Son chicos y adolescentes. Nacieron a finales de la década de los 2000 cuando Barack Obama asumió la presidencia de EE.UU., Montenegro se independizó de Serbia en Europa, Fidel Castro renunció a la reelección, Fernando Lugo cortó una hegemonía colorada de 60 años en Paraguay y la Albirroja clasificaba al Mundial de Sudáfrica.

Esa fue la última vez que la selección de la Asociación Paraguaya de Fútbol clasificó a un Mundial. Casi 10 años después, un grupo de chicos logró lo que el combinado albirrojo no consiguió en la última década: ganarse el derecho a participar en una cita global.

Por haber logrado los primeros lugares en las ediciones 2017 de la Liga Nacional de Robótica y en las competencias clasificatorias realizadas en el Festech 2018, tres equipos del Centro Educativo Arambé fueron seleccionados para representar al Paraguay en el Campeonato Mundial de Robótica VEX 2018. La cita se llevará a cabo en en Louisville, Kentucky, Estados Unidos, del 24 de abril y hasta el 1 de mayo.

Antes de viajar, los mundialistas nos mostraron lo que hacen. Las aulas de Robótica de Arambé están equipadas con los instrumentos que los chicos necesitan para construir sus robots. Engranajes, cables, estructuras de metal y de plástico, baterías, pinzas, tenazas, destornilladores, entre otros elementos están dispuestos para que los creadores puedan utilizarlos.

Abril Sanabria tiene solo 10 años y es la líder de uno de los tres equipos. Está en el quinto grado y formó parte del equipo que diseñó un robot que recoge argollas y las coloca en aros. El diseño, según explicó, fue preparado en octubre de 2017 para la competencia nacional. “Solo con pensar que nos vamos a ir a representar a Paraguay ya contamos los días con los dedos para irnos”, dijo la niña quien es consciente de que va a competir con otros 1.400 equipos de 44 países.

El robot es una especie de pequeño montacargas con un brazo que levanta los aros. Abril, pensando ya a futuro, dijo que la creación de su equipo puede ser destinada a varios fines como en las industrias e incluso en laboratorios.

Otro de los miembros del equipo es Javier Lugo, también de 10 años. Al consultarle a un chico qué quiere ser cuando sea grande responde: ingeniero, doctor, futbolista y otras profesiones clásicas pero en este caso la respuesta fue: quiero trabajar en una empresa de diseño gráfico de animación digital. Agregó que se están preparando de a poco y que llegar al mundial de robótica es una gran oportunidad para demostrar sus conocimientos.

El aprendizaje no es solo técnico sino que también humano. El coordinador de Relaciones Públicas Gerthie Spiess, explicó que los chicos también aprenden el trabajo en equipo. Mientras los constructores afinan las piezas, los diseñadores trabajan en los modelos y los programadores coordinan las funciones que tendrán los robots.

Una práctica común a la hora de hacer un trabajo práctico grupal en cualquier institución educativa es que uno de los cinco alumnos haga todo el trabajo mientras que la carpeta termina llevando la firma de todos. En este caso, los profesores de robótica y los líderes de equipo coordinan de manera a que todos tengan su parte en el proceso.

Todo está preparado para que los genios vayan a demostrar lo que saben y a alzar la bandera paraguaya. Saben que la responsabilidad es grande pero están con confianza para enfrentar a otros monstruos de la robótica, igual que ellos. Discursos de que los chicos “son el futuro” hay muchos pero pocos son los que ponen en práctica la pesada carga que implica demostrar lo que valen, en el presente.

Este mañana se produjo la fuga de un recluso en la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este, en el departamento de Alto Paraná.

Se trata de Alberto Ramón Kaufmann, de 24 años, quien se encontraba recluido en la citada cárcel esteña luego de ser procesado por el hecho punible de robo agravado.

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El joven había logrado trepar la muralla perimetral desde el sector del patio de visitas, tras lo cual decidió saltar al predio de la Dirección de Policía que se encuentra contiguo.

Una vez allí, personal del Grupo Lince de la Policía Nacional se encargó de recapturar al interno del penal, frustrando así su intento de fuga.

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El hecho fue comunicado a la fiscal Olga Melgarejo, mientras que Kaufmann fue devuelto al Pabellón Negro – sector pasillo donde cumplía con su prisión.

Poco después de la medianoche se reportó un tiroteo con resultado fatal en la Compañía San Roque de San Pedro del Paraná, departamento de Itapúa.

Resultaron víctimas de este episodio Magno Gabriel Vera Guerrero (32), quien recibió dos impactos de bala en el pecho, y Alexis José Fernández Venialgo (24), quien acusó un total de siete disparos en diferentes partes del cuerpo.

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Por otro lado, una tercera persona identificada como Derlis Antonio Fernández Venialgo (20), hermano del segundo fallecido, resultó herida tras ser alcanzada por un proyectil a la altura del pecho.

Las víctimas fueron baleadas durante un festejo de 15 años que se realizaba en la comunidad. Según informan medios locales, el incidente se registró luego de que Vera se haya acercado a un hombre -cuya identidad aún no trascendió- para pedirle que dejara de realizar disparos al aire.

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Este pedido provocó el enojo del tirador, quien decidió rematar contra Vera efectuando una serie de disparos contra su humanidad, tras lo cual se dio a la fuga. Ya en medio de su huida, volvió a disparar contra Fernández y su hermano, acabando con la vida del mayor.

La Policía Nacional se encuentra realizando las averiguaciones pertinentes, a fin de confirmar la identidad y dar con el paradero del homicida.

El doctor Martín Alfaro, médico forense de la Fiscalía, confirmó al canal C9N que finalmente no pudieron llevar a cabo la autopsia del hijo de la escribana Carmen Ruiz Díaz.

Tras el levantamiento del cuerpo, el mismo fue trasladado hasta una funeraria local, esto en vista a que no existe una morgue judicial en el departamento de Alto Paraná.

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Debido a la falta de insumos y un lugar adecuado para este tipo de procedimientos, se tuvo que posponer la realización de la autopsia y proceder al traslado del cadáver a la morgue judicial de Asunción, tanto para determinar las causas de muerte como así también para la identificación del niño.

Sobre el último punto, explicó que, debido al estado de descomposición del cadáver, la víctima ya no pudo ser identificada con las huellas dactilares a través del Sistema AFIS, por lo que se recurrirá a una prueba de ADN.

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Alfaro resaltó que ninguna otra zona del país cuenta con una morgue judicial, siendo la única disponible la que se encuentra en el barrio Sajonia de la capital. Alto Paraná -el segundo departamento más poblado del país, después de Central- requiere con urgencia contar con una, afirmó.

“Por lo menos una camilla o una cámara para que se mantenga el cuerpo no existe. No tenemos guantes, tapabocas, funcionarios. En Paraguay faltan por lo menos 60 médicos forenses más para tener uno cada día de la semana en los 16 departamentos”, afirmó.