¿Cómo se organizó en Argentina el intento de magnicidio de Cristina Fernández?

Ya hay cuatro detenidos, pero la lista podría aumentar conforme avancen las investigaciones.

Hablaron durante meses y por diversas vías de asesinar a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. La detestaban. Realizaron tareas de espionaje en los alrededores de su casa. Hasta intentaron alquilar una vivienda en la misma zona para vigilarla de cerca y tener más posibilidades de matarla.

Se trata de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, la pareja que ya fue procesada por un intento de magnicidio en el que también están involucrados Agustina Díaz y Gabriel Nicolás Carrizo.

Los cuatro son los primeros detenidos de una compleja causa judicial que tiene ribetes cinematográficos y en la que conviven los principales personajes de la política argentina, organizaciones ultraderechistas, una supuesta “banda de los copitos” (algodones de azúcar), vecinas sospechosas y las dudas sobre el misterioso financiamiento de una fallida operación que pudo haber cambiado por completo la historia del país sudamericano.

El caso comenzó la noche del pasado 1 de septiembre, cuando Sabag Montiel disparó dos veces a Fernández de Kirchner mientras saludaba a los militantes congregados a las afueras de su casa en Buenos Aires. La pistola falló.

Dos semanas después, la investigación que encabezan la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo apunta a que Sabag Montiel fue el autor material porque todas las pruebas demuestran que fue él quien disparó; que organizó el ataque junto con Uliarte, su novia; que Díaz sabía y alentaba los planes de magnicidio; y que Carrizo pudo haber coordinado todo el plan.

También ya quedó desbaratado el intento de la oposición mediática y partidaria que, desde un principio, lanzó diversas teorías en un afán de minimizar el intento de magnicidio. Primero dijeron que el atentado no había ocurrido y que era una “puesta en escena” del Gobierno. Luego afirmaron que era “un loquito suelto” que aspiraba a sus “15 minutos de fama” y había usado “una pistola de agua”. Por último, que solo se trataba de un grupo de “lúmpenes” sin mayor trascendencia política.

Hoy ya se sabe que la pistola era real, que Sabag no actuó solo y que el ataque fue organizado por diferentes personas. Pero todavía falta atar varios cabos, en particular para saber si alguien pagó o no para que mataran a la vicepresidenta.

Perfiles

El 1 de septiembre, minutos después del atentado, Sabag Montiel fue detenido. Las pruebas eran contundentes. Los militantes que estaban a su lado vieron cómo sacaba el arma y disparaba. Varios videos también dejaron registro.

Se supo entonces que había nacido en Brasil, de madre argentina y padre chileno, que tenía 35 años pero desde los seis vivía en Buenos Aires. Las fotos de sus redes sociales mostraban que tenía símbolos nazis tatuados en su cuerpo. Le gustaba salir en televisión, así que, en cuanto veía una cámara en la calle, se acercaba para tratar de que lo entrevistaran, para que diera su opinión sobre temas de actualidad como un ciudadano más.

Al allanar su casa, ubicada en el barrio de Villa del Parque, los policías se encontraron con cuartos llenos de basura. Con suciedad y abandono, pero también con balas y cartuchos.

Ahí vivía con su novia, una joven de 23 años llamada Brenda Uliarte con la que a mediados de agosto salió en televisión, en una de esas entrevistas callejeras que tanto buscaba.

Ella aparecía como una vendedora de algodones de azúcar, una popular golosina que en Argentina es conocida como “copito”. En una aparente contradicción de clase, defendió a los ricos y denostó a los migrantes y a las personas que cobran planes sociales. Su discurso de derecha gustó tanto, que más tarde la invitaron al estudio del canal.

El 2 de septiembre, un día después del atentado, volvió a salir en la tele, pero ahora para defender a su novio.

La acompañaban Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta, Miguel Angel Castro Riglos, Lucas Acevedo y Gabriel Nicolás Carrizo. Dijeron que solo eran vendedores ambulantes de “copitos”, que no tenían nada que ver con el atentado ni eran cómplices de Sabag Montiel, que los estaban amenazando.

Carrizo se presentó como el líder del grupo, ya que era el dueño del equipo con el que hacían las golosinas.

Revelaciones

Después de la entrevista, Uliarte se mostró activa en redes sociales. En vivo, criticó la corrupción, habló de su relación con Sabag Montiel y aseguró que “solo” había llevado una pistola de juguete. También posteó el video en el que el diputado ultraderechista Javier Milei repudiaba el feriado que el presidente Alberto Fernández había decretado como una manera de condenar el intento de magnicidio.

El domingo 5 de septiembre, miembros de la Policía Federal la detuvieron en una estación de tren, luego de que los investigadores descubrieran que había mentido al declarar que llevaba varios días sin ver a su novio. Los elementos más incriminadores fueron los videos de cámaras de televisión y de seguridad que demostraron que, el día del atentado, había ido junto con Sabag Montiel a la casa de la vicepresidenta.

Cuando la capturaron, Uliarte ya se había pintado el cabello de rubio. Los investigadores creen que pensaba escapar.

Su padre, Leonardo Uliarte, salió a defenderla en los medios. Dijo que él era “ultrakirchnerista”, que ella era “inimputable” porque padecía “un retraso”. Que había tenido una vida muy difícil que incluía abusos sexuales en la infancia, el abandono de la madre, la crianza por parte de una abuela a la que tuvo que cuidar cuando le amputaron las dos piernas. Y que a los 21 años fue mamá, pero el bebé falleció una semana después de haber nacido.

En los últimos tiempos, la joven ofrecía contenido sexual en una conocida plataforma, de lo que el padre responsabilizó al novio.

En ese momento, la causa se había complicado por un escandaloso descuido de la Policía Federal que permitió que el celular de Sabag Montiel se reseteara, con lo que se temió la pérdida de valiosa información. De todas formas, se alcanzaron a rescatar fotografías en las que él y su novia posaban por separado con el arma que se usó en el atentado. Fue otra de las pruebas en contra de ambos.

Pero lo que verdaderamente se convirtió en una mina explosiva de datos fue el teléfono de Uliarte.

Los chats

En el celular de la joven se encontraron diálogos que demostraron que ella y Sabag Montiel comenzaron a hablar del atentado desde abril y que la joven fue quien consiguió una pistola marca Bersa calibre 32.

Hicieron un primer intento la noche del el 27 de agosto, en medio de las movilizaciones que los militantes de Fernández de Kirchner llevaban a cabo a diario en su casa para apoyarla luego de que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola pidieran una pena de 12 años de cárcel en su contra. Pero la expresidenta se metió a su casa antes de que lograran acercarse a ella.

“El tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente, la gente se está yendo y el momento es ese, ahora ya es tarde (…) después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido. Ella [la vicepresidenta] está arriba pero no creo que salga, así que ya fue”, dicen los chats.

De acuerdo con fuentes de la causa judicial, estas frases prueban que estaban esperando el momento propicio para cometer el ataque. Además, hay grabaciones que demuestran que ambos acudieron varias veces a las manifestaciones afuera de la casa de Fernández de Kirchner. Supuestamente iban a vender los “copitos”, pero los investigadores creen que, en realidad, estaban realizando labores de inteligencia para vigilar los movimientos de la gente y de la vicepresidenta para matarla.

En las comunicaciones también debaten la posibilidad de alquilar un departamento frente al de Fernández para poder espiarla.

“Laburamos esta semana y el sábado vamos y le dejamos una seña [anticipo]. Alto depto ese de Recoleta amore, si vieras dónde vive Cristina entendés, Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina. Sí, hay que ir y pegarle un corchazo ¿Sabés que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda…”, escribió la joven el 23 de agosto, cuando ya estaban en marcha las movilizaciones masivas a favor de la vicepresidenta.

Lo extraño es que Recoleta es una de las zonas más ricas y caras de la capital, así que, por sus condiciones socioeconómicas, la pareja no podría haber pagado un alquiler. Por eso comenzó a investigarse la posibilidad de que haya existido un desconocido financista. En ese afán, la jueza ya solicitó la revisión de las cuentas bancarias de Sabag Montiel y de Uliarte para saber si tuvieron depósitos sospechosos.

Más imputados

Otros mensajes cruciales para la causa son los que mantuvo Uliarte con una amiga a la que tenía agendada como “amor de mi vida” y a la que le avisó: “Mandé matar a Cristina, no salió porque se metió para adentró”, le escribió el 27 de agosto, el día del primer intento de magnicidio.

Ya desde julio, le había anticipado que iría a una protesta en la Casa Rosada. “Voy con el fierro [la pistola] y le pego un tiro a Cristina. Me dan los ovarios para hacerlo”. Incluso le mandó una foto posando con el arma.

La amiga se llama Agustina Díaz, tiene 21 años y el martes fue detenida y acusada como presunta cómplice. Aunque en un principio negó cualquier vínculo con el ataque, los chats telefónicos la inculparon.

“Che, pero ¿qué onda que falló el tiro? ¿Cómo mandaste a ese tarado? ¿No practicó antes o le falló la adrenalina del momento? ¿Vos dónde estás? ¿No sería conveniente que vayas a tu casa? Tenés que deshacerte del celular. Y cambiar el número. Borrar tu cuenta. Todo”, le escribió Díaz a Uriarte un día después del atentado.

Ya antes le había confirmado: “Quién no va a querer matar a esa chorra [ladrona]”. En su primera declaración judicial, aseguró que jamás creyó que Uliarte fuera capaz de cumplir sus “fantasías”.

Su situación se complicó luego de que la Televisión Pública descubriera que, contrario a lo que había dicho, Díaz sí estuvo en las manifestaciones frente a la casa de la vicepresidenta, por lo menos el día previo al atentado.

Se convirtió en la tercera sospechosa detenida. Faltaba el cuarto.

El miércoles por la tarde, fue el turno de Gabriel Nicolás Carrizo, el joven de 27 años que luego del intento de homicidio se presentó en la televisión junto con Uliarte y dijo que era el líder de los vendedores a los que la prensa ya había bautizado como “la banda de los copitos”.

Hasta ahora no han trascendido los motivos concretos de su captura, pero su animadversión al Gobierno quedó en evidencia un par de horas después del atentado.

“¡Seguro el próximo sos vos, Alberto! ¡Tené cuidado! El Gobierno es vulnerable, y espero que les quede claro (…) Nosotros somos los que mantenemos estos parásitos ahí arriba, van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina”, amenazó en su estado de WhatsApp.

La vecina

Fernández de Kirchner tiene una vecina célebre. Se llama Ximena de Tezanos Pinto, vive un piso arriba, es defensora de la última dictadura militar y comenzó a hacerse famosa por colgar banderas o mensajes en contra de la vicepresidenta. La influyente prensa antikirchnerista comenzó a entrevistarla cada vez más seguido para que la denostara.

Luego del atentado, se descubrió que Tezanos Pinto alquila habitaciones en su casa. Y una de sus inquilinas es Gladys Egui, abogada de Leonardo Sosa y Gastón Guerra, líderes de Revolución Federal, una agrupación extremista que desde hace meses comenzó a acosar a funcionarios peronistas en las calles y a pedir la “muerte” para Fernández de Kirchner.

La organización se hizo conocida en mayo, por llevar una guillotina de madera a Plaza de Mayo para promover la ejecución de la exmandataria. Meses después, Uliarte, la joven que ya fue procesada por el intento de magnicidio, participó de una de sus violentas protestas.

El 28 de agosto, cuatro días antes del atentado, Sosa y Guerra postearon fotos desde el balcón de la vecina de Fernández de Kirchner, por lo que se sospecha que aprovecharon para hacer trabajos de espionaje.

Esa misma semana, otros miembros de Revolución Federal ratificaron en una transmisión en vivo desde Twitter sus deseos de matar a la expresidenta. Incluyeron, también, a su hijo, el diputado Máximo Kirchner, y al presidente Alberto Fernández.

Ahora, todos están en la mira de la Justicia.

Un hombre asesina en Argentina a tres mujeres por ser lesbianas

Una cuarta víctima sobrevivió, aunque sigue internada con graves quemaduras.

El domingo 5 de mayo, un hombre llamado Juan Fernando Barrientos, quien vivía en un modesto hotel en la ciudad de Buenos Aires, abrió la puerta de otro cuarto y arrojó un explosivo casero.

Las llamas se expandieron de inmediato en la habitación compartida por Pamela, Mercedes, Andrea y Sofía, dos parejas de mujeres a las que atacó por el solo hecho de ser lesbianas.

En medio del desconcierto, las mujeres intentaron salir del cuarto con sus cuerpos envueltos en fuego, pero Barrientos las volvió a empujar para adentro con el fin de evitar que escaparan.

Casi logró por completo su cometido. Pamela murió horas después del ataque. Roxana falleció el pasado miércoles. El domingo Andrea se convirtió en la tercera víctima fatal. La única sobreviviente es Sofía, quien sigue internada con quemaduras. Y en ‘shock’.

Así se encuentra, también, parte de la sociedad argentina que no logra entender cómo un crimen de esta magnitud todavía no colma los noticieros, las primeras planas, la conversación pública.

Por eso, en las redes sociales y en algunos medios se multiplican las voces que advierten que, si las víctimas hubieran sido parejas ricas y heterosexuales, el tema coparía la agenda mediática.

Reclamos

La conmoción social, de todas formas, va en aumento.

Este lunes a la tarde habrá una marcha para repudiar el múltiple crimen y exigir justicia. El viernes ya hubo una primera movilización frente al Congreso que fue inusualmente masiva y en la que destacaron los carteles con la advertencia: “Los discursos de odio matan”. El asesino, por su parte, sigue detenido.

En el diario Página 12, las periodistas Marta Dillon y Euge Murillo lo calificaron como “un hecho aterrador” y de extrema crueldad.

“El cuerpo de una lesbiana, de cuatro, quemados, son cuerpos ajusticiados, disciplinados, cuerpos deformados para que aprendan. Por lesbianas”, explicaron.

La Agencia Presentes, en tanto, explicó que el asesino ya había amenazado a las mujeres. “Y que actuó con saña, un rasgo que lamentablemente es muy frecuente en los crímenes de odio”, porque cuando trataron de salir del cuarto, las golpeó.

“Este tipo de agresiones siempre existieron con distintos niveles de gravedad, pero en este contexto, con un Estado que odia, sin repudio de la clase política ni cobertura de los medios masivos estamos en la intemperie”, escribió en sus redes sociales la periodista Florencia Alcaraz.

“Tres mujeres quemadas vivas por lesbianas. Asesinadas por su orientación sexual. El oscurantismo también es la indiferencia”, agregó la periodista Estefanía Pozzo.

Condena

“Un crimen de odio. Es necesario el repudio unánime de todo el arco político y defender la vida en libertad y diversidad. No naturalicemos el horror porque esa será nuestra peor derrota”, señaló la exfuncionaria presidencial Vilma Ibarra.

La periodista Ana Correa denunció que hay un orden instalado y aplaudido en el que a las mujeres que no son funcionales, a las mujeres lesbianas y a los pobres se los expulsa, se los elimina. “Este crimen tiene cómplices. La indiferencia de todos”, lamentó.

“No me parece coincidencia que en un momento en el que hay tanto discurso de odio empiecen a aparecer más casos”, señaló la ‘influencer’ Sofía Gonet, una de las escasas voces por fuera de los feminismos y los activismos de la diversidad sexual que condenó el crimen.

La joven se refiere a las recientes y largas entrevistas que le han realizado a Nicolás Márquez, el biógrafo oficial de Milei, quien está en contra del matrimonio entre las personas del mismo sexo que se aprobó en Argentina en 2010 y quien considera a las personas homosexuales como “sodomitas” e “invertidos”.

La homosexualidad es insana y autodestructiva porque una persona de tendencia homosexual vive 25 años en promedio menos que una persona heterosexual, tiene más propensión a las drogas y al suicidio”, afirmó, a pesar de que no existe ningún estudio en el mundo que avale este tipo de prejuicios.

Un sacerdote estadounidense afirma que “Jesús murió con una erección”

El clérigo hizo esta afirmación durante una homilía ante unos 100 creyentes en una iglesia en el Reino Unido.

Un sacerdote católico que sirve en el condado británico de Durham ha desatado polémica tras afirmar que “Jesús murió con una erección”, informó este sábado The Times.

Los feligreses de la iglesia Nuestra Bendita Señora Inmaculada de Blackhill quedaron impactados tras un sermón “vulgar” y se quejaron de la conducta del padre Thomas McHale, de 53 años y origen estadounidense.

“Se recibió una denuncia que ha sido investigada de acuerdo con nuestra política diocesana de quejas. La investigación se ha completado muy recientemente y la queja se mantiene”, dijo en un comunicado un portavoz de la diócesis local.

Durante una homilía, el clérigo dijo ante unos 75-100 creyentes que la crucifixión había provocado en Jesucristo que la sangre se acumulara en el órgano viril.

Según The Times, una hipótesis similar se vio en 2015 en la revista Premier Christian, que relató sobre la “extraña reacción fisiológica [y] la vergüenza final de un crucificado”.

McHale ha sido párroco en dicha iglesia durante más de una década y pese a la polémica sigue trabajando allí.

Biden afirma que es posible una tregua en Gaza “mañana” si Hamás libera a los rehenes

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este sábado que es posible que “mañana” se logre un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamás si ese grupo islamista palestino deja en libertad a los rehenes.

“Habría un alto el fuego mañana si Hamás liberara a los rehenes”, dijo Biden en un acto de recaudación de fondos en las afueras de Seattle, tras haber evitado el tema en tres actos similares el viernes.

Días atrás el mandatario norteamericano advirtió que dejaría de suministrar a Israel “proyectiles de artillería” y otras armas si lanza una gran ofensiva contra la ciudad palestina de Rafah, en una advertencia inédita por parte de Washington.

El Ejército de Israel bombardeó este sábado la Franja de Gaza y ordenó a la población palestina evacuar más barrios de la localidad de Rafah, donde la ONU advierte de una catástrofe de proporciones “épicas” en caso de una operación militar masiva.

En Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto, se produjeron intensos bombardeos israelíes, afirmaron testigos, y las imágenes de la agencia AFP muestran columnas de humo sobre la ciudad.