El río Paraguay anegó extensas áreas productivas a lo largo de su curso tras las persistentes lluvias y las consiguientes inundaciones, que afectan a unas 62.000 familias en todo el país.

“Si no paran estas tormentas y no baja el agua en estos meses, corremos el peligro de enganchar con la época de lluvia de agosto y septiembre, otro ciclo que va a ser bastante grave”, dijo Ricardo Felippo, de la Asociación Rural del Paraguay (ARP).

Felippo calificó de “atípico” al actual fenómeno debido a que el río Pilcomayo, “también está crecido” y ha inundando extensas áreas de producción pecuaria de la región occidental.

En el Chaco, con unas siete millones de cabezas de un hato total de 13.462.995 cabezas, según datos del servicio oficial, “hay campos bajos, los animales no tienen piso, entonces buscan las pequeñas alturas, donde se hacinan. Lo grave es que cuando la inundación dura tanto tiempo el pasto se pudre”, explicó.

Destacó que las pérdidas, aún no cuantificadas por el sector, “son innumerables”, la mortandad se produce en animales de mayor edad y menor estado y que en el fango los terneros y las hembras, de talle ancho y bajo por la mezcla de razas que alberga la región, “son los más afectados”.

El Chaco “al ser un terreno fangoso automáticamente se satura de agua, los postes se aflojan, las alambradas empiezan a caer”, afirmó el empresario al explicar que el mal estado de los caminos obliga al traslado en tropa de largos recorridos con su consecuente sobreprecio.

Por su parte, Guillermo Sisul, presidente de la regional ganadera en el departamento de Ñeembucú, comentó que en lo que va de año ha caído el 80 por ciento de la cantidad de lluvia prevista para todo 2019, lo que ha causado no menos problemas a los productores pecuarios.

“Hay casos aislados (de mortandad), los campos se quedan sin mucho piso y los animales se van aglomerando, todos buscan altura, el animal no come y eso afecta la preñez”, aseveró Sisul.

Agregó que, si bien en esa parte del país la situación “no es crítica, sí hay pérdidas y van a haber más en el mediano plazo”.

En Pilar, capital de Ñeembucú, el nivel del Paraguay ha superado los 9 metros y se acerca a su último estado de catástrofe, de 10,05 metros en 1983, cuando el muro de protección de la ciudad fue rebasado por las aguas.

En esta región “hay más o menos 430.000 cabezas, teníamos 550.000 hace dos años y en la última vacunación volvimos a 430.000. Como son campos bajos, al subir el río se achica el piso de pastoreo, entonces tenemos que sacar los animales de la hacienda”, detalló el empresario.

“Ñeembucú es zona productora de terneros. Desde hace un tiempo hay cabañas de criadores que ganan premios en exposiciones”, refirió Sisul, quien sostuvo que cuando se produjo el período actual de crecida “el nivel del río no estaba alto” en esa parte del país “y eso hizo que no sea catastrófico”.

La industria ganadera en Paraguay representa el 12,6 % del producto interior bruto (PIB) del país y emplea a unas 400.000 personas.

El embajador estadounidense recibió a Claudia Aguilera y a Juan Manuel Corzo porque este viernes 10 de mayo se cumplen 2 años del asesinato del fiscal Marcelo Pecci en Cartagena, Colombia.

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Ostfield ratificó, en nombre del Gobierno de EEUU; la disposición y el compromiso con las investigaciones para dar con los responsables de la muerte del fiscal y con la lucha contra el crimen organizado.

“El legado de Marcelo exige priorizar la investigación, hasta que se haga justicia, para que nunca más ocurra algo así”, escribió el embajador en un posteo en redes sociales.

Pecci fue asesinado por sicarios cuando se encontraba en la playa de un hotel en la isla de Barú, donde fue de luna de miel con Aguilera.

La justicia colombiana condenó a varios implicados con el crimen: Margareth Lizeth Chacón Zúñiga por su participación en la planeación del asesinato, los hermanos Ramón Emilio y Andrés Felipe Pérez Hoyos, quienes aceptaron su responsabilidad en el asesinato, recibieron una condena de 25 años y seis meses de prisión. Otro de los acusados de articular el homicidio fue Francisco Luis Correa Galeano.

El comunicado de la familia Pecci hace mención a lo ocurrido dos años atrás en Cartagena, Colombia, donde un grupo de sicarios internacionalmente, coordinados y financiados, acabó con la vida del fiscal Marcelo Pecci. Al respecto, sostienen que los responsables hoy se muestran “fuertes con el uso del dinero mal habido, atropellando lo que han encontrado a su paso, pero que también lo usan para esconderse detrás de fachadas y de lugartenientes que no hacen sino retrasar el proceso”.

Indican además que esto fue retrasando el que consideran el único proceso de investigación, el que se da en Colombia. “Vivimos y crecimos en este país en donde sabemos de injusticias. Vivirla en carne propia lo hace doloroso, frustrante. El olvido son como capas de polvo que no vemos caer pero en el bronce que engalana el nombre de Marcelo Pecci ya hay una capa bastante gruesa que en poco tiempo más va a impedir leer sus letras o recordar sus hazañas”, resaltan.

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Al respecto de los homenajes a los dos años de su asesinato, indican que “ningún acto ni tributo para la familia es aceptable si no se trata de Justicia”.

“Tímidamente hoy vemos caer hojas y hojas del calendario a las que acompañan excusas, lamentos, discursos; pero muy poco en cuanto a lo que se refiere a aquella ansia que a los justos enciende cuando de encontrar al asesino de su compañero se trata”, subrayan en relación a las acciones investigativas que se llevan en Paraguay, donde lamentan que no se ven entusiastas investigadores como sí los hay en Colombia.

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“El olvido es la peor forma de injusticia. Porque el dolor no cesa y la putrefacción no sana. El nombre de Marcelo Pecci no ha sonado ni en los discursos públicos (aquellos que apuntan a la corrección política) por lo menos para decir que se está buscando algún tipo de justicia. Ni se ha intentado disimular. El olvido provocado es aún peor”, enfatizan.

Ante toda la situación expuesta, solicitan a las autoridades encargadas de la administración que respetuosamente ahorren cualquier tipo de estipendio público en memoria de Marcelo Pecci. “Les solicitamos que en lugar de lirios o calas, cartas o cintas, hasta el último recurso se destine a averiguar quién ordenó matarlo”, agregan.

“Tenemos un gran desafío, considerando que tenemos previsibilidad por un período de tres años en la tarifa de la Itaipú Binacional, en el ingreso adicional y por sobre todas las cosas, el acuerdo operativo que posibilita a la Ande tener la prioridad en la energía excedente”, expresó el titular de la Ande, Félix Sosa, en conversación con Universo 970 AM de Nación Media.

Destacó que Paraguay de inmediato puede vender energía al mercado libre brasileño. Pero, se necesitan algunas definiciones técnicas por las que se empezará a trabajar. “Históricamente Paraguay quiso realizar esa venta de su energía al mercado brasileño. Es un logro demasiado importante”, sostuvo.

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Al tener un acuerdo también sobre el costo operativo de la binacional, Sosa señaló que una de las prioridades es el fortalecimiento del sistema eléctrico nacional y la industrialización. “La intención del Paraguay y el presidente Peña es que esa soberanía energética se constituya a través de la industrialización de nuestro país”, enfatizó.

Agregó que la Ande ya cuenta con un plan maestro definitivo, en el que se destaca la necesidad de inversión, cuyo estimativo por año es de 650 millones de dólares, repartidos entre generación y línea de transmisión de distribución de energía eléctrica.

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Asimismo, mencionó que la proyección de utilización del 100% de la energía es para el 2030, pero puede variar en caso de que aparezcan grandes industrias. “Actualmente a Paraguay le conviene una tarifa alta, porque el mayor porcentaje de ingreso lo aporta Brasil. Pero, eso se va a ir equilibrando con el aumento de la demanda en Paraguay”, explicó Sosa.

Por otra parte, remarcó que con esta definición de la tarifa de Itaipú, no se tendrá un efecto en la factura final del cliente.