Los profesionales de la Medicina suelen experimentar un alto grado de estrés laboral, corriendo el riesgo de desarrollar comportamientos poco saludables, mala salud física y mental, agotamiento emocional y pérdida de empleo debido a las consecuencias del estrés laboral, según explicó el Prof. Dr. Julio Torales, jefe del Departamento de Salud Mental de la FCMUNA, Hospital de Clínicas.

La investigación incluyó a 747 profesionales de la Medicina de Paraguay. Buscamos datos demográficos y laborales, estado de salud respecto a COVID-19, y estado de salud mental y consumo de sustancias.  El estrés a largo plazo puede conducir al síndrome de Burnout, que se caracteriza agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. En Paraguay, el síndrome de Burnout se ha reportado tanto en profesionales como en estudiantes de Medicina.

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No obstante, la tasa de búsqueda de ayuda para afrontar el estrés laboral y emocional sigue siendo baja entre los profesionales de la Medicina, y algunos estudios informan de que solo uno de cada cuatro médicos deprimidos busca ayuda profesional.

“Los profesionales de la salud deben saber cuándo y cómo pedir ayuda, y debemos ser capaces de identificar las barreras para acceder a ella. Estas barreras pueden incluir el estigma del estrés laboral, ya sea a nivel individual o social”, aseguró el Prof. Dr. Torales.

El Hospital de Clínicas funciona actualmente en el campus de la UNA en San Lorenzo. Foto: Agencia IP.

Los resultados

De los 747 médicos encuestados, el 66,7% eran mujeres. Su edad oscilaba entre los 24 y los 77 años, con una media de 38,8 y una mediana de 37 años. En cuanto a la formación médica obtenida, la más frecuente fue un título de postgrado en una especialidad médica. De los participantes, el 82,3% prestaba la mayor parte de sus servicios como médico en el sector público o estatal.

En cuanto a los años de ejercicio profesional, éste osciló entre 1 y 50 años, con una media de 12,7. El número medio de horas semanales trabajadas por los médicos fue de 53,6 (rango entre 4 y 100 por semana).

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Estado de salud respecto a COVID-19. De los participantes, el 67,5% ha estado en primera línea de atención a pacientes con COVID-19, el 44,7% ha estado enfermo de COVID-19 y el 74,8% ha perdido a un familiar, amigo cercano o pareja a causa de la infección por COVID-19. De los médicos encuestados, el 93% había recibido al menos dos dosis de una vacuna contra COVID-19.

Estado de salud mental y consumo de sustancias. De los médicos encuestados, el 18,5% ha sido diagnosticado con una condición de salud mental, el 12,9% consulta con un profesional de la salud mental, y el 13,4% utiliza regularmente medicamentos psicotrópicos.

El trabajo, los ingresos y las relaciones familiares e íntimas fueron las principales fuentes de estrés para los médicos paraguayos.

En cuanto al uso de sustancias no prescritas, de venta libre o para mejorar el estado de ánimo, el 8,7% de los médicos declaró utilizarlas. Las sustancias más utilizadas fueron las benzodiacepinas (60%), seguidas de los antidepresivos (13,2%). El 9,8% de los participantes encuestados declaró haber fumado.

Foto Ilustrativa.

Consumo de alcohol. De los 747 participantes, el 57,6% declaró haber consumido bebidas alcohólicas. El 19,3% de ellos obtuvo una puntuación ≥2 en el cuestionario CAGE para detectar consumo problemático de alcohol.

Burnout y barreras percibidas para el tratamiento

Casi 9 de cada 10 médicos encuestados presentaron síndrome de Burnout, encontrándose en el 88,1% de los participantes, puntuaciones clínicamente significativas de agotamiento emocional y desapego.

El estigma estructural (políticas y prácticas que restringen las oportunidades o el bienestar de la persona estigmatizada) fue el más percibido por los participantes. Asimismo, el SSOS-D (nueva escala, llamada “Stigma of Occupational Stress Scale for Doctors” (SOSS-D) quedó validado al español.

En conclusión, el estudio demostró que la versión española de la SSOS-D posee buenas propiedades psicométricas. Asimismo, se reportó una alta frecuencia de síndrome de burnout en los médicos paraguayos, además de detectar muchos factores asociados al burnout. “Los hallazgos sugieren la urgente necesidad de establecer programas permanentes para la prevención y atención de la salud mental entre los médicos y otros profesionales de la salud vulnerables al Burnout”, finalizó el Prof. Dr. Julio Torales.

Dr. Julio Torales. Foto: Gentileza.

Un accidente de tránsito ocurrido ayer, en Ñemby, dejó como saldo una pasajera lesionada y daños materiales en dos vehículos. El hecho se registró alrededor de las 18:00 horas en la intersección de la calle PY01 y Cayo Pereira, en el barrio San Carlos, según el informe policial.

Los vehículos involucrados fueron un automóvil Toyota Allion, conducido por Cirila Cáceres, de 43 años, y un camión Scania, manejado por Matías Bernardo Benítez Ibarra, de 19 años.

Según declaraciones de la mujer, quien trabaja como conductora de la plataforma Bolt, ella circulaba por el carril derecho de la calle PY01 en dirección Ñemby-Asunción cuando el camión impactó la parte trasera de su vehículo.

El impacto provocó que el Toyota perdiera el control y chocara contra una columna de cemento perteneciente a la ANDE. Como resultado, Fátima Mabel Cardozo, pasajera del automóvil, sufrió una contusión frontal en la cabeza y fue trasladada de inmediato al Hospital Distrital de Ñemby para recibir atención médica.

Ambos vehículos sufrieron daños materiales de consideración. Tras el accidente, los conductores fueron trasladados a la comisaría local para los procedimientos de rigor. Las pruebas de alcotest realizadas a ambos arrojaron resultados negativos, con 0.00 mg/L de alcohol en sangre.

El procedimiento policial estuvo a cargo de la Oficial Ayudante Investigadora Nadia Alvarenga, con el apoyo del Suboficial Mayor Dionisio Giménez. Por su parte, la agente fiscal de turno, Laura Guillén, ordenó que los vehículos fueran retenidos por un período de seis horas y posteriormente devueltos a sus propietarios, dependiendo de la evolución del estado de salud de la pasajera herida.

El caso quedó registrado y se encuentra bajo seguimiento judicial conforme a lo estipulado por la legislación vigente. Las autoridades reiteraron la importancia de respetar las normas de tránsito y mantenerse alerta al conducir, especialmente en zonas de alta circulación vehicular como la calle PY01. Este accidente, aunque sin víctimas fatales, destaca la necesidad de precaución para evitar futuros incidentes.

Desde el 28 de noviembre hasta hoy sábado a la mañana, las brigadas de salud recibieron a 6.280 personas afectadas por alguna dolencia.

Dolores musculares, ampollas, hipertensión arterial, cefalea, presión arterial y pedidos de masaje o curación fueron los principales casos atendidos.

Además, 48 pacientes fueron derivados en una ambulancia a los hospitales más próximos, todo esto, desde el mismo periodo mencionado hasta hoy.

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Para el operativo Caacupé., se disponen de 8 ambulancias, un helicóptero ambulancia., 29 puestos fijos, 49 provisorios, 80 sanitarios portátiles y 6 tanques de agua potable.

Además, un total 2.449 profesionales de la salud, entre 514 médicos, 1.238 enfermeros y obstetras, 32 paramédicos, 665 de apoyo.

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La directora general de Vigilancia de la Salud, Dra. Andrea Ojeda, informó que, aunque Paraguay aún no se encuentra en una etapa epidémica de dengue, las notificaciones de sospechas de la enfermedad están en aumento.

“Si bien seguimos en un período interepidémico con baja circulación del virus, no debemos relajarnos. Los brotes podrían comenzar en enero”, advirtió la Dra. Ojeda. Según los informes más recientes, los casos confirmados de dengue en el país ascienden a 309 en lo que va del año, con un fallecido. Además, en las últimas semanas epidemiológicas (46, 47 y 48), se registraron 61 casos confirmados y un promedio de 973 notificaciones de sospecha por semana.

Actualmente, los brotes se concentran en Alto Paraguay, mientras que en otras regiones del país se reporta una dispersión de notificaciones sospechosas. Sin embargo, la positividad del virus sigue siendo baja, con un índice menor al 5%.

La Dra. Ojeda destacó que el retraso en el inicio de la epidemia se debe a las estrategias implementadas, como la estratificación de riesgo en zonas históricamente afectadas y las mingas ambientales realizadas en conjunto con Promoción de la Salud, el Senepa y las comunidades locales. Además, factores ambientales contribuyeron a este aplazamiento.

A pesar de este panorama, recordó que el dengue es endémico en Paraguay y requiere una vigilancia activa durante todo el año. Según datos históricos, los brotes suelen iniciarse en esta época, pero actualmente se observa un retraso de casi dos meses en el inicio del período epidémico.

Finalmente, exhorta a la población a no descuidar las medidas preventivas y acudir de inmediato al servicio de salud más cercano ante cualquier síntoma. “La prevención es clave para evitar un impacto mayor en las semanas venideras”, concluyó Ojeda.