Martes de la duodécima semana del tiempo durante el año

272 - “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas”. Mt 7, 12

No somos seres aislados. La convivencia no es algo opcional entre los humanos. Todos
necesitamos de los demás. El problema está en que muchas veces solo nos damos
cuenta de lo que necesitamos y nos pasan desapercibidas las necesidades de los
demás. La religión busca justamente ayudar a la convivencia, despertándonos para el
servicio, a salir de nuestro egoísmo. De hecho, las Sagradas Escrituras nos enseñan con
sencillez un principio universalmente valido: Haz a los demás lo que quieres que te
hagan a ti. Si lo practicamos, será un placer la convivencia entre nosotros. Paz y bien.

Santos Felipe y Santiago, apóstoles

“Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes y ¿todavía no me conocen?”. Jn 14, 12


Hay muchas personas que, aunque vayan a la iglesia a menudo, aunque fueron bautizadas y hasta confirmadas, participan de grupos, hacen cosas buenas, aún no conocen verdaderamente a Jesús. Esto es, quizás, hasta tienen admiración por sus palabras o asimilaron costumbres religiosas en la familia o necesitan del ambiente de acogida y contención que se tiene en la iglesia, pero nunca experimentaron al Hijo de Dios en su vida. También con los propios apóstoles esto sucedió; hacía años que estaban con él y no tenían claro quién era. Pidamos que lo mismo que sucedió a los apóstoles, que se tornaron testigos de Cristo, pueda suceder también con nosotros. Paz y bien.

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Exaltación de la Santa Cruz

“Es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto para que todos los que creen en él tengan Vida eterna”. Jn 3, 14-15


La cruz de Cristo es para todos nosotros el mejor resumen de la historia de la salvación. Por amor, nuestro Señor Jesús entregó su vida por nosotros y, colgado en el madero, derramó su sangre. ¡Oh, cruz bendita, que pusiste en alto al Salvador para que todos puedan ser atraídos por él! ¡Oh, árbol de la vida, que nos das el fruto santísimo que nos devuelve la inmortalidad! Danos, Señor, la gracia de contemplar tu cruz y ser así contagiados con tu amor, que vence nuestros pecados y debilidades. Paz y bien.

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Jueves de la quinta semana de Pascua

- “Permanezcan en mi amor”. Jn 15, 9


Jesús trajo al mundo el amor de Dios y nos amó hasta el extremo, entregando su vida por nosotros. Él nos pide que permanezcamos en su amor; esto es, que no nos alejemos de él, que no cerremos nuestro corazón y que no despreciemos su palabra. Debo, por lo tanto, estar en alerta al amor de Dios en mi vida, cuidarlo para que esta llama de amor que él incendió en mi corazón no se apague por la maldad o por el egoísmo. Permanecer en el amor de Cristo significa ser canal del bien, instrumento de paz y promotor de la verdad y de la justicia. Paz y bien.

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