Vacunas contra el COVID-19 no generan alteraciones en la menstruación

Un comité de expertos de la Agencia Europea de Medicamentos analizó la evidencia científica acumulada hasta el momento. No encontraron vínculos entre la inmunización y cambios en el período femenino


Fuente: Infobae

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), tras una reunión de su Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia, no encontró relación entre la aplicación de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna y las alteraciones en el ciclo menstrual femenino.

La ausencia de menstruación (amenorrea) puede definirse como la ausencia de sangrado durante un periodo de 90 días o más. Los períodos abundantes pueden definirse como un sangrado caracterizado por un aumento de volumen y/o duración que interfiere con la calidad de vida física, social, emocional de la persona, según explicó la EMA a través de un comunicado.

“Los trastornos menstruales son muy comunes y pueden ocurrir con una amplia gama de condiciones médicas subyacentes, así como por el estrés y el cansancio”, definieron los expertos del ente regulador sanitario de la Unión Europea. La evaluación fue motivada por los informes de trastornos menstruales tras recibir una o dos dosis de las vacunas de Moderna o Pfizer-BioNTech.

El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC, por sus siglas en inglés) ha revisado “todos los datos disponibles, incluidos los casos notificados durante los ensayos clínicos, los casos notificados espontáneamente en Eudravigilance (la base de datos europea de efectos adversos de los medicamentos) y los datos de la literatura científica después de la administración de las vacunas Comirnaty (Pfizer) y Spikevax (Moderna)”, detalló el comunicado.

Los expertos de la agencia sanitaria europea acordaron continuar con la evaluación del efecto de las vacunas en el ciclo menstrual femenino y divulgar los resultados “tan pronto como haya más información disponible”.

Los informes sobre menstruaciones abundantes —sangrado caracterizado por un mayor volumen y/o duración que interfiere en la calidad de vida— se destacaron como una preocupación potencial después de que un estudio realizado en Noruega en el que se sugería un aumento de los casos de este fenómeno tras la inoculación.

El estrés pandémico impactó en los ciclos menstruales

Un estudio realizado con 12.000 mujeres en edad reproductiva, presentado en noviembre de 2021 en la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, encontró que 1 de cada 3 había experimentado cambios en sus ciclos y síntomas menstruales durante la pandemia de COVID-19.

El estrés crónico a largo plazo produce niveles altos de cortisol, que pueden alterar la endocrinología y la regulación de los ciclos menstruales. La plataforma de salud Ovia Healthen en Estados Unidos, decidió investigar la relación entre el estrés percibido y el cambio del ciclo menstrual durante la pandemia de COVID-19.

Entre 12.302 encuestadas, 1 de cada 3 (36%) informó cambios en el ciclo o los síntomas. El 87 % por ciento dijo que su ciclo comenzaba temprano o tarde. El 29% informó síntomas más fuertes durante la menstruación, como dolor lumbar, calambres o cambios en la secreción, y el 27% dijo que el sangrado era más abundante durante la menstruación.

“Esto tiene implicaciones para las mujeres que intentan concebir o que luchan contra la infertilidad”, dijo Shannon M. Malloy, investigadora y asociada de datos de Ovia Health, una empresa de tecnología de salud para mujeres y familias en Boston, durante la presentación del estudio en la reunión 2021 de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva.

“El COVID-19 ha introducido nuevos factores estresantes psicosociales, interpersonales y ambientales. La pandemia es “uno de los desastres más estresantes y colectivamente experimentados que la sociedad moderna haya visto jamás. Imaginado como un evento único y aislado, con el tiempo, la enfermedad pandémica se ha arraigado en la vida diaria de las personas creando un futuro imprevisible”, aseguró la investigadora.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.