Tras las huellas de James Manlove: El corsario que soñó con cambiar la suerte del Paraguay en la Guerra Grande
Corría mayo de 1866 cuando un grupo de veteranos del desaparecido Ejército de los Estados Confederados de América se presentó en la legación paraguaya en París. El ministro Cándido Bareiro supo de un temerario plan orquestado por el misterioso Mayor James Manlove. Era una locura, pero con la capacidad de influir en el curso de la Guerra, y cambiar la suerte del Paraguay, contra la Triple Alianza.
Por Gonzalo Cáceres – Periodista (@gonzatepes)
Manlove es de esos personajes que genera pasiones en quien lo descubra, a tal nivel de protagonizar “Diagonal de Sangre” de Juan Bautista Rivarola Matto, quizá la más brillante de las novelas históricas paraguayas.
Un espeso manto de teorías envuelve la figura de este oficial sudista que -a juzgar por las fuentes que sobrevivieron- intentó a como dé lugar recuperar la honra que le fue arrebatada en los campos de batalla.
Quizá por dinero, o posiblemente solo por la sed de aventuras, hasta puede que planeó hacerse rico a costa de pillaje; pero, sin duda, el intrépido Mayor Manlove abrazó la causa paraguaya tanto como para burlar a los tiradores del frente, hacerse atrapar por una patrulla paraguaya y aceptar una muerte segura, en el afán de comparecer ante el mismísimo Mariscal Francisco Solano López.
Esta es su historia…
EL CONFEDERADO
Los testimonios sobre la vida y andanzas de James Manlove, así como su estadía en Sudamérica, son turbios y tan escasos que no pasaría de leyenda urbana de no ser por las memorias de Charles A. Washburn (representante de los Estados Unidos en Paraguay, 1861-1868) con quien coincidió en 1865 en Río de Janeiro y se lo volvió a cruzar en Buenos Aires y Asunción.
Dice la historia, o la leyenda, que Manlove habría nacido en Maryland a principios de 1830, aunque otras versiones indican que en mayo de 1833 en el Condado de Schuyler, Illinois. Según Washburn, Manlove se formó en las más prestigiosas academias militares y -estima- provenía de una adinerada familia sureña, muy probablemente dueña de plantaciones y esclavos.
Manlove hablaba con orgullo de su servicio en el Ejército de la Confederación en la Guerra de Secesión (1861-1865), una larga y sangrienta contienda que comenzó cuando los Estados del Sur declararon su independencia y marcharon contra el Norte en pro de sostener el sistema esclavista (el fuerte de la economía del Sur estaba en los campos y la mano de obra esclava).
OSCURO PASADO
El presunto mentor de Manlove, el general Nathan Bedford Forrest, hizo historia como un destacado estratega y por ser miembro fundador del tristemente célebre Ku Klux Klan, una organización supremacista blanca que aterrorizó a la población afroamericana del Sur de los Estados Unidos en las décadas siguientes al conflicto.
Como funcionario del Gobierno de la Unión, Washburn analiza detenidamente este aspecto de la historia personal de Manlove ya que -si en verdad sirvió a Bedford Forrest, es altamente probable que se vea involucrado en la masacre de Fort Pillow, un controversial episodio donde las fuerzas al mando de Forrest pasaron por las armas (inclusive se menciona que fueron quemados vivos) a los soldados afroamericanos de la Unión que se habían rendido. Este incidente fue lo suficientemente cuestionable como para manchar la carrera militar de Forrest, que terminó la guerra con rango de teniente general.
El ministro estadounidense describió a Manlove como “un fortachón de un metro noventa, lleno de cicatrices de batalla, con todas las características de un veterano”. La documentación existente en el Washburn-Norlands Library habla de un soldado profesional “supremamente confiado en sí mismo y leal a la causa sureña, incluso en la derrota”.
Washburn menciona en sus notas que Manlove negaba lo de Fort Pillow. Su papel en el caso y su relación con Forrest quedó en la nebulosa, aunque Washburn avaló su participación en la Guerra Civil.
INTENCIONES
Manlove se presentó en un principio ante Washburn como turista. Anduvo de paso por Uruguay y Brasil (donde tuvo su primer encuentro con Washburn) y se mostraba ansioso por continuar “descubriendo la región”. En Montevideo corrió el rumor de que Manlove le habría ofrecido al ministro chileno un “plan” para aumentar el potencial bélico de la flota de su país, sin más repercusión.
EL PROYECTO CORSARIO
Al parecer, las ideas de Manlove y sus socios no quedaron en Sudamérica. A medida que crecía el drama entre Paraguay y las fuerzas combinadas de Argentina, Brasil y Uruguay, los sudistas buscaron contactar con el Gobierno de López.
El secretario de la legación paraguaya en París, Gregorio Benites (1834-1910), registró que el 7 de mayo de 1866 el encargado de negocios Cándido Bareiro (1833-1880) recibió la visita de una comitiva de militares estadounidenses, todos del derrotado bando de la Confederación, quienes le comentaron acerca de un “plan” (sí, ese mismo) para ofrecer al Mariscal López, que por entonces hacía correr ríos de tinta a propios y extraños en los principales periódicos de Europa en defensa de la causa nacional.
A ciencia cierta, por aquellos años un importante número de veteranos sudistas se habían refugiado en Europa, con material bélico sobrante de la contienda estadounidense a su disposición.
Sobre el encuentro, Benítes reportó: “Se comprometían por un contrato que firmasen con el representante oficial del Paraguay, a organizar por cuenta de ellos una flotilla de seis vapores de los más ligeros y fuertemente armados, que les habían servido en la larga Guerra de Secesión (…)”.
Benítes explica que los hombres afirmaron que esta flota “sería dotada de la tripulación y armamentos necesarios para hacer, con seguro éxito, la guerra marítima (…)” y sin tantear “un centavo, un solo hombre, ni nada”.
Los sudistas solicitaron, para el efecto, que el Gobierno paraguayo expida la patente de corso y les facilite la bandera y las documentaciones correspondientes “que acrediten oficialmente el carácter de la expedición naval proyectada”.
Básicamente, un corsario era un pirata al servicio de una nación (práctica muy utilizada por los británicos para combatir el expansionismo español en altamar), con la diferencia de que las acciones de los piratas carecían de legalidad y las del corsario estaban avaladas por el contratante. Por eso no es de extrañar que los sudistas no hayan pedido dinero, ya que sus incursiones podrían proporcionales grandes ganancias del asalto, saqueo y secuestro de poblaciones enteras.
Si bien Benítes no individualiza la identidad de los hombres, las memorias de Washburn hacen alusión a este encuentro en París y su intercambio de opiniones con Manlove en Río de Janeiro. “Dijo (Manlove) que tenía acuerdos con varios dueños de buques forzadores de bloqueos y tenía cartas de algunos de ellos (…) aunque por razones de prudencia no contenían nada del negocio en cuestión. Su plan era pasar al Paraguay para obtener patente de corso del presidente López (…) para retornar a Estados Unidos y utilizar varios forzadores de bloqueo ociosos para cazar transportes y buques mercantes brasileños”.
SIN RESPUESTA EN PARÍS
Los corsarios norteamericanos merodearon la legación paraguaya por unos “10 o 12 días”, sin encontrar una respuesta favorable de parte del ministro Bareiro, que no se animó (algunas versiones indican que Bareiro habría hecho la vista gorda a propósito, pero esa es otra historia) a expedir las patentes sin antes consultar al Mariscal López, si bien el Paraguay no firmó la Declaración de París (1856) y, a todas las de la ley, podía contratar corsarios.
LA CUESTIÓN
Se corrió la voz y el asunto de los corsarios ya no era un secreto de Benítes y Bareiro. El diario argentino ‘La Tribuna’ (del 10 de mayo de 1867) se hizo eco: “Nuestro poder de guerra fluvial, materialmente considerado, es nulo, y si por acaso cayera un corsario paraguayo en nuestras aguas, impunemente ofendería nuestros pueblos y costas”.
Washburn sabía que el plan de Manlove solo le traería problemas y podía comprometer al Gobierno estadounidense ante Francia, España y Gran Bretaña, si López aceptaba esta propuesta. Entonces, el ministro hizo lo que un político haría en tal situación: trató de disuadir a Manlove, que a esas alturas ya se encontraba en Buenos Aires.
LLEGADA AL PARAGUAY
Sin embargo, en agosto de 1866, y tras meses sin saber de Washburn, el buen Mayor Manlove, habiéndose congraciado previamente con Bartolomé Mitre y los oficiales argentinos en Tuyutí, marchó una mañana solo a cazar patos. Se escondió en los pastizales al norte del campamento de la Triple Alianza y se escabulló a través de la línea, siendo capturado por una patrulla del Ejército paraguayo.
El estadounidense fue encarcelado en Paso Pucú. Trató de explicarse y pidió hablar con el Mariscal. Los soldados examinaron sus pertenencias y, “como no había nada en ellos que mostrara estar apoyado por una parte responsable, López, como era habitual, llegó a la conclusión de que era un espía o asesino, y su primer impulso fue fusilarlo” (un periódico de Buenos Aires hizo correr la voz de que era un “experto tirador al servicio de los argentinos, con la misión de matar oficiales paraguayos”).
Pero, y para fortuna de Manlove, Solano López desistió y, en cambio, lo puso bajo custodia del temido coronel de Estado Mayor Luis Caminos, a quien Washburn consideraba un “inquisidor”.
Manlove insistió e insistió en la veracidad de su propuesta (sus reiteradas notas a López y al ministro de Guerra sobreviven hasta hoy día en el Archivo Nacional de Asunción). Bajo custodia del Ejército paraguayo, continuó negando los cargos de espionaje en su contra.
REENCUENTRO CON WASHBURN
La situación de Manlove mejoró en algo con su salida de los calabozos de Paso Pucú y traslado a Asunción, pero su proyecto de corsarios llevaba meses varado.
El sudista se reunió con Washburn en la capital paraguaya y, si bien era técnicamente un prisionero, el diplomático solicitó al Mariscal López un subsidio ya que Manlove era prácticamente un indigente.
Y la cosa se complicó. En 1868, Washburn asiló en su legación a personas acusadas de conspirar contra López y el gobierno paraguayo lo acusó de ser cabecilla. Tras su renuncia, Washburn solicitó que el Congreso de los Estados Unidos investigara su gestión en Paraguay y su relación con López quedó irremediablemente rota, llegando a congraciarse con los diplomáticos de la Triple Alianza.
Pasó el tiempo y Manlove no consiguió más atención del Estado Mayor. A esas alturas Solano López se enfocó en la guerra total contra las fuerzas invasoras.
¿QUÉ FUE DE ÉL?
Es en este punto en el que el rastro de Manlove se diluye… y se pierde.
Algunas versiones indican que el desilusionado hombre fue puesto en libertad por las fuerzas brasileñas que llegaron a ocupar y saquear Asunción. Se dice que posteriormente lo habrían enviado ante la Corte de Pedro II en Río, que se lo vio luego por Buenos Aires y Montevideo y que un tiempo después volvió a los Estados Unidos, donde no se conocen más datos de su vida, ni de su muerte (habría fallecido en Golden, Illinois, en 1888).
Otras versiones indican que Manlove pudo haber sido devuelto al campamento del Ejército paraguayo por orden del Mariscal López (sobre esto no hay nada escrito), sometido a los procesos militares que comenzaron en octubre de 1868 en San Fernando y ajusticiado por orden de los Tribunales de Sangre.
La verdad queda en deuda.
¿Y SI LO IMAGINAMOS?
Sin embargo, y si usted, querido lector, permite una ‘salvedad’, en “Diagonal de Sangre” el grandioso Juan Bautista Rivarola Matto fantasea con una idea romántica, quizá buscando un digno final para tan seductor personaje.
Rivarola Matto se imagina el final de Manlove en palabras del coronel Juan Crisóstomo Centurión, así lo cuenta: “Al momento en que (Bernardino) Caballero se lanzaba a la última carga de la batalla de Ytá Ybaté, apareció de súbito un gigante semidesnudo, montado en un moro con rabincha, riograndense, blandiendo un enorme sable. Se abalanzó al entrevero, hizo un estrago terrible, y cuando el enemigo hubo sido puesto en fuga, se alejó un trecho, encabritó su caballo, saludó triunfalmente a los asombrados jinetes paraguayos, y partió al galope perdiéndose en la distancia en dirección a los esteros del Ypecuá. Y eso es todo lo que se pudo averiguar de James Manlove”.
¿HUBIESE FUNCIONADO?
Aunque el Estado Mayor de Francisco Solano López siempre desconfió de Manlove, su excéntrico proyecto sí podría haber funcionado.
Los forzadores de bloqueos, de los que constantemente hablaba en sus cartas, habían destruido millones de dólares en tráfico comercial de los Estados del Norte durante la Guerra Civil.
Si el mariscal López hubiese otorgado a Manlove la patente de corso, el conflicto con la Triple Alianza podría haberse tornado más complejo (considerando, también, que hubiese llegado a tiempo a los Estados Unidos) y, tal vez, con un carácter internacional más favorable.
Las cartas evidencian que Manlove planeaba azotar las costas de Brasil, en su paso hasta Río de Janeiro y propinar allí una destrucción a cañonazo limpio, con desembarco y saqueo, así la Flota imperial se vería obligada a desbaratar el bloqueo impuesto en los ríos paraguayos en auxilio de su propia capital.
Indudablemente, una flota corsaria con bandera paraguaya al ataque sorpresivo de las costas brasileñas hubiese llamado la atención de la prensa mundial e instado la intervención de las potencias (movidos por el interés de los bancos).
Pero López, al parecer, nunca llegó a considerar seriamente esta opción. No se conoce de documentos que demuestren que al menos lo llegó a debatir con su Estado Mayor. Lo cierto es que no pasó, no fue así.
Del rumbo de la Guerra Grande se sabe el final y sus consecuencias.
FUENTES
Thomas L. Whigham. “La Guerra de la Triple Alianza (el Triunfo de la Violencia; el Fracaso de la Paz)” (2011).
Charles A. Washburn. “The History of Paraguay with Notes of Personal Observations and Reminiscences of Diplomacy under Difficulties” (1871).
George Frederick Masterman. “Seven Eventful Years in Paraguay” (1869).
Claudio Velázquez Llano. “La Guerra Total. El salto tecnológico y la evolución de la guerra en el Siglo XIX” (2020).
Manuel Peña Villamil, “Los corsarios sudistas en la guerra de la Triple Alianza” (1966).
Liliana Alcaraz, blanco de Abc por desenmascarar operativo “garrote”
La actual titular de la Seprelad, Liliana Alcaraz, soporta constantes ataques de sectores enfocados en la defensa del expresidente de la República Mario Abdo Benítez. Al asumir el cargo, Alcaraz ordenó sumarios que permitieron descubrir la trama del montaje y la filtración de informes.
Por Cinthia Mora, periodista.
La campaña de persecución que desató el diario Abc Color en contra de la actual titular de Seprelad, Liliana Alcaraz, con el objetivo de involucrarla, sin motivos, en la causa penal donde se investiga a Abdo Benítez y sus excolaboradores, forma parte de la estrategia de defensa mediática del exmandatario imputado.
En agosto de 2023, al asumir el cargo de ministra de Seprelad, la exfiscal Liliana Alcaraz constató que no se habían aplicado las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat) respecto a las filtraciones ni tampoco sumarios a los funcionarios responsables por los graves hechos. Las filtraciones de informes de inteligencia fueron motivo de alerta por parte de los evaluadores del Gafilat que en setiembre de 2022 recomendaron la aplicación de protocolos para evitar tales situaciones y corregir los malos manejos.
Alcaraz ordenó la aplicación de sumarios a los funcionarios asignados a la Dirección General de Análisis Financiero y Estratégico y la aplicación de los protocolos recomendados por el Gafilat. Los resultados de estos sumarios fueron enviados al Ministerio Público por solicitud de los agentes fiscales Aldo Cantero y Giovanni Grissetti, en diciembre de 2023.
Los informes remitidos desde la Seprelad al Ministerio Público aportaron información relevante que permitieron colectar datos, correos electrónicos y testimonios que hoy forman parte de los 42 elementos que sustentan la imputación contra Abdo Benítez y su gavilla.
EL DOCUMENTO SECRETO Y LOS CORREOS
Entre los 42 elementos de prueba que sustentan la imputación contra Abdo Benítez resaltan dos informes remitidos por la nueva administración de Seprelad. El primer informe es del 21 de noviembre de 2023, en el cual la Seprelad responde a un pedido de los fiscales Cantero y Grissetti sobre los procedimientos ejecutados dentro de la Unidad de Inteligencia Financiera.
La respuesta de la Seprelad aportó un detalle que se convertiría luego en la “brújula” de la investigación fiscal, el documento secreto elaborado por Daniel Farías y René Fernández. Este documento en formato word fue detectado en los archivos de la DGAFE (Dirección General de Análisis Financiero y Estratégico), dirección que estuvo a cargo de Carmen Pereira y de Guillermo Preda Galeano, ambos imputados en la causa.
El documento secreto fue utilizado como base para la elaboración del informe de inteligencia (10/2022) que luego fue presentado al Ministerio Público y enviado a EE. UU. en carácter de “información espontánea”. El archivo fue redactado en una oficina paralela dentro de la Seprelad y a cargo de un funcionario que no pertenecía a la institución. En el borrador se introdujo información falsa y tergiversada, según lo expuesto por el Ministerio Público.
Este revelador documento fue uno de los elementos de prueba que permitió a los agentes fiscales construir la tesis de la persecución política ya que fue elaborado por fuera de lo que establece la ley y bajo la orden específica de perseguir exclusivamente a Cartes y a sus empresas.
El otro informe remitido por la ministra Liliana Alcaraz y que permitió avanzar aún más en la investigación contra Abdo Benitez y su camarilla fueron los correos electrónicos entre la exviceministra Carmen Pereira y los funcionarios de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Seprelad, Guillermo Preda Galeano y Francisco Pereira, todos imputados en la causa.
En estos correos se detalla la manera en que fue incorporado el documento secreto, redactado por Farías y Fernández, al circuito institucional de la Seprelad para que sea utilizado como base para la elaboración de un informe de inteligencia contra Horacio Cartes. En estos correos también se ordenaba incorporar al documento oficial información tendenciosa y juicios de valor para perjudicar a los enemigos políticos.
DESMIENTE INFORMACIÓN FALSA DE ABC
Publicaciones de tinte malicioso y falso del diario Abc Color tienen como objetivo instalar que Liliana Alcaraz fue partícipe del esquema de filtración en su calidad de punto contacto del sistema que recibió el pedido de información de la fiscalía de Panamá.
La actual titular de Seprelad mencionó que recién tuvo acceso al sistema mencionado en marzo de 2022, dos meses después de haberse registrado la filtración a los medios Abc Color y Última Hora, y de la declaración del entonces ministro del Interior Arnaldo Giuzzio, quien fue el responsable de revelar públicamente el contenido del pedido de cooperación de la fiscalía panameña.
Alcaraz explicó que la RRAG es una plataforma electrónica que se encuentra en el extranjero (Costa Rica) a través de la cual los países que conforman el Gafilat pueden intercambiar información de manera segura y recién una persona se convierte en punto de contacto cuando tiene acceso a la plataforma. Cada país tiene un coordinador y es este quien gestiona estos accesos. En ese entonces era el ministro de Seprelad Carlos Arregui. Actualmente ese cargo lo ocupa Liliana Alcaraz. “La responsabilidad siempre es del coordinador nacional”, subrayó.
Documento secreto: los “cerebros” y cómo la Fiscalía descubrió la trama
El acta de imputación contra Mario Abdo Benítez y miembros de su gabinete revela cómo se fraguó, montó y filtró un informe de inteligencia utilizando de manera ilegal instituciones del Estado y a funcionarios no autorizados. El Ministerio Público construyó la tesis sobre el montaje y la filtración en base a un total de 42 elementos de sospecha, entre ellos un documento secreto que fue detectado en los archivos de la propia Seprelad.
Por Cinthia Mora, periodista.
Durante parte de su gobierno, el expresidente Mario Abdo Benítez (2021 a 2022) habría gestado, según el Ministerio Público, un esquema que aspiraba a generar investigaciones penales en contra de figuras contrarias a su movimiento dentro del Partido Colorado (Horacio Cartes y Santiago Peña) con el propósito de debilitar sus figuras en el ámbito político, económico y electoral.
Para llevar adelante ese objetivo, el expresidente Abdo Benítez compuso su gabinete de ministros con personas de experiencia en el ámbito investigativo (exagentes fiscales) entre ellos Carlos Arregui, Arnaldo Giuzzio y René Fernández.
La estrategia incluso había sido revelada por un excolaborador de Abdo, Eduardo Petta, quien reconoció en un programa de televisión que generar “pruebas” contra Cartes, a espaldas de la Justicia y en un contexto de odio político, era objetivo del Gobierno. Esta “confesión” de Petta revelaba la estrategia que luego sería utilizada en contra de los enemigos políticos de Abdo.
El acta de imputación de la Fiscalía revela de qué manera en el gobierno de Mario Abdo Benítez, autoridades y funcionarios no autorizados fueron armando una historia ficticia en contra de sus adversarios políticos y luego la publicaron en los medios oficialistas, con meros fines electorales.
EL ARCHIVO SECRETO
De acuerdo con la imputación, entre los meses de diciembre de 2021 a mayo de 2022, Carlos Arregui, entonces ministro de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), junto con los funcionarios Carmen María Pereira Bogado, Guillermo Preda Galeano y Francisco Pereira Cohene habrían redactado el informe de inteligencia n.° 10/2022 referenciado como “MARA041922MP” introduciendo información tergiversada y falsa, en colaboración con personas ajenas a la institución.
Este informe de inteligencia está fechado el 20 de mayo del 2022, dos meses antes de la “designación” hecha pública contra Horacio Cartes por parte de la Embajada de EE. UU. en Paraguay. La base documental de ese informe de inteligencia fue detectada en los archivos de la Seprelad, institución que remitió al Ministerio Público un reporte sobre los antecedentes de ese informe de inteligencia, quiénes fueron los funcionarios responsables de su elaboración y en qué condiciones fue redactado.
En su respuesta al pedido de la Fiscalía, la actual ministra de Seprelad, Liliana Alcaraz, reporta que se pudo detectar en los archivos de la Seprelad un documento en formato Word, que habría sido utilizado como borrador del informe de inteligencia del 20 de mayo. Esta respuesta de la Seprelad fue clave para que el Ministerio Público construya su tesis de montaje y filtración de los informes de inteligencia.
En el archivo informático de la Seprelad no solo quedó el borrador utilizado sino también quedaron registradas las “huellas” de quienes intervinieron en su elaboración. El reporte de Alcaraz a la Fiscalía incluye la copia de un correo electrónico de fecha 28 de marzo remitido por Carmen Pereira, entonces viceministra de Seprelad, a Francisco Pereira, director de Análisis B, donde se incluía el archivo formato Word utilizado como base del informe de inteligencia contra Horacio Cartes.
“CEREBROS” DE LA OPERACIÓN
En los archivos de la Dirección General de Análisis Financiero y Estratégico (DGAFE) de la Seprelad quedaron las huellas de la operación montada por funcionarios de la institución e incluso por personas ajenas a la institución y sin potestad legal para acceder a informes de inteligencia.
En el acta de imputación se incluyen los metadatos (huellas digitales) del archivo en formato Word remitido por Carmen Pereira a Francisco Pereira. Estos metadatos revelan que el autor del documento fue Daniel Farías Kronawetter y que la última modificación del documento fue hecha por René Fernández en fecha 26 de marzo del 2022 a las 21:58.
En ese sentido, según la Fiscalía, Daniel Farías Kronawetter (asesor de inteligencia financiera del ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, comisionado recién a partir de junio de 2022 a la Seprelad) y René Fernández, entonces ministro de la Secretaría Nacional Anticorrupción, ambos sin ser funcionarios de la Seprelad, habrían elaborado el borrador (documento Word) que sirvió para hacer el posterior informe confidencial filtrado a la prensa.
Tal es así que, Farías y Fernández habrían compuesto el archivo en formato Word “AAA_INFORME_ DE INTELIGENCIA_AAA_MJ” cuyo contenido sirvió de base para la elaboración del informe de inteligencia. Los datos confidenciales en dicho documento Word habrían sido utilizados por autoridades nacionales para que sean filtrados en redes sociales y discursos políticos.
Conforme al acta de imputación, el archivo habría servido de base para la filtración de datos, en primer lugar, cuando el entonces presidente de la República, Mario Abdo Benítez, afirmó durante un discurso político el 8 mayo del 2022 que Horacio Cartes a través de la firma Tabesa pagaba un sueldo de G. 16.000.000 a Óscar Boidanich, exministro de la Seprelad, a cambio de su silencio.
En segundo lugar, a través del diario Última Hora cuando publicó la noticia “Empresas de Cartes pagaron hasta 50 millones mensuales a Boidanich”. Y, en tercer lugar, a través del entonces secretario privado adjunto del presidente de la República, Mauricio Espínola, quien habría publicado en su red social Twitter (X) datos de los salarios percibidos por Santiago Peña como directivo del Banco Basa.
La Fiscalía sospecha que, el archivo secreto elaborado por Farías y Fernández habría tenido un doble propósito, por un lado, servir de base para la filtración de datos confidenciales de Santiago Peña y Óscar Boidanich a través de los medios de prensa, y por el otro, que estos mismos datos fueran utilizados para la emisión del posterior informe de inteligencia.
Senadora Amarilla tiene otra empresa con proveedor de la merienda escolar
Los ataques a proveedores de alimento escolar por parte de la parlamentaria liberal Celeste Amarilla para desacreditar el proyecto que busca centralizar de alguna manera los fondos para este rubro reflotaron sus vínculos con el negocio al punto de salpicarla en un esquema con prestanombres, acusaciones hasta de tráfico de influencias. De hecho, la senadora no puede desmarcarse mucho ya que tiene otra empresa con representante legal de una de las contratistas más grandes de la merienda escolar del Estado.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
Para varios de sus detractores, colegas parlamentarios, era predecible la sacudida que iba a dar la senadora Celeste Amarilla con el proyecto del Ejecutivo que, de alguna manera, busca centralizar más la ejecución y el control de gastos en la compra de la merienda y el almuerzo escolar con la creación del Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae). Efectivamente, la reacción de la legisladora liberal no se hizo esperar y en la premura disparó contra algunos proveedores que según ella son los privilegiados con el plan oficialista.
Con los dardos que lanzó Amarilla, proveedores del rubro reflotaron los vínculos de esta con el negocio de las licitaciones de la merienda escolar. El empresario Miguel Cardona, uno de los principales blancos del ataque de la senadora liberal, no se hizo esperar para generar el efecto búmeran de los intereses particulares que presuntamente hacen reaccionar a la parlamentaria.
En entrevista, Cardona dijo que Amarilla sigue siendo su competidora en el rubro, pero que la misma hace figurar a otras personas para pasar desapercibida y que todo el país sabe de las empresas Pinoty SA y Arcángel SA de la senadora que proveen merienda y almuerzo escolares.
En redes sociales, incluso, el crítico internauta Hugo Portillo mostró documentos con firmas de la parlamentaria para incremento presupuestario a gobernación que arrastra deudas por provisión de alimento escolar. Esto además de que en Tortugas Py SA, empresa que declara Celeste Amarilla ante la Contraloría General de la República, figura como accionista Patricio Benjamín Buteler, representante legal de una de las prósperas proveedoras de merienda escolar.
No hay que olvidar que si bien la senadora se borró de los papeles al asumir el cargo, arrastra miles de millones en cuentas a cobrar a las proveedoras Pinoty SA y Arcángel SA que hoy día se llama LF Latinfood SA.
En sus declaraciones juradas Amarilla consignó en 2018 deudas a cobrar a Arcángel SA (LF Latinfood SA) por G. 3.000 millones y en 2019 G. 3.425 millones, cifras que en su última manifestación de bienes se redujeron a G. 125 millones; es decir, cobró el 9 6% de lo que le debían. Mientras que las cuentas a cobrar a la proveedora Pinoty SA de G. 4.500 millones en 2018 bajaron a G. 1.611 millones durante el gobierno de Mario Abdo Benítez.
Mientras la parlamentaria ataca la iniciativa de centralización del uso de fondos de alimentación escolar alegando que la intención es “debilitar” al gobernador Ricardo Estigarribia y restar poder económico al departamento Central, lo que cae en realidad es el negocio de las proveedoras a las que se la vincula, considerando que el 53 % de las licitaciones adjudicadas en la última década, precisamente, fueron por parte de la Gobernación de Central.
María Isabel Gavilán, amiga de Celeste Amarilla y Patricio Buteler, socio de la senadora en otra empresa, representantes de proveedora de alimento escolar
Accionistas de la empresa Tortugas Py que declara la senadora Amarilla ante la Contraloría