Las lenguas no deben temerle al progreso. A lo largo de su historia, el español se ha adaptado a los cambios tecnológicos de cada época y estos, lejos de minar su integridad lingüística, han servido para fortalecerlo y para ensanchar sus fronteras.

Desde la invención de la imprenta hasta las redes sociales, el español y sus hablantes han sabido y saben convivir con los cambios y aprovechar las nuevas formas de difusión y comunicación en todas sus vertientes. Si las lenguas no deben temerle al progreso, ¿por qué habríamos de temerle las instituciones que velamos por ellas?

Comunicar no es solo combinar palabras de acuerdo con unas normas gramaticales. Muchos otros elementos hacen posible que cada día nos entendamos: la entonación, los gestos o el conocimiento compartido del mundo, por citar solo unos pocos factores, son tan importantes como las mismas palabras que empleamos o las normas que rigen su concordancia. En cuántas de nuestras conversaciones un movimiento, un guiño o el propio tono de nuestra voz dan a entender una ironía, una broma, un sentido oculto…

No todas las lenguas, además, se basan en combinaciones de palabras tal y como las conocemos en español. Los sinogramas del chino o los silabarios del japonés, los pictogramas e ideogramas han servido, y sirven, como forma de comunicación en culturas milenarias y prestigiosas que llegan hasta nuestros días.

CONCISIÓN Y UNIVERSALIDAD

Además, y más allá de su estricto valor como piezas léxicas, hay símbolos cuya concisión y universalidad son, en ocasiones, la forma más rápida y directa de comunicar un mensaje de importancia: señales como peligro, la forma de un stop, los círculos verde y rojo de un semáforo, los gráficos o algunos símbolos… se descodifican al instante en casi cualquier parte del mundo y son, de hecho, una forma increíblemente eficaz de transmitir sencillas pero importantes indicaciones.

Todos hemos recurrido en alguna ocasión al mantra popular de que una imagen vale más que mil palabras. Las palabras, con todo su potencial, se nos quedan cortas a veces o, simplemente, son más lentas que la imagen (probemos a intentar explicar con palabras lo que es una simple esponja…, quizá lo más rápido es enseñar una cuando la tenemos a mano).

La rapidez de la imagen no es un argumento desdeñable, la velocidad importa hoy más que nunca y en las conversaciones cotidianas la máxima de la economía lingüística se cumple a rajatabla.

Comunicar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, con el menor coste posible, hace que todos recurramos diariamente a esos pequeños elementos que, al alcance de nuestra mano y nuestros dedos, condensan gran parte de lo que queremos decir en el espacio que ocupa tan solo un carácter.

Los emoticonos o emojis hacen que se tarde menos en insertar una pequeña mano con un pulgar hacia arriba que en escribir «sí, de acuerdo» y que se comunique exactamente lo mismo.

UNA AYUDA EN NUESTRA COMUNICACIÓN DIARIA

Pero no se trata de que los emoticonos y los emojis vayan a venir a robarle palabras al español, ni de que en el futuro todos acabemos hablando solo con estas piezas, estas pequeñas unidades de significante, de forma, y de significado, de sentido. Se trata de que son una ayuda en nuestra comunicación diaria. Cuando escribimos a otra persona que no tenemos cerca, los emoticonos ayudan a suplir toda la pragmática que compartiríamos si estuviéramos en el mismo lugar. Ayudan a comunicar todo el contenido suprasegmental: la entonación, por ejemplo; los gestos, la carita sonrojada que insertamos en WhatsApp después de disculparnos…

En la Fundéu sabemos que nadie que compitiera contra el futuro ganó nunca ninguna batalla. Por eso, lejos de censurar el uso de los emoticonos o de restringirlo a contextos poco formales o cultos, este año hemos publicado una recomendación con consejos para aprender a emplearlos adecuadamente. Enseñar, más que censurar, guiar, más que prohibir, son tareas que están en el corazón de nuestra labor.

La tecnología seguirá trayendo más cambios y novedades, hagamos que el español tenga el músculo entrenado, que esté receptivo y dispuesto a descubrir todo su potencial y no sentado como un espectador desdeñoso de los cambios. Porque esta, y ninguna otra, es la forma de asegurar una vida larga y plena a nuestra lengua.

El estado de Nueva Jersey señala “abuso crónico” por parte de Gregor luego de que la autopsia del niño revelara “lesiones por objeto contundente con contusiones cardíacas y hepáticas con inflamación aguda”, según reportó el medio que cubre el caso en la corte CourtTV.

En la corte del estado de Nueva Jersey se compartió un video de Gregor subiendo a su hijo a una caminadora mientras este corre a una velocidad considerablemente alta para su edad. El material corresponde a una fecha anterior al deceso del niño.

Según puede visualizarse, Corey cae en una ocasión debido a la velocidad de la caminadora, pero su padre lo vuelve a subir después de, aparentemente, morderle la cabeza. Este video es del 20 de marzo de 2021.

Semanas después de ese excesivo entrenamiento, el niño despertó de una siesta tropezando, arrastrando palabras, con náuseas y dificultad para respirar; al día siguiente, el 2 de abril de 2021, murió en medio de convulsiones.

Los médico determinaron “lesiones por impacto contundente en el pecho y el abdomen con laceración del corazón, contusión pulmonar izquierda, laceración y contusión del hígado” relacionadas al esfuerzo que le hizo pasar su padre.

Cabe destacar que Gregor no estuvo presente en la vida de Corey hasta los cuatro años. Desde esa edad, el padre y su madre compartían su custodia.

Gregor fue arrestado en julio de 2021 por cargos de negligencia infantil derivados de que los investigadores revisaran las imágenes de vigilancia del gimnasio. Tras salir en libertad, nuevamente fue arrestado el 9 de marzo de 2022 por la muerte de su hijo.

Desde entonces rechazó un acuerdo de culpabilidad de 30 años y se encuentra recluido en la cárcel de Ocean City sin derecho a fianza.

IMÁGENES SENSIBLES:

Se anunció hace dos semanas y ya cuenta con más de 4.900 suscriptores: la ViñaOrgía se prepara para la llegada del festival de música Viña Rock 2024. Este multitudinario encuentro sexual aprovechará la celebración en Villarrobledo (Castilla-La Mancha) para conectar a miles de personas y romper “la relación tabú que tenemos con el sexo”.

Los interesados, que crecen por momentos, se comunican a través de un canal de Telegram dedicado a organizar orgías mixtas y otras relaciones sexuales en el Viña Rock. Según describen en esta red social, se trata de un grupo “solo para gente abierta de mente”, “LGTBIQ+ y HeteroFriendly”.

Detrás del evento que está revolucionando el mundo real y virtual se encuentra el colectivo Sexiliades (@Sexiliadxs en Twitter), que busca “abrir el melón de las relaciones sexuales en entornos ludicofestivos, los riesgos y las prácticas”. Aunque su canal de Telegram propone “organizar quedadas sexuales en el Viña Rock” su objetivo principal es hablar de sexo. Justamente así comenzó todo, hace nueve años.

“Solo queremos habla de sexo”

Sexiliades ha explicado a Infobae España que sus inicios se remontan a una charla sobre violencia sexual que impartían tres colectivos en el marco del festival de música. “Ese mismo día, las propias participantes de la charla tuvimos que atender a dos personas que vinieron con un caso de violación”. Acompañaron a la joven al hospital y a denunciar la agresión, pero decidieron que no podían quedarse así. Por ello, comenzaron a organizar encuentros para hablar de drogas, consentimiento y otros debates sobre el sexo. Y así será su primer encuentro, el 2 de mayo: un acercamiento para conocerse y un taller informativo “a primeros contactos en una orgía”.

“Lo que pretendíamos con ese espacio en sí es hablar de sexo, de cómo nos relacionamos en los espacios de odio, las problemáticas de que los espacios de ocio sean nocturnidad, drogas, música, alcohol o distancia de tu propia casa... porque el tema de la distancia, el saber que vas a un sitio lejos y no vas a volver, te da una especie de impunidad (para agredir sexualmente)”, explican. Cuentan también con puntos informativos y espacios donde llamar por teléfono en caso de agresiones sexuales.

Ya en 2023 realizaron varios talleres y charlas de la mano de una sexóloga en las que la gente se dividía y debatía sobre sexualidad. El resto, “lo vamos a hablar un poco más en privado”.

“Si nos organizamos, follamos todos”

Los números del verdadero encuentro sexual, predicen, se alejarán bastante de las cerca de 5.000 personas inscritas en Telegram. “Fuimos 23 personas el año pasado y no hubo sexo super explícito, pero sí besos, caricias... pero en un ámbito más privado, más íntimo”, recuerdan. Ante todo, recuerdan, lo importante es dar información: “saber cómo se empieza una orgía, dónde están los límites, cómo se pactan los límites, etcétera”.

Como gran objetivo está la “reducción de daños en uso de sexo y de drogas” Por ello, tanto para estas relaciones u otras más convencionales, Sexiliades ofrece materiales de forma gratuita para garantizar la seguridad. “Condones, lubricantes, fundas de látex, condones internos... tenemos capacidad para conseguir este tipo de material gratuitamente y lo llevamos”. “Hicimos talleres para que supiesen cómo se utiliza un condón interno, porque hay bastante desinformación”, añaden.

El colectivo recibe amenazas: “Está más normalizado hablar de drogas que de sexo”

Si bien el encuentro se celebra desde hace casi una década, este año la atención ha sido desmedida y no siempre de personas que deseen atender sus charlas y actividades. “Nos han amenazado por redes sociales, hemos recibido un poco de todo”, confiesan. De hecho, denuncian que “hoy se han encontrado con un grupo de 15-16 personas de extrema derecha con palos por las cercanías buscando gente”. Pero Sexiliades lo tiene claro: “No nos vamos a esconder otra vez porque la extrema derecha ha decidido que estas cosas que hacemos son perversas y anormales”.

“Sabemos que dentro de los festivales estas cosas pasan: hay sexo en público y hay sexo escondido”, explican, a la vez que aseguran que “está más naturalizado hablar de drogas que de sexo”. Por ello, piden desmitificar el imaginario de la orgía “oscura, perversa, en un lugar lúgubre donde vas a recibir tocamientos sin consentimiento”.

Fuente: AFP

Este miércoles se notó su ausencia en el acto del 1 de mayo de la central única sindical Pit-Cnt. Pero asistió al asado que tradicionalmente organizan sus seguidores en esta fecha, muy cerca de su casa en las afueras de Montevideo.

“Agradecido a toda la gente que me ha llamado, infinita, de Uruguay y del exterior, y lo que me han ofrecido de Brasil, Argentina, Estados Unidos. A todos, mi agradecimiento”, declaró a periodistas.

Pero insistió en que se atenderá en el país.

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“Yo no voy a ir ni a la esquina. Yo confío en los médicos uruguayos. Agradezco mucho, pero vamos a ver lo que podamos remendar acá en el barrio nomás”, señaló Mujica.

Dijo que el tumor está “localizado” y que por el tipo de variante celular que es “casi seguro” que el tratamiento sea “por radiación”.

Mujica, un exguerrillero que gobernó Uruguay de 2010 a 2015, destacó los mensajes de solidaridad que recibió de personas de ideología muy diferente a la suya.

“Qué lindo es ser uruguayo, porque me llamó gente con la que políticamente hemos estado enfrentados y hemos tenido líos”, afirmó.

Entre otros mencionó al actual mandatario de centroderecha Luis Lacalle Pou, a los expresidentes Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle Herrera, y al exministro Pedro Bordaberry.

Consultado si tiene miedo de morirse, se mostró sereno.

“Todo lo que nace, nace para morirse, hay que aceptarlo. ¡Y yo he tenido una suerte!Tengo balazos a patadas, tengo una enfermedad inmunológica, estoy viviendo de gratis, ¡qué me voy a quejar!. Cuando me toque, que me toque”, dijo.

En el asado se lo vio con su esposa Lucía Topolansky, exguerrillera y exvicepresidanta de Uruguay (2017-2020), correligionarios y amigos, entre ellos el músico uruguayo Rubén Rada.

“Voy a seguir mi vida normal todo lo que pueda y cuando no pueda más veremos lo que hacemos”, aseguró Mujica.

Sin embargo, reconoció que el menú para él no pasa de “una sopita”.

“No puedo comer grande porque me duele la panza”, contó con gesto resignado, pero anticipó que si extraña mucho el asado prevé licuarlo “con ensalada y todo” para tomarlo “tipo bebida”.