Un equipo de rugby busca que jugadores gays se sientan “aceptados”

Se entrenan a fondo dos veces por semana. Desde el exterior los Convicts de Sídney se parecen a cualquier equipo de rugby, pero se trata del primer combinado abiertamente gay en Australia.


Fuente: AFP

El arquitecto de los Convicts, Andrew ‘Fuzz’ Purchas, fundó el club en 2004 después que él mismo hubiera jugado en un equipo gay en Estados Unidos.

“Es un ‘safe place’ (un lugar seguro) que me ha dado la oportunidad de practicar un deporte de equipo, algo que pensé que nunca haría”, declaró Will Cooper, pilar de los Convicts y aborigen, luciendo la camiseta con rayas azules y blancas de su equipo.

Cuando se mudó a Sídney como veinteañero, Cooper nunca había tenido un balón de rugby entre las manos. Un golpe del destino le llevó a un primer entrenamiento en 2019.

Gus Donald, el gran veterano del equipo a sus 47 años, se inscribió tras ver una publicidad en una tienda de temática gay.

Los Convicts le sirvieron para relanzar su pasión por el rugby, apagada tras el instituto.

“Había muchos chicos que estaban en mi situación, les gustaba jugar al rugby en la escuela, pero luego se sintieron amenazados y marginados cuando se unieron a un club local”, explica.

Australia ganó en dos ocasiones el Mundial de rugby, en 1991 y 1999, y además alcanzó la final en 2015, perdiendo ante Nueva Zelanda (34-17).

Los Wallabies, cuyo capitán es el gigante Will Skelton, empezarán el Mundial de Francia 2023 contra Georgia en París el 9 de septiembre, en un grupo C que completan Fiyi, Gales y Portugal.

A pocas semanas del Mundial masculino de rugby de 2023 en Francia, la Agence France-Presse (AFP) ha pedido a 20 jóvenes fotógrafos, representativos de cada uno de los países clasificados, que muestren un aspecto de la cultura del rugby local, en colaboración con Canon. De Namibia a Fiyi, pasando por Georgia o Chile, estos reportajes están destinados a ilustrar los valores del rugby.

 

Justicia rusa prohíbe “movimiento internacional LGTB” por “extremista”

La Corte Suprema de Rusia prohibió las actividades del "movimiento internacional LGTB" por "extremista", abriendo la vía a una represión mayor de esa comunidad y de los defensores de sus derechos.


Fuente: AFP

Esta decisión llega en pleno giro ultraconservador del país, que se posiciona ahora como abanderado de los valores “tradicionales” frente al presunto liberalismo de los países occidentales.

Esta política, que toma como blanco a las personas LGTB, se aceleró desde el inicio de la ofensiva del ejército ruso en Ucrania, en febrero de 2022.

Desde entonces también se acentuó la represión contra cualquier crítica al gobierno del presidente Vladimir Putin.

El juez de la máxima jurisdicción del país, Oleg Nefedov, determinó que “el movimiento internacional LGTB y sus filiales son extremistas” y dictaminó en consecuencia la “prohibición de sus actividades en el territorio de la Federación de Rusia”, según periodistas de la AFP.

Nefedov precisó que la decisión entraba “inmediatamente” en vigor.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, no tardó en denunciar este fallo.

“Nadie debería ser encarcelado por haber defendido los derechos humanos” ni ser “privado de sus derechos debido a su orientación sexual o su identidad de género”, señaló en un comunicado.

– El “monstruo” LGTB –

La audiencia, la primera sobre este caso, duró solamente unas horas y tuvo lugar sin abogados –ya que no existe ninguna organización con el nombre de “movimiento internacional LGTB” en Rusia– y a puerta cerrada, pues el caso estaba clasificado como “secreto”.

“Los LGTB, no son pobres gays o lesbianas contra quienes, como se nos dice, Rusia ha decidido luchar. Es un proyecto bien organizado y planificado para socavar a las sociedades tradicionales desde el interior”, aseguró en Telegram Piotr Tolstoi, vicepresidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso.

Un portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa, Vajtang Kishidze, citado por la agencia Ria Novosti, celebró esta prohibición como “una forma de autodefensa moral”.

“Rusia mostró una vez más que ni el Occidente colectivo, ni Estados Unidos, nos privarán de lo más importante: ¡una identidad religiosa y nacional!”, afirmó en Telegram Ajmed Dudaev, miembro del gobierno de la república rusa de Chechenia.

Personas LGTB fueron torturadas y asesinadas en secreto en Chechenia en los últimos años, según oenegés y medios independientes rusos.

El Ministerio de Justicia pidió a mediados de noviembre calificar “de organización extremista” y prohibir “el movimiento internacional LGTB”, sin especificar claramente a qué organización concreta se refería.

Cualquier actividad pública relacionada con lo que las autoridades rusas consideran como preferencias sexuales “no tradicionales” podría ahora ser sancionada por “extremismo”, un delito castigado con duras penas de prisión.

– “Completamente escondidos” –

Hasta ahora, las personas LGTB se enfrentaban a onerosas multas si eran acusadas de lo que las autoridades denominan “propaganda”, pero no a penas de cárcel.

En la última década, los derechos LGTB se vieron drásticamente limitados bajo el impulso del presidente Putin, que, junto con la Iglesia ortodoxa, asegura que quiere eliminar de la esfera pública los comportamientos considerados como desviados e importados de Occidente.

Ian Dvorkin, fundador en Rusia de la oenegé Centre T, que ayuda a las personas transgénero, huyó del país por temor a ser acusado “de extremismo” y encarcelado por haber creado esta asociación.

“Trabajar en Rusia se está volviendo muy incierto (…) Parece que aquellos [militantes LGTB] que sobrevivan, vivirán completamente escondidos”, dijo a la AFP.

Desde 2013, una ley prohíbe la “propaganda” de “relaciones sexuales no tradicionales” dirigida a menores, un texto denunciado por oenegés como un instrumento de represión homófoba.

Esta ley se amplió considerablemente a finales de 2022. Ahora prohíbe la “propaganda” LGTB para todos los públicos, en los medios, en internet, en los libros y las películas.

En julio, los diputados rusos también adoptaron una ley que toma como blanco a las personas transgénero, prohibiéndoles en especial las operaciones quirúrgicas y las terapias hormonales.

Nepal registra su primer matrimonio LGBTQ

Una pareja LGBTQ de Nepal obtuvo un certificado de matrimonio, dijeron las autoridades el jueves, un hito en el sur de Asia cuyos protagonistas describieron como una victoria "para todos".


Fuente: AFP

Maya Gurung, una mujer transgénero de 41 años, y Surendra Pandey, un hombre de 27 años, se casaron en una ceremonia hindú en 2017 y el miércoles obtuvieron su certificado de matrimonio en una localidad del distrito de Lamjung.

Yubraj Adhikari, presidente del municipio rural de Dordi, dijo que había sido entregado conforme a las instrucciones del Departamento de Identificación Nacional y del Registro Civil tras una decisión favorable de la Corte Suprema.

El tribunal publicó en junio una orden provisional que permitía a las parejas transgénero y del mismo sexo inscribir su matrimonio y pedía al gobierno crear un nuevo registro temporal para estas uniones a la espera de una legislación adecuada.

“Estamos muy contentos y orgullosos”, dijo Maya Gurung a la AFP. “Es una victoria no solo para nosotros, sino para todas las parejas como la nuestra”, agregó.

La pareja se había dirigido primero a las autoridades del distrito, que rechazaron su demanda. Pero las autoridades locales estuvieron “mucho más a la escucha”, dijo su abogado Rounik Raj Aryal.

Soldado israelí gay lleva bandera LGBTI a Gaza

En medio de una Gaza en ruinas, un soldado israelí despliega la bandera arcoíris.


Fuente: AFP

“La primera bandera del orgullo LGBT izada en Gaza”, publicó el 13 de octubre la cuenta oficial del Estado Israel, haciendo viral una fotografía (16 millones de visualizaciones) que la AFP no pudo autentificar.

Según la cuenta oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, el militar se llama Yoav Atzmoni, un homosexual que quiere “enviar un mensaje de esperanza a la población de Gaza que vive bajo el yugo de Hamás”.

Su gesto, según este mensaje, es un “llamado a la paz y a la libertad”.

La bandera que enarbola lleva la inscripción en inglés “en nombre del amor”.

Tanto esta foto como una en la que otro soldado, presentado también como Atzmoni, posa delante de un tanque con la bandera de Israel y los extremos con arcoíris, fueron publicados en la plataforma X por el guionista británico Lee Kern.

El ejército israelí “son las únicas fuerzas armadas que otorgan a los gays la libertad de ser quienes somos”, dice Atzmoni, citado por este guionista.

Israel, donde las minorías sexuales han obtenido derechos crecientes en las últimas décadas, cuenta con una importante comunidad gay, especialmente en Tel Aviv, apodada “la capital gay de Oriente Medio”.

Si bien solo los matrimonios religiosos (y por tanto heterosexuales) están reconocidos por la ley, los enlaces entre personas del mismo sexo en el extranjero se reconocen.

El contraste es inmenso con la sociedad palestina, donde la homosexualidad es una cuestión muy tabú.