“Huir a” y “huir de”, diferencias explicadas por la RAE

Para expresar que una persona abandona un lugar para evitar un daño o un peligro, lo más adecuado es decir que huye de ese lugar o daño, con la preposición de, y no que huye a él.


Fuente: Fundéu RAE

Cada vez es más frecuente construcciones como en «Rumanaa, Hungría y Eslovaquia han mostrado su disposición a recibir ciudadanos ucranianos que están huyendo a la guerra» o «Los haitianos también huyen a la pobreza y a la falta de alimentos».

Tal como se comprueba en el Diccionario del estudiante de la Real Academia Española, cuando el verbo huir significa ‘alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo’, puede ir acompañado de un complemento con de para indicar el punto de partida (huyeron del lugar del crimen) y un complemento con a para señalar el destino (huyó al extranjero). De modo similar, la frase «La población no sabe a dónde huir» se refiere a que no tiene un lugar al que poder ir.

Es posible que huir vaya seguido del lugar que se abandona, y en tal caso no se escribe la preposición (huir la ciudad), o de una persona que se quiere evitar, y entonces va con a (le huye a su rival). Sin embargo, se trata de una construcción que el Diccionario panhispánico de dudas considera rara y que en las noticias conviene evitar cuando se pueda transmitir una idea opuesta a la que realmente se quiere expresar.

Por ello, en los ejemplos anteriores lo recomendable habría sido «Rumanía, Hungría y Eslovaquia han mostrado su disposición a recibir ciudadanos ucranianos que están huyendo de la guerra» y «Los haitianos también huyen de la pobreza y de la falta de alimentos»

El uso de la “y” en vez de la “i” en apodos: ¿por qué es incorrecto escribir Mary?

Las designaciones cariñosas o abreviadas de los nombres propios, en ocasiones utilizan la “y” al final, como una cuestión de estilo y elección personal, ejemplo, Dany para Daniel. Sin embargo, el empleo de esta letra está sujeto a una regla del español. Sepa por qué está mal escribir “Dany”.

Lo que coloquialmente conocemos como apodo, lingüísticamente recibe el nombre de hipocorístico, definido por el diccionario de la RAE como: dicho de un nombre que, en forma diminutiva, abreviada o infantil se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística.

Para la escritura de ciertos hipocorísticos, muchos optan por utilizar la “y” al final, como por ejemplo en: Gaby, Mary, Yany, Dany y un sinfín de casos. Esta forma de utilizar la y es incorrecta.

En español, la letra «y» solo ocupa la posición final cuando va precedida de vocal: «rey», «Uruguay», «hoy». Por esta sencilla explicación, los hipocorísticos como «Dani», «Ceci», «Susi» o «Gabi» deben escribirse con «-i».

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En esos casos y en todos en los que el fonema «-i» vaya precedido de una consonante, siempre deberá escribirse con «-i» o lo que conocemos como “i latina”. La regla la expuso la Real Academia Española ante una consulta específica al respecto.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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Personaje, un sustantivo masculino, aunque se trate de una mujer

Decir “la personaje” para hacer alusión a la protagonista de una obra no es correcto. Lejos de una cuestión de machismo o feminismo, esta regla tiene su explicación lingüística. Conózcala.

Los sustantivos epicenos son aquellos que, teniendo como género gramatical el masculino o bien el femenino, pueden, sin embargo, designar indistintamente a seres animados de uno y otro sexo.

Este es el caso de personaje, un sustantivo epiceno masculino, lo cual implica que, aunque se haga referencia a una mujer, la forma apropiada será siempre “el personaje”, según explica la Real Academia Española.

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Entonces, si se quiere especificar el sexo, se deben añadir los especificativos masculino o femenino. Por ejemplo: “Ese novelista se destaca en la creación de personajes femeninos”.

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¿Se dice «concienciación» o «concientización»?

A la hora de hablar de generar conciencia sobre un tema determinado, para muchos salta la duda sobre el término adecuado: concienciación o concientización. La RAE responde al respecto.

Al introducir las palabras concienciación o concientización en el diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española (versión digital), los resultados derivan directamente al término conciencia.

Allí, la tercera acepción explica que, el verbo correspondiente a la palabra conciencia, cuando se refiere a hacer que alguien sea consciente de algo, es “concienciar”, no concienzar.

«Se conciencia a los padres del estado de su hijo». Además, la acentuación es la equivalente a anunciar.

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No obstante, esta misma explicación agrega que, en América se usa también la forma “concientizar”. Ejemplo: «¡Aquí necesitamos gente como ustedes para concientizar al pueblo!»

Al aparecer como segunda y última opción, se da a entender que la más apropiada es la primera, es decir, “concienciar”.

Sin embargo, en su espacio habitual denominado consultas de la semana, la propia RAE contesta que ambos términos son válidos, aclarando que la diferencia está en la geografía, o sea, en los lugares en los que cada vocablo es de uso más frecuente.

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