The candies o los caramelos se asemejan mucho al amor, ambos producen una sensación de placer. El disfrute es tal que hacen que uno quiera más y más hasta llegar a la satisfacción.

Pero también tienen un lado negativo, ambos pueden llegar a empalagar y por ende producir hartazgo. La acción directa es siempre parar la consumición de lo contrario podrían ser más graves las consecuencias.

Esta analogía se refleja en Candy Bar, la apuesta en conjunto de Ciudad Teatro, Menó Films y La Taza de Café Producciones que hace frente al paro de las actividades artísticas y muy principalmente del teatro.

Se trata de una comedia ligera en la que dos amigas y compañeras de trabajo en una cafetería céntrica, comparten sus experiencias de vida y en el amor.

La obra resalta por un gran trabajo audiovisual, con buen manejo de cámaras y edición. La colorimetría cálida y la estética, (incluyendo la promoción en redes sociales) resaltan el aire “pop” que va acorde con el nombre del espectáculo.

Candy Bar logra atrapar visualmente desde un principio, pero la historia se pierde en la obviedad, marcada por momentos extensos, la ausencia de un conflicto específico y lagunas de contexto.

Al inicio ‘Simona’, interpretada por Antonella Zaldivar, se dirige a la cafetería en bicicleta inmersa en su mundo, escuchando música a través del celular. Recién con la llegada al lugar de ‘Elisa’, personificada por Jazmín Romero, sabemos que la trama se centra en la actualidad, en medio de la crisis mundial a raíz de la pandemia del coronavirus.

Esto debido a que la misma ingresa con tapabocas y hace referencia a la situación. ¿Suponemos entonces que una se cuida y la otra no? ¿O quizás Simona se olvidó el suyo?

Los personajes de Zaldivar y Romero están diferenciados y muy bien construidos pero la convergencia de lenguajes, el teatral y el audiovisual las juega en contra en ocasiones, llevando su interpretación a niveles altos y bajos.

La relación fallida de Simona, su dependencia emocional y ciertas inseguridades tienen mucho protagonismo en los diálogos pero no permiten ver un conflicto contundente que la mueva y repercuta a tal punto de que se produzca un cambio en ella.

Otro ingrediente que no logra “sazonar” es el desarrollo de ‘Berni’, compañero de Simona y Elisa. Interpretado por Raúl Ruíz Gines, el “chico delivery” ingresa de manera muy orgánica y generando expectativas conforme se evidencia el interés hacia él por parte de una de sus compañeras.

Su intervención se pudo haber explotado mucho más con una mayor interacción con las amigas, principalmente con Elisa, incluso algunas escenas que podrían haber sido solo de los dos, momentos entre ellos que coqueteen con la picardía propia del romance juvenil.

Berni queda solo en una fugaz participación con un momento musical que habría quedado mejor si hubiera sido más breve, y una revelación que podría haber representado un gran quiebre emocional en Elisa, en el que podríamos haberlos conocido más y por qué no, identificarnos con ambos.

Es casi inevitable no pensar en Candy Bar como uno de los primeros capítulos de una serie a la que aún le quedan muchos capítulos para su desarrollo y por supuesto llegar a su esperado climax y desenlace.

Más allá de sus puntos flojos, Candy Bar es una propuesta interesante en lo que a formato refiere. En tiempos de COVID-19 y con un regreso incierto del teatro, más que nunca el audiovisual es una alternativa rica y necesaria para la industria naranja en nuestro país, y con el auge de las multiplataformas, el público y el negocio definitivamente están ahí.

Candy Bar fue escrita y dirigida por Daniel Gómez, y la dirección de fotografía corrió a cargo de Maik Flaming.

La obra es apta para mayores de 13 años. Los tickets pueden ser adquiridos desde la web o a través de Red UTS, a un costo de 40.000 Gs. pagando con tarjeta de crédito, débito, transferencia bancaria o billetera Tigo.

“Allí, viviendo al límite, en un mar de desdicha, navegan estas cinco mujeres desgraciadas. El sufrimiento ha sido el signo de sus vidas, sin posibilidades de evitar lo que por ventura les correspondió. Y aquí están las cinco, frente al público, un jurado que deberá tener en cuenta solo aquello que ellas confiesen, y las sensaciones que les causen sus historias para decidir inocente o culpable”, se lee en la sinopsis de la obra.

Sobre las tablas se podrá vivir la historia de cinco historias de mujeres que debieron enfrentar la fatalidad, soportar agresiones y sufrir pérdidas importantes.

Las protagonistas trasladarán a los jueces a escenarios inusuales para algunos, no tanto para otros. “El reconocerse en ellos es uno de los riesgos que se deberá correr si se pretende escuchar su doloroso canto de urutaú”, revelaron.

Las historias de diferentes mujeres son narradas a través de las interpretaciones de Patricia Reyna, Olga Vallejos, Gaby Cañete, Dai Acosta y Eli Marín, dirigidas por Silvio Rodas, Pablo Ardissone, Juan Carlos Cañete, Ronald Von Knobloch y Luis Troche.

En boletería de la Sala La Correa se podrán adquirir las entradas a G. 80.000. Para más información, se puede contactar al (0991) 322213.

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La obra teatral tendrá hoy una única función en el teatro del CCPA (José Berges c/ Estados Unidos) y presentará en escena cuadros inspirados en los mitos guaraníes. Se trata de una combinación de teatro, danza y también de poesía.

“En lo más profundo del bosque se despliega una trama de misterio y secretos ancestrales. Un mundo oculto entre sombras y susurros, donde la verdad y el engaño se entrelazan en un baile siniestro”, se lee en la sinopsis de esta obra producida por el grupo emergente “ARPYO”.

La obra presentará en escena a Laura Belotto, Jessi Narváez, María Ferreira, José Ferreira, Yani Díaz, Pamela Amarilla, Nathali Peláez, Cece Gómez, Fátima Larrea y Betha Rojas.

Andrés Arredondo ya estuvo al frente de varias obras como “Las cosas por su nombre”, “Tres sombreros y una boda” y “Recuerdo latente”.

Las entradas anticipadas cuestan G. 60.000 y se pueden solicitar al (0985) 362-240. En puerta tendrán un costo de G. 80.000.

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“El curso está diseñado para artistas que buscan perfeccionar sus habilidades y explorar nuevos horizontes en la actuación desde el teatro y la actuación ante cámaras. Nuestro programa se destaca por su flexibilidad y personalización según sus intereses y metas profesionales, ya que podrás tomar clases con ambas maestras o escoger solo una y enfocarte en teatro o cámara”, se explicó desde la institución.

Con el curso se apuesta por el dominio actoral y expansión de las capacidades artísticas. Algunos de los requisitos para participar son: disponibilidad completa los sábados, haber terminado la escuela, se considerará un 70% del TIA y un 30% de otras escuelas y profesionales, los cupos son limitados y los postulantes pasarán por una entrevista el sábado 20 de abril de 10:30 a 15:30 hs.

Más información

Para los interesados en el curso, comunicarse al @tiamanegliaschembori. Este curso se impartirá en de mayo a octubre. Y será en el Galpón Pasaje Molas y Teatro Schemboriano. Hay que mencionar que plazas son limitadas, por lo que se debe inscribir con tiempo, para asegurar un cupo.

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