Cayó, calló y callo, verifique las diferencias
Si bien en la oralidad puede ser obvio distinguir los significados de ciertas palabras, a la hora de escribir muchos pueden dudar cómo escribirlas. Conozca algunos ejemplos.
Juan se cayó de las escaleras y finalmente se calló luego de varias horas de criticar a su novia. Lastimosamente, el golpe se lo dio justo en el callo y el dolor fue mayor.
En esta breve descripción es posible distinguir con facilidad las diferencias de las tres palabras, muy similares entre sí.
Decimos que alguien se cayó del verbo caer
Contamos que alguien se calló del verbo callarse
Informamos que alguien tiene un callo, en alusión al problema en el pie.
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Para algunos podría carecer de importancia la correcta redacción de las palabras, pero a la hora de la verdad, una tilde o una coma son capaces de cambiar por completo un mensaje.
Basta con imaginar que alguien dijera que Juan se calló (pretendiendo aludir a una caída), para que nadie venga a ayudarlo.
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¿Arriero tolãi, tolái o tolay?: lo que dice la RAE sobre esta palabra
Utilizada mayormente en el lenguaje coloquial, la palabra empleada para referirse a una persona tonta o de escasas aptitudes, genera discusiones en torno a su existencia, aceptación y escritura. Veamos qué dice la Real Academia.
El diccionario de la lengua española (el oficial de la RAE) no incluye en su contenido la palabra tolay en ninguna de las formas que aparecen en el título de esta nota, es decir, para el diccionario, no existe.
Sin embargo, la Real Academia Española se pronunció sobre este adjetivo y lo describió como una palabra de uso coloquial que, si bien no se ha incorporado a los repertorios académicos, debe escribirse con y final: tolay.
Esta escritura responde a las normas ortográficas, teniendo en cuenta que, el uso de la “y” dentro de una palabra, se limita a los casos en que la “i” final es antecedida por una vocal, como en este caso y en ejemplos como: Paraguay, Uruguay, Amambay.
Por este mismo motivo es incorrecto el uso de la “y” en los hipocorísticos (apodos) como Gabi, Mari, Andi, entre otros, ya que, en estos vocablos, la “i” final aparece antecedida por una consonante.
Volviendo a la palabra que nos convocó a este debate, algunos diccionarios no oficiales, como el Diccionario del Español Actual de la Fundación BBVA, definen a tolay como una voz coloquial que significa tonto. Otros agregan la descripción de: persona con escasas capacidades y aptitudes, tonto, bobo.
La pronunciación correcta es “tolái” y la escritura tolay. Sin embargo, a menudo en nuestro país se escucha una pronunciación nasal sobre la vocal a. Por cierto, este término coloquial no se limita al Paraguay, sino también a países europeos.
La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.
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Los emojis se integran a la lengua escrita: esto dice la RAE sobre ellos
No son signos lingüísticos ni de puntuación, sino elementos extralingüísticos. Nos referimos a los emojis que, al combinarse con mensajes escritos, también tienen reglas que respetar. Vea cuál es el uso apropiado.
Pequeños iconos o imágenes digitales que se emplean en las comunicaciones electrónicas para representar una emoción, un objeto, una idea, etc. Así define la Real Academia Española a los emojis.
Al no ser considerados signos de puntuación ni signos lingüísticos, los emojis no deben alterar las reglas de puntuación. De esta manera, el texto permanecerá correctamente puntuado.
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La RAE reconoce que los emojis pueden contribuir a matizar el mensaje, añadiéndole expresividad, aunque sin por ello dejar de ser elementos extralingüísticos. Por ello, se debe tener en cuenta el uso correcto. Las recomendaciones son las siguientes:
Si el emoji afecta a todo el mensaje, se recomienda situarlo detrás del signo de cierre del último enunciado; en esos casos, no es necesario colocar otro punto detrás del emoji:
Bueno, queridos, me caigo de sueño y creo que va siendo hora de irme a dormir. Hasta mañana. 👋
En cambio, si el emoji afecta solo (solo ya no lleva tilde en ningún caso) a uno de los enunciados que conforman el mensaje, lo más adecuado es situarlo delante del signo de cierre de ese enunciado, para que no parezca que modifica al enunciado siguiente:
Estoy loco por ti 😍. ¿Puedo invitarte a cenar el sábado?
Si aparece en el interior del enunciado, coincidiendo con un signo de puntuación, lo indicado es situar el emoji delante de este:
Últimamente no me encuentro muy bien 😥, pero supongo que todo mejorará.
Si por alguna razón, el emoji fuera utilizado para sustituir una palabra (como una pieza léxica), la puntuación no debe verse alterada. Tampoco deberá repetirse la palabra aludida, ya que sería una redundancia.
Estoy en el 🚗, así que te llamo más tarde, cuando llegue a 🏠.
Si se pretendiera utilizar varios emojis de forma consecutiva, o uno mismo de manera reiterativa, no habrá necesidad de separarlos por comas, ni para añadirle intensidad ni para hablar en plural.
¡El domingo comemos paella! 😄👏😋
😘 [= un beso] 😘 😘 😘 [= besos]
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“Vayemos” y “haiga”, palabras que no existen
Algo que para muchos puede ser obvio, pero para otros, no, son los errores en las palabras “haiga” y “vayemos”, dos términos que, pese a no existir en la lengua española, son adoptados por muchos hablantes.
Prefiero que nos vayemos a la cancha. Papá quiere que nos vayemos a lo de abuela. Estas formas de expresarse son utilizadas de manera incorrecta y no existen en el idioma español. Lo apropiado, es decir vayamos.
A propósito de este error, amables lectores, vayamos a desmenuzar el origen de esta palabra. Proviene del infinitivo ir. La conjugación “vayamos” corresponde al presente del modo subjuntivo, tercera persona del plural.
Y por qué no, recordando las clases de gramática en la escuela, podemos conjugar las seis personas. Es necesario que: yo vaya, tú vayas, él vaya, nosotros vayamos, vosotros vayáis, ellos vayan.
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Algo similar ocurre en ejemplos como: espero que no “haiga” mucha gente, ojalá “haiga” bebidas frías, no creo que “haiga” que hacer algo. Lo correcto es haya.
Esta palabra proviene del verbo haber y su uso incorrecto se da, principalmente, con la tercera persona del singular haya, a la que muchos le llaman “haiga”. El tiempo de haya también corresponde al presente del modo subjuntivo.
Espero que: yo haya, tú hayas, nosotros hayamos, vosotros hayáis, ellos hayan. También se reconoce el voceo: que vos hayas.
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