Muertos por lluvias en Brasil suben a 16

El número de muertos por las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en el estado brasileño de Rio de Janeiro aumentó, en tanto aún tres personas están desaparecidas, dijeron las autoridades el domingo.


Fuente: AFP

Fuertes precipitaciones azotaron durante tres días una amplia franja de la costa atlántica de este estado del sureste de Brasil, en la última de una serie de tormentas mortales en el país que, según los expertos, empeoran por el cambio climático.

Los rescatistas sacaron el domingo temprano dos nuevos cuerpos del lodo y los escombros que dejó un deslave en el barrio de Monsuaba de Angra dos Reis, ciudad costera 160 kilómetros al suroeste de la urbe de Rio de Janeiro, dijeron las autoridades.

En total, cuatro niños y cuatro adultos murieron en ese lugar, dijo el gobierno de la ciudad. Los trabajadores de emergencia siguen buscando a tres personas reportadas como desaparecidas en Monsuaba.

Otro deslizamiento de tierra en la pintoresca ciudad colonial de Paraty mató a una madre y seis de sus hijos, entre dos a 17 años.

Un séptimo niño fue rescatado con vida y llevado al hospital, donde se encuentra en condición estable, dijo la oficina del alcalde.

En Mesquita, un suburbio de Rio, un hombre de 38 años murió electrocutado tratando de ayudar a otra persona a escapar de las inundaciones, dijeron funcionarios y medios de comunicación.

El presidente Jair Bolsonaro dijo en Facebook que el gobierno federal envió aviones militares para ayudar en las labores de rescate y envió al secretario nacional de respuesta a desastres, Alexandre Lucas, al estado de Rio de Janeiro, que cuenta con 17,5 millones de habitantes.

Estas nuevas lluvias se producen seis semanas después de que inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra mataran a 233 personas en Petrópolis, la capital de veraneo imperial del siglo XIX, también en el estado de Rio de Janeiro.

Paraguayos con órdenes de captura en Brasil, por ‘tráfico masivo’ de coca y marihuana

La Policía Federal del Brasil confirmó la existencia de órdenes de captura contra ciudadanos (entre ellos paraguayos) implicados en tráfico de drogas a escala masiva.



En la lista figura el conocido Antonio Joaquim Mendes Goncalves da Mota, alias Motinha, brasileño que había huido de un operativo que se llevó a cabo en el Departamento de Amambay.

La disposición de búsqueda de los acusados por narcotráfico, menciona con énfasis el tráfico de marihuana y cocaína desde Paraguay, que se convirtió en los últimos años en un “pasillo” de triangulación del estupefaciente químico proveniente de Bolivia.

Con intercepción de llamadas y mensajes, autoridades del vecino país accedieron a evidencias que incriminan a paraguayos en esquemas binacionales para traficar estupefacientes al Brasil, considerado como uno de los mercados grandes de destino de las drogas.

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En el caso referente a alias Motinha, los informes relevados por la Policía Federal, consignan que el mismo es considerado un pez gordo que opera principalmente desde la zona fronteriza paraguaya-brasileña.

El sujeto alternaba residencias entre ambos países, y el año pasado logró romper un cerco de operativo llevado a cabo por la Secretaria Nacional Antidrogas y de la Policía. La acción se llevó a cabo en una de sus estancias ubicadas en Amambay, pero el resultado fue negativo, tras presuntas filtraciones que se verificó desde los entes en cuestión.

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Un escolar de 10 años se suicida tras ser víctima de ‘bullying’

El menor recibía burlas constantes de sus compañeros de escuela por sus gafas y dientes. Fue golpeado en el autobús escolar, acorralado en los baños del colegio y acosado en las redes sociales.

Este martes por la mañana una emotiva procesión de casi 200 personas se dirigió a la iglesia Brandywine en Greenfield (Indiana, EE.UU.) para rendirle tributo a un niño de 10 años quien se suicidó después de sufrir un acoso escolar implacable, recogieron medios locales. Su funeral se llevó a cabo en la mañana de este miércoles.

Sammy Teusch se suicidó el pasado 5 de mayo por la mañana, según el medio local 13News. “Lo sostuve en mis brazos. Hice lo que ningún padre debería hacer, y cada vez que cierro los ojos, es todo lo que puedo ver”, comentó su padre, Sam Teusch. “Él era mi hijo pequeño. Era mi bebé. Era el más pequeño”, dijo la madre de Sammy, Nichole Teusch.

Acosado hasta la muerte

Según su familia el niño estuvo siendo intimidado hasta la noche antes de su muerte. También dijeron que el acoso comenzó el año pasado en la escuela primaria y continuó este año en la Escuela Intermedia Greenfield. “Al principio se burlaban de él por sus gafas y luego de sus dientes. Esto continuó durante mucho tiempo”, expuso Sam. Lo que empezó como palabras progresivamente se volvió físico, subrayaron. “Lo golpearon en el autobús escolar y los niños le rompieron las gafas y todo”, expuso su padre.

La familia de Sammy explicó también que el acoso progresó desde la escuela y el autobús hasta las redes sociales, incluso a pesar de que él tenía acceso limitado a su teléfono. “‘Te voy a dar una paliza. Te voy a dar una paliza cuando llegues a la escuela’”, recordó Sam. Sus padres dijeron que debido al acoso el niño se volvió retraído y dejó de abrirse. Ellos consideran que su suicidio se debió a que temía ir a la escuela después de un incidente en el baño y el ‘bullying’ constante.

La escuela

Los padres de Sammy Teusch dijeron que se comunicaron con la escuela de su hijo 20 veces por acoso e intimidación. “Llamé a la escuela y les dije: ‘¿Qué están haciendo al respecto? Sigue empeorando, empeorando y empeorando. Y no está mejorando. De hecho, está empeorando’”, comentó su padre. “Sabían que esto estaba pasando”, afirma Sam.

El superintendente de escuelas, Harold Olin, señaló a 13News que ni los padres ni el estudiante presentaron ningún informe de acoso. Sin embargo, admitió que los administradores y el consejero de la escuela tuvieron conversaciones regulares con la familia durante todo el año, aunque indicó que no podía compartir su contenido.


Desapareció a los 17 años y después de 26 años lo hallaron en el sótano de su vecino

Un adolescente que desapareció en 1998 fue encontrado con vida durante el fin de semana en el sótano de la casa de su presunto secuestrador, a sólo 300 pies de la residencia de su familia en Argelia.

Omar Bin Omran fue rescatado el domingo de la casa de su captor de toda la vida después de que desapareció cuando se dirigía a una escuela vocacional hace unos 26 años, de acuerdo con el New York Post, que se hizo eco de informes de los medios argelios.

Omar, ahora de 45 años y con barba, fue salvado del sótano debajo del piso cubierto de heno de su vecino en una especie de corral de ovejas, como muestra un video que muestra al detenido con aspecto confundido publicado en las redes sociales.

Su captor acusado, un hombre de 61 años que vivía solo, fue detenido, según la Fiscalía General de Djelfa.

Según los informes, los investigadores fueron avisados por la familia de la víctima después de que el hermano del sospechoso sugiriera que su hermano estaba involucrado en el secuestro.

La Gendarmería Nacional reabrió entonces la investigación y registró la casa del hombre hasta que descubrió una trampilla escondida debajo del heno en el suelo.

Encontraron a Omar detrás de la puerta, dijeron los fiscales.

Omar fue trasladado a un centro médico para recibir tratamiento, tanto físico como psicológico, mientras que el sospechoso anónimo irá a juicio por el “crimen atroz”, dijo la fiscalía general.

El presunto secuestrador del adolescente también ha sido acusado de matar a su perro, que se ve en fotografías con él el año de su desaparición

El perro permaneció en la casa del sospechoso durante un mes entero después de la desaparición de Omar.

Poco después, el cuerpo del perro fue abandonado frente a la casa de la familia de Omar y se creía que había sido envenenado.

Lamentablemente, la madre de Omar, que nunca dejó de buscar a su hijo desaparecido, uno de sus nueve hijos, murió en 2013, dijo su tío a los medios argelinos.

Mientras que otros miembros de la familia creían que había sido asesinado durante la guerra civil del país durante la década de 1990 y principios de la de 2000, su madre sentía en su corazón que todavía estaba vivo.

Su último deseo fue “Por favor, no dejen de buscar a Omar. Estoy seguro de que todavía está vivo”.

Según los informes, la víctima les dijo a sus familiares que a veces los veía pasar por una ventana en la casa de su secuestrador, pero no podía hablar ni llamarlos, como si estuviera bajo algún tipo de hechizo.