Lo que hay que saber de la vacunación contra COVID-19 en niños de 5 a 11 años

La vacunación contra la COVID-19 en niños y adolescentes se ha extendido alrededor del mundo. Son varios los países que aprobaron diferentes plataformas de vacunas y algunos de ellos ya empezaron la vacunación, inclusive en niños menores de 11 años.

Por Fabiola Román Maldonado, PhD en Biología

Cabe señalar que las dosis que serán administradas a los niños menores de 11 años, no son las mismas dosis que son administradas a los de 12 años y más. Los análisis presentados por Pfizer/BioNTech han mostrado que, con una dosis inferior, es suficiente para generar protección en los niños de 5 a 11 años. Otras vacunas tienen resultados incluso para niños desde los 3 años.

Muchos padres en Paraguay ya han inscripto a sus hijos menores de 11 años para la vacunación; sin embargo, algunos padres se resisten a la idea de vacunar a sus hijos.

¿Por qué se debería vacunar a los niños si en ellos la COVID-19 es grave en pocos casos? En primer lugar, porque se ha visto que el riesgo de que un niño tenga problemas de salud al contraer la COVID-19 es significativamente mayor que el riesgo de sufrir algún efecto colateral de las vacunas aprobadas para su rango de edad.

Así se determina si es indicada la administración de un medicamento o vacuna en las personas. Si al realizar los estudios, se ve que el riesgo de que tengan COVID-19 es mucho menor al riesgo de vacunarse, entonces no se procede a la vacunación. Y ese, no es el caso de la COVID-19 en niños.

Una vacuna contra la COVID-19 podría evitar que un infante enferme gravemente o que sufra complicaciones a corto o largo plazo. Además, los niños con otras afecciones médicas, como obesidad, diabetes y asma, podrían tener un mayor riesgo de enfermarse de gravedad por la COVID-19.

Si bien la necesidad de hospitalización es menos frecuente en niños, los expertos han enfatizado que algunos pueden requerir atención hospitalaria al enfermarse de COVID-19. Además, existe una legítima preocupación sobre el potencial impacto de una covid prolongada, de la cual sabemos muy poco.

A principios del 2020, cuando el SARS-CoV-2 entró en los Estados Unidos de América, los niños representaban menos del 3% de los casos. Actualmente ya se estima que son más del 25%. Durante el año 2021, alrededor de 100.000 niños por semana se infectaron en el mismo país, y muchos han requerido ser hospitalizados en cuidados intensivos. Casi 700 niños han muerto a causa de la COVID-19 en EEUU, lo que coloca a la infección por SARS-CoV-2 entre las 10 principales causas de muerte en niños estadounidenses.

El Dr. Nathaniel Beers, pediatra del Children’s National Hospital y presidente del HSC Health Care System (Sistema de Asistencia Sanitaria) de EE.UU. había dicho en una entrevista que Ómicron puede afectar a los niños, especialmente a los más pequeños, de forma más severa debido a la localización de sus síntomas. Se ha visto que Ómicron, ataca de manera diferente que las demás variantes, ya que se tienen más síntomas en las vías respiratorias superiores, y los niños tienen las vías respiratorias superiores más pequeñas.

En un reporte presentado por la FDA sobre riesgos y beneficios de la vacuna en niños, se observó que, en el rango de 5 a 11 años, los beneficios de la vacunación con Pfizer han superado significativamente los riesgos; por ejemplo, de pericarditis. Además, no se han observado fallecimientos a causa de la vacuna.

Chile es uno de los países que ya empezó la vacunación en menores de 11 años. En dicho país, han optado por las vacunas de Sinovac y de Pfizer. Un dato interesante es que Chile, no solo está vacunando a niños de entre 5 y más años, sino que han incluido también a niños en el rango de 3 a 5 años. Chile ha aplicado un total de 220.763 vacunas a menores de 5 años, mientras que, en el rango de 6 a 11 años, se registran 2.443.987 vacunas administradas.

Es necesario dejar en claro que, si uno opta por no vacunar a sus hijos, ha elegido exponer al niño a un riesgo mayor. Decidiendo no vacunar, en contra de la evidencia, se ha optado por privarle al niño de protección y exponerle al contagio de una enfermedad. Un año atrás, los niños contagiados eran muy pocos; sin embargo, estábamos bajo restricciones. Ahora ese escenario cambió. En lo posible se trata de no aplicar restricciones, ya que la vacunación en adultos ha avanzado mucho. Pero, ¿y los niños? ¿Acaso ellos no merecen también volver protegidos a la normalidad? Ahora tendrán la oportunidad.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.