Uso frecuente de redes sociales provocaría cambios en el cerebro de los adolescentes

Una investigación publicada en JAMA Pediatrics apuntó a que los jóvenes que consultan muy a menudo estas plataformas, muestran mayor sensibilidad a los comentarios de sus compañeros. ¿Qué consecuencias puede haber a largo plazo en el desarrollo cerebral en la edad adulta?

El efecto del uso de las redes sociales en los niños es un área de investigación muy delicada, en la que padres y responsables políticos intentan determinar los resultados de un vasto experimento que ya está en pleno apogeo. Sucesivos estudios han ido añadiendo piezas al rompecabezas, desgranando las implicaciones de un flujo casi constante de interacciones virtuales desde la infancia.

Un nuevo estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Carolina del Norte intenta algo nuevo: realizar sucesivos escáneres cerebrales a estudiantes de secundaria de entre 12 y 15 años, un periodo de desarrollo cerebral especialmente rápido.

Los investigadores descubrieron que los niños que consultaban habitualmente las redes sociales en torno a los 12 años mostraban una trayectoria distinta, con una mayor sensibilidad a las recompensas sociales de sus compañeros. Los adolescentes con menos participación en las redes sociales seguían la trayectoria opuesta, con un interés decreciente por las recompensas sociales.

“Es impresionante como las redes sociales han pasado de ser un sistema de comunicación más a ser el único en determinadas circunstancias. En los adolescentes, esto tiene particular relevancia ya que ni se distingue con quiénes se comunican en muchas ocasiones”, explicó en diálogo con Infobae la psicoanalista especialista en niños y adolescentes, Nora Koremblit de Vinacur, ex secretaria del Departamento de Niños de la Asociación Psicoanalítica Argentina y coautora del libro Parentalidades.

El estudio, publicado días atrás en JAMA Pediatrics, es uno de los primeros intentos de captar los cambios en la función cerebral relacionados con el uso de las redes sociales a lo largo de los años.

Los autores reconocen que el estudio tiene importantes limitaciones. Dado que la adolescencia es un periodo de expansión de las relaciones sociales, las diferencias cerebrales podrían reflejar un giro natural hacia los compañeros, que podría estar impulsando un uso más frecuente de las redes sociales.

“No podemos afirmar que las redes sociales estén cambiando el cerebro”, afirmó Eva H. Telzer, profesora asociada de psicología y neurociencia en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, y una de las autoras del estudio.

Pero añadió que “los adolescentes que consultan habitualmente las redes sociales muestran cambios drásticos en la forma en que responde su cerebro, lo que podría tener consecuencias a largo plazo hasta la edad adulta, preparando el terreno para el desarrollo cerebral”.

Hipersensibles a las respuestas de sus compañeros

Los resultados mostraron que “los adolescentes que crecen consultando más a menudo las redes sociales se están volviendo hipersensibles a la retroalimentación de sus compañeros”, dijo Telzer.

Los resultados no reflejan la magnitud de los cambios cerebrales, sólo su trayectoria. Y no está claro, según los autores, si los cambios son beneficiosos o perjudiciales. La sensibilidad social podría ser adaptativa y demostrar que los adolescentes están aprendiendo a conectar con los demás, o podría provocar ansiedad social y depresión si no se satisfacen sus necesidades sociales.

Mientras tanto, los investigadores del campo de las redes sociales advirtieron que no se debían sacar conclusiones generales de los resultados.

“Demuestran que el modo en que se utilizan en un momento de la vida influye en el desarrollo del cerebro, pero no sabemos en qué medida, ni si es bueno o malo”, afirmó en diálogo con The New York Times Jeff Hancock, director fundador del Stanford Social Media Lab, que no participó en el estudio.

Para el experto, muchas otras variables podrían haber contribuido a estos cambios. “¿Y si estas personas se unieron a un nuevo equipo, de hockey o de voleibol, y empezaron a interactuar socialmente mucho más? Podría ser que los investigadores estén captando el desarrollo de la extroversión, y los extrovertidos son más propensos a revisar sus redes sociales”, dijo.

Los resultados mostraron que “los adolescentes que crecen consultando más a menudo las redes sociales se están volviendo hipersensibles a la retroalimentación de sus compañeros”, dijo Telzer.

Los resultados no reflejan la magnitud de los cambios cerebrales, sólo su trayectoria. Y no está claro, según los autores, si los cambios son beneficiosos o perjudiciales. La sensibilidad social podría ser adaptativa y demostrar que los adolescentes están aprendiendo a conectar con los demás, o podría provocar ansiedad social y depresión si no se satisfacen sus necesidades sociales.

Mientras tanto, los investigadores del campo de las redes sociales advirtieron que no se debían sacar conclusiones generales de los resultados. “Demuestran que el modo en que se utilizan en un momento de la vida influye en el desarrollo del cerebro, pero no sabemos en qué medida, ni si es bueno o malo”, afirmó en diálogo con The New York Times Jeff Hancock, director fundador del Stanford Social Media Lab, que no participó en el estudio.

Para el experto, muchas otras variables podrían haber contribuido a estos cambios. “¿Y si estas personas se unieron a un nuevo equipo, de hockey o de voleibol, y empezaron a interactuar socialmente mucho más? Podría ser que los investigadores estén captando el desarrollo de la extroversión, y los extrovertidos son más propensos a revisar sus redes sociales”, dijo.

Los expertos que revisaron el estudio dijeron que debido a que los investigadores midieron el uso de los medios sociales de los estudiantes solo una vez, alrededor de los 12 años, era imposible saber cómo cambiaba con el tiempo, o descartar otros factores que también podrían afectar el desarrollo del cerebro.

Sin más información sobre otros aspectos de la vida de los estudiantes, “es difícil discernir hasta qué punto las diferencias específicas en el desarrollo cerebral están relacionadas con el uso de las redes sociales”, sostuvo Adriana Galván, especialista en desarrollo cerebral adolescente de la Universidad de California en Los Ángeles, que no participó en el estudio.

Por su parte, Jennifer Pfeifer, profesora de psicología en la Universidad de Oregón y codirectora del Consejo Científico Nacional sobre la Adolescencia, manifestó: “Toda experiencia se acumula y se refleja en el cerebro. Creo que hay que ponerlo en este contexto. Tantas otras experiencias que tienen los adolescentes también estarán cambiando el cerebro. Así que no queremos entrar en una especie de pánico moral sobre la idea de que el uso de los medios sociales está cambiando el cerebro de los adolescentes.”

Telzer, uno de los autores del estudio, describió la creciente sensibilidad a la retroalimentación social como “ni buena ni mala”. “Les está ayudando a conectar con los demás y a obtener recompensas de las cosas que son habituales en su mundo social, que es participar en interacciones sociales en línea”, afirmó.

Y finalizó: “Esta es la nueva norma. Es importante comprender cómo influye este nuevo mundo digital en los adolescentes. Puede estar asociado a cambios en el cerebro, pero eso puede ser para bien o para mal. Aún no conocemos necesariamente las implicaciones a largo plazo”.

 

Video| Así de espectacular es la imagen del universo si viéramos los rayos gamma

La nueva animación capturó durante un año, en visión de rayos gamma, el dinámico espectáculo de los 'fuegos artificiales' cósmicos del universo.


Fuente: NASA

Un equipo internacional de astrónomos elaboró una animación que muestra la explosiva y fugaz manifestación de los rayos gamma en el universo desde febrero de 2022 hasta febrero 2023.

Los científicos emplearon al Telescopio de área grande (LAT, por sus siglas en inglés) a bordo del telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA.

Este instrumento escanea todo el cielo cada tres horas y detecta los rayos gamma con energías que van desde 20 millones hasta más de 300.000 millones de electronvoltios.

“Para armar esta base de datos, nos inspiraron los astrónomos que estudian galaxias y querían comparar las curvas de luz visible y de rayos gamma en escalas de tiempo largas”, explicó Daniel Kocevski, astrofísico de la NASA y coautor del estudio. “Recibimos solicitudes para procesar un objeto a la vez.

Ahora la comunidad científica tiene acceso a todos los datos analizados de todo el catálogo“, agregó.

Por su parte, la coautora Michela Negro, astrofísica de la Universidad de Maryland, plantea que tener “la base de datos histórica de la curva de luz podría conducir a nuevos conocimientos de múltiples mensajes sobre eventos pasados”.

En la animación, cada fotograma representa tres días de observaciones. El círculo magenta de cada objeto crece a medida que aumenta su brillo y se encoge a medida que se oscurece. Algunos objetos fluctúan a lo largo de todo el año.

La banda de color naranja rojizo que atraviesa el centro es el plano central de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Los colores más claros en la banda indican un brillo más intenso. El círculo amarillo muestra la trayectoria anual aparente del Sol a través del cielo. Los resultados del trabajo se publicaron el pasado miércoles en The Astrophysical Journal.

Revelan que los perros mapaches podrían ser el origen del covid-19

Los datos que sirvieron como base de la investigación fueron "publicados en silencio" por investigadores chinos.


Fuente: RT en español

Un grupo internacional de investigadores ha develado que un estudio genético demuestra que los perros mapaches que se venden ilegalmente en el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan (China), donde se detectaron los primeros casos de covid-19, podrían haber portado y posiblemente propagado el virusinformó este jueves The Atlantic.

Esto es un indicio muy fuerte de que los animales en el mercado estaban infectados. Realmente no hay otra explicación que tenga sentido”, señaló la viróloga Angela Rasmussen, que participó en la investigación.

Para llevar a cabo el estudio, los científicos analizaron datos sin procesar de muestras que fueron tomadas dentro y cerca del mercado antes del comienzo de la pandemia. Se destaca que estos datos iniciales fueron “publicados en silencio” en la base de datos genómicos de acceso abierto GISAID por investigadores del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China.

“Un paso importante”

Los especialistas descubrieron que varias muestras del mercado que dieron positivo para SARS-CoV-2 también estaban repletas de material genético animal, gran parte del cual coincidía con el perro mapache. Estos animales, criaturas comúnmente criadas para la venta en China, también son conocidas por ser una de las muchas especies de mamíferos que pueden contraer y propagar el coronavirus fácilmente, detalla el medio.

Los expertos también indican que encontrar material genético de virus y mamíferos “tan estrechamente mezclados no es una prueba perfecta”, no obstante, afirman que “es un paso importante”.

“¿Creo que había animales infectados en el mercado? Sí, lo creo”, dijo Kristian Andersen, unos de los investigadores principales del artículo mediante un correo electrónico a The Atlantic. “¿Estos nuevos datos se suman a esa base de evidencia? Sí”, añadió.

De acuerdo con el periódico, el estudio proporciona evidencia clara de que los perros mapaches y el virus estaban exactamente en el mismo lugar en el mercado, lo suficientemente cerca como para que las criaturas pudieran haber sido infectadas y, posiblemente, tornarse transmisoras.

Por otro lado, se informa que los hallazgos no descartan la posibilidad de que otros animales hayan estado portando el virus en el mercado. Y si bien los perros mapaches estaban infectados, es posible que no hayan sido los responsables de transmitir el patógeno.

“¿Tenemos conocimiento de que el huésped intermediario fueron los perros mapaches? No”, respondió Andersen. “¿Está en lo más alto de mi lista de portadores potenciales? Sí, pero definitivamente no es el único“, continuó. Esto significa que la búsqueda de muchos huéspedes salvajes del virus deberá continuar.

Controversial debate

La polémica sobre el origen real del virus permanece desde el comienzo de la pandemia. En mayo de 2020, desde China se sugirió que podría haber sido el Ejército estadounidense quien llevó la epidemia a la ciudad china de Wuhan.

Un año después del inicio de la emergencia sanitaria, en marzo de 2021, la OMS publicó un informe sobre su estudio del origen del covid-19, en el que concluyó que lo más probable es que el virus se transmitiera desde murciélagos a otro animal y, posteriormente, a los humanos. Los expertos también afirmaron que es “extremadamente improbable” que el SARS-CoV-2 se originara en un laboratorio.

Sin embargo, los gobiernos de 14 países criticaron los resultados y a la organización, alegando que los científicos internacionales no tuvieron acceso a los datos “completos y originales”, así como a las muestras de los primeros casos de contagio.

En una investigación preliminar, publicada en febrero de 2022, los expertos ya habían demostrado que las muestras del presente estudio eran positivas para el coronavirus, pero afirmaron que no se podía deducir sobre algún huésped animal del virus SARS-CoV-2. En ese sentido, sugirieron que el virus había sido transmitido por humanos infectados, en lugar de criaturas salvajes.

Por otro lado, el Departamento de Energía de EE.UU. concluyó en febrero pasado que la pandemia podría haberse originado por una fuga en un laboratorio chino y sostuvo que la hipótesis del origen natural del virus es de “baja confianza”. Por su parte, el actual canciller de China, Qin Gang, instó a dejar de difamar al país asiático, como ya lo han realizado en múltiples ocasiones pasadas y defendió que la investigación sobre la procedencia del covid-19 es un asunto de ciencia y no se debería politizar.

¿Por qué ronronean los gatos? La ciencia ofrece varias explicaciones

Uno de los estudios sugiere que la vibración del ronroneo podría favorecer el crecimiento óseo y la cicatrización de los tejidos blandos.


Fuente: RT en español

Pese a la extendida opinión de que el ronroneo de los gatos es una clara muestra de placer, las investigaciones sugieren que las vibraciones van mucho más allá de eso y, en realidad, hasta pueden considerarse como un intento de ‘hackear’ el cerebro de los humanos con un truco psicológico.

Aunque la ciencia no ha establecido explicaciones definitivas del fenómeno, ofrece varias sugerencias. Lauren Finka, científica especializada en el bienestar felino en International Cat Care, explicó a Science Focus que el ronroneo puede ser indicativo de los intentos de los gatos de exigir comida.

Un estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido) descubrió hace años que los gatos modifican su manera de ronronear en función de una determinada necesidad. Así, cuando lo hacían para pedir que los alimenten, los humanos percibían aquellos sonidos como “más urgentes y menos agradables“, utilizando los componentes vocales de alta frecuencia similares a los que emiten los bebés humanos cuando lloran por tener hambre, resumió Finka.

Otra posible explicación, también bastante contraria a la percepción de las vibraciones como muestras de felicidad, es que el gato está herido o angustiado.

“Se cree que, en determinados contextos, los gatos también pueden ronronear en un intento de tranquilizarse, lo que podría ayudarles a sentirse más tranquilos o a aliviar el dolor. De hecho, se ha visto que los gatos ronronean en situaciones cuando probablemente están estresados o sienten una molestia física“, explicó Finka.

En tales escenarios también puede tratarse de un intento de pedirnos ayuda, como lo hacen a la hora de solicitar comida, pero el lenguaje corporal y el comportamiento del felino en general sugiere que no quieren que los toquen y prefieren estar solos.

“Además, los gatos también pueden ronronear cuando los humanos no están presentes. Por lo tanto, es necesario seguir investigando para comprender mejor las distintas funciones del ronroneo en los gatos domésticos”, concluyó la científica.

Por último, el ronroneo podría evidenciar el proceso de autocuración. Según un estudio publicado en la revista New Zealand Veterinary Journal, la vibración del ronroneo de los gatos, de 20 Hz a 150 Hz, podría favorecer el crecimiento óseo y la cicatrización de los tejidos blandos.