Acosados por la extrema derecha, dos profesores deben marcharse de un pueblo alemán

Situada en la pintoresca región alemana de Lusacia, Burg se descubre en bicicleta o en canoa. Pero detrás de la fachada turística de este pueblo, el ambiente creado por la extrema derecha obligó a dos profesores acosados a irse.

Todo empezó en abril cuando Laura Nickel y Max Teske, profesores de 34 y 31 años del colegio Mina Witkojc, denunciaron la ideología racista y homófoba de algunos alumnos en una carta anónima enviada a la prensa local.

“El extremismo de derecha se exhibe sin complejos en la escuela: de saludos hitlerianos a cruces gamadas dibujadas en diccionarios y en las taquillas de los alumnos, pasando por palabras racistas u homófobas“, explica Nickel a la AFP.

“Lo que era impactante en Burg, es que eran los alumnos más ruidosos. No se escondían“, constata esta profesora de inglés y de historia que creció cerca de esta ciudad de 4.200 habitantes.

“Esta región del sur de Brandeburgo, fronteriza con Polonia, es una de las peores en Alemania para las personas de color y los homosexuales“, apunta Timo Reinfrank, de la fundación antirracista Amadeu Antonio.

 

– Neonazis y hooligans –

 

“Entre Burg y Cottbus, la gran ciudad vecina, ha prosperado una mezcla de neonazis, hooligans, criminalidad organizada y empresas de extrema derecha”, añade.

Según él, “la policía sufre intimidaciones y la justicia actúa con clemencia hacia este grupo”.

Tras la publicación de la carta de los dos profesores, otras escuelas del este de Alemania señalaron comportamientos similares. El asunto generó mucho ruido a nivel nacional.

En las regiones de la antigua Alemania del Este comunista, el arraigo de la democracia es menos profundo que en el oeste, reveló recientemente un estudio de la Universidad de Leipzig.

Muchos se han acercado al partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD), que se encuentra en pleno auge y este fin de semana celebra un congreso.

En Burg, “algunos compañeros nos apoyaban, otros no. La dirección de la escuela estuvo pasiva”, dice Nickel.

 

– “Marchen a Berlín” –

 

Al fin del curso escolar, una carta anónima en nombre de algunos padres de alumnos dirigida a la dirección de la escuela exige la dimisión de los dos profesores.

Un centenar de pegatinas, con la fotografía de ambos y la mención “marchen a Berlín”, aparecen por todo el pueblo. Incluso una cuenta de Instagram lanzó un llamado a perseguirlos, aunque el mensaje fue retirado después.

Nickel y Teske pidieron su traslado. Una decisión que el partido AfD aplaudió: “no son capaces de enfrentar el viento en contra”, dice a la AFP Lena Kotré, diputada en el parlamento regional de Brandeburgo, que los trata de “cobardes”.

La política resta importancia a los saludos hitlerianos de los alumnos, que se han visto en fotografías. En Alemania es un delito punible con tres años de cárcel.

No querían hacer apología del Tercer Reich, sino provocar, como lo hacen los adolescentes en plena pubertad”, afirma.

En el curso en que estudiaban la quincena de alumnos implicados en estos actos, el nazismo es el tema principal de la asignatura de historia.

 

– “Profesores comprometidos” –

 

El ministro regional de Educación, Steffen Freiberg, condenó los ataques.

Y en Burg, la resistencia contra la extrema derecha toma forma. El director administrativo del pueblo, Tobias Hentschel, lamentó que la escuela “pierda dos jóvenes profesores comprometidos (…) que pusieron el dedo donde hace daño”.

El turismo es la principal fuente de ingresos de este balneario en Lusacia, famosa por sus pepinos y pepinillos y hogar de una pequeña minoría de habla eslava.

“En la gastronomía y la hostelería, no hay casi empresas que salgan adelante sin trabajadores de origen extranjero”, señala Jessica Zibert, responsable en Burg de este sector.

En un video de cinco minutos, visible en la web del pueblo, seis habitantes, entre ellos el alcalde, toman posición “contra toda forma de extremismo, racismo y discriminación”.

Un hombre asesina en Argentina a tres mujeres por ser lesbianas

Una cuarta víctima sobrevivió, aunque sigue internada con graves quemaduras.

El domingo 5 de mayo, un hombre llamado Juan Fernando Barrientos, quien vivía en un modesto hotel en la ciudad de Buenos Aires, abrió la puerta de otro cuarto y arrojó un explosivo casero.

Las llamas se expandieron de inmediato en la habitación compartida por Pamela, Mercedes, Andrea y Sofía, dos parejas de mujeres a las que atacó por el solo hecho de ser lesbianas.

En medio del desconcierto, las mujeres intentaron salir del cuarto con sus cuerpos envueltos en fuego, pero Barrientos las volvió a empujar para adentro con el fin de evitar que escaparan.

Casi logró por completo su cometido. Pamela murió horas después del ataque. Roxana falleció el pasado miércoles. El domingo Andrea se convirtió en la tercera víctima fatal. La única sobreviviente es Sofía, quien sigue internada con quemaduras. Y en ‘shock’.

Así se encuentra, también, parte de la sociedad argentina que no logra entender cómo un crimen de esta magnitud todavía no colma los noticieros, las primeras planas, la conversación pública.

Por eso, en las redes sociales y en algunos medios se multiplican las voces que advierten que, si las víctimas hubieran sido parejas ricas y heterosexuales, el tema coparía la agenda mediática.

Reclamos

La conmoción social, de todas formas, va en aumento.

Este lunes a la tarde habrá una marcha para repudiar el múltiple crimen y exigir justicia. El viernes ya hubo una primera movilización frente al Congreso que fue inusualmente masiva y en la que destacaron los carteles con la advertencia: “Los discursos de odio matan”. El asesino, por su parte, sigue detenido.

En el diario Página 12, las periodistas Marta Dillon y Euge Murillo lo calificaron como “un hecho aterrador” y de extrema crueldad.

“El cuerpo de una lesbiana, de cuatro, quemados, son cuerpos ajusticiados, disciplinados, cuerpos deformados para que aprendan. Por lesbianas”, explicaron.

La Agencia Presentes, en tanto, explicó que el asesino ya había amenazado a las mujeres. “Y que actuó con saña, un rasgo que lamentablemente es muy frecuente en los crímenes de odio”, porque cuando trataron de salir del cuarto, las golpeó.

“Este tipo de agresiones siempre existieron con distintos niveles de gravedad, pero en este contexto, con un Estado que odia, sin repudio de la clase política ni cobertura de los medios masivos estamos en la intemperie”, escribió en sus redes sociales la periodista Florencia Alcaraz.

“Tres mujeres quemadas vivas por lesbianas. Asesinadas por su orientación sexual. El oscurantismo también es la indiferencia”, agregó la periodista Estefanía Pozzo.

Condena

“Un crimen de odio. Es necesario el repudio unánime de todo el arco político y defender la vida en libertad y diversidad. No naturalicemos el horror porque esa será nuestra peor derrota”, señaló la exfuncionaria presidencial Vilma Ibarra.

La periodista Ana Correa denunció que hay un orden instalado y aplaudido en el que a las mujeres que no son funcionales, a las mujeres lesbianas y a los pobres se los expulsa, se los elimina. “Este crimen tiene cómplices. La indiferencia de todos”, lamentó.

“No me parece coincidencia que en un momento en el que hay tanto discurso de odio empiecen a aparecer más casos”, señaló la ‘influencer’ Sofía Gonet, una de las escasas voces por fuera de los feminismos y los activismos de la diversidad sexual que condenó el crimen.

La joven se refiere a las recientes y largas entrevistas que le han realizado a Nicolás Márquez, el biógrafo oficial de Milei, quien está en contra del matrimonio entre las personas del mismo sexo que se aprobó en Argentina en 2010 y quien considera a las personas homosexuales como “sodomitas” e “invertidos”.

La homosexualidad es insana y autodestructiva porque una persona de tendencia homosexual vive 25 años en promedio menos que una persona heterosexual, tiene más propensión a las drogas y al suicidio”, afirmó, a pesar de que no existe ningún estudio en el mundo que avale este tipo de prejuicios.

Un sacerdote estadounidense afirma que “Jesús murió con una erección”

El clérigo hizo esta afirmación durante una homilía ante unos 100 creyentes en una iglesia en el Reino Unido.

Un sacerdote católico que sirve en el condado británico de Durham ha desatado polémica tras afirmar que “Jesús murió con una erección”, informó este sábado The Times.

Los feligreses de la iglesia Nuestra Bendita Señora Inmaculada de Blackhill quedaron impactados tras un sermón “vulgar” y se quejaron de la conducta del padre Thomas McHale, de 53 años y origen estadounidense.

“Se recibió una denuncia que ha sido investigada de acuerdo con nuestra política diocesana de quejas. La investigación se ha completado muy recientemente y la queja se mantiene”, dijo en un comunicado un portavoz de la diócesis local.

Durante una homilía, el clérigo dijo ante unos 75-100 creyentes que la crucifixión había provocado en Jesucristo que la sangre se acumulara en el órgano viril.

Según The Times, una hipótesis similar se vio en 2015 en la revista Premier Christian, que relató sobre la “extraña reacción fisiológica [y] la vergüenza final de un crucificado”.

McHale ha sido párroco en dicha iglesia durante más de una década y pese a la polémica sigue trabajando allí.

Biden afirma que es posible una tregua en Gaza “mañana” si Hamás libera a los rehenes

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este sábado que es posible que “mañana” se logre un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamás si ese grupo islamista palestino deja en libertad a los rehenes.

“Habría un alto el fuego mañana si Hamás liberara a los rehenes”, dijo Biden en un acto de recaudación de fondos en las afueras de Seattle, tras haber evitado el tema en tres actos similares el viernes.

Días atrás el mandatario norteamericano advirtió que dejaría de suministrar a Israel “proyectiles de artillería” y otras armas si lanza una gran ofensiva contra la ciudad palestina de Rafah, en una advertencia inédita por parte de Washington.

El Ejército de Israel bombardeó este sábado la Franja de Gaza y ordenó a la población palestina evacuar más barrios de la localidad de Rafah, donde la ONU advierte de una catástrofe de proporciones “épicas” en caso de una operación militar masiva.

En Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto, se produjeron intensos bombardeos israelíes, afirmaron testigos, y las imágenes de la agencia AFP muestran columnas de humo sobre la ciudad.