición, atravesó una fase “algo caótica y dinámica, un poco alocada”, describe Morbidelli. Este cambio orbital generó fuerzas de marea “enormes” que afectaron el interior de la Luna.

Provocadas por la gravedad terrestre, estas fuerzas de marea hicieron que el manto lunar, ubicado debajo de la corteza, se derritiera parcialmente. Esto ocurrió aproximadamente 200 millones de años después de la formación del sistema solar, haciendo que la corteza lunar “perdiera algo de su rigidez”.

La Luna experimentó entonces erupciones volcánicas que remodelaron parcialmente su superficie, mientras que algunas áreas se hundieron debido al derretimiento.

Este fenómeno de fuerzas de marea no es inusual. Por ejemplo, sigue ocurriendo en Ío, una de las lunas de Júpiter, que sufre erupciones volcánicas constantes.

En el caso de la Luna, las fuerzas de marea fueron lo suficientemente intensas como para causar una “refusión parcial” de la corteza, lo que “reinició los relojes radiactivos” de las rocas.

Esto explica, por ejemplo, por qué en esta corteza “refundida” las rocas basálticas de diferentes profundidades parecen tener la misma edad cuando se datan utilizando métodos basados en la desintegración atómica de ciertos elementos.

“Cuando refundes y recristalizas las rocas, solo puedes medir la edad de la última cristalización”, aclara Morbidelli.

- Impacto en la historia lunar -

Según los autores del estudio, este fenómeno también podría explicar ciertas características físicas de la Luna. Por ejemplo, un déficit de cuencas de impacto de meteoritos en comparación con lo previsto según los modelos. Estas cuencas habrían sido rellenadas por ascensos de magma durante la segunda fusión.

En definitiva, la propuesta de los investigadores parece una solución ingeniosa, similar al famoso “huevo de Colón”. Sin embargo, Morbidelli enfatiza que llegar a esta conclusión requirió un poco de “modelización dinámica y térmica”.

Fuente: AFP