¿Clavos miguelito o Miguelito? Conozca la regla y el origen

El uso de mayúsculas está generalmente indicado a los nombres propios de lugares y personas, pero, ¿cuál es el caso de los famosos clavos cuya denominación habitual es la de la identidad de un hombre? Entérese.

La palabra “miguelito” figura en el diccionario de la Real Academia Española con minúscula y con la siguiente definición: m. Arg., Bol., Chile, Ec., Nic., Perú y Ur. Artefacto con clavos grandes y retorcidos para pinchar los neumáticos de los vehículos.

Otro concepto es: “pieza de hierro en forma de estrella con púas o cuchillas que se diseminaban por el terreno para dificultar el paso al enemigo”.

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Para la RAE, bajo las definiciones mencionadas, miguelito es catalogado como un sustantivo común, con la equivalencia de un clavo o artefacto cualquiera, por tanto, como tal, va en minúscula.

La alusión en plural se presenta como clavos miguelito, por tratarse de una construcción en la que hay dos sustantivos juntos, donde, el segundo es el que modifica, complementa o matiza al primero.

Esta es la regla para las expresiones compuestas, pues, solamente el primer sustantivo se convierte al plural, mientras que, el segundo permanece invariable en número.

La historia cuenta que, Miguel Humberto Enríquez Espinosa, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, utilizó este tipo de clavos a finales de la década de 1960, durante las protestas en contra del Gobierno de Eduardo Frei Montalva.

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El uso de la “y” en vez de la “i” en apodos: ¿por qué es incorrecto escribir Mary?

Las designaciones cariñosas o abreviadas de los nombres propios, en ocasiones utilizan la “y” al final, como una cuestión de estilo y elección personal, ejemplo, Dany para Daniel. Sin embargo, el empleo de esta letra está sujeto a una regla del español. Sepa por qué está mal escribir “Dany”.

Lo que coloquialmente conocemos como apodo, lingüísticamente recibe el nombre de hipocorístico, definido por el diccionario de la RAE como: dicho de un nombre que, en forma diminutiva, abreviada o infantil se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística.

Para la escritura de ciertos hipocorísticos, muchos optan por utilizar la “y” al final, como por ejemplo en: Gaby, Mary, Yany, Dany y un sinfín de casos. Esta forma de utilizar la y es incorrecta.

En español, la letra «y» solo ocupa la posición final cuando va precedida de vocal: «rey», «Uruguay», «hoy». Por esta sencilla explicación, los hipocorísticos como «Dani», «Ceci», «Susi» o «Gabi» deben escribirse con «-i».

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En esos casos y en todos en los que el fonema «-i» vaya precedido de una consonante, siempre deberá escribirse con «-i» o lo que conocemos como “i latina”. La regla la expuso la Real Academia Española ante una consulta específica al respecto.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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Personaje, un sustantivo masculino, aunque se trate de una mujer

Decir “la personaje” para hacer alusión a la protagonista de una obra no es correcto. Lejos de una cuestión de machismo o feminismo, esta regla tiene su explicación lingüística. Conózcala.

Los sustantivos epicenos son aquellos que, teniendo como género gramatical el masculino o bien el femenino, pueden, sin embargo, designar indistintamente a seres animados de uno y otro sexo.

Este es el caso de personaje, un sustantivo epiceno masculino, lo cual implica que, aunque se haga referencia a una mujer, la forma apropiada será siempre “el personaje”, según explica la Real Academia Española.

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Entonces, si se quiere especificar el sexo, se deben añadir los especificativos masculino o femenino. Por ejemplo: “Ese novelista se destaca en la creación de personajes femeninos”.

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¿Se dice «concienciación» o «concientización»?

A la hora de hablar de generar conciencia sobre un tema determinado, para muchos salta la duda sobre el término adecuado: concienciación o concientización. La RAE responde al respecto.

Al introducir las palabras concienciación o concientización en el diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española (versión digital), los resultados derivan directamente al término conciencia.

Allí, la tercera acepción explica que, el verbo correspondiente a la palabra conciencia, cuando se refiere a hacer que alguien sea consciente de algo, es “concienciar”, no concienzar.

«Se conciencia a los padres del estado de su hijo». Además, la acentuación es la equivalente a anunciar.

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No obstante, esta misma explicación agrega que, en América se usa también la forma “concientizar”. Ejemplo: «¡Aquí necesitamos gente como ustedes para concientizar al pueblo!»

Al aparecer como segunda y última opción, se da a entender que la más apropiada es la primera, es decir, “concienciar”.

Sin embargo, en su espacio habitual denominado consultas de la semana, la propia RAE contesta que ambos términos son válidos, aclarando que la diferencia está en la geografía, o sea, en los lugares en los que cada vocablo es de uso más frecuente.

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